lunes, 18 de enero de 2021
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
lunes, 11 de enero de 2021
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
lunes, 4 de enero de 2021
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Llega el fin de la época navideña y no ha ocurrido nada porque no pudieran celebrarse como siempre aunque los pronósticos resultan
alarmantes y todo apunta a que las próximas pueden ser aún más restrictivas, pero no se ha hundido el mundo por alterar la costumbre familiar...
Tampoco los plazos iniciales de vacunación tienen muchos visos de realidad aunque la plebe nos hemos acomodado en esa esperanza de inmunidad para el verano que tanto se propugnaba, pero la realidad
es cruel y hay problemas de todo tipo en el proceso de fabricación y distribución, por no hablar de lo engorrosa que es esta primera vacuna de doble dosis y mantenimiento ultracongelado...
No sé si me disgusta que me engañen otra vez, puedo comprender que estamos en cierto grado de estado de guerra y que hay que levantar la moral, mas si nos hicieran asumir la realidad en lugar de
albergar esperanzas en la misma creo que seríamos más responsables y mejor preparados que hasta ahora donde nos dan un plazo tras otro que se incumplen también uno tras otro...
Tal vez habría que poner al frente de las huestes en el tinglado a un banquero, que nunca dudan los banqueros a la hora de exigir el cumplimiento puntual de los plazos y ante lo cual ninguno osamos
rechistar al contrario de lo que sucede ahora...
Miro el árbol navideño y él me mira a mi implorando clemencia.
lunes, 28 de diciembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Supongo que trato de buscar conscientemente algo bueno a la resistencia del subconsciente a ir embozado como mis semejantes, pero pese a lo de llevar mascarilla hay semejantes que siguen llevando orejeras como las acémilas, que siguen erre que erre como si no pasara nada con sus paranoias personales tratando de inocularlas al colectivo sin preguntarnos si nos interesa siquiera...
Han comenzado las vacunaciones, pocas y con retraso en la entrega de pedidos, y cuando hoy he salido al asfalto he tratado de buscar miradas y ojos de alegría o de esperanza al menos, pero no las encuentro ni siquiera cuando me miro al espejo...
Cuando algún día termine todo este circo y nos quitemos la mascarilla será interesante observar si las miradas vuelven a ser las que recuerdo sin mascarilla, aunque seremos más viejos y viejas en la mirada me temo...
Hace frío y viento en el acantilado, también en las miradas de mis semejantes.
lunes, 21 de diciembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Me resulta curioso, desde un punto de vista científico, que nos indignemos ante cualquier insinuación de dar marcha atrás, de mantener las limitaciones de movilidad geográfica como si siempre hubiéramos sido furibundos celebradores de la cena de Nochebuena; ya no se oye que son fechas tristes por las ausencias, de que no había en realidad nada que celebrar, que se hacía por la infancia, que siempre había discusiones entre los familiares...
lunes, 14 de diciembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
No hemos pasado la segunda ola del coronavirus y ya se escuchan voces alertando de la tercera, sin embargo el soniquete queda atenuado
cuando observo desde el acantilado que abre la hostelería, signos en forma de terrazas dispuestas para recibir clientes pese a que la lluvia lo empapa todo, una lluvia suave, casi insultante y casi
tímida como pidiendo permiso para caer sobre el asfalto...
Supongo que somos como bañistas que, resignados a no ver la orilla, esperamos las olas suspirando porque no nos arrastren mar adentro. Dicen que la llegada de la primera, y engorrosa, vacuna es el
principio del fin aunque a mí me parece, en mi demente opinión, que en realidad es el fin del principio, cosas de la subjetividad supongo...
Por alguna razón mis semejantes afirman que no se pondrán la vacuna, que esperarán a ver si funciona y demás frases de protesta cuando nos van a pedir estar vacunados para todo, desde un trabajo a
viajar fuera de la residencia habitual...
El mundo, la sociedad y todo en general, ha cambiado, mutado como siempre que hay una guerra pero de alguna manera nos hemos anestesiado, nos hemos resignado a verlas venir, sobresaturados de
información que sólo son conjeturas, pero seguimos protestando y es por esta razón protestante que me siento no optimista. Olvidamos los muertos pensando en reunirnos con los vivos a los que podemos
matar por mucho amor que se tenga hacia ellas y ellos...
Hemos entrado en el siglo de la sociedad planetaria aunque no seamos conscientes ni enterados de la novedad pero seguimos desperdigados, separados por montañas virtuales, no somos conscientes de que
el coronavirus lo ha trastocado todo pero seguimos enzarzados en nuestras cuitas egoístas y miopes sin ver más allá de nuestras propias narices que quieren oler navidad camuflando la peste de la
mortandad...
Es difícil abstraerse como en otras navidades, quejándonos de que ya no son como antaño, que el turrón cada vez es más caro y las tabletas más raquíticas, de montar el belén o el árbol de navidad con
esa congoja que produce el recuerdo de las ausencias, ni siquiera el consumismo alivia la sensación y comprar regalos tiene algo de grotesco, casi obsceno...
Así que me quedan dos opciones, una es seguir al rebaño y anestesiarme colectivamente; la otra seguir, tratando de, mirar a la realidad a los ojos, tomar un respiro sin contagiarme tomando un café y
tratar de estar preparado para la tercera ola como un surfista estudia el mar para encarar un nuevo desafío...
Una gaviota me observa solemne a prudencial distancia como indagando qué me pasa, mirada extraña a un extraño aunque seamos vecinos y mi mente trata de racionalizar que una gaviota me mire como
interesada en mis problemas...
Pero sólo le interesan mis sobras de la comida.
lunes, 7 de diciembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Estoy meditando crear una minoría para hacerme visible a la mayoría de fauna, vegetación y gaviotas que pululan en mi entorno; soy
invisible para las mayorías citadas, o me ignoran que es peor, que invaden mi espacio vital...
Y es que observo, desde las alturas del acantilado y su perspectiva, que de unos años acá un montón de minorías invisibles han logrado darse visibilidad y hasta son casi un grupo de presión en la
política. Pero tengo algún temor al observar también que las minorías caen en los defectos, vicios y lastres de las mayorías, como crear dogmas donde estás con las minorías o en contra de
ellas...
Algunas minorías ahora visibles son dictatoriales como una abrumadora mayoría, se otorgan el don de discernir y juzgar al prójimo, levantar la voz en un debate de minorías te puede llevar a que te
cuelguen una etiqueta y aunque luego se descubra que la minoría es tan fullera, pufista y malandrina como la mayoría pues resulta que la etiqueta se mantiene...
Es curioso como alguna minoría logra con sus hechos y palabras que se pierda el respeto por la misma ya que no respetan la diferente. Yo puedo soportar que me llamen mayoría porque una minoría no
pueda ya crecer, que un maleante me dé lecciones de democracia y hasta que alguien con minusvalía me diga lo que debo hacer y pensar sin rechistar porque es meterme con alguien que tiene
minusvalía...
Pero no voy a dejar de comer carne porque una minoría me diga que la vaca contamina con su metano pero no van a la India a reivindicar que se sacrifique a las vacas, que allí son sagradas y bien
alimentadas, incumpliendo sus límites de emisión de metano a la atmósfera...
No voy a dejar de ser lo que pienso cuando las alternativa son quimeras de ideas totalitarias del siglo pasado que han mostrado con sangre que son inútiles...
No puedo ser minoritario en una mayoría de cuerdos que dicen cosas para hacer locuras y luego decir que los locos son minoría y mejor contenidos y amarrados que sueltos y en movimiento...
Pero me da miedo formar mi minoría y que las mayorías me pierdan el respeto dejándose llevar de sus ansias belicosas porque siendo minoría he caído en sus defectos y querer ampliar mi espacio vital
pisando derechos que no son de ninguna mayoría y ninguna minoría, son de todos los que formamos parte del acantilado...
Eso sí, los impuestos del acantilado a escote pericote, que una cosa es ser respetuoso con la mayoría y otra ser el paganini de las minorías.
lunes, 30 de noviembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
No ha entrado diciembre y ya lucen los ornamentos navideños en las ciudades, villas y villorrios, incluso algún centro comercial ya encendió los mismos recién terminado octubre. Los turrones y dulces navideños ya se muestran en estantes y mostradores provocando una sensación con un leve tono macabro de fondo si me paro a meditar...
Antes, me parece, la navidad empezaba entrado diciembre, al menos esa sensación tengo pero seguramente me dejo invadir por recuerdos de la infancia, cuando las vacaciones escolares eran el marcador de que ya era navidad. Nostalgia, deduzco de las imágenes que afloran a la memoria y aumenta el dolor de las ausencias sumado el macabro entorno de la pandemia...
Tal vez sólo sea que estamos en un punto de no retorno, de que el antes ya no será igual que el después, cuando finalice todo este circo...
Cierro los ojos unos segundos y me digo que los volveré a abrir cuando vuelva la vida normal. Por supuesto que habré de atravesar este segmento de espacio tiempo con los ojos abiertos, pero ahora late el sueño de que los cerraré de nuevo para volver al hoy abriéndolos ya en el mañana...
Lo malo, también lo bueno, es el intervalo entre ambos instantes que hay que vivir, supongo.
lunes, 23 de noviembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Resulta peculiar que nos digan, recomienden y orienten en el sentido de que procuremos salir lo imprescindible y sin embargo llenamos los
paseos, las áreas recreativas y los parques infantiles. Acostumbrados como estamos a discutir al mando, ya es algo natural llevar la contraria con infinidad de argumentos para saltarnos a la torera
las recomendaciones por mucho que las y los veteranos que han pasado por la UCI nos digan que no sabemos el infierno que es estar allí, tumbado boca abajo , entubado y en coma inducido; de estar
postrado viendo los estragos a nuestro alrededor...
Dicen que habrá vacunaciones y nos engañamos pensando que tras el pinchazo vendrá la normalidad sin querer ver y asimilar que, aunque nos pinchen, seguirá la neonormalidad, las mascarillas, las
normas preventivas y demás parafernalia de esta guerra biológica y mundial. Rezongamos que yo no me vacunaré cuando hasta hace un minuto ansiaba un remedio contra el coronavirus. Nos engañamos
pensando que todo pasará cuando nos engañamos diciendo que porque yo no haga ni siga las recomendaciones sanitarias no pasa nada, qué somos como individuos más que una gota de agua en el mar y el mar
es tan inmenso que no se nota...
Nos contradecimos continuamente ora aplaudiendo ora insultando al gremio de la sanidad. Hablamos de libertades pero votamos para que legislen quienes quieren recortarlas. Hablamos de respeto a
nuestros mayores que nos dieron la vida y el mundo que disfrutamos mejor que en otros mundos pero luego afirmamos que no contamos con ellos porque nos toca hacerlo a los más jóvenes sin pensar que a
la vuelta de la esquina los viejos seremos nosotros y otros los jóvenes...
Empieza a pesar todo el cúmulo de pesadas cosas por la pandemia y prefiero no engañarme pensando que el próximo verano todo será distinto cuando no la añorada normalidad pero lo único cierto es que
serán una fechas navideñas extrañas, es tontería mirar más allá del corto plazo cuando eres carne de cañón y todo indica que el coronavirus ya forma parte del paisaje como otros virus contra los que
somos vacunados desde el nacimiento. Imaginando un futuro hipotético, las generaciones vacunadas desde su nacimiento contra el coronavirus se preguntarán qué clase de masa aborregada formamos que no
queríamos vacunarnos, que nos engañábamos a nosotros mismos actuando como si no pasara nada y que rogábamos la salvación cuando rechazábamos el salvavidas...
He colocado un espantapájaros en el acantilado esperando engañarlas para que no invadan las gaviotas mi espacio vital, no sé hasta que punto un espantapájaros y un espantagaviotas son efectivos
universales y resulta extraño que un admirador de la naturaleza como yo quiera expulsar a la misma de mis alrededores, pero nunca escuché hablar de espantagaviotas y me aferro al
espantapájaros...
Pero sólo me engaño a mí mismo.
lunes, 16 de noviembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
He comentado en alguna que otra reflexión que soy de los que gustan sentir entre sus manos el papel de periódico, ojear titulares, ver noticias y luego, de manera
reposada, ir deteniéndome en la letra pequeña...
El caso es que leo, no sin cierto estupor pero tampoco con demasiada sorpresa, que un ciclista de un grupo de tres se apeó de la bicicleta para insultar y menear a una persona del gremio sanitario
que venía de tratar a domicilio a una, o puede que a uno, usuaria del sistema de salud. Los dos acompañantes del ciclista ni se inmutaron ni trataron de evitar la agresión...
Otro titular habla del acuerdo para aprobar unos presupuestos entre el gobierno de turno y la formación política heredera de ETA y su rosario de un pasado reciente de vidas, miembros e ilusiones
cercenadas a golpe de atentados terroristas sin renunciar a su lenguaje combativo y ofensivo para quienes recordamos a las víctimas porque los atentados formaban parte del paisaje de nuestras
vidas...
Antes de la pandemia ya había que tragar sapos y soportar carros y carretas pero ahora todo parece magnificarse como si la generosidad de la mayoría silenciosa sólo sirviera de acicate para las
vocingleras y folloneras minorías gritonas...
Desde las alturas límpidas del acantilado puede palparse la nube de miedo que nos rodea como sociedad, tanto a nivel local como planetario. El tipo de la bicicleta tiene miedo igual que los
filoetarras tienen miedo a pararse a pensar en todo el daño provocado...
Ahora esas miedosas minorías tratan de inocular su propio miedo pero quieren las bondades del Sistema que tratan de aniquilar y de paso aniquilarnos a nosotros mismos y a nuestra memoria que siempre
es el legado para las generaciones futuras. No hay diferencia entre el miedo al virus o el miedo al resto de cosas que producen miedo, la única diferencia es cómo se modula por la sociedad la
intensidad del mismo...
Se termina un ciclo de miedo a todos los niveles y no porque nos hayamos convertidos en seres miedosos, es porque el hastío y la fatiga nos hace perder el miedo a quienes juegan a meter miedo, no
será mañana ni inmediato pero la rueda del populismo ya no avanza, quedan los rescoldos en todo el mundo en forma de algaradas callejeras, jóvenes y no tan viejos que han visto como el populismo
prometía mucho pero ha sido incapaz de lograr nada salvo gestión ineficaz, totalitarismos del siglo XX que encontraron en la crisis económica y luego en la pandemia oídos desesperados que abrazaban
sus tesis sin ser conscientes de lo que abrazaban...
Hace sol y, por una vez, veo a las gaviotas sin miedo, al fin y al cabo las cagadas son parte de un proceso natural y es normal que no entiendan mis tribulaciones humanas sobre sus
cagamentos...
No es argumento para ir yo a cagar en el espacio vital del prójimo...
Y viceversa.
lunes, 9 de noviembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Un multimillonario no garantiza que gobierne en bien de los que no los son tanto y menos de los que menos tienen, tampoco la vacuna garantiza una eficacia total pero la esperanza sigue viva aunque se ahogue en llegar al sueño occidental mientras quienes soñamos nos ahogamos en nuestras propias pesadillas que achacamos a lo ajeno, como es el virus...
Aunque no sea el final del túnel y sólo el brillo de nuestra esperanza.
lunes, 2 de noviembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Es curioso cómo siempre encontramos una excusa a título individual amparándonos en el sentido colectivo como ocurre con el tema de la
pandemia y evitar su propagación...
Por una parte nos reconforta leer, escuchar y ver que se cumplen las normas de salir y relacionarse lo menos posible para evitar un nuevo confinamiento domiciliario pero, a la vez, nos auto engañamos
pensando que porque salga uno mismo mismamente no se incumplen las normas. Vamos al vermut, a comer, a visitar, pero no nos sentimos culpables de quitar la jodida mascarilla al entrar en un negocio
hostelero, nos las quitamos en todo momento y no sólo cuando se haga el acto de comer o beber...
Sólo aprendemos por las malas, por las bravas. Ahora nos preguntaremos con incredulidad qué ha fallado y echaremos las culpas a los de siempre y a las de siempre, siguiendo el autoengaño de que
nosotros hicimos las cosas bien cuando en realidad se trata de hacer lo que nos indican sin engañarnos en el porque yo lo haga no pasa nada, que la cosa no irá a peor, que tenemos derecho a
hacer...
En esta guerra, que aún no nos dicen que es tal, seguimos a rebufo del virus y mientras siga así la situación vamos perdiendo por mucho que nos engañemos a nosotras y nosotros mismos...
Reviso mis provisiones de papel higiénico y de pistachos mientras observo desde el acantilado que las personas humanas somos como animales cuando vienen mal dadas y hemos olvidado lo que es sufrir
restricciones en nuestra libertad consumista. Van a ser una navidades distintas como ha sido todo en la fallida nueva normalidad hasta que aprendamos a obedecer a sin pensar, que es más difícil de lo
que parece a simple vista...
No sirve que todas y todos hagamos lo correcto mientras haya uno, una o varios que, amparados en la obediencia general, se permiten la desobediencia particular...
Y así nos irá por mucho que rezonguemos...
Así nos va.
lunes, 19 de octubre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Al acantilado llegan alaridos de indignación porque las consultas al galeno han dejado de ser presenciales y se realizan por
teléfono...
Sin embargo, en mi demente caso, veo más ventajas que inconvenientes. Para empezar, evitas engorrosos reconocimientos y auscultaciones que detecten cualquier mierda y salgas de la consulta enfermo
cuando habías entrado sano...
Por teléfono se tiende a la amabilidad y nos obliga a escuchar al interlocutor médico, mientras que en la consulta solemos tener tendencia a interrumpir y contar cosas, que ni tienen que ver con la
dolencia, interrumpiendo al médico u médíca de turno en ese momento...
La consulta telefónica siempre supone un ahorro para el bolsillo y para el sistema, puesto que no pueden recetar medicamentos caros y sí los típicos y asequibles, en la cita presencial pueden atinar
más el diagnóstico y en consecuencia recetar medicamentos especializados y más caros de lo normal...
Puede que, como ha ocurrido con el veraneo, el ocio nocturno y pasear la mascota, basta que sepamos y nos digan que al médico lo justo y urgentemente necesario para que hagamos lo contrario
poniéndonos enfermos o con necesidad inmediata de acudir a consulta, quién sabe...
Por último, suele ocurrir que se va a consulta y por distintas causas no está en funciones el galeno habitual y te sientes raro ante una cara nueva, sobre todo cuando hay varios suplentes y no acaban
de asignarnos uno para casi siempre. Pero por teléfono una voz, un tono, un timbre de voz siempre suena mejor que en presencia donde al desconocer la faz del interlocutor podemos imaginar al médico u
médica habitual...
Al comenzar todo este circo, me aprovisioné en el acantilado de remedios curativos como son el elixir bucal, digno heredero de aquellos crecepelos decimonónicos que lo mismo servían para un dolor de
muelas que para un estreñimiento. No falta espuma de afeitar para molestias en la piel como quemaduras, rozamientos o granos diversos; y manzanilla, que siempre alivia de molestias estomacales.
Tiritas, agua oxigenada y mercromina componen finalmente mi pequeño botiquín para pasar la pandemia sin solicitar cita médica...
Y sí, si me pusiera jodido de verdad tendría que acudir sí o sí a consulta y puede que urgencias, no lo niego a su señoría, pero al menos ganamos que ahora vamos al médico cuando es necesario y no
como antes de la pandemia...
Pero por si acaso pintan bastos, todos los días enciendo un velón a San Cucufato de Antioquia, que no se si sirve para curar en salud pero al menos tengo lumbre sin gastar mechero...
Y es que si no me consuelo es porque no quiero, oiga.
lunes, 12 de octubre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Como comportamiento de manada social se hace evidente que es una generación libre de tabús como la virginidad, la fidelidad de pareja y entregarse a bacanales de alcohol y discoteca. Pero pude observar que en un momento dado alguno y alguna sufren una soledad existencial que no desaparece entre vapores etílicos y fiestas de alcoba. Ellas se aferran a sus peluches, dotados de ánima por sus propietarias y que ellos no dudan en ultrajar si la pareja de turno se deja ser seducida, cosa que hace él también. La cosa termina con un solitario cameo donde dicen que no eran felices en realidad y allí sí con sus nuevas parejas...
lunes, 5 de octubre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Hay un tufillo en el acantilado que emana de la sociedad a miedo inducido a todos los niveles...
Al miedo a la pandemia, recuperado tras el falso espejismo de un extraño verano en la neonormalidad, que hace surgir otros miedos como el laboral, económico y hasta de salud donde una cita en atención primaria se cotiza a precio de azafrán. El miedo político también se ha instalado rápidamente desde marzo donde unos quieren sumar el miedo que ya había, los otros que el miedo no reste sumandos y algunos alertando de que la cosa va en serio pero a los que ya nadie escucha...
El miedo puede provocar reacciones un tanto extrañas en la masa social, así, donde antes se aplaudía en sentido homenaje palmero a los héroes de trinchera de esta guerra, ahora son insultados por los mismos que daban palmas. Pero hasta el gremio sanitario sufre ya niveles de agotamiento y tratan de alertarnos de lo que nos viene y ya está encima...
El acantilado daba miedo al principio con esa altura que da tiempo a freír un huevo antes de tocar suelo si me caigo, las jodidas gaviotas graznando y cagando, ya sé que lo de las cagadas de gaviota empieza a sonar a freudiano pero es una cruz este tema de las cagadas de gaviota. Mas vencí el miedo por varias razones y motivos donde destacaría no tener otro sitio donde aposentar mis posaderas y que de momento nadie cobra tributos por vivir en un acantilado fundido con la naturaleza a lo que hay que sumar cierta rapidez felina cuando alguna autoridad se deja caer por estos andurriales y me escabullo antes de que me fichen...
Pero el viento aúlla y las gaviotas cagan que da miedo.
lunes, 28 de septiembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Resulta curioso que quienes más deberían ser leales son los que más rebuznan que sufren deslealtad. Previamente defendían los acosos en forma de pitadas y caceroladas a domicilio como síntoma de salud democrática hasta que les fueron a sus propios domicilios...
Ser leal a las instituciones democráticas tratando de dinamitar las mismas por implosión social no es admisible cuando se forma parte del gobierno de una nación. Pero a los gobernados siempre se les pide lealtad, con apoyo social en las calles, con apoyo de los votos en las urnas y apoyarse esperando que nos recompensen por prestar apoyo...
Hay pocos apoyos en el acantilado y cuando encuentro alguno resulta que es bastante inestable. Podría construir uno con todo lujo de detalles como una barandilla cromada, un pequeño alicatado y mecedora para ver las puestas de sol y hasta un tejado domótico para evitar las siempre molestas, y en ocasiones engorrosas de quitar, cagadas de las jodidas gaviotas...
Pero ya no sería el acantilado de siempre, alteraría el paisaje y el derecho de las gaviotas a cagar donde les plazca o les pegue el retortijón en pleno vuelo, sería una deslealtad con la madre naturaleza que me acoge en el acantilado. Sin duda mi pequeña infraestructura de apoyo me generaría ganancias, éxito social y cierta influencia política para promover la aprobación por parte de las autoridades competentes para declarar la zona libre de gaviotas. A estas alturas del acantilado no me preocupa el futuro y que mi pequeño apoyo termine siendo el primero de una serie de apoyos donde volvería la soledad existencial en forma de acantilado convertido en urbanización y donde ya nadie vería atardecer ni sufriría las cagadas de gaviotas...
La primera medida que he tomado es convocar una reunión extraordinaria de la comunidad biológica del acantilado, gaviotas, pájaros diversos, una representación de árboles y arbustos sin derecho a voto ni veto amén de la fauna autóctona. Incluso había apañado algo de alpiste como gesto de buena voluntad a las jodidas gaviotas...
Pero me siguen cagando encima sin ser conscientes de que disfrutan del acantilado porque no intervengo y no me apoyo en nada...
Claro que, en el acantilado, mi único apoyo soy yo.
lunes, 21 de septiembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Existen muchos tipos de confinamiento pero el más liviano, quedarnos en el domicilio rodeados de nuestras cosas, comunicaciones audiovisuales en tiempo real, posibilidad de recibir suministros a domicilio y el resto de cosas que nos dan comodidad pues no somos capaces de soportarlo..
Sin embargo no llegan más que voces de protesta, ecos en el acantilado de insatisfacción por el confinamiento domiciliario sin pararnos a pensar que no es para tanto y la suerte de no sufrir más que un confinamiento domiciliario. Se suelen mezclar los estragos económicos de esta guerra biológica mundial que nos toca vivir con las quejas sobre el confinamiento domiciliario, siempre es desagradable despertar de un sueño como ha sido este verano que agoniza donde se apostó por no seguir confinados de golpe y turismo de sopetón...
Pero ya era jodido estar confinado antes de la pandemia pero en condiciones normales las y los confinados son minorías que suelen sufrir en silencio, resignándose a tomar todos los días y noches la pastilla que mantiene el confinamiento. En el confinamiento domiciliario hay un sentido de colectivo, de masa total sin excepciones que no se da en el confinamiento químico donde el espejo recuerda constantemente que se está sola, solo...
Otros confinados antes de la pandemia son quienes viven sin piernas, algún órgano, enfermedades que te postran en la cama, pero tienen una relación con sus semejantes mientras que el confinamiento químico es soledad. Una soledad existencial y metafísica como han sufrido muchos y muchas en el confinamiento domiciliario sin sacar conclusiones que den fortaleza para soportar el nuevo e inminente confinamiento domiciliario que nos acecha...
Por mi parte, he tratado de confinar químicamente a las gaviotas probando distintos medicamentos recolectados entre las amistades pero, si bien he conseguido algún que otro resultado parcial, no aprecio cambios en sus comportamientos salvo un cierto aleteo de pedete lúcido cuando algún ejemplar se tragaba la pastilla que ladinamente dejo al alcance de su pico...
Al final me resulta más caro invitar a las amistades a cenar para que donen una pastilla tras comentar mi situación que confinarme en el acantilado, lo cual es igual que irse de vacaciones y romper antes de tiempo el confinamiento...
En este año cero de nueva normalidad, la cuesta de enero comienza en septiembre.
lunes, 14 de septiembre de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
lunes, 31 de agosto de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
lunes, 24 de agosto de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
lunes, 17 de agosto de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Dicen las crónicas que en tiempos de pestilencias siempre surgen profetas del apocalipsis, gurús con soluciones alternativas, teorías conspiranoícas y por último quienes alientan la rebelión...
Profetas del apocalipsis no faltan en esta nueva peste global en forma de coronavirus y se entremezclan con las teorías de la conspiración que van desde el inefable microchip en la futura vacuna pasando por el fin de los tiempos, que siempre ponen los nuevos profetas saltándose el calendario...
Soluciones alternativas al coronavirus hay para todos los gustos y hasta para sibaritas paladares como es la orina de vaca entre otras perlas. No faltan los habituales y las habituales en estos casos donde ya predicaban las bondades de sus bebercios pero que viven una edad de oro ante la incertidumbre sanitaria que sufre la sociedad que añora el tiempo perdido, arrebatado más bien, en el mes de marzo. Lo de las soluciones lo abarca todo y desde un punto de vista político, sanitario, social y económico todos y todas tienen soluciones pero no pueden, no quieren, no desean o simplemente se la bufa, reunirse para cotejar soluciones...
El sueño vacacional europeo se hace añicos a cada nuevo contagio y los presagios auguran un septiembre complicado a todos los niveles, no hay cientos de muertes diarias, es cierto, pero por lo demás volvemos a una historia que suena conocida mientras suenan fanfarrias de tinte electoral, de humo para escurrir el bulto y culpar como siempre a los demás, cosa nefasta para la sociedad porque la divide en adeptos y en enemigos...
Yo iba paseando el otro día por la ciudad cuando al cruzar un paso de peatones comenzaron a caer del cielo cagadas de gaviota para estupor de quienes estábamos cruzando si bien no hubo que lamentar que nos cagaran encima. Podría montar un pifostio exigiendo responsabilidades, denunciando acoso y cagamentos sobre mi persona y hasta montar una manifestación, con mascarilla y distancia social, para el exterminio de las gaviotas. Las autoridades manifestarían que soy un particular, que lo de las cagadas de gaviota es algo aleatorio y fuera de su ámbito de decisión. En comisaría sería la estrella del día y me derivarían a salud mental con un claro cuadro clínico de paranoia que motive mi ingreso, mecánicamente contenido, para no armar un contencioso, junto con dosis intravenosas de Haloperidol como mandan los cánones. En la manifestación por mis derechos se sumarían tribus urbanas que acabarían montando una algarada con descarga de los antidisturbios antes de que la cosa se ponga turbia...
Enciendo un cigarro mientras oteo la ciudad donde todo parece normal, como cuando se viaja cada ciertos años a un pueblo y parece que nada cambia pero donde todo ha cambiado...
Algo así se siente al otear la ciudad desde el acantilado y su horizonte.
lunes, 10 de agosto de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
lunes, 3 de agosto de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Ayer fue un
día histórico aunque haya pasado desapercibido para la gran masa en la gran mesa de la pandemia donde somos el plato principal y entre los calores de un verano extraño...
Ayer fue la comprobación y el examen final para que la industria privada, el capitalismo, se lance a la exploración del espacio que nos rodea y, con el tiempo, su
explotación de recursos e instalaciones en nuestro satélite...
Una vez más el capitalismo es la fuerza motriz que abre nuevas fronteras, al menos ahora no se hace en nombre de la religión, de los imperios ni por conquista en
nombre de una nación. Aunque en realidad será así, como siempre, pero que sea la iniciativa privada garantiza que ,mientras haya beneficios posibles, se gastará dinero en volver pero para quedarnos y
con el tiempo establecernos...
El comunismo lo intentó aunque por el camino se olvidara de su utopía social y fraternal para mostrar un tipo de totalitarismo fascista de izquierda. Al final se
quedaron en la etapa de los transbordadores cuando colapsó el imperio soviético y tampoco el capitalismo se interesó mucho en volver ya que la prioridad era afianzar el universo de los satélites
artificiales y el transbordador espacial era más caro de lo previsto y costaba demasiadas muertes...
He seguido el examen final desde su lanzamiento gracias al canal de la NASA. No pude evitar volver a la infancia cuando soñaba con ser astronauta pero la estética del
programa ARTEMISA es distinta con sus trajes de nuevo diseño gracias a los avances de la tecnología; el acoplamiento a la EEI y ayer su regreso...
Tal vez habitar en un acantilado me haga por inercia mirar a las estrellas en lugar de al suelo donde andan todos estrellados y tratando de que nos estrellemos los
demás, olvidando las estrellas aunque alguno y alguna parezcan vivir en ellas...
Tal vez la solución sea el espacio y alcanzar la capacidad de mandar al mismo a quien no entienda las reglas del juego, antes se tiraba a mujeres atadas de pies y
manos para ver si eran brujas logrando soltarse. Lo de menos era la vida de la pobre desdichada de turno, era el orden de las cosas donde la brujas no tenían cabida. Sería el mismo principio:
mandamos al espacio a quienes no respeten las reglas del juego, asumiendo el riesgo de que cambien las normas un día y seamos nosotros los enviados a las estrellas, y si vuelven sabemos que son
dignos de este planeta y si no vuelven es que no lo eran. Ya nos juzgarán en el futuro como héroes o como traidores, que sabrán de nuestro presente...
Por desgracia sabrán tan poco del presente como nosotros de nuestro pasado.
lunes, 27 de julio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Hay dos
cosas, sin menoscabo de otras, malas en las ideologías cuando éstas caducan o demuestran con hechos que son inútiles: que los ideólogos se quedan sin ideología y se vuelven peligrosos al proponer
causas peregrinas, trasnochadas o caducas; y que los seguidores de las mismas deban abrir los ojos a la realidad huérfanos de coordenadas que creían y pensaban eternas...
Las dos primeras décadas de este siglo XXI eran demasiado iguales a las de finales del siglo XX, con ideologías obsoletas en una sociedad consumista y conectada en
tiempo real, más urbana en hábitos y consumo que abarca pueblos, aldeas, villorrios y ciudades. Ha sido necesario un enemigo ajeno al ser humano de gravedad y estragos mundiales, biológico como es un
virus, para tomar conciencia planetaria como complemento al mercado global. Como siempre en estos casos, es nuestro mundo civilizado el que muta, con más países enganchados al tren que perdieron el
siglo pasado. Los nacionalismos agonizan en sus propias babas y los ideólogos buscan regresar de su exilio dorado en volandas por la plebe para evitar la Justicia, otros se contagian repetidas veces
y siguen erre que erre y el otro deja a sus compatriotas morir y contagiarse porque los ricos nunca lloran salvo cuando la mierda les salpica...
El problema es que el consumismo no es una ideología pero crecen otras a su sombra. La juventud mantiene vigente el prohibido prohibir y sin encomendarse a familia,
autoridades y salud salen a exponerse al contagio y ser vectores de propagación. Caerán de la burra cuando caigan en las UCI como moscas y éstas se den festines en sus ataúdes, siempre ha sido así
sin motivo para que ahora sea diferente...
Hace un precioso día soleado en el acantilado y hasta las gaviotas parecen tomarse un respiro. Pero hay olor a cordita biológica y, por algún extraño arcano, se
entristece el alma.
lunes, 20 de julio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Andan
molestos algunos repúblicos porque se creen espiados en sus móviles, como si no nos espiaran ya nuestros movimientos, datos y filiación por defecto e instalado de fábrica...
Desde el acantilado reconforta que quienes atentan contra el bienestar común sean espiados para evitar que tengan que ser expiados por sus atentados a la legalidad.
Lo que no reconforta tanto, ni en las alturas, es que pillen el espionaje dando lugar a escándalos. Estas cosas deben hacerse con sigilo, entrar y salir sin ser detectados...
Acostumbrado desde mi mas tierna infancia a los escándalos de la TIA en sus operaciones de campo, lo mejor sería disfrazarse como hacía el Mortadelo para salir airoso
de entuertos, meteduras de pata y malos entendidos. Lo ideal sería adoptar la postura de raciocinio y mente cabal del Filemón, pero esa actitud no da resultados porque la otra parte no ve más allá de
sus propias falacias convirtiendo a sus votantes en Rompetechos y adoratrices de exiliado de ópera bufa como entremés de un sainete grotesco donde lo que menos importa es que se mueran sus gentes,
que somos todos, para seguir achicando culpas y que sus vergüenzas no les resten votos...
Al igual que ocurre con la figura humana de Juan Carlos I, tal vez el superintendente Vicente era amigo de amasar y no declarar a las autoridades fiscales una
pequeña, casi modesta, fortuna y los remedios del profesor Bacterio caen en saco roto u bien hay que tirarlos a tomar por el saco...
Creo que la obra de F. Ibáñez debería ser lectura obligada antes de dormir, antes de cerrar los ojos hastiados por el tumultuoso presente porque hace mucho que no nos
reímos en comunión que sólo logramos ante las desgracias pero que olvidamos rápido el resto del mundo vislumbrando una nueva forma para todos los ámbitos...
La era de acuario no cambió nada que no fuera a cambiar por su propio movimiento inercial el ser humano pero la obra gráfica de F. Ibáñez posiblemente haya cambiado
en su momento la inercia de una sociedad...
Lo malo es que las cagadas de gaviota joden el papel que da gusto; cosas de tener libros en un acantilado, supongo.
lunes, 13 de julio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
El problema
de las advertencias es que se advierten para quienes no las escuchan pero sólo las escuchan quienes no necesitan de advertencias por incumplir las leyes, normas y recomendaciones...
Es verdad que hay cosas que mosquean como es el tema de las mascarillas donde no advirtieron que eran fundamentales y necesarias pero que en ese momento no había
disponibles. La sensación que me queda es que prefieren no decir la verdad a decirla y advertir y la advertencia al final es baladí porque no las escuchan, y mucho menos las acatan, a quienes van
dirigidas...
Un círculo vicioso más donde esperamos el rebrote gordo tratando de mirar hacia otro lado más veraniego y optimista, sordos a las advertencias de sanitarios y sabios
familiares de fallecidos sin ser despedidos en un último adios...
Luego están las advertencias políticas cargadas de agresividad y rabia poco contenida. Con el gobierno catalán no gano para sustos, he de medir mis cifras para que no
se sientan ultrajados en una fecha o ahorrar porque según el presidente catalán le debo como compatriota que no me considera tal más de medio millón de aurelios, parte proporcional,
claro...
Desconozco si las jodidas gaviotas son un vector de transmisión del coronavirus pero voy a escribir a las autoridades del acantilado y su horizonte advirtiendo del
peligro y la necesidad, imperiosa desde un punto de vista sanitario, de exterminarlas de una vez por todas...
Supongo que no me harán caso como han hecho con anteriores advertencias. El ciudadano y la ciudadanía no tenemos derecho de advertencia y sólo el deber de escucharlas
y acatarlas pero el resto sí puede, sea lo qué sea por peregrina y absurda que sean las advertencias y se salten a la torera los marcos legales para poner un marco acorde al tamaño de su fotografía
institucional...
Se siente el alboroto del gallinero hasta en el acantilado y siento un escalofrío porque se han olvidado de la realidad, del coronavirus y del prójimo...
Estamos escupiendo para arriba y es cuestión de propagación que nos caiga encima.
lunes, 6 de julio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Es curioso
lo rápido que hemos pasado de un estado bélico a otro veraniego en estos extraños días de extraña neonormalidad que vivimos...
Da la sensación de que sólo el gremio sanitario, los veteranos que salieron vivas y vivos de las UCI y los familiares de los treinta mil fallecidos oficiales sean los
únicos que son conscientes de que puede llegar un rebrote que nos devuelva al combate y que nos estamos saltando la distancia social, la mascarilla y olvidando a los colectivos
vulnerables...
En la juventud puede entenderse, siempre arrogante ante la muerte y una vitalidad que logra que se adapten a la circunstancia. Es normal que salgan, se reúnan, se
emparejen y hasta que se enamoren pero también que se contagien y propaguen el coronavirus. La juventud toma consciencia de la muerte cuando se mata alguien de la cuadrilla en un absurdo accidente,
la muerte repentina de los progenitores, pero en la guerra la juventud es la savia de la vida, el futuro cuando toda esta mierda se termine...
Pero no comprendo que los tramos de edad que ya no tienen una dinámica juvenil, personas responsables en sus puestos de trabajo, padres y madres sin tacha y todo
aquel que tiene cuatro décadas en velas de cumpleaños se salten a la torera las sencillas normas de llevar mascarilla y mantener distancia social...
A veces desciendo por el acantilado y paro en un abrevadero típico de barrio, es pequeño pero suficiente, ambiente cotidiano de parroquianos que se conocen de décadas
en el trabajo y que ya jubilados se siguen viendo en la barra del bar. Son un grupito acogedor, de risas con la camarera, de arreglar el mundo a golpe de cervezas, chupito, cafés. La barra tiene
forma de L y en la parte corta es donde se junta un grupito de cinco, apelotonados con el taburete de árbitro que marca la distancia y la diferencia entre quien está sentado y está de pie. Es cierto
que entran con mascarilla pero es cruzar la puerta del garito y mandan a tomar por el culo mascarilla y distancia, hablándose como antes de la pandemia, a la puerta del bar soltando salivazos inocuos
en marzo y contagiosos ahora en julio...
Supongo que cuando falte uno de los parroquianos, contagien a sus seres amados o volvamos al confinamiento tomen consciencia de su responsabilidad personal que afecta
a la responsabilidad colectiva. Si la juventud observa que la tercera edad, que su entorno y la política hacen caso omiso de las advertencias y recomendaciones sanitarias qué podemos esperar de
quienes sólo ven la alegría de vivir si quienes conocemos la tristeza de la muerte nos la pasamos por el forro...
Alguien me comentó que la neonormalidad es una mierda y habría que añadir que nuestra consciencia de responsabilidad colectiva es una mierda aún mayor sin menosprecio
de otras mierdas que afloran en estos días extraños y que se suman a las mierdas que ya teníamos antes de la neonormalidad...
Las gaviotas parecen ajenas a todo lo humano aunque al mirar sus cabriolas aladas y sus planeos es como si nos observaran, como si me observaran...
Pero yo también las observo a ellas.
lunes, 29 de junio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
La capacidad
del Ser Humano, y de su cerebro mental, para adaptarse a las adversidades siempre ha sido encomiada y encomiable como sucede ahora con las mascarillas para prevenir el coronavirus...
Habitual del sofá en horas de documentales sobre la fauna salvaje, y salvando las distancias, me propuse observar al prójimo y sus mascarillas. Superado el trauma de
vivir en la jodida nueva normalidad, apartar las excusas primeras de que no se soporta con calor, que te ahogas si la llevas y caminas a trote cochinero, inútil para galguear por los parques y
circuitos con ínfulas de aficionado a correr, finalmente pasamos por el aro una vez más...
Persona de reconocido prestigio pufista, con algo de leyenda negra en las entidades financieras, no puedo permitirme más que la mascarilla quirúrgica a precio
establecido y de un solo uso. Pero veo a mis semejantes que poco a poco han integrado la mascarilla como prenda de vestir, a la fuerza siempre ahorcan, con diversos y variados estampados; como si el
estampado la mimetizara con el resto de la vestimenta y ropajes, como si la quirúrgica fuera una amplificación del recuerdo constante del coronavirus...
Sí he podido observar que, sea la de precio de plebe de gallinero o estampadas con diseños de Gotxu & Galbana para
ingresos pudientes, ambos tipos de usuarios y usuarias siguen cometiendo las mismas torpezas que propician la propagación de virus, ya sea llevándolas de bufanda, llevarlas en el bolsillo y
quitárselas a la mínima ocasión que sirva de justificación para saltarse la distancia social, la obligatoriedad de poner la mascarilla...
Aunque la mona se ponga mascarilla estampada, mona nos quedamos, engañándonos mutuamente con nuestras mascarillas de diseño
integradas en el vestuario como si así se evitara la pandemia que en realidad nos sumergió en ella hace meses y queremos crear una nueva normalidad lo más parecida a la que perdimos en marzo y
comenzamos a perder mucho antes...
Confundimos salir a lo necesario con irnos de farra y vacaciones, el Sistema nos alerta de los rebrotes pero motiva el dinamismo
económico del turismo...
En realidad siempre hemos llevado mascarilla porque siempre nos la han puesto. Yo me fío de la ciencia y si en un quirófano, si los
políticos y nuestros héroes y heroínas sanitarias las usan, prefiero llevar la mascarilla azul que me recuerda constantemente que esta mierda no se ha terminado, que me recuerda que esto ni es
normalidad ni es nada y sí simplemente una nueva normalidad condicionada por la pandemia, no quiero olvidar ni quiero engañarme colectivamente...
Preferimos oir que se puede ir a la playa y no que lo recomendable es no arriesgarse, pero mis semejantes prefieren sacudirse el
polvo del confinamiento, ponerse la mascarilla de la ilusión de ir a la playa, fiestas, saraos, reuniones gastronómicas y demás; obligando a quienes preferimos ver la realidad a tener que redoblar
las precauciones y a llevar mascarilla, el sacrificio de no ver una sonrisa, oculta y potencialmente contagiosa del coronavirus...
Menos mal que en el acantilado no hace falta llevar mascarilla aunque sí un paraguas para que las cagadas de gaviota no terminen con
mi cuero cabelludo, menos mal.
lunes, 22 de junio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Una vez a la
semana suelo comprar el periódico, ya me gustaba sentir el tacto del papel desde niño y más tarde un periódico solía ser una alternativa a tiempos muertos, tiempos a punto de morir y horas moribundas
que a veces contaban como horas extras...
La sección de comentarios de los lectores siempre fue de las de ir a tiro fijo, una forma de sentir el pulso de la ciudad...
Durante el estado de alarma y el confinamiento domiciliario volví a la rutina de coger el periódico, no todos los días pero sí cada dos o tres, una excusa barata para
salir al exterior a respirar dentro de la excepción que marcaba el estado de alarma. Sentarme tranquilo en el sofá al lado de la ventana y mirar titulares en una primera pasada y seguido de una
lectura reposada que propiciaba el no poder salir y que la actividad estaba paralizada...
A lo largo de casi cien días he visto como la tribuna de opinión de los lectores, y alguna carta al director, convertía a los remitentes en expertos en pandemia,
expertos en coronavirus y expertos en señalar fallas en el mobiliario urbano, tapas de alcantarillas sueltas y demás zarandajas que se llevan a la tribuna de opinión. Pero también la de los
vigilantes de balcón atentos a cazar adolescentes, adultos y dueños de mascotas que no recogen la mierda que cagan las mismas...
Ahora todo ha pasado aunque siga en todas partes, pero ya es hora de volver a la cita semanal con el periódico impreso y no hay tiempo muerto porque ha vuelto la
actividad, pero me gustó el reencuentro como si no pasara el tiempo, tener entre mis manos a mi amigo fiel sentado en el sofá ya no será una rutina casi diaria...
Nunca se echa de menos aquello que puedes recuperar cuando quieras, pero espero echar de menos comprar el periódico casi todos los días...
Significará que hemos vencido al coronavirus.
lunes, 15 de junio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Está en
boga, como forma de protesta contra el racismo, el derribar y decapitar estatuas, esas cosas donde cagan los pájaros y que jalonan los paisajes urbanos y rurales. Lo bueno de las estatuas es que con
el paso del tiempo se desconocen los méritos e incluso quién era y su vida del personaje esculpido...
Los revisionismos suelen ser miopes por cuanto se juzga con cánones contemporáneos lo que es pasado, con desconocimiento de las coordenadas que llevaron a esculpir a
alguien y ser homenajeado por sus contemporáneos. El olvido es el peor de los males porque obliga a repetir los errores olvidados. Quitar una estatua puede ser el inicio a largo plazo de que los
deméritos se repitan. Sería mejor enseñar e ilustrar quién era, qué hizo, porqué le erigieron la estatua. Pero es más fácil derribar que enseñar e ilustrar, siempre se tapan las vergüenzas propias y
se culpa a las ajenas...
Ninguna estatua resiste un juicio revisionista. Las primeras en derrumbar serían las religiosas de todo tipo, pelaje y panteón divino. Luego las políticas, también
con personajes de todo tipo y pelaje donde se derriban hasta ciclistas por ser campeones nacionales...
Ojalá se derribara una estatua y se derrumbaran las mentes que la sustentan, a veces con completo desconocimiento de quién cojones es el de la estatua, pero se
amparan en sus hechos que son logros para unos, pérdidas para otros y batallitas del abuelo Cebolleta para la inmensa y silenciosa mayoría...
Yo quisiera derribar alguna que otra estatua de dos patas andantes que siguen en los pedestales de 1936 y erigir en su lugar otras más modernas, pero las estatuas de
dos patas andantes son duras como el acero e incrustado su pedestal en las mentes de sus votantes con firmes pilares...
Por si fuera poco, con el rollo de la pandemia las religiones ven señales y pruebas de sus privados apocalipsis, terceras profecías de Fátima, microchips en las
vacunas, plan diseñado para acabar con parte de la población, estatuas en suma que lejos de ser derribadas se afianzan en la sociedad con su miedo inducido...
Queda el consuelo de que los pájaros no se quedarán sin su cagadero porque no miran dónde cagan.
lunes, 8 de junio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Lo peor de
llegar a un objetivo marcado es asimilar la propia llegada...
Al comienzo de ir en pos del objetivo se mezclan sensaciones extrañas, dudas de si seremos capaces, optimismo contagioso para que no decaigan los ánimos y algunas
veces de forma involuntaria y otras de forma voluntaria pero obligatoria, iniciamos el camino sin saber muy bien cómo se ha llegado a esa situación que nos obliga al trote cochinero sin mirar
atrás...
Enfilado el camino al objetivo marcado, se suceden distintos estados de ánimo, de tensión, de soledad, de rabia, de inconformismo soterrado hasta que ya no sientes
las piernas y simplemente caminas uniéndote al resto porque no hay opción..
Pero te ilusionas con el objetivo, te dices que merece la pena aunque alguien siempre jode el esfuerzo colectivo y acaba jodiendo el esfuerzo personal, pero ya no te
detienes ni piensas, sólo hay el objetivo...
Y llega la llegada, con una mezcla de euforia y de temor, ansiosos de disfrutar del objetivo y las promesas que traía consigo. Miras alrededor y todo sigue en
apariencia igual pero los semejantes hemos cambiado, eso se piensa mientras te adaptas a la nueva normalidad...
Esperaba ver la luz a la llegada pero sólo veo la siniestra y macabra oscuridad que existía al comienzo.
lunes, 1 de junio de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Estaba
tranquilamente ojeando la prensa cuando leo que han colisionado un patinete y una bicicleta con el agravante de que ambos `pilotos´ dieron con abundancia el positivo en alcoholemia...
Al final resulta que los nuevos santones de la vida urbana saludable que se alimentan de alimentos que no provocan aerofagia y sus nocivos gases en las reses
sustituyendo la carne por cosas que no lo son pero saben a carne, también le pegan a la botella y suben a sus vehículos no contaminantes poniendo en peligro, no ya su propia integridad, sino la de
los vulgares peatones, nuevos parias de la circulación que entre terrazas ampliadas quitando acera y los carriles-bici nos vemos marginados a seres esquivos de toda cosa que se mueva...
Me pregunto qué pasará cuando los coches de conducción autónoma sean realidad cotidiana y su dueño suba con una cogorza al vehículo, ponga el modo conducción
automática y, por razones desconocidas hasta que se resuelva la investigación, se escoñe contra otro vehículo, contra un ser humano u bien contra un vehículo no contaminante. Conociendo al paisanaje
pasará lo mismo que cuando vas conduciendo y te dan por atrás al ralentí en un semáforo, que te joden las cervicales y que indemnice el seguro...
A este ritmo de evolución de los vehículos no contaminantes para carril-bici se hará, tarde o temprano, necesaria la creación de una policía de carril-bici que vele
por el tráfico. Puede parecer una medida drástica o patética ocurrencia según se mire y no lo voy a negar, pero cuando el tráfico se recupere en su cantidad normal y cotidiana cuando termine la
pandemia, está claro que o quitan carriles para unos y ponen para otros o seremos los sufridos peatones quienes suframos más reducción de espacio peatonal...
Miro el tráfico desde el acantilado, fluido pero de mayor volumen que semanas atrás, un latido de la ciudad que va recuperando su ritmo cardíaco aunque contamine sus
pulmones...
Lo echaba de menos.
lunes, 25 de mayo de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Lo bueno de
no poder ir nunca de vacaciones, más allá del acantilado, es que cuando no se puede ir de vacaciones no me disgusta y cuando permiten de nuevo ir de vacaciones no me importa...
Los arenales serán la prueba definitiva de nuestro talante solidario y responsabilidad individual y colectiva. No me imagino a la gente esperando delante de un
semáforo a que se ponga en verde como han hecho en alguna catedral, claro que no poder practicar levantamiento de vaso en barra fija y tener que hacerlo sentado a una mesa tampoco me
convence...
Por una parte se pierde la posibilidad de catar escote de la camarera cuando se inclina para fregar vasos y tazas, si bien es cierto que había auténticos codazos y
mordiscos entre los parroquianos por coger el taburete de vistas panorámicas...
Pero un cafelito en la mesa no es lo mismo que en la barra. La mesa es más de café con bollería, pero no es sólo el jodido café, aunque sea jodido pillar el taburete
de las vistas panorámicas, es sentarse a la barra, echar un vistazo al mostrador, la lotería o la tele en una esquina...
La nueva normalidad nos convierte en orugas que vamos mudando hasta ser crisálidas en lugar de mariposas porque nos hemos convertido en una sociedad de insectos. Cual
hormiguero, caminamos evitando al contrario como si siguiéramos un rastro químico, sin conversaciones ni abrazos, vamos allí, aquí, acullá, siempre evitando coger papeletas para el sorteo del viaje
al más allá...
Pega el sol en el acantilado, una gaviota toca los cojones por no variar y el murmullo del tráfico, aunque atenuado, ya se nota en fase dos...
¿Sabría el poeta a dónde van las fases como sabe a dónde van las lágrimas?
lunes, 18 de mayo de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
Somos seres de
contradicciones, capaces de manifestar el amor universal mientras bombardeamos a quienes no amamos justificando en que no nos aman. Ahora con la nueva normalidad parece que volvemos a las
contradicciones, queremos que los niveles de polución se mantengan siempre así, prohibiremos el tráfico en los cascos urbanos para poner viales de vehículos no contaminantes pero sin preguntarnos de
dónde saldrán los dineros para mantener la infraestructura vial urbana toda vez que las vacinillas a pedales no pagan impuestos. Queremos reactivar la economía sin preguntarnos si merece la pena la
apuesta o esperar un nuevo reparto de cartas, convencidos de que lo peor ya pasó y podemos ya caminar sin marcar el paso...
El sueño de bajos niveles de contaminación durará lo que dure la pandemia aunque sea hermosa la ciudad sin su boina de contaminación y desde el acantilado luce
hermosa bajo los rayos del sol. El sueño de avenidas urbanas convertidas en vergel libre de contaminación del tráfico durará lo que dure la nueva normalidad y se vuelva a la rutina consumista, la
comodidad de ir en coche particular...
Lo bueno que tiene la esperanza en estos casos es que cuando todo esto termine habremos cambiado sutilmente y podrán ponerse unos ladrillos a la realidad para que sea
de ensueño. Si no somos capaces de llevar una mascarilla cómo pensamos que seremos capaces de renunciar a nuestras comodidades cuando el virus sea historia...
El mundo cambiará como ha hecho ya dos veces en este jovenzuelo siglo en 2001 y en 2008, cambios rápidos y sutiles, recordemos cómo era viajar en avión hasta el 11-S,
recordemos la alegría inducida por el consumismo a pagos aplazados y recordaremos la alegría de recuperarnos de una crisis hasta que nos llegó ésta de ahora, distinta y extraña donde no apreciamos
las ventajas de no ser una guerra entre humanos, pero mientras rendimos homenajes al gremio médico y los demás gremios que nos hicieron pasar un cómodo confinamiento domiciliario también les
relegamos al olvido cuando nos lanzamos en la nueva normalidad a mezclarnos unos con otros sin respetar las normas de distancia social...
Puede que estemos en la nueva normalidad pero seguimos tan anormales como en la vieja.
lunes, 11 de mayo de 2020
REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues
En estos
días extraños que nos toca vivir, una de las cosas que más extrañé y en falta era no poder ir a la biblioteca...
Además del placer de encontrar un libro, un título y un autor sin esperar encontrarme y que me encuentro para que me acompañe el tiempo que dure su lectura, disfruto
paseando entre las estanterías, mirando en tal o cual sección, aunque ya tenga más o menos decidido qué libro llevarme, paseo entre libros, autores y títulos. Me reconforta ver la biblioteca aunque
no sea usuario salvo para tomar y devolver libros en préstamo...
Pero en estos días extraños de extraños permisos para extrañas salidas de extrañas sensaciones, no podré ir a la biblioteca a disfrutar de momentos de abstracción ni
elegir un libro, un titulo, un autor porque será un funcionario quien lo saque de su estante y me lo entregue previa solicitud mía del título y autor del libro...
Es necesario y parte del esfuerzo común de la masa silenciosa, un trastorno más que se ignora cuando pienso en la cifra de muertes por el coronavirus. Pero no puedo
evitar visualizar los libros, títulos y autores guardando su propia cuarentena de catorce días antes de poder ser tomados en préstamo, no sienten ni padecen aunque su lectura nos haga sentir y
padecer, reír y llorar, extasiarnos o simplemente evadirnos de la realidad...
Algún día se escribirá sobre estos días extraños de extrañas noches y seremos parte de la historia, novela o ensayo que se publique; más tarde cuando sólo seamos
polvo de estrellas, seremos parte de una biblioteca donde algún usuario del futuro se encuentre con un libro, un título y un autor que le acompañará el tiempo que dure su lectura y volveremos a la
vida por fugaces instantes en párrafos...
En esta guerra tenemos la suerte de que los libros no son pasto de las llamas y de la destrucción, seguirán ahí cuando un día acabe esta guerra aunque muchos lectores
y lectoras yacen muertos y son cifras de la mortalidad de una pandemia mundial, números de una macabra estadística...
Por fortuna me quedan mis libros, pocos, alguno escogido, otros rescatados del naufragio, unos cuantos adquiridos a lo largo de los años pero debo despedirme de un
ejemplar que tenía en préstamo antes del confinamiento domiciliario y que ahora debo devolver. Será un viaje extraño a la biblioteca y espero que no haya cola. Esperaré unos días para evitar la
inherente aglomeración cada vez que nos sueltan un poco más la correa del confinamiento, que levantan un centímetro las restricciones...
Miro mis libros, que parecen mirar al libro que tengo en préstamo, que parecen despedirse de extraña manera en estos días extraños, igual que le mira el viejo
armario, privado de su muleta, para volver a la cojera de antaño...
Y es que, donde esté un buen libro, que se quite la cuña.