martes, 17 de septiembre de 2024

 
 
Libro: Stalingrado
Autor: Antony Beevor
Editorial: Editorial Crítica, S. L.
Traducción: Magdalena Chocano
Edición: Tercera edición, enero de 2001
 
La batalla por la ciudad de Stalingrado condensa todos los ingredientes de la II Guerra Mundial en el teatro europeo. Ciudad símbolo de la Unión Soviética y centro industrial, se convirtió en una cuestión de orgullo simbólica, el choque de dos ideologías antagonistas, reducida a ruinas y escombros por la aviación nazi y que se convirtieron en el escenario ideal para que las tropas soviéticas resistieran en una lucha urbana aprovechando el entorno de destrucción y una obsesión de Hitler que no tuvo el menor remordimiento de dejar abandonados al VI Ejército por empecinarse en que no se retiraran y resistieran hasta la llegada de refuerzos con suministros lanzados desde el aire pero todo resultó una falacia con un Paulus jefe del VI Ejército que prefería creer lo que sabía que eran falacias a tomar la iniciativa para desobedecer a Hitler y poner a salvo a las tropas bajo su mando. Supuso un punto de inflexión al ser la demostracion de que la Alemania nazi no era invencible, Hitler sacrificó a tropas que hubiera necesitado posteriormente engañando al pueblo alemán y condenando a la muerte en cautiverio de miles de soldados alemanes y de sus aliados rumanos e italianos. La propuesta de hoy es un viaje a la Batalla de Stalingrado y cómo se desarrolló por parte de ambos bandos conociendo las vicisitudes de una batalla cruel y sin piedad donde sólo había una opción para sus habitantes y las tropas soviéticas: resistir y morir o morir a manos de los comisarios políticos por no cumplir su deber de morir por la patria soviética, no hubo escapatoria y tampoco para el invasor nazi cuando se cerró el cerco sobre el VI Ejército...
 
Antony Beevor, educado en Winchester y Sandhurst, fue oficial regular del ejército británico. Abandonó el ejercito tras cinco años de servicio y se trasladó a París, donde escribió su primera novela. Ganó el Runciman Prize en 1992 y es Caballero de las Artes y las Letras del gobierno francés. `Stalingrado´ le valió ganar el Samuel Johnson Price para obras de no ficción en su primera convocatoria, el Wolfson History Prize y el Hawthornden Prize siendo el primero de sus libros traducidos al español.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición aunque en Internet podéis encontrar más información sobre el autor, y sin más verborrea unos breves pasajes que os inciten a su apasionante lectura:
 
Stalin no quiere creer la realidad...
"Stalin, que se había negado a aceptar la posibilidad de una invasión hasta la tarde de ese sábado, todavía sentía terror de provocar a Hitler. Goebbels, con alguna justificación, lo comparaba con un conejo hipnotizado por una serpiente. Una serie de informes de los guardias fronterizos hablaba de que en los bosques al otro lado de la frontera se mantenían encendidos los motores de los tanques; que ingenieros militares alemanes construían puentes sobre los ríos y rompían las barreras de alambres de púas frente a sus posiciones. El comandante del distrito militar especial de Kiev advertía que la guerra comenzaría en cuestión de horas. Llegaban informes de que en los puertos del Báltico, las naves alemanas habían parado súbitamente de cargar y navegaban de regreso a su país. Sin embargo, Stalin, el dictador totalitario, todavía no podía aceptar la idea de que los acontecimientos podían estar fuera de su control. Esa noche, después de largas discusiones en su estudio con los altos comandantes del Ejército Rojo, Stalin aceptó despachar en clave un aviso a todos los cuarteles de los distritos militares en el oeste: `En el curso del 22 al 23 de junio de 1941, es posible que los alemanes ataquen por sorpresa los frentes de Stalingrado y los distritos militares especiales del Báltico, del oeste, de Kiev y de Odessa. La tarea de nuestras fuerzas es no ceder ante cualquier provocación que suscite complicaciones importantes. Al mismo tiempo las tropas... deben estar completamente preparadas para el combate, para responder a un posible ataque sorpresa de los alemanes y sus aliados´. La marina y algunos altos oficiales, habían ignorado calladamente las órdenes de Stalin contra la movilización, pero, para muchas unidades, la advertencia, que no salió hasta pasada la medianoche, llegó demasiado tarde."
 
El general invierno en la Operación Tifón...
"El invierno había llegado con toda su fuerza, con nieve, vientos gélidos y temperaturas por debajo de los 20 grados bajo cero. Los motores de los tanques alemanes se congelaban como una roca. En la línea de frente, los exhaustos soldados de la infantería cavaban búnkeres para protegerse del frío y de las bombas enemigas. El suelo había comenzado a congelarse tanto que primero necesitaban encender dos grandes hogueras, antes de intentar excavar. El estado mayor y la retaguardia ocupaban las casas campesinas, expulsando a los civiles rusos en la nieve. El rechazo de Hitler a considerar una campaña invernal significó un tremendo sufrimiento para los soldados. `Muchos hombres caminan con los pies envueltos en papel y hay una gran escasez de guyantes´, escribió el comandante de un cuerpo blindado al general Paulus. Excepto por sus cascos en forma de cubo muchos soldados alemanes eran apenas identificables como miembros de la Wehrmacht. Sus propias botas, altas, ceñidas y forradas de acero aceleraban el proceso de congelamiento, de modo que recurrieron a robar ropa y zapatos a los prisioneros de guerra y a los civiles. La operación Tifón pudo infligir enormes bajas al Ejército Rojo, pero significó para la Wehrmacht, más pequeña, irreparables pérdidas en términos de soldados y oficiales preparados. El capellán de la 18ª división blindada escribió en su diario: `Esta no es ya la antigua división. Todas son caras nuevas. Cuando uno pregunta por alguien, recibe siempre la misma respuesta: está muerto o herido´."
 
Machacando Stalingrado desde el aire...
"El ataque aéreo contra Stalingrado, el más concentrado en el Ostfront, representaba la culminación de la carrera de Richthofen desde Guernica. Los aviones de la 4ª flota aérea realizaron un total de 1.600 incursiones ese día y lanzaron 1.000 toneladas de bombas perdiendo sólo tres máquinas. Según algunas estimaciones, había casi 600.000 personas en Stalingrado, y 40.000 fueron muertas durante la primera semana del bombardeo. La razón de por qué tantos ciudadanos y refugiados aún permanecían en el margen occidental del Volga era típica del régimen. La NKVD había requisado casi todas las embarcaciones, adjudicando una prioridad mínima a la evacuación de la población civil. Después Stalin, al decidir que no se debía consentir el pánico, rehusó permitir a los habitantes de Stalingrado que fueran evacuados por el Volga. Esto, pensaba, forzaría a las tropas, especialmente a las milicias localmente reclutadas, a defender la ciudad más encarnizadamente. Uno de los muchachos atrapados allí con sus madres observaba: `Nadie se molestaba por los seres humanos. Éramos sólo carne de cañón´."
 
Conseguir un permiso lejos del frente de Stalingrado...
"Los pensamientos ya estaban ocupados en la Navidad: la `fiesta más bonita de todo el año´. Los soldados comenzaron a hablar de los regalos con sus esposas. El 3 de noviembre de 1942, una división dio a conocer sus `pedidos de instrumentos musicales, juegos, decoraciones del árbol de Navidad y velas´. Se plantearon los turnos de licencia, una cuestión que suscitaba más esperanzas y más decepciones que ninguna otra. Paulus insistió en que la prioridad fuera dada a los soldados `que habían estado en el teatro de operaciones oriental sin una pausa desde junio de 1941´. Para los afortunados que salieron para el largo viaje, el tiempo pasaba desapercibido en una sensación de irrealidad. El hogar parecía tener la calidad onírica de una existencia previa.- De vuelta entre sus familias, los hombres encontraban imposible hablar sobre sus experiencias. Muchos se sintieron consternados al descubrir cuán pocos civiles tenían una idea de lo que estaba pasando. Lo peor de todo: era totalmente inútil informarlos, pues esto significaba que sus esposas se angustiarían más. La única realidad ahora parecía ser una existencia de pesadilla de la que no podían escapar. Era humano sentirse tentado por la idea de deserción, pero pocos la consideraban seriamente. El resultado más vivido de su partida era decir adiós. Para muchos, fue la última vez. Sabían que estaban reingresando el infierno cuando pasaban por el letrero de la principal vía a Stalingrado: `Entrada a la ciudad prohibida. Los visitantes ponen sus vidas y las de sus compañeros en riesgo´. Muchos encontraron difícil decidir si ésta era o no una broma."
 
Problemas de salud en las tropas alemanas cercadas...
" La desnutrición grave también redujo la capacidad de un paciente para sobrevivir a las enfermedades infecciosas, tales como la hepatitis y la disentería, en los inicios del periodo del cerco, y las enfermedades más graves al final, particularmente la fiebre tifoidea y el tifus. En la estepa no había agua para lavarse, menos aún para lavar la ropa, simplemente porque no había combustible suficiente para derretir la nieve y el hielo. `Pocas cosas nuevas hay por aquí -escribió un teniente de granaderos blindados de la 29 división motorizada de infantería- . Al principio de la lista está el hecho de que cada día estamos más infestados de piojos. Los piojos son como los rusos. Matas uno, diez nuevos aparecen en su lugar.´ los piojos serían los portadores de la epidemia que diezmaría a los supervivientes de Stalingrado. Las preocupaciones inmediatas del personal médico, sin embargo, todavía se centraban en la debilidad por la falta de alimento. `Lentamente, nuestros valientes combatientes se vuelven decrépitos´, escribió un doctor ayudante. Proseguía relatando una amputación a la altura del muslo que había realizado sin ningún tipo de anestesia a la luz de las antorchas en un refugio. `Uno se siente apático hacia todo y sólo puede pensar en la comida.´"
 
Prisioneros rusos atrapados en el cerco...
"El dolor del hambre de los soldados alemanes en el Kessel eran realmente fuerte, pero otros sufrían mucho más. Los 3.500 prisioneros rusos de guerra en los campos de Voroponovo y Gumrak estaban muriéndose a un ritmo que se aceleraba rápidamente. Varios oficiales alemanes se sintieron hondamente conmocionados al descubrir en enero (1943) que estos prisioneros se vieron reducidos al canibalismo e hicieron informes orales de esto. Cuando las tropas rusas llegaron a los campos a fines de enero, las autoridades soviéticas aseguraron que sólo quedaban veinte hombres vivos de un total de 3.500. El espectáculo que recibió a los soldados rusos -a juzgar por la película tomada por las cámaras de noticiarios que llegaron al lugar- era por lo menos tan terrible como los que se vieron al llegar a los primeros campos nazis de la muerte. En Gumrak, Erich Weinert describió la escena: `En un barranco encontramos un gran montón de cadáveres de prisioneros rusos, casi desnudos, tan delgados como esqueletos´. Las escenas, particularmente las de `Kriegsgefangen-Revier´ filmadas en Voroponovo, pudieron haber hecho mucho paea endurecer los corazones del Ejército Rojo hacia los recién derrotados. Muchos de los miles de Hiwis todavía adscritos alas divisiones alemanas estaban famélicos también. Girgensohn, después de realizar una autopsia en un cadáver, le dijo al oficial alemán encargado que este hiwi en particular había muerto de hambre. Este diagnóstico `lo dejó completamente atónito´. Aseguró que los hiwis recibían las mismas raciones que los soldados alemanes. Muchos eran tratados bastante bien por sus oficiales alemanes, y hay numerosos relatos que muestran la confianza mutua en la última batalla. Pero para entonces los rusos con uniformes alemanes sabían, y los ejércitos soviéticos que los rodeaban iban acompañados por tropas de la NKVD esperando para ocuparse de ellos."
 
Paulus prisionero del Ejército Rojo...
"El mariscal de campo Paulus, acompañado por el teniente Lev Beziminski, de la inteligencia del Ejército Rojo, era conducido desde el cuartel general del 64º ejército en el coche de su propio estado mayor al cuartel general del frente del Don fuera de Zavarikino, a unos 80 km de Stalingrado. Schmiidt y Adam le seguían escoltados en otro coche. Les mostraron sus alojamientos, otra izba de planta pentagonal. Un destacamento permanente de guardas bajo el mando del teniente C. M. Bogomolov los esperaba. Los otros `generales de Stalingrado´ fueron traídos a otra izba cercana, donde eran vigilados por el teniente Spektor y un pelotón de hombres. Bogomolov y sus hombres, agudamente conscientes del momento histórico, miraban a sus prisioneros con fascinación. Paulus por su alta estatura tuvo que agacharse para entrar. Siguiendo el ejemplo de Adam, había dejado la gorra del uniforme por una ushanka. Todavía usaba el uniforme de capitán general. Paulus fue seguido por el general Schmidt y el coronel Adam, quien impresionó a sus guardas con su `conocimiento bastante bueno del ruso´. El soldado chófer de Paulus vino al final trayendo sus pesadas maletas. El Mercedes del estado mayor pasó rápidamente a poder dfel general W. I. Kazakov, el comandante de la artillería del frente."
 
Libro apasionante que se devora de un tirón gracias al estilo ágil, ameno y dinámico del autor que nos permite tener una visión de la batalla desde todos los ángulos. Ideal para amantes de las hazañas bélicas, lectura de turno de noche tranquilo y en general para conocer los entresijos y vicisitudes de una batalla que significó el inicio del crepúsculo de los dioses para la maquinaria de guerra nazi que perdió con el VI ejército tropas veteranas y curtidas en combates así como material de guerra. Muy apropiado ahora que Ucrania sufre el expansionismo ruso para recordarnos la miseria, muerte y destrucción que genera la guerra...
 

miércoles, 4 de septiembre de 2024

 

Libro: La Gran Guerra  
– La Primera Guerra Mundial al descubierto-
Autor: The History Channel Iberia
Editorial: Random House Mondadori S.A.
Edición: Primera edición, noviembre 2013
 
La propuesta de hoy es un delicioso viaje a la Gran Guerra de la mano del prestigioso Canal HISTORIA, todo un referente en documentales y que nos ofrece en formato libro una panorámica de la guerra y sus protagonistas: soldados, civiles, políticos y cómo cambió para siempre la sociedad mundial y europea. Mediante diversos ensayos que suponen una introducción que dejan con gana de profundizar más en los temas expuestos, nos introducimos en la época y veremos los cambios en el arte de la guerra, la mujer y su papel en la sociedad y el fin de un mundo que sólo fue una parte de lo que sería el siglo XX en cuanto a guerras y conflictos se refiere, tampoco lo estamos haciendo mal en el siglo XXI. Dedica además un capítulo a España y su circunstancia como país neutral así como el papel del monarca Alfonso XIII y su oficina de ayuda a familiares de soldados de ambos bandos.
 
Reconocido durante cinco años consecutivos como mejor canal temático por la Academia de la Televisión, HISTORIA emite las producciones internacionales más prestigiosas y apuesta por la mejor producción propia. Referente de producciones actuales, ganadoras de numerosos premios, la marca de calidad HISTORIA despierta la curiosidad del espectador haciendo de la Historia algo vivo, sorprendente, entretenido y accesible. Producido en España desde 1998, HISTORIA es fruto del acuerdo entre Chello Multicanal y A+E Television Networks, creadora de HISTORY, que está presente en ciento cincuenta países y llega a más de trescientos millones de abonados en todo el mundo.
Información sacada de la contraportada y actualizada al año de edición. Y sin más preámbulos, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
La economía en 1914...
"En 1914 el mundo se había integrado completamente en el entramado económico que tenía como polo dinamizador Europa y Estados Unidos, asegurando de este modo que el crecimiento económico de Occidente continuase después de más de un siglo de marcha sin descanso. Muchas veces se ha recordado una célebre frase de Keynes en la que afirmaba que `el habitante de Londres podía pedir por teléfono, mientras bebía su té matutino en la cama, los más variados productos de toda la tierra´, refiriéndose al hecho de que el comercio mundial y el avance de la técnica habían hecho posible la eliminación de fronteras económicas antes de la Gran Guerra. De hecho, desde finales del siglo XIX, la política británica apostó por reforzar la vía industrializadora abandonando por completo la agricultura. Ello era posible gracias a que los avances en la navegación y en la conservación de alimentos ( ya existían los primeros barcos frigoríficos) permitían las importaciones de productos básicos de puntos tan distantes como Argentina, Estados Unidos o Australia. Pero también significaba, como iría comprobando con el paso de los años el gobierno británico, que dejar el sustento de su población al albur de las importaciones intercontinentales podía ser un punto débil demasiado evidente en caso de guerra."
 
Alemania reclama su sitio como potencia...
"A pesar de su clamoroso error, el káiser seguía dispuesto a avanzar en su proyecto, que necesariamente debía tener una dimensión mundial. En el resto de los gobiernos europeos estas ambiciones comenzaban a levantar recelos, aunque algunos líderes o no se enteraban o no querían dar a Alemania el estatus que reclamaba. En palabras de Briggs y Clavin, `Guillermo II estaba fascinado por la Weltpolitik (política mundial) apoyada en el poderío naval que le recomendaban alguno de sus consejeros, sobre todo el almirante Alfred von Tirpitz, mientras que Delcassé (ministro francés de Asuntos Exteriores) simplemente creía que Alemania era el `enemigo hereditario´ de Francia. Efectivamente el nuevo medio que ideó el káiser fue el de dotar a Alemania de un poderío naval equiparable al de Gran Bretaña. En 1898 Tirpitz presentó al emperador un proyecto para que se construyese una flota de combate en el Mar del Norte que si no pudiese llegar al tamaño de la británica por lo menos tuviese las dimensiones suficientes para que el enemigo se lo pensase dos y más veces antes de lanzar un ataque. Ese mismo año se aprobó el proyecto mediante una ley naval y Alemania comenzó a construir buques de guerra con una tecnología superior a la de los buques británicos, unos buques que presentaba como necesarios para proteger sus colonias y su comercio. Eran del tipo llamado Grosser Kreuzer o Schlachtkreuzer (crucero de batalla), tan potente como un acorazado clásico pero más rápido, y durante la contienda se mostrarían en muchas ocasiones superiores a los navíos británicos en el uno contra uno."

El Imperio Otomano...

"En la primavera de 1915, mientras los británicos desplegaban su operación anfibia en Galípoli, los rusos contraatacaban en el Cáucaso emprendiendo además una política de desestabilización interna para dañar la resistencia turca. La cristiana Armenia se encontraba dividida entre el Imperio ruso y el otomano, y los rusos jugaron la baza de la solidaridad religiosa para levantar a los armenios súbditos del sultán. Había cuatro brigadas armenias alistadas en el ejército ruso y el patriarca ortodoxo de la Armenia rusa hizo una llamada al levantamiento. Todavía se discute si esta iniciativa tuvo o no éxito, pero lo que siguió fue uno de los episodios más negros de la guerra. En palabras de Niall Ferguson, `la criminal campaña lanzada contra los armenios entre 1915 y 1918 fue, sin embargo, cualitativamente distinta (a las anteriores), hasta el punto de que actualmente existe la opinión generalizada de que se trató del primer genocidio merecedor de tal nombre´ ( de hecho, la palabra `genocidio´ sería inventada para el caso armenio por el jurista judío polaco Rafael Lemkin). El gobierno turco identificó a partir de entonces a los armenios con una `quinta columna´ rusa en el interior, por lo que comenzó campañas sistemáticas de saqueos, asesinatos, violaciones y deportaciones en un río de sangre que tardaría mucho en secarse, pese a las protestas e informes detallados de parte del cuerpo diplomático (especialmente del embajador de Estados Unidos, Henry Morgenthau) y de varios misioneros occidentales."
 
Revolución rusa con una guerra de fondo...
"Ese mismo día el comité de la Duma anunció la formación de un gobierno provisional en el que los kadetes ocuparon la mayoría de las carteras y a cuyo frente se puso el príncipe Lvov. Inmediatamente éste anunció una serie de reformas: reconocimiento de los derechos civiles, abolición de todos los privilegios sociales y convocatoria de una Asamblea Constituyente para la que votarían todos los adultos mayores de veintiún años (incluidas las mujeres). Dos días después se solventó la cuestión sucesoria declarando Rusia una República, aunque los diferentes partidos no se ponían de acuerdo sobre qué tipo de república deseaban. En el interín se decidió recluir a la familia imperial como medida preventiva, siendo enviada a Tobolsk (Siberia occidental). La situación que surgió de la Revolución de Febrero fue una dualidad de poderes. Por un lado, el gobierno provisional pretendía recoger la legitimidad de las instituciones tradicionales, pero la realidad era que había sido nombrado or una Duma elegida antes de la guerra y mediante un sufragio muy restringido, por lo que dicha legitimidad era cuestionable. Al tiempo el soviet de Petrogrado se arrogaba la capacidad de dirigir la política de la nueva etapa y su ejemplo fue seguido en las principales ciudades, donde también se formaron soviets de soldados y obreros. La cuestión más urgente en ese momento fue qué hacer con la guerra. Los kadetes impusieron en el gobierno provisional su visión de continuar con la contienda respetando los compromisos internacionales que había adquirido el gobierno del zar, mientras que mencheviques y eseristas eran sólo partidarios de una guerra defensiva para rechazar la ocupación alemana. Los bolcheviques fueron los únicos que denunciaron la continuidad del conflicto, aunque estaban en franca minoría. La postura mayoritaria en los soviets era la de mencheviques y eseristas, que presionaban desde ellos al gobierno para que acometiese reformas que beneficiasen a obreros y campesinos. Pero la continuidad de la guerra cayó como un jarro de agua fría sobre la población, cuya resistencia se estaba llevando al límite para el mantenimiento de un conflicto que sentían como algo ajeno."
 
Combatientes de trinchera...
"Como si de hormigas se tratase, los soldados desarrollaron su vida cotidiana en aquel inverosímil mundo de pasillos subterráneos. Para optimizar los recursos y no quemar su moral, los mandos prohibieron la permanencia constante en la línea de fuego, estableciendo un sistema de rotación entre las trincheras de primera línea, de apoyo y de reserva, por periodos de entre tres días y una semana. Tras haber pasado por las tres líneas se permanecía una semana completa en la retaguardia,, donde se realizaban labores de entrenamiento y organización. Era prácticamente la única posibilidad de descansar, ya que sólo ocasionalmente se concedían permisos. La organización del tiempo en las trincheras de primera línea seguía un patrón bastante definido. La jornada comenzaba una hora antes del amanecer, momento en el que se imponía el estado de alerta, ya que el alba era el momento preferido para atacar. Si la suerte sonreía ese día el sol se alzaba sin novedad en el horizonte, lo que significaba que no habría ataque. Sólo entonces los soldados se organizaban en pequeños grupos para preparar el desayuno. En el caso de los británicos éste consistía en té, pan y tocino, que a veces se acompañaba con dos cucharadas soperas de ron, que las autoridades militares estimaban como un medio apropiado para mantener el tono de la tropa. Era muy apreciado por los soldados y antes de lanzar una ofensiva los mandos acostumbraban a aumentar la ración diaria."
 
Economía de guerra...
"Para garantizar la producción en todos los países se aceptó negociar con los sindicatos (o arbitrar entre éstos y los empresarios) en un intento de evitar que las huelgas u otros conflictos laborales comprometiesen las necesidades del ejército. Aunque en un principio los sindicatos proclamaron una tregua industrial llevados por la exaltación patria de los primeros momentos, diferentes cuestiones fueron agriando el ambiente laboral. El más importante fue el de la introducción de mujeres y adolescentes en las fábricas para sustituir a los obreros, puesto que se temía que los nuevos trabajadores arrebatasen su puesto a los que estaban en el frente (aunque se aseguraba que abandonarían el mercado laboral una vez acabada la guerra) o que al regreso de los obreros-soldados los empresarios les bajasen el sueldo, puesto que quienes les estaban sustituyendo cobraban mucho menos. Pese a todo los resultados fueron positivos y permitieron a cada contendiente prolongar el esfuerzo de guerra. El continente que había extendido por el mundo las ideas del liberalismo económico basadas en el libre cambio y en dejar actuar al mercado sin restricciones comenzó a aplicar con fuerza la intervención estatal amparándose en el principio de necesidad. Definitivamente, la economía de mercado había sido movilizada en el gigantesco intento de ganar la guerra."
 
Mujeres en el frente...
"Probablemente la ocupación más frecuente de las voluntarias en el frente fue la de enfermera. Aunque todas ellas sabían lo que podían esperar en los hospitales, los primeros contactos con la brutalidad de la nueva guerra resultaron para muchas demoledores. Los paisajes de cuerpos espantosamente mutilados o de heridos hacinados en el suelo esperando a ser atendidos ponían ante sus ojos el terrorífico coste humano del conflicto. La enfermera norteamericana Laura Frost recordaba con tristeza su primera experiencia en el frente francés: `Es posible que si no me hubieran asignado a la sección de amputaciones, la primera impresión no habría sido tan devastadora. Pero ayudar a vendar esos muñones temblorosos y oír las bromas de los heridos en medio de sus desgracias superó todas mis fuerzas y lloré durante toda mi primera jornada´. Las extensas jornadas en los hospitales llevaban al personal médico y sanitario al borde de la extenuación ya que normalmente ni las camas, ni los quirófanos ni los brazos disponibles para trabajar eran suficientes para atender la marea humana que llegaba a ellos tras los días de batalla. Ellen LaMotte, en la obra que publicó a partir de sus experiencias de guerra, describió la rutina delirante de aquellos hospitales: `Los días malos son aquellos en los que el constante rugido de los cañones hace que las pequeñas baracques (barracones) de madera retumben y se entremezclan, y cuando las proicesiones interminables de ambulancias se acercan para traer hombres maltrechos, destrozados, y después se marcahn de nuevo, para regresar cargadas de más despojos humanos. Las camas de la salle d´attente (sala de espera), en la que las ambulancias descargan, se llenan de bultos cubiertos por mantas (...) a veces dichos bultos, que no son otra cosa que hombres, gimen o guardan silencio. En el suelo yacen montones de ropa, sucia, llena de lodo, empapada de sangre, arrancada o cortada de los cuerpos silenciosos que ocupan las camas (...) Hay camillas tiradas por el suelo del pasillo, y apoyadas en las paredes de la sala de operaciones, y no cesan de llegar ambulancias todo el tiempo´."
 
Déficit de hombres...
"Entre 1914 y 1918 murió el 9 por ciento de los hombres británicos menores de cuarenta y cinco años (unos setecientos mil hombres en total), de modo que poco después de terminar la guerra el número de mujeres en edad de contraer matrimonio superaba ampliamente el de varones disponibles. La imposibilidad de acceder al matrimonio se convirtió en una dura realidad tanto para muchas mujeres que se habían educado para él como para sus familias, pues con ello se abría el problema de garantizar el futuro de las hijas. La posibilidad de que las jóvenes de clase media se formasen para ocupar trabajos del sector terciario cobró entonces un interés inédito y su presencia en los mismos se aceptó como algo necesario. Como recuerda a través de una anécdota de la época la ensayista Virginia Nicholson, el trabajo de las mujeres de clase media se asumió al tiempo que la posibilidad de su soltería: `En 1917, la directora del instituto femenino de Bournemouth se dirigió a una asamblea de sexto curso (la mayoría guardaba luto por algún miembro de su familia) de la siguiente manera: <<Voy a deciros algo terrible. Sólo una de cada diez de vosotras se casará. Y no es una predicción mía. Es un dato estadístico. Casi todos los hombres que se podían haber casado con vosotras están muertos. Debéis abriros paso en este mundo lo mejor que podáis. La guerra ha dejado más huecos para las mujeres que antes, pero tendréis que luchar, tendréis que esforzaros>>´. La conquista del mundo del trabajo para las mujeres de clase media fue una de las grandes herencias de la guerra (las de clase obrera trabajaban antes del conflicto y continuaron haciéndolo, por lo general en peores puestos, después de él), pero probablemente la más importante de todas ellas en la construcción de un modelo social más igualitario entre hombres y mujeres fue el reconocimiento de su derecho al voto."
 
Breves esbozos de un libro que se devora de un tirón y permite comprender de forma amena e interesante un conflicto que marcó para siempre un punto de inflexión en las guerras con el concepto de guerra total donde las poblaciones civiles se convirtieron también en campo de batalla para buscar desgastar al enemigo, plenamente vigente más de un siglo después como podemos ver todos los días en la guerra de Ucrania contra el invasor ruso y en Israel con su guerra contra Hamas, por no citar los conflictos olvidados en África. Lectura ideal para periodo vacacional, turnos de noche tranquilos y para amantes de hazañas bélicas. También para comprender cómo hemos llegado hasta aquí con grandes avances que han hecho avanzar a la Humanidad pero al coste de millones de muertos en una guerra que nadie deseaba y que era el principio de los conflictos posteriores cuyas consecuencias aún siguen vigentes.

martes, 20 de agosto de 2024

 

Libro: La tumba de Lenin 
– Los últimos días del imperio soviético-
Autor: David Remnick
Editorial: Random House Mondadori S. A.
Traducción: Cristóbal Santa Cruz
Edición: Primera edición, octubre de 2011
 
La propuesta de hoy es una deliciosa crónica del fin del imperio de la URSS de la mano de las gentes que vivieron con ilusión y con temor la perestroika llevada a cabo por Gorbachov cuando alcanzó el poder soviético. De la mano del autor y con ágil estilo periodístico seremos testigos del testimonio de gentes de todos los ámbitos, desde el ciudadano soviético corriente a la intelectualidad pasando por funcionarios que veían con horror como se destruía y se derrumbaba la Unión Soviética. Es también una buena lectura para tratar de comprender el actual panorama en Rusia donde el régimen totalitario de Putin se ha lanzado a guerras de conquista territorial con una sociedad rusa apretada una vez más en su historia entre el totalitarismo y el aislamiento del exterior. Han cambiado los tiempos y la tecnología, pero el régimen de Putin bebe de estructuras de mando y control de la población de la URSS y hay que recordar que Putin era un agente de la KGB que aisitió al derrumbe y colapso del régimen comunista. En ese sentido, la lectura se vuelve sobrecogedora cuando se aprecian paralelismos inquietantes entre la Rusia actual y la antigua URSS...
 
David Remnick (Nueva Jersey, 1958) es uno de los periodistas más prestigiosos de su generación. Comenzó en el Washington Post y llegó a ser corresponsal en Moscú entre 1988 y 1992. Volcó esa experiencia en el libro La tumba de LeninLos últimos días del imperio soviético, que obtuvo el premio Pulitzer en 1994 y por el que ganó el premio George Polk a la excelencia periodística. A partir de sus viajes por la URSS y sus conversaciones con ciudadanos soviéticos de todos los estratos de la sociedad, refleja el impacto histórico de ese momento, el redescubrimiento del pasado tras setenta años de dictadura comunista y el derrumbe de un sistema hasta entonces aparentemente inexpugnable. Una obra maestra del mejor periodismo narrativo.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición aunque en Internet podéis encontrar más información. Y sin más preámbulos, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Ser escolar en la URSS...
"Al igual que cualquier otro escolar soviético, como Pavel Litvinov, Dima creció al margen de la historia e inmerso en la mitología de su tiempo. Fue entrenado desde temprana edad para ser un `hombre soviético´. Era un asunto de política, algo que había variado muy poco desde la muerte de Stalin. `El Partido Comunista parte, como siempre lo ha hecho, de la premisa de que la formación del Hombre Nuevo constituye la tarea medular de la construcción del comunismo´, dijo Mijail Suslov, uno de los líderes del complot para derrocar a Jruschov e ideólogo de Brezhnev. En su primer año de carrera, a los estudiantes de medicina se les informaba de que existían dos clases de seres humanos: el Homo sapiens y el Homo sovieticus. Como colegial, las lecciones que escuchaba Dima versaban sobre el segundo. Aprendió a leer con libros en que el `Abuelo Ilyich´ Lenin reemplazaba a los personajes de Dick y Jane de los libros estadounidenses. Los libros de historia eran una letanía de grandes triunfos que comenzaban con la revolución y terminaban con cosechas récord en la zona de las Tierras Negras. Todos los veranos, Dima asistía a los campamentos de Jóvenes Pioneros, donde se les enseñaban las virtudes de la disciplina militar y la supremacía del grupo sobre el individuo."
 
Roy Medvedev...
"Antes de que Gorbachov llegara al poder, Roy Medvedev era considerado un disidente. Tras años de estudio y de enseñanza en escuelas de provincias, Medvedev se tomó el `discurso secreto´ que pronunciara Jruschov ante el XX Congreso del Partido en 1956, y el aún más virulentamente antiestanilista del XXII Congreso del Partido, en 1961, como señales de autorización. Año tras año acumuló fuentes primarias de información y entrevistas a funcionarios del Partido, a supervivientes de campos de concentración y a otros testigos de la época. Como académico exploró los límites de lo posible. Pero la osadía de Medveded era peligrosa. Para cuando terminó `Que juzgue la historia´ y la hubo enviado a Occidente para su publicación, Jruschov había dejado el poder y Brezhnev había comenzado ya un movimiento de reivindicación de la imagen de Stalin. Medveded, que había mantenido su militancia en el Partido Comunista, pronto fue expulsado de sus filas. Pero, si bien era rechazado por la burocracia, tampoco era aceptado realmente por los disidentes. En sus memorias, Sajarov raramente realiza ataques personales, pero en diversas apreciaciones deja claro que a comienzos de los años setenta no sólo estaba en desacuerdo con el marxismo de Medveded, sino que tampoco le merecía plena confianza. Sin decirlo directamente, se pregunta si Medveded no tendría al menos el apoyo tácito del KGB, o algún tipo de insípida relación con éste. Otros disidentes fueron mucho menos cautelosos en sus conjeturas."
 
La televisión en la perestroika...
"Pero las nuevas revoluciones traen nuevos medios de comunicación de masas. En 1985, al asumir Gorbachov el poder, su principal ideólogo y propagandista, Alexander Yakolev, declaró: `La imagen de televisión lo es todo´. Yakolev había sido embajador en Canadá durante diez años y había pasado muchas horas frente a la pantalla viendo programas de televisión canadienses y estadounidenses. Yakolev estudió, además, televisión en Moscú. Durante años trabajó en el departamento de ideología del Comité Central. Comprendía como nadie el poder de la televisión como medio de persuasión, coerción y homogeneización en un imperio tan vasto como la Unión Soviética. Aunque era un país pobre, prácticamente todos los soviéticos tenían televisor. Todos eran telespectadores. Yakolev sabía que si algún ritual podía unir a los intelectuales bálticos con los campesinos siberianos era precisamente la televisión. Por encima de todo se daba cuenta de lo esencial que resultaba `Vremya´ (Tiempo) , el noticiero vespertino oficial, ritual prioritario para cerca de doscientos millones de personas cada noche de la semana."
 
La `revolución desde abajo´...
"Poco más de un mes después de que el congreso finalizara sus sesiones y de que Moscú cayera en el sopor del verano, la `perestroika´ escapó de control, primero en las minas del país, de Ukrania y Vorkuta hasta la isla de Sajalin. Después de julio de 1989, el Kremlin jamás volvería a tener la certeza de ser el maestro de ceremonias. Después de julio de 1989 terminó la ilusión de una `revolución desde arriba´ dirigida por Gorbachov. La `revolución desde abajo´ comenzó cuando un grupo de mineros del carbón de la ciudad siberiana de Mezhdurechenks abandonaron el trabajo en la mina Shovikovo liderados por el dirigente Valery Kokorin. La principal queja era el jabón. Los mineros se quejaban además del estado de la maquinaria, de que l trabajo fuera miserable y estuviera mal pagado, de que la alimentación fuera escasa y de que no se les otorgaran beneficios adicionales. Pero lo que más les fatigaba era la suciedad en cada pliegue de su cuerpo, la imposibilidad de llegar a casa de vuelta del trabajo y darse un baño. No había jabón."
 
El disidente Sajarov...
"Sajarov respetaba a Gorbachov y lo consideraba un político valiente, pero no estaba dispuesto a rendirle pleitesía. Durante la primera sesión del Congreso, Gorbachov cedió en múltiples ocasiones la palabra a Sajarov, pero cuando éste trató de presionar a Gorbachov para que respaldara un `decreto sobre el poder´ que pusiera fin al monopolio del Partido Comunista, la respuesta de Gorbachov fue altanera y despectiva. Los santos producen irritación, y Sajarov irritaba profundamente a Gorbachov. (...) Había una parte de Gorbachov que no podía dejar de sentir un profundo respeto por Sajarov, incluso envidia; pero también lo irritaba profundamente en que un hombre al que se había dignado devolverle la libertad fuera, de alguna manera, intocable, incontrolable. Sajarov daba la impresión d eestar por encima de la política, incluso cuando tomaba parte en un acalorado debate. Cuando Sajarov fue duramente atacado por un veterano de guerra de Afganistán y abucheado por los partidarios de la línea dura, algunos telespectadores llamaron para manifestar su preocupación porque Andrei Dmitriyevich sufriera un ataque al corazón. Pero era un hombre sereno, absolutamente sereno. Tal vez fuera esa cualidad la que enfurecía a Gorbachov. Cuando el semanario `Argumenti i Fakti´ publicó una encuesta en que Sajarov aparecía de lejos como el político más popular del país, Gorbachov perdió los estribos. Incluso amenazó con despedir al director. Era muy sencillo: Sajarov representaba la dura e ineludible verdad."
 
La URSS se desmorona...
"Los tanques irrumpieron en Lituania el 13 de enero de 1991. Durante más de un año, el KGB y el ejército habían estado realizando operaciones en Lituania destinadas a sembrar el temor entre la gente o intimidar al gobierno popularmente elegido. Arrestaron y golpearon a los que se negaban a hacer el servicio militar; se apoderaron de varios edificios públicos, institutos e imprentas; se embarcaron en una campaña propagandística destinada a convencer a los rusos, polacos y judíos que vivían en la ciudad de que los lituanos harían de ellos ciudadanos de tercera clase; realizaron `ejercicios militares´, incluido el envío de docenas de tanques que retumbaron junto a los edificios del Parlamento en medio de la noche; crearon un Comité de Salvación Nacional encabezado por los pocos funcionarios del Partido Comunista que permanecían leales a Moscú. Durante más de un año, insinuaron que habría una ofensiva relámpago para derrocar al gobierno lituano. El 13 de enero, alrededor de las dos de la madrugada, se inició la operación. El Comité de Salvación Nacional se hizo con el poder y trataron de tomarse todos los medios de comunicación. Con el KGB y el general Valentin Varennikov al mando, los soldados dispararon sobre los manifestantes en la torre de televisión de Vilnius. Hubo por lo menos catorce muertos y cientos de heridos; fueron fusilados, golpeados o aplastados por los tanques."
 
Gorbachov en perspectiva...
"Algunos de los miembros más incisivos de la `intelligentsia´ urbana -los electores que Gorbachov cortejó y finalmente perdió- ahora miraban a su antiguo dirigente con un cierto aire de superioridad. `Su lenguaje es el de un hombre sin cultura. Azota el aire -dijo Leonid Batkin, uno de los líderes del movimiento Rusia Democrática- . Sin embargo, es un hombre sobresaliente a su manera, un gran `apparatchik´. Después de Stalin, Gorbachov fue el más hábil de los `apparatchiks´. Pero cuando llegó el momento de actuar como político, Gorbachov cometió una estupidez tras otra. Su papel fue sacar el corcho de la botella. Ahora, ha dejado de ser un hombre interesante´. Natalya Ivanova, crítica literaria, comparó a Gorbachov con `el hombre que dio la orden de realizar el fatal experimento en Chernobyl. Quería perfeccionar la máquina, pero la máquina escapó de su control y explotó´. (...) Incluso los críticos más sinceros de Gorbachov no comprendieron qué representaba ni quién era. Gorbachov no era Andrei Sajarov. No era un profeta moral o un gigante intelectual. Ni siquiera era un hombre de bondad excepcional. Gorbachov era, por encima de todo un político. Combinaba un tosco sentido de la decencia con una increíble habilidad para manipular un sistema que desde fuera parecía inquebrantable. Si en el lenguaje de la fábula griega Sajarov fue el zorro, un hombre con un singular sentido de los ideales políticos y morales, Gorbachov fue el erizo, un hombre capaz de engañar y de ser cruel, un hombre de valores e ideas cambiantes, pero un genio en medio de un juego sucio, un hombre irreemplazable en su momento."
 
Apasionante lectura para descubrir los entresijos de la `perestroika´ que dieron lugar a un cambio en la Historia y donde pueden verse aspectos del sistema soviético que el régimen de Putin ha resucitado, aunque posiblemente nunca desaparecieron en realidad de la sociedad rusa, un sistema totalitario que bebe del totalitarismo comunista soviético. Ideal para lectura veraniega de amantes de la historia, turnos de guardia hospitalaria, lectura de sombrilla y en general para comprender, tratar al menos, una época de esperanza y de afrontar miedos por parte de la sociedad soviética. Recomendable a generaciones digitales que se tragan el anzuelo de la arcadia comunista camuflada de progresismo social que lleva a la dictadura totalitaria y leer de primera mano a los sufridos ciudadanos que vivían en el paraíso del proletariado.

miércoles, 7 de agosto de 2024

 

Libro: El libro negro de la historia de España
Autor: Jesús Ávila Granados
Editorial: Ediciones Robinbook, S. L.
Edición: 2001
 
La propuesta de hoy es una deliciosa lectura ideal para periodo estival donde el autor nos lleva a los protagonistas de la Historia de España que se quedan fuera de la historia oficial por distintos motivos y razones. Abarca desde las huellas de Aníbal en Hispania hasta le reforma agraria llevada a cabo en la II República pasando por el mito de Santiago Matamoros o la figura del bandolero El Tempranillo sin olvidar deliciosas historias del ilustrado Jovellanos o el genio artístico de Goya. Un estilo ágil y ameno, casi de tertulia radiofónica que permite apreciar lo que se narra dejando con ganas de saber más...
 
Jesús Ávila Granados (Granada, 1950), periodista y escritor de profesión, es autor de una treintena de libros. Autor ampliamente galardonado, el Consejo de Europa le condecoró en dos ocasiones (1983 y 1984) como mejor periodista europeo. Jesús Ávila es, en nuestros días, uno de los escritores de ensayo con más proyección en España, además de conferenciante de temas culturales y viajero especializado en los senderos de la historia no oficial. Desde 1997 coordina una sección fija mensualmente en la revista Offarm, titulada `Rutas de la España mágica´.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición aunque en Internet podéis encontrar más información sobre el autor, y sin más rollos unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Prisciliano, el mártir rechazado por la Iglesia...
"Prisciliano, también filósofo, astrónomo, mujeriego, triunfador, era el mejor alumno de Elpìdio, y, al mismo tiempo, su predilecto; ambos, con Eucrocia y otros amigos fundaron una comunidad de pensadores en una explotación rural de las afueras de Burdeos. Entre las actividades de sus miembros, caracterizados por su túnica blanca, estaba la recogida de piedras sagradas en las entrañas de las cuevas prehistóricas de Aquitania, para convertirlas en mágicas abraxas (talismanes) de la buena suerte y amuletos aojadores; también escogían hierbas silvestres próximas a las orillas de los ríos, para hacer toda clase de infusiones y pócimas curativas; todo ello, a la luz de la luna, porque eran amantes de la noche, valiéndose de la oscuridad para incrementar la luminaria del fuego y los vestidos, además de adorar la fuerza cósmica del plenilunio, tal como hacían los antiguos celtas, mientras desarrollaban diferentes rituales satánicos, con la excusa de poner los conocimientos al servicio de la madre naturaleza, y alcanzar una mejor comprensión de los secretos del ser humano. Pero el recelo de los poderes institucionales, especialmente los de la Iglesia, dio lugar a una inmediata denuncia. Los cargos: oficiantes de misas negras, ruidosas y desenfrenadas orgías, abortos, blasfemias... resultado de las envidias provocó el cese de Elpidio de su cátedra de Universidad, mientras que la totalidad de los alumnos se vieron forzados a un destierro, que, de manos de Prisciliano, les llevaría a la céltica Galicia, tierra de brujos y magia donde las haya. Cuando Prisciliano regresa a su Galicia natal, era ya otra persona; mucho más firme en sus concepciones filosóficas, duro, parco y abierto reformador de una Iglesia como la católica que, ya en el ocaso del imperio Romano, pedía a gritos un cambio profundo de sus cimientos."
 
Carlos, el desdichado príncipe de Viana...
"Prisionero de su padre y desheredado, Carlos de Viana, sufrió toda clase de vejaciones; además, su madrastra, Juana Enríquez -elevada a la categoría de lugarteniente general de Cataluña (1461-1468), por su esposo Juan II de Aragón, hija del poderoso almirante de Castilla, mujer altanera, autoritaria, enérgica, malévola sin escrúpulos, también increpó a su esposo para que humillara aún más a Carlos, porque ella quería la corona para su hijo Fernando. En 1461, tras sobrecogedoras sesiones de tortura en las mazmorras del castillo de Miravit, donde estuvo encerrado hasta el 22 de junio, Carlos fue nombrado por su padre -obligado por la presión de los nobles y conselleres catalanes- como hijo lugarteniente en Cataluña, tas la concordia de Villafranca (1461), que ponía fin al conflicto. Pero la frágil salud del príncipe de Viana no pudo resistir el maremoto de intrigas y convulsiones que se respiraba en Cataluña, con la nobleza soliviantada y el pueblo levantado en armas; murió casi repentinamente, a la edad de cuarenta años, por causas aún desconocidas. Oficialmente, el príncipe de Viana falleció de pleuresía; sin embargo, numerosos historiadores cpinciden en afirmar que arrastraba una tuberculosis galopante, consecuencia de las privaciones y sufrimientos que padeció durante sus largos cautiverios, persecuciones y huidas de batallas perdidas y también del miedo que tenía a su propio padre. Algunos aseguran que realmente murió envenenado, por una ponzoña administrada por orden de su madrastra. Lo cierto es que los últimos años de su vida transcurrieron envueltos en una pesadilla, el temor a ser envenenado, lo convirtió en un paranoico espantadizo; incluso, se dice que en una ocasión su hermanastro Fernando -futuro Fernando II el Católico- se ofreció a hacer la salva porque Carlos se negaba a ingerir alimentos, por miedo a ser envenenado. Algunas crónicas sentencian, además, que fue un alquimista judío que habitaba en una casa del barón de Aranprunyá -cuya fortaleza aún se conserva entre Gavá y Begues (Barcelona)- quien elaboró la ponzoña que luego entregó a la reina Juana Enríquez, a través del citado barón, por encargo de ésta. Aquel brebaje mortal, lento pero letal, y sin posible antídoto, costó la suma de 3.000 onzas de oro."
 
Fin de la Inquisición en España...
"Dos décadas después, exactamente el 1 de julio de 1835 las Juntas de fe, ese sucedáneo inquisitorial surgido de la rabia enfrentado a los postulados monárquicos y pontificios fueron cesadas oficialmente por hacer uso de los procedimientos inquisitoriales. Y catorce días después, durante la regencia de María Cristina de Borbón, y siendo presidente del consejo de ministros el granadino Francisco Martínez de la Rosa, es abolida en España definitivamente la Inquisición, con los sangrientos enfrentamientos de la Primera Guerra Carlista como telón de fondo. Seis a´ños después de que el pontífice Pío VIII, el 5 de octubre de 1829, escribiera un `Breve´, por el cual se liquidaba desde la Ciudad eterna oficialmente erl tribunal de la Inquisición, aunque sin nombrarlo directamente. El clero español tuvo que acatarlo, a regañadientes, sometiéndose a los designios del Papa. Pero no fue hasta mediados del siglo XIX, exactamente en 1860, cuando la distinción oficial entre cristianos viejos y nuevos terminara de abolirse realmente de nuestro país; con ello, desapareció, por fin, el certificado de `limpieza de sangre´ que, hasta entonces, debía presentarse a la hora de ingresar en la carrera militar."
 
Mariana de Pineda, mártir del liberalismo...
"Los valores de Mariana en cuanto a cultura, sensibilidad y ascendencia, propiciaron que la joven fuese invitada a las tertulias de las familias de mayor renombre de aquella Granada del primer tercio del siglo XIX. Cerca de su domicilio, en el barrio de la Magdalena, se hallaba el palacete de doña María Manuela Kirkpoatrick y Civegée y don Cipriano Guzmán Palafox y Portocarrero, condes de Teba, padres de Eugenia, nacida en 1826, futura Eugenia de Montijo, nombre que heredó de su tío y padrino, el conde de Montijo quien en 1853 se convertiría en emperatriz de los franceses al contraer matrimonio con Napoleón III. Aquellas tertulias en la casa de los condes de Teba, de las más exquisitas de la ciudad de Granada, a las que gustaba asistir Mariana, estaban igualmente siendo muy controladas por el servicio de espionaje oficial. Don Cipriano Guzmán, conocido por su afrancesamiento, había sido desterrado a Santiago de Compostela tras algunos arrestos por sus intrigas políticas, además de habérsele sorprendido en muchas ocasiones colaborando con la revolución y las sectas masónicas. Es preciso recordar, además, que su hermano, Eugenio de Montijo, ocupaba el grado de segundo Gran maestre del Grande Oriente Español, logia que, a inciativa de él mismo, llegó a la ciudad de la Alhambra en 1814, cuando el conde ostentaba la capitanía general del reino. En 1828 se produce un hito que iba a marcar definitivamente la corta vida de nuestra heroína. Entre los numerosos presos que ingresan en la cárcel de corte, hubo dos parientes de Mariana de Pineda: don Fernando Álvarez de Sotomayor, primo suyo de treinta y tres años, comandante de batallón, bajo la grave acusación de haber tenido un altercado con unos soldados realistas que llevaban a unos presos; y el presbítero Pedro García de la Serrana, por haber dado desde el púlpito un enfervorizado discurso a favor del sistema constitucional. Ambos fuewron recluidos en la cárcel de Granada, a la que Mariana se acercaba a diario a visitarles, además de darles toda clase de ayudas estableciendo un hilo conductor con los restantes presos revolucionarios."

 

 
Pequeño botón de muestra de un libro apasionante que deja con gana de más. Ideal para lectura playera a cobijo de una buena sombrilla, de mesita de noche donde los calores no permiten conciliar el sueño, guardias nocturnas y de fiestas de guardar y para lectores y lectoras curiosos de la historia no oficial. Ya digo que su lectura es de un tirón con datos adicionales que enriquecen el relato y con un glosario de términos y una deliciosa cronología de fechas malditas de la historia negra de España que abarca desde el 1179 a. C., hasta 1993. Ideal para amantes de tertulias radiofónicas nocturnas que tocan temas históricos.

martes, 23 de julio de 2024

 

Libro: El amargo sabor de la victoria
 
– En las ruinas del Tercer Reich-
 
Autor: Lara Feigel
Editorial: Tusquets Editores,
S. A.
Traducción: Jordi Beltrán Ferrer
Edición: 1ª edición, octubre de 2016
 
Cuando el fin y la derrota total del régimen nazi era ya inevitable las autoridades aliadas debatieron qué hacer con Alemania y los alemanes para erradicar los pensamientos e ideas que hicieron posible la llegada de Hitler al poder y que el régimen exterminara millones de personas. Las autoridades soviéticas tuvieron muy claro que desde el inicio de la ocupación y al día siguiente de la derrota del régimen nazi la cultura era un pilar fundamentar para recuperar a la población alemana y Alemania misma y pronto se reabrieron teatros y cines en el sector soviético de Berlín y la Alemania ocupada por las tropas soviéticas. También las autoridades estadounidenses y británicas tenían planes culturales y propusieron a artistas de origen alemán pero residentes durante la guerra fuera de Alemania que retornarán para hacer cultura. Pero este retorno les marcó de por vida, las ruinas de las ciudades, una población que se adaptaba rápido a las nuevas autoridades de ocupación sin renunciar en el fondo a las ideas del régimen nazi, la visión de los campos de exterminio y finalmente la cruda realidad de la Guerra Fría donde se antepuso contener la expansión del comunismo y crear una Alemania integrada en el nuevo orden mundial de las dos superpotencias al coste de permitir que antiguos nazis se reintegraran en la sociedad sin ser perseguidos por sus actos criminales...
 
Lara Feigel es doctora en Letras por la Universidad de Sussex y profesora en el King´s College de Londres. Como historiadora de la cultura y crítica literaria, sus trabajos se centran en la literatura, el arte y la historia política de los años treinta y la segunda guerra mundial. Es autora de varios libros y colabora frecuentemente en publicaciones como The GuardianProspect History Today.
Datos escuetos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet podéis encontrar más información acerca de la autora y, sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura...
 
El libro...
"El presente libro cuenta la historia de Alemania entre 1944 y 1949 vista con los ojos de veinte escritores, cineastas, pintores, actores y músicos que llegaron de Gran Bretaña y Estados Unidos y se esforzaron por entender el mundo de la posguerra. Además de las que ya hemos presentado, entre otras figuras importantes cabe citar a Thomas Mann y dos de sus hijos, Klaus y Erika, que estuvieron en Alemania en calidad de norteamericanos; el dramaturgo germano-norteamericano Carl Zuckmayer; el cineasta británico Humphrey Jennings; la novelista Rebecca West; la pintora Laura Knight, y el editor Victor Gollancz. También hacen breves apariciones Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir (que visitaron la zona francesa), Bertolt Brecht (que visitó la zona soviética), el compositor alemán Paul Hindemith, el novelista norteamericano John Dos Passos y el novelista británico Evelyn Waugh. La atención se centra en las figuras más conocidas que visitaron Alemania por la obvia razón de que sus informes tenían más repercusión en Estados Unidos y Gran Bretaña. Todos ellos influyeron en la opinión que el público de sus países de origen tenía sobre la Alemania posbélica, determinaron la política de la reconstrucción de los aliados en Alemania o produjeron obras de arte importantes que fueron fruto de la impresión que la nación derrotada causó en ellos. En el plano individual, estas figuras tenían con frecuencia diversos motivos personales para ofrecerse voluntariamente a visitar Alemania: la curiosidad o el deseo de ayudar o castigar, o una necesidad más sencilla como era la de encontrar a viejos amigos o familiares. En el plano colectivo, fueron enviadas por gobiernos que pusieron el periodismo y, de forma más controvertida, las artes en el centro de sus planes para reconstruir Alemania."
 
París liberada...
"Durante el otoño de 1944, los corresponsales de guerra y los artistas se reunían entre un viaje al frente y el siguiente y se las ingeniaban para acompañar a las tropas que entraban en la creciente parte de Alemania ocupada por los aliados. Hemingway, Gellhorn, la fotógrafa y corresponsal de guerra norteamericana Lee Miller y la estrella de cine de origen alemán Marlene Dietrich se hallaban entre los literatos británicos y norteamericanos que paseaban nerviosamente por los bulevares parisinos, bebían en los cafés de la Rive Gauche y visitaban a la intelectualidad francesa liberada, en una esperpéntica y desharrapada imitación de la vida en el París de los años veinte. La ciudad se había vuelto loca, anunción Lee Miller en un artículo para `Vogue´ en el que describía las primeras semanas que siguieron a la liberación. Muchachas bonitas ocupaban las calles, chillando y vitoreando; el aire estaba lleno de perfume que los franceses habían guardado para ese momento. Para Miller, igual que para Hemingway y Gellhorn, era un retorno a casa. Antigua amante y colaboradora de Man Ray y musa de los surrealistas (a la sazón tenía una aventura amorosa con el pintor surrealista británico Roland Penrose), Miller había vivido en Montparnasse en los años treinta y ahora visitaba de nuevo sitios que frecuentó en el pasado. Todos estos visitantes intentaban encontrar debajo de las heridas del nazismo la ciudad que habían amado en otro tiempo a la vez que celebraban esta pequeña victoria en medio de una guerra que parecía interminable."
 
Dachau 1945...
"Un solo día en Dachau fue suficiente para que Gellhorn perdiera su recién descubierto entusiasmo por la vida. `No sabía que pasaba, no me daba cuenta, no me enteraba, no me importaba, no lo comprendía´, escribió incrédula. Años después dijo que había perdido su juventud en Dachau y nunca pudo albergar esperanza de nuevo. `Es como si entrara en Dachau y cayera por un precipicio y sufriera una concusión de por vida, sin darme cuenta de ello.´ Los supervivientes del campo le daban miedo: esqueletos sentados al sol, tentándose el cuerpo en busca de piojos, que parecían no tener edad ni un rostro reconocible. `Ninguna expresión asoma a un rostro que es sólo piel amarillenta y sin afeitar estirada sobre hueso.´ Hablando con un médico polaco que había pasado cinco años encerrado en Dachau, supo de los experimentos que se llevaban a cabo dentro de la prisión. Los científicos del campo habían matado a 600 personas para comprobar cuánto tiempo podían sobrevivir los pilotos que eran derribados y caían al mar, y con este fin dejaban a las víctimas sumergidas durante varias horas en grandes tanques de agua salada a ocho grados bajo cero. En un artículo publicado en junio, Gellhorn dijo a los lectores de Collier´s que eran un poco culpables de las escenas que había visto; los norteamericanos habían tardado doce años en abrir las puertas de Dachau. `Fuimos ciegos e incrédulos y lentos, y jamás podemos volvemos a serlo.´"

Frankfurt tras la derrota...

"A diferencia de Spender, no parece que W. H. Auden tuviera una visión definida de lo que quería hacer en Alemania. Aunque daba vueltas a la idea de escribir un libro sobre sus experiencias, no se veía a sí mismo como un poeta hablando con poetas o como encargado de la redención del alma alemana. Al igual que su cuñado Klaus Mann, Auden veía con horror la pomposidad egoísta de los alemanes más prósperos, sin embargo, se sentía más afectado que Mann, Gellhorn o Miller por la devastación de las ciudades alemanas. Quienes más pena le daban era los supervivientes de los campos de concentración, que , según dijo, susurraban como gnomos; envió un telegrama a casa en el que pedía dinero para ayudar a una mujer que había estado en Dachau. Pero esto no le impedía sentir lástima de los denominados alemanes arios. Durante la contienda Auden se había comprometido gradualmente con el pacisfismo. Su decisión de trasladarse a Estados Unidos fue motivada en parte por el deseo de distanciarse de la política, pues su activismo político de izquierda en los años treinta había dado paso a la religión. Aunque ayudaba a sus amigos alemanes exiliados a producir obras cuyo objetivo era persuadir a Estados Unidos de que entrase en la guerra, nunca estuvo convencido de que defenderse luchando fuera la respuesta apropiada. `Desde luego que ganen los chinos o que ganen los japoneses tiene su importancia´, escribió en su cuaderno en el verano de 1939, refiriéndose a la guerra chino-japonesa, `pero incluso si pierden los chinos, o los oprimidos son aplastados, ello no significa el fin del progreso, sólo que su avance es más lento [...] si hubiera podido evitarse la guerra, sería mejor aún.´".
 
Juicios de Nuremberg...
"Al finalizar la proyección (un documental soviético rodado en un campo de exterminio) los jueces salieron de la sala en fila. Un periodista preguntó: `Por qué no podemos fusilar a estos cerdos ahora mismo?´. Los acusados continuaron sentados en el banquillo y Hess empezó a decir: `No me lo creo´, pero Göring le hizo callar. Aquella noche, cuando el psiquiatra aliado le visitó en su celda, Göring se quejó de que la película había producido un cambio en las simpatías de los espectadores justamente cuando muchos de ellos estaban de su parte. La mayoría de los demás presos negaron haber tenido conociemiento de los detalles de los campos. Hess, que seguía alegando amnesia (si bien al cabo de unos días reconocería que su pérdida de memoria había sido simulada), felicitó a los aliados por haber mejorado el drama en la sala del tribunal. `Por fin hay aquí algo interesante. Hasta ahora me he aburrido como una ostra. Ya no se me permite entrar un libro en la sala. ¡Lo de hoy ha sido algo digno de verse!´. Erika Mann entrevistó a los abogados defensores y se burló de la cobardía que reflejaban sus argumentos. Ahora resultaba, escribió mordazmente, que todos los acusados eran de categoría intermedia: `Al igual que el resto de sus compatriotas, no han hecho nada, no han visto nada y no saben nada. Todos exclaman <<¡Horrible, horrible, horrible!>>, pero por lo que respecta a ellos, los responsables no están en la sala del tribunal´. Estos abogados estaban en una situación difícil; eran abogados alemanes que habían sido nombrados a última hora y no estaban tranquilos porque eran conscientes de que la culpa de sus clientes se extendía a la mayor parte de sus compatriotas."
 
El cine como cultura...
"Todo esto revertía especial urgencia porque los rusos seguían llevando mucha delantera en la producción de películas en su zona. En octubre se había estrenado con gran éxito el largometraje patrocinado por los rusos `Die Mörder sind unter uns´ [Los asesinos están entre nosotros]. Dirigida por Wolfgang Staudte, era una película realista que exploraba la vergüenza existencial de un médico que no consigue librarse de sus experiencias en la guerra, enmarcada en las ruinas de las ciudades bombardeadas y valiente por sugerir que los crímenes de guerra continúan siendo crímenes en tiempos de paz. La edición berlinesa del Neues Deustschland la elogió por afrontar las verdades desagradables de la Alemania de la posguerra: `¿quién negaría que los grandes montones de ruinas son nuestro propio espectáculo?´. Los aliados occidentales se sentían avergonzados al ver que los rusos les llevaban tanta delantera en la tarea de reactivar el cine alemán, especialmente porque Staudte había solicitado primero permiso en la zona estadounidense y le habían dicho que durante los cinco años siguientes sólo los norteamericanos podrían hacer películas en Alemania. También los británicos llevaban mucha ventaja a los norteamericanos en este campo, si bien la primera película británica, `Tell the Truth´ (Sag die Wahrheit) [Cuenta la verdad], que se estrenó en diciembre de 1946, parecía un retrato problemáticamente moderado de la vida de la clase media alemana antes de la guerra, un retrato doblemente dudoso porque parte del rodaje se había llevado a cabo durante la contienda y las autoridades británicas lo reanudaron y utilizaron algunos de los mismos intérpretes y técnicos."
 
Guerra Fría...
"Aquel mismo día los tres gobernadores militares occidentales se reunieron en Frankfurt con tres presidentes estatales alemanes para autorizar a los líderes alemanes a convocar una asamblea constituyente que se encargaría de redactar una constitución para el nuevo Estado alemán. Los rusos detuvieron 140 carros de carbón en un nuevo punto de inspección debido a supuestos `defectos´ y decretaron que todos los alemanes que viajaran de Berlín a las zonas occidentales debían comprar los billetes de ferrocarril en la estación de Friedrichstrasse, en el sector ruso. Al día siguiente los representantes soviéticos se retiraron de la reunión de la Kommandatura de Berlín, que a estas alturas era el único organismo con participación de las cuatro potencias que funcionaba en la ciudad. `Nuestra insistencia en permanecer allí está tan llena de contradicciones´, escribió Thomas Mann en su diario al enterarse de lo que había ocurrido. `Es absolutamente necesaria, pero sólo por razones de prestigio.´ El empleo de la primera persona del plural significaba que seguía alineándose con los norteamericanos, pero veía con creciente escepticismo su política. La noche siguiente dejó constancia de una larga conversación sobre el `despotismo norteamericano´ que sostuvo con Erika."

Balance tras el fin de la ocupación y la existencia de la RFA...

" En lo referente a la cultura, los gobiernos británico y norteamericano consideraron que la ocupación había dado buenos resultados. En Berlín había más teatros, óperas y cines por kilómetro cuadrado que en casi cualquier otra ciudad de Europa. Había igualmente un panorama literario que cobraría fuerza internacionalmente en el transcurso de la década siguiente. Los aliados habían revitalizado las artes en Alemania y habían creado publicaciones que surtirían un efecto duradero en el periodo de posguerra: las norteamericanas Der Monat (que pronto sería subvencionada por la CIA) y Die Neue Zeitung y las británicas Der Spiegel y Die Welt, sobresalían como publicaciones señeras y los alemanes no tardarían en enorgullecerse de ellas. La guerra fría había colocado a Berlín tan firmemente en el mapa de la cultura internacional que pareció ser el marco más indicado para el primer Congreso por la Libertad de la Cultura, que atrajo a cuatro mil delegados que formaron un frente cultural anticomunista en 1950. también el argot, las modas, los bailes y la música pop de Alemania habían sido reformados con entusiasmo siguiendo los modelos norteamericanos, a la vez que era perceptible que los escritores, cineastas, artistas y músicos alemanes de la década de 1950 estaban más abiertos a sus colegas norteamericanos, británicos y franceses que los de la de 1940. De vez en cuando incluso influían en ellos algunos de los emisarios culturales que habían llegado de Gran Bretaña y estados Unidos en los primeros años de la posguerra. Hemingway era una fuente constante de inspiración, como lo era también Sartre; la novela `Palomas en la hierba´ que Wolfgang Koeppen escribió en 1951 tomó su tíotulo de Gertrude Stein y su estilo de John Dos Passos. Sin embargo, aunque las esperanzas de los aliados relativas a una Alemania pacífica y estable se habían hecho realidad, los objetivos principales de Potsdam no se habían alcanzado. Alemania había sido descentralizada y desmilitarizada ( si bien en 1956 recuperó su Ejército), pero no había sido desnazificada, democratizada ni reeducada de manera fundamental. Tanto en la Alemania Oriental como en la Occidental, era frecuente ver en las editoriales, óperas y teatros las mismas caras de antes de la guerra y durante ella, y lo mismo ocurría en el caso del funcionariado."
 
Apasionante viaje de la mano de Lara Feigel al intento de las potencias aliadas en cambiar la mentalidad y el pensamiento de la sociedad alemana de posguerra de la mano de quienes fueron enviados para tal misión y cómo les afectó y que aquellos intentos de reintegrar la cultura alemana en la cultura europea para borrar el pensamiento que el régimen nazi grabó a fuego en su población, ayudados por una cultura previa que era catalogada de militarista y agresiva. La realidad de la guerra fría dejó truncado el proceso y tras los juicios de Nuremberg había que pasar página y encaminar un nuevo presente. Ideal para amantes de la cultura anglosajona y sus artistas e intelectuales, amantes de la historia dentro de la Historia y lectura recomendable para conocer una época de grandes esperanzas que se estrellaron con la realidad del régimen nazi, el exterminio de judíos y enemigos del régimen con una población alemana que tras sufrir los bombardeos estratégicos y la derrota militar tenían que luchar por sobrevivir y adaptarse a las autoridades de ocupación.

martes, 2 de julio de 2024

 

Libro: IBM y El Holocausto
-La alianza estratégica entre la Alemania nazi y la más poderosa corporación norteamericana -
Autor: Edwin Black
Editorial: Editorial Atlántida S. A.
Traducción: Rolando Costa Picazo
Edición: Primera edición, 2001

La propuesta de hoy es un fascinante, también tenebroso e inquietante, viaje a dos mundos que se conjugaron en la década de los años treinta del pasado siglo. El mundo del capitalismo puro y duro donde los negocios y ganancias superan la ética, la moral e incluso los acuerdos internacionales con un genuino capitalista que de una pequeña empresa levanta una multinacional poderosa que monopoliza el negocio eliminando competidores. Y el mundo del totalitarismo encarnado en el régimen nazi cuyo credo de superioridad racial precisaba de una tecnología que le permitiera ejercer un control total sobre la población, la economía, los transportes, la guerra y el exterminio de quienes contaminan la raza superior. La clave estaba en la tecnología de tarjetas perforadas y la `Máquina Hollerith´ inventada en 1884 que podía realizar las operaciones contables más tediosas. Para 1933 el monopolio de la tecnología de tarjetas perforadas lo tenía una compañía estadounidense dirigida por Thomas J. Watson llamada IBM y un cliente, el régimen nazi recién llegado al poder que sabía del poder de control que sería posible con la tecnología de las tarjetas perforadas...

 

La contraportada es parca en datos del autor, Edwin Black, hijo de sobrevivientes del Holocausto y residente en Washington y es el autor de las premiada investigación financiera del Holocausto, The Transfer Agreement, y un experto en relaciones comerciales con el Tercer Reich.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y en Internet podéis encontrar más información sobre el autor.
Y sin más dilación, unos breves pasajes que os inciten a su apasionante lectura:
 
Una nueva tecnología...
"Todo empezó décadas antes, en Nueva York, durante las últimas boqueadas del siglo XIX, en una época en que el rápido crecimiento industrial de los Estados Unidos estimulaba inventos para la automatización de virtualmente todas las tareas manuales. Oleadas de inmigrantes llegaban a las costas americanas para trabajar en largas jornadas. Sin embargo, algunos soñaban con una forma mejor de ser productivos, o al menos con una forma más rápida y barata. En todas partes artefactos, mecanizaciones y aparatos patentados hacían girar engranajes, accionándolos y ahorrando pasos en talleres y fábricas. La denominada Segunda Revolución Industrial, potenciada por la electricidad, estaba en pleno auge. En el cambio de siglo, los Estados Unidos -confluencia de un comercio descomunal y una rápida inventiva industrial- estaban en un momento perfecto para dar a luz a la corporación más poderosa que ha conocido el mundo: IBM.
IBM nació alemana. Su tecnología fue creada originalmente por una sola razón: contar las personas como nunca habían sido contadas antes, con una habilidad mágica para identificar y cuantificar. Antes de mucho tiempo, la tecnología IBM; demostró que podía hacer más que sólo contar gente o cosas. Podía computar, es decir, la tecnología podía registrar datos, procesarlos, recuperarlos, analizarlos y responder mecánicamente preguntas puntuales. En momentos, una labor mecanizada ahora era capaz de lograr lo que sería imposible para cualquier mortal en lápiz y papel."
 
Thomas J. Watson, un capitalista implacable...
"Más que simpatía y comprensión por el régimen nazi, Watson en 1933 poseía una extraordinaria inversión en Alemania. Comenzó a principios de la década de 1920. durante el auge de la exorbitante inflación alemana de posguerra. Era un tiempo en que el dinero alemán, carente de valor, se transportaba de un lugar a otro en carretillas, y valía más como combustible que como moneda. En 1922, la Dehomag de Willy Heidinger no era más que una concesionaria del equipo de Hollerith. Sin embargo, la crisis monetaria alemana hizo imposible que Dehomag pagara el dinero que le debía a la CTR de Watson – que controlaba ahora las patentes de Hollerith- en concepto de derechos y otros rubros. La deuda de Dehomag era de $104.000, o en marcos, la astronómica suma de 450.000, o, en marcos, la astronómica suma de 450.000 millones. No había forma de pagarla para Dehomag. Watson viajó a Alemania, e, implacable, le dio dos opciones a Heidinger: declarar la bancarrota o ceder a Watson una parte sustancial de Dehomag. Watson empezó pidiendo sólo el 51 por ciento de las acciones, pero a medida que la posición financiera de Dehomag se debilitaba, Watson de repente subió su exigencia al 90 por ciento. Heidinger se sintió acorralado, sin poder de elección: cedió la compañía alemana a Watson, y Dehomag pasó a ser una subsidiaria de CTR. Cuando CTR tomó el nombre de IBM en 1924, Dehomag, por supuesto, siguió siendo una subsidiaria de IBM. A Heidenger se le permitió retener aproximadamente el 10 por ciento de las acciones. De esa manera, Dehomag todavía podía alegar que era en parte alemana, para cubrir las apariencias."
 
Tecnología al servicio de la superioridad racial...
"Mientras los fanáticos seguidores de Hitler marchaban, haciendo atronar las calles de Nuremberg, en Berlín las máquinas Hollerith desapasionadamente traqueteaban y zumbaban, haciendo pasar pilas de tarjetas perforadas, identificando al enemigo para las próximas medidas drásticas. En el transcurso de 1933, especialistas raciales, respaldados por computaciones poblacionales e interminables tabulaciones, proponían sus definiciones favoritas de lo que constituía la naturaleza judía. Algunas teorías eran tan amplias y generales que se remontaban a los antepasados más lejanos. Sin embargo, la mayoría intentaban ser seudocientíficas y limitaban el campo. Estas últimas tentativas incluían no sólo los judíos completos, que profesaban el judaísmo o tenían cuatro abuelos judíos, sino también los judíos denominados tres cuartos, mitad y un cuarto, o judíos de menor linaje como tales. Personalmente, Adolf Hitler estaba al tanto de los hallazgos preliminares de las máquinas Hollerith, según los cuales, aunque sólo se habían registrado medio millón de alemanes como judíos en el censo, por las venas de muchos más corrían rastros de sangre judía. Y eran alrededor de un millón más. Quería que se tomaran medidas con respecto a la persistente presencia judía. Los judíos a los que Hitler temía más eran los no aparentes. Der Führer había estado trabajando en la largamente esperada definición racial durante varias semanas, pero las fórmulas y los cálculos todavía no eran concluyentes."
 
Al servicio de la guerra...
" Las máquinas Hollerith se ocupaban también de registros de combate, según el memo de la primavera de 1940 de Schotte. Por ejemplo, las misiones de la Luftwaffe estaban todas debidamente registradas para el cálculo de los detalles del combate aéreo, especificaba el informe. El memo de Schotte se jactaba de que las tarjetas perforadas mantenían `un registro de cada vuelo de un aviador militar, para su récord personal y el cálculo de las bonificaciones´. Además, todas las heridas de guerra de los alemanes se analizaban mediante complejos programas Hollerith, lo que permitía a los planificadores del Reich llevar a cabo una compleja investigación médica en el Archivo Central de Medicina de Guerra, en Berlín. Durante la Primera Guerra Mundial fueron los análisis de heridas de la cabeza los que ayudaron al Ejército austriaco a diseñar el casco de mayor protección posible. El informe de Schotte de 1940 también se refería a la `decodificación´ de despachos enemigos como una importante aplicación del sistema Hollerith. A medida que transcurrían los meses, las máquinas Hollerith tenían más que ver con los movimientos de las fuerzas alemanas. Con el tiempo, el sistema de tarjetas perforadas de IBM registraba cada orden combate, cada bala y movimiento de tropas nazis."
 
Eichmann supervisa la solución final en Francia...
"En julio de 1942, Eichmann llegó a París con órdenes directas de Himmler. Todos los judíos de Francia -extranjeros o nativos- debían ser enviados de inmediato a los campos. Eichmann empezó a supervisar en persona la deportación sistemática de los judíos. Berlín había asignado 37.000 vagones de carga, 800 de pasajeros y 1.000 locomotoras a la Francia Ocupada. Sucedía, sin embargo, que las autoridades locales constantemente se quedaban cortos con los cupos. El 15 de julio, un tren no pudo partir a horario. Eichmann estaba indignado, calificando el hecho de que el tren no hubiera salido como `vergonzoso´, en vista de todo el esfuerzo puesto en la confección de los horarios. Un oficial nazi asignado a la solución de la cuestión judía recordaba el momento: Eichmann amenazaba -recordaba el oficial- con que quizá deberían declarar a `Francia como un país que debía ser evacuado por completo´. El acosado nazi le prometió a Eichmann que ningún otro tren volvería a partir fuera de horario. Los desesperados funcionarios locales hacían todo lo posible por obedecer las exigencias obsesivas de Eichmann con los judíos. De ahí que pronto se dejaran de lado todas las tentativas de los ultraconservadores franceses por crear una jerarquía de exenciones, como para mujeres o niños, o ciudadanos franceses o veteranos de guerra."
 
IBM recupera sus propiedades en 1945...
" Recobrar Dehomag fue un proceso largo y complicado que empezó a los pocos días de la capitulación de Alemania. El 18 de mayo de 1945, IBM NY envió tres cartas a la División de Problemas de Guerra del Departamento de Estado. En la primera se explicaba que IBM era dueña de una compañía llamada Dehomag que instalaba equipo en Alemania. Por cierto, gran parte de ese equipo había sido trasladado a otros sitios durante los últimos días del Tercer Reich. IBM quería que el Departamento de Estado ayudara a localizar cada una de las máquinas. Desde enero de 1937 -se decía en la carta de IBM- Dehomag ha dejado de proporcionarnos una información detallada de las instalaciones en Alemania. En consecuencia no conocemos la ubicación exacta de las máquinas. Acompañamos una lista de los lugares donde, según sabíamos en una oportunidad, estaban localizadas las máquinas´. En una doble columna se enumeraba 88 ciudades alemanas donde se habían instalado máquinas Hollerith. Se hacía referencia al desconocimiento de las direcciones a partir de 1937, a pesar de que IBM había contribuido a preparar la Guía civil, que incluía direcciones actualizadas hasta 1944 de numerosas instalaciones importantes de maquinaria Hollerith. La segunda carta de la compañía a la División de Problemas de Guerra incluía las direcciones de dos propiedades residenciales administradas por el abogado impositivo de IBM. IBM quería el dinero de los alquileres. `sin dudas, él ha acumulado una suma importante de dinero de los alquileres de los edificios´. Una tercera carta sólo le recordaba al Departamento de Estado que podía obtenerse una lista de la ubicación precisa del equipo trasladado con sólo establecer comunicaciones con Dehomag."
 
Lectura apasionante para comprender cómo el régimen nazi controló a la población de Alemania y el uso de la tecnología en la guerra ahora que el totalitarismo utiliza la tecnología digital para los mismos fines de control y librar una guerra en Internet alterando procesos electorales y difundiendo propaganda para desestabilizar a las democracias. También el hecho irrefutable de que IBM fue vital para la política de superioridad racial, identificar y por último exterminar a judíos, gitanos y cualquiera que fuera catalogado de enemigo del Estado y la raza, continuando siendo útil para los aliados tras la victoria. También un ejemplo de capitalismo puro y duro y de dependencia de una tecnología que pocas veces se aborda en documentales salvo imágenes fugaces de las tarjetas perforadas. Un libro apasionante, inquietante y en ocasiones sobrecogedor, perfecto para lectura de verano, mesilla de noche o convalecencias hospitalarias y cuidado de la suegra que igual se emparanoia y se dedica a romper cualquier tarjeta ya sea de visita o comercial, cuidadín.

martes, 4 de junio de 2024

 

Libro: Sonámbulos 

– Cómo Europa fue a la guerra en 1914-

Autor: Christopher Clark
Editorial: Galaxia Gutemberg,
S. L.
Traducción: Irene Cifuentes y Alejandro Pradera
Edición: Mayo 2015
 
Fue un conflicto que terminaría con todos los conflictos y a su fin todo un mundo había desaparecido y marcaría al resto del siglo XX, curiosamente cien años después se repiten algunos aspectos que dieron lugar a la Gran Guerra. Posiblemente todos sepamos que comenzó con un atentado en Sarajevo, los más avezados, ellas siempre son avezadas, recordarán que la víctima fue el archiduque de Austria y los más atentos en clase puede que recuerden que era heredero del Imperio Austro-Húngaro. Pues el título de hoy nos ofrece sumergirnos en los años previos para comprender cómo una guerra que ningún imperio europeo deseaba se convirtió en una guerra sangrienta que cambió la Historia. Con estilo ágil de periodista y de forma comprensible, conoceremos lo que se cocía en Europa con Rusia apoyando el expansionismo serbio, las alianzas que obligaban a declarar la guerra si uno de sus miembros era atacado, las cancillerías con sus protagonistas y las impresiones de los informes que enviaban embajadores, 
nos sumergiremos en el Gran Juego como nunca lo habíamos visto y que guarda escalofriantes, salvando las distancias, parecidos con el presente actual y la guerra en Ucrania o la guerra declarada por Hamas contra el Estado de Israel.
La contraportada es parca en datos de Christopher Clark, actualizados al año de edición, es catedrático de Historia Moderna europea y Fellow del St. Catharine´s College de la Universidad de Cambridge y autor de varios libros. En Internet se puede encontrar más información y a continuación unos breves pasajes que os inciten a descubrir su apasionante lectura:
 
La propuesta del libro...
"Un razonamiento principal de este libro es que los sucesos de julio de 1914 sólo tienen sentido cuando explicamos los trayectos realizados por quienes tomaron las decisiones más importantes. Para ello, tenemos que hacer algo más que repasar la sucesión de `crisis´ internacionales que precedieron al estallido de la guerra: debemos comprender cómo se vivieron y tejieron aquellos acontecimientos en relatos que estructuraron impresiones y motivaron comportamientos. ¿ Por qué los hombres que con sus decisiones llevaron a Europa a la guerra se comportaban y veían las cosas como lo hacían? ¿Cómo es que el sentimiento de temor y aprensión que hallamos en tantas fuentes se asocia a la arrogancia y jactancia que encontramos a menudo en los mismos individuos? ¿Por qué eran tan importantes esos rasgos exóticos del escenario de preguerra tales como la cuestión albanesa y el `préstamo búlgaro´, y cómoi se juntaron en las mentes de los que tenían poder político? Cuando los que tomaban las decisiones disertaban sobre la situación internacional o sobre las amenazas externas, ¿veían algo real, o proyectaban sus propios temores y deseos en sus adversarios, o ambas cosas? El propósito ha sido reconstruir lo más vivídamente posible los `puestos de decisión´ tan dinámicos que ocupaban los actores clave antes y durante el verano de 1914."
 
Una pequeña y nacionalista Serbia...
"La idea de la `unificación de todos los serbios´ venía respaldada por una imagen mental de Serbia que guardaba poca relación con el mapa político de los Balcanes a principios del siglo XX. Su expresión política más influyente fue un memorándum secreto redactado por el ministro del Interior serbio Ilija Garasanin para el príncipe Alejandro Karadjordjevic en 1884. Conocido tras su publicación en 1906 como Nacertanije (del serbio antiguo nácrt, `borrador´), la propuesta de Grasanin esbozaba un `Programa de política nacional y exterior de Serbia´. Sería difícil exagerar la influencia de este documento sobre generaciones de políticos y patriotas serbios; con el tiempo se convirtió en la Carta Magna del nacionalismo serbio. Garasanin empezaba su meorándum con la observación de que Serbia es `pequeña, pero no debe permanecer en esa situación´. Sostenía que el primer mandamiento de la política serbia debe ser el `principio de unidad nacional´; con ello se refería a la unificación de todos los serbios dentro de las fronteras de un Estado serbio: `Donde habite un serbio, eso es Serbia´. El modelo histórico de esta visión más amplia del Estado serbio era el imperio medieval de Stepan Dusan, una extensa franja de territorio que, curiosamente, abarcaba la mayor parte de la república serbia actual, la totalidad de Albania de hoy día, gran parte de Macedonia y toda la Grecia central y septentrional, pero no Bosnia."
 
La amenaza rusa al Imperio Británico...
"Los británicos respondieron a la amenaza rusa con una política a dos bandas. La primera entrañaba un acercamiento a Japón y Francia, y la segunda la búsqueda de un acuerdo de reparto de poder con la propia Rusia que quitara la presión sobre la periferia del Imperio Británico. Después de la guerra chino-japonesa de 1894-1895, Gran Bretaña y Japón compartían el interés en oponerse a que Rusia se expandiera aún más. Japón era el `aliado natural´ de Gran Bretaña en el Lejano Oriente, como dijo el ministro de Asuntos Exteriores Kimberley en una carta de mayo de 1895 al representante británico en Tokio. La amenaza que suponían las enormes fuerzas terrestres japonesas para la frontera china de Rusia -a finales de 1895, 200.000 soldados japoneses habían entrado en Manchuria- compensaría la vulnerabilidad de la periferia del Imperio británico en el norte de la India. El rápido aumento de la flota japonesa proporcionaría otro `contrapeso a los rusos´ y con ello aliviaría la presión sobre las desbordadas flotas británicas. En 1901, tras un largo periodo de acercamiento cauteloso, dieron comienzo las conversaciones con vistas a una alianza formal: primero limitada a un pacto de defensa naval y luego más global firmada en Londres el 30 de enero de 1902. la Alianza Anglo-Japonesa, renovada en 1905 y 1911 (ampliando los términos), se convirtió en parte integrante del sistema internacional del mundo de preguerra."
 
Monarcas europeos...
"Los monarcas eran actores simbólicos así como políticos, y en este papel podían captar y concentrar las emociones y asociaciones colectivas. Cuando unos parisinos curiosos se quedaron mirando embobados a Eduardo VII despatarrado en una silla a la puerta de su hotel fumándose un puro, tuvieron la sensación d estar mirando a Inglaterra en forma de hombre muy gordo, a la moda y seguro de sí mismo. En 1903, su ascenso triunfal en la opinión pública parisina contribuyó a allanar el camino para la firma de la Entente con Francia al año siguiente. A pesar de su filosofía política autocrática y su escasísimo carisma, el déspota de modales suaves Nicolas II fue recibido por los franceses como un héroe conquistador cuando visitó París en 1896 porque le consideraban la personificación de la Alianza franco-rusa. ¿Y quién encarnaba los aspectos más inquietantes de la política exterior alemana -su indecisión, falta de orientación y ambición frustrada- mejor que el febril, indiscreto, propenso al pánico y autoritario káiser Guillermo, el hombre que tuvo la osadía de aconsejar a Edvard Grieg cómo dirigir `Peer Gynt´?. Tanto si el káiser elaboraba la política alemana como si no, sin duda la simbolizaba en opinión de los adversarios de Alemania."
 
La opinión pública...
"Los periódicos semioficiales y los artículos `dictados´ en la prensa nacional para comprobar el clima de opinión eran instrumentos conocidos de la diplomacia continental. Ese periodismo al dictado se hacía pasar por la expresión autónoma de la prensa independiente, pero su eficacia dependía precisamente del grado en que los lectores sospechaban que emanaba de la sede del poder. Por ejemplo, todo el mundo entendía en Serbia que Samouprava representaba las opiniones del gobierno; el Norddeutsche Allgemeine Zeitung estaba considerado el órgano oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán.; en Rusia, el gobierno daba a conocer sus opiniones a través de su propio periódico semioficial, Rossiya, pero de vez en cuando también hacía campañas en otros periódicos más populares, como Novoye Vremya. El ministro de exteriores francés, al igual que el alemán, pagaba dinero de un fondo secreto a los periodistas y mantenía estrechos lazos con Le Temps y la Agencia Havas, al tiempo que utilizaba Le Matin, menos serio, para lanzar `globos sonda´."
 
El Imperio Otomano...
"Mucho más grave que las discusiones por el control del Ferrocarril de Bagdad fue la crisis que estalló en diciembre de 1913 por la llegada de una misión militar alemana a Constantinopla. Tras su desastrosa campaña en los Balcanes, el Gobierno otomano buscaba desesperadamente ayuda extranjera para fortalecer sus Fuerzas Armadas mediante reformas radicales. Aunque el alto mando militar otomano consideró durante un tiempo la posibilidad de invitar a una misión militar francesa, los socios más evidentes eran los alemanes. Sus asesores militares habían tenido una presencia constante en Constantinopla desde finales de la década de 1880 y durante los años noventa, cuando `Goltz Pasha´ había dirigido los cursos de formación para los cuadros de oficiales turcos. Pero aquella nueva misión iba a ser de una escala mayor que los esfuerzos anteriores. A su jefe iba a asignársele una función de mando ( que no tenían los anteriores asesores, lo cual se consideraba un motivo crucial de su fracaso), e iba a ser responsable de la totalidad de la instrucción militar del Ejército otomano, incluida la formación del Estado Mayor. También gozaría de poderes ilimitados de inspección militar, y le acompañaba una falange de cuarenta oficiales alemanes en servicio activo. Y lo más importante: en calidad de general al mando del 1º Cuerpo de Ejército otomano, esa persona también iba a ser responsable d ela defensa de los Estrechos y de la propia Constantinopla. El hombre escogido para encabezar la misión fue el teniente general Liman von Sanders, comandante de la 22ª División en Kassel."
 
Se enciende la mecha...
" La mañana del 28 de julio de 1914, el emperador Francisco José firmó su declaración de guerra contra Serbia con una pluma de avestruz, sentado ante el escritorio de su despacho en la villa imperial de Bad Ischl. Ante él había un busto tallado en brillante mármol blanco de su fallecida esposa. A su derecha tenía un encendedor de puros último modelo, una aparatosa estructura de bronce sobre una peana de madera oscura, cuyo cable trenzado llegaba hasta un enchufe situado en la pared que había detrás del escritorio. El texto seguía el formato de manifiesto que los austriacos habían utilizado para declarar la guerra a Prusia en 1866. Para entonces, Belgrado ya era una ciudad casi desierta. Todos los hombres en edad militar habían sido llamados a filas, y muchas familias se habían marchado para refugiarse en casas de familiares en el interior del país. La mayoría de los ciudadanos extranjeros se habían ido. A las 2 de la tarde del 28 de julio, el rumor de la inminencia de la guerra corrió como la pólvora por la ciudad. Las ediciones especiales de los periódicos se agotaban en cuanto los vendedores lograban ponerlas en la calle. Antes d eque concluyera el día, dos barcos de vapor serbios que navegaban por el Danubio con un cargamento de munición y minas habían sido apresados por exploradores y guardias austriacos. Poco después de la una del mediodía siguiente, las tropas serbias volaron el puente sobre el río Sava entre Semlin (Zemun) y Belgrado. Las cañoneras autriacas abrieron fuego, y tras una breve escaramuza, las tropas serbias se replegaron. La noticia de que por fin se había declarado la guerra llenó de alegría a Sigmund Freud, que a la sazón tenía cincuenta y ocho años: `Por primera vez en treinta años, siento que soy un austriaco, y tengo ganas de darle otra oportunidad a este Imperio no demasiado prometedor. Toda mi lívido está dedicada a Austria-Hungría´."
 
Breves muestras de una obra fascinante que hará las delicias de amantes de la Historia y quien trate de comprender cómo hemos llegado cien años después al mismo punto de partida, ha cambiado la tecnología y sucumbido los imperios coloniales, pero Europa vuelve a asomarse al precipicio de un conflicto continental que, en realidad, es un conflicto global, un nivel más por encima de las guerras mundiales del siglo XX reviviendo la Guerra Fría. Y tal vez como ocurrió en 1914, los centros de poder y la sociedad seguimos sonámbulos ante la tragedia que se está fraguando y que es realidad en Ucrania y Oriente Medio. Y aunque la sociedad no es la misma de 1914 y estamos interconectados viviendo en la inmediatez, el Gran Juego nunca se detiene y quienes olvidan su Historia están condenados a repetirla...

miércoles, 8 de mayo de 2024

 
Libro: Errol Flynn -Aventuras de un vividor-
Autor: Errol Flynn
Editorial: T & B Editores
Traducción: Rocío Valero
Edición: Primera edición, mayo de 2009
 
La propuesta de hoy es la apasionante auto biografía de una estrella de la época dorada de Hollywood, nada menos que Errol Flynn, héroe de películas de aventuras con capa y espada o aguerrido personaje en películas del oeste, rodeado de un aura de leyenda por sus andanzas fuera de los platós y de sus andanzas de alcoba. Lo que descubrimos en el libro contado de primera mano es sencillamente fascinante y descubrimos a una persona sensible que ama dedicarse a la interpretación pese a que lo encasillaran en un estereotipo de personaje cinematográfico. Criado en Australia y una juventud errante por las selvas de Nueva Guinea buscando hacer fortuna, obligado a fingir ser quien no era para atraer inversores; un aventurero que ama el mar y con el mundo por escuela. También un hombre amante de la mujer, un espíritu libre que vive el sexo con libertad fuera de convencionalismos y un hombre acosado por embrollos judiciales con sus parejas que también necesitaba de sus amigos y que, sin embargo, sentía una soledad existencial que sólo encontraba un bálsamo cuando navegaba en su barco y disfrutaba de su hacienda en Jamaica. Un actor que nos abre las puertas de sus vivencias para mostrar a la persona y una vida aventurera en todos los ámbitos...
 
Nacido en Hobart, Tasmania, Australia, el 20 de junio de 1909, Errol Flynn siempre tuvo un talento especial para los problemas. En su vida posterior, embellecería sus aventuras juveniles, creándose su propia mitología. Expulsado de todas las escuelas en las que estuvo, se marchó, siendo un adolescente, a Nueva Guinea, donde supuestamente se involucró en varios negocios turbios, desde el contrabando de diamantes al tráfico de esclavos. Acusado de matar a un hombre, evitó la condena defendiéndose a sí mismo. Su entrada en el mundo del cine llegó por casualidad, cuando un productor australiano vio su foto y y le contrató para el docudrama In the wake of the Bounty (1933). Un año después, viajó a Inglaterra para labrarse una carrera como actor. El éxito de Flynn fue inmediato. Tras un breve periodo con una compañía de repertorio, consiguió un papel en el thriller británico de bajo presupuesto Murder at Monte Carlo (1934). La oficina de Warner Brothers en Londres reparó en él y pronto estaba cruzando el Atlántico con destino a Hollywood. Durante el viaje conoció a la actriz francesa Lili Damita, que sería la primera de sus tres esposas. A su llegada a Los Ángeles, estuvo brevemente relegado a roles menores, pero cuando Robert Donat rechazó Capitán Blood, Damita le ayudó a conseguir una audición. Explotando la alegre arrogancia del actor, el director Michael Curtiz estableció una muy rentable relación profesional con Flynn. A lo largo de la siguiente década, hicieron doce películas juntos. En Robin de los bosques (1938) se emparejó con Olivia de Havilland, su recurrente amante en la pantalla. A medida que el éxito de Errol crecía, también lo hacía su reputación de chico malo y las historias de sus borracheras, sus peleas y sus líos de faldas se convirtieron en un lugar común. En 1942 fue llevado a juicio por la violación de dos menores. Enfrentándose a una sentencia de 150 años si era declarado culpable, Flynn contrató al famoso abogado de Hollywood Jerry Glesler, que destrozó la credibilidad de las chicas y logró la absolución de su famoso cliente. Tras el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941, Errol se hizo ciudadano americano para poder unirse al ejército, pero fue declarado inútil para el servicio debido a sus dolencias cardiacas, malaria recurrente y tuberculosis. Fue un golpe desmoralizador para su ego, y convertirse en un héroe de guerra en la pantalla sólo enfatizó su sensación de ineptitud. Flynn dijo una vez: `Mi problema es tratar de reconciliar mis hábitos brutos con mis ingresos netos´. Con el paso del tiempo, su afición por la bebida se amplió a los narcóticos, y su preparación para los roles se resintió. Se marchó a Europa a comienzos de los años 50, y se arruinó intentando levantar una producción de Guillermo Tell. En 1957 regresó a Hollywood e interpretó a una serie de borrachos, incluyendo a su amigo John Barrymore. Sufrió un fatal ataque al corazón en Vancouver el 14 de octubre de 1959, a los cincuenta años, y fue enterrado con seis botellas de whisky.
Datos sacados de la contraportada y, sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Hogar familiar en Hobart, Tasmania...
"Mis padres nacieron en Australia. Mi padre, cuando tenía unos 24 años, estaba empezando en la profesión de su vida, biólogo marino. Solía visitar la casa de una familia llamada Young, donde había tres bellas jovencitas, Alice, Betty y Marelle. A mi padre le interesaba Betty pero fue mi madre, Marelle, quien lo atrapó. Para ella debió de ser pan comido. Tenía 21 años y rebosaba energía animal. Él no era más que un buen mozo erudito. Mi padre y mi madre, después de casarse, se embarcaron en un buque llamado `Aurora´, donde hicieron una de las primeras expediciones al Polo Sur. Mi padre viajaba como biólogo. El buque se encontraba en aguas de Australia y Tasmania cuando se descubrió que mi madre estaba encinta. La desembarcaron en Hobart, Tasmania, y mi padre siguió con la expedición. Me endosaron un puñado de nombres: Errol Leslie Thomson Flynn. El de Leslie me lo quité, porque tenía un tío que se llamaba así y no nos podíamos ver. Mi padre se estableció en Tasmania para dar clases de biología en la universidad de Hobart, un hombre muy joven que pronto obtuvo una plaza fija como profesor. A mi madre le empezó a gustar el lugar y decidieron quedarse allí. Mis primeros años transcurrieron en ese extraño y frío país del sur de Australia. Hobart es una ciudad enclavada al pie del monte Wellington. De ella recuerdo sobre todo sus manzanas, sus confituras, sus chicas de mejillas sonrosadas. Me alegra poder decir que yo era muy observador entonces, a tan temprana edad. Vivíamos en una casita de ladrillo de dos plantas, y detrás había un patio en el que yo pasaba mucho tiempo. Era una región agrícola. Había una playa cerca, Sandy Bay, y yo solía ir allí a nadar, a los tres años. Era una playa de arena dura, parda, y agua helada. Mi madre era una buena nadadora, y me llevaba a menudo allí. Desde entonces nunca me he alejado mucho del mar."
 
En Rabaul, Nueva Guinea...
"En Rabaul había una taberna maravillosa. Las llevaba un chino que se llamaba Ahsims, aunque lo llamaban simplemente Sims. Era una construcción de madera grande, cuadrada, coronada por un tejado rojo que se veía a millas de distancia. Se entraba en un pasillo encalado y se caminaba hasta el fondo, donde se llegaba al centro neurálgico: el bar. Junto a la larga barra había todo lo que podía dar el mundo: mineros, reclutadores, estafadores, ladrones, buscadores de oro, hacendados. Había cabinas en los lados de la sala, cabinas en el piso de arriba, y dos o tres fonógrafos descargaban música desde diversos puntos. En las mesas l
os hombres jugaban a las cartas, reían y peleaban embriagados. Mientras me dirigía a este local, me preguntaba cómo podía hacer para viajar a los yacimientos de oro, que seguían siendo mi principal objetivo. Pero para eso había que poner dinero, y yo no tenía mucho. Ahmis, que se alegraba de verme, me presentó enseguida a un pelirrojo de cejas pobladas llamado Al Tavisher. Él y Tavisher tenían una participación conjunta en una plantación de una isla no muuy lejana, Nueva Irlanda, que formaba parte del Territorio de Nueva Guinea. Tavisher era uno de esos australianos que se habían beneficiado de la expropiación de las propiedades alemanas. Con una pequeña suma de dinero, un crédito y una deuda elevada con el Gobierno, estaba preparado para producir copra. Ahsims le dijo a su socio que yo estaba buscando trabajo. En realidad yo no tenía cualificación ninguna, ninguna en absoluto. Ni siquiera había aprendido a sostener con la mano un vaso de cerveza, había leído muchos libros que no me habían preparado para nada práctico, pero tenía el don de la cháchara, de la elocuencia, y podía entrar o salir de una situación con labia, o con los puños si era necesario."
 
Joven seducido por una mujer...
"Nunca dejará de maravillarme la extraña capacidad de algunas mujeres... cuando quieren algo. El doctor Kinsey decía que una mujer no alcanza su plenitud sexual hasta los treinta y cinco años, y que sigue floreciendo en su vida de amante hasta los cincuenta y cinco. Lo suscribo. Podría pensarse que es al revés. Que es en la veintena, por ejemplo, cuando las muchachas alcanzan la cumbre de su tempo sexual. No, yo estoy con Kinsey. Madge era un ejemplo de esto. Ella fue mi primera experiencia con un gran mundo que yo sabía que existía, pero que me producía temor e inseguridad. Para complicar este repentino y excitante galanteo, también existía, en la distancia, mi compromiso renovado con Naomi. Esta relación se mantenía en un plano más elevado que la que vino entonces con Madge. En aquella época yo pensaba que cualquiera que defendiera los compromisos largos estaba loco. ¿De qué bendita manera se supopne que puede uno mantenerse alejado de alguien que le atrae sin legar a caer en el sexo? Supongo que es posible, pero en mi caso no, desde luego. Yo sólo sé que si toco el brazo de una joven o de una mujer que me excita, tengo que ir tan lejos como pueda o como ella me deje. La emoción se despierta. ¿Qué debe hacer uno? ¿Dar las buenas noches, tomarse una Coca-Cola o algo, e irse a casa escocido del escroto para arriba? Ni hablar. Con Madge la cuestión no se planteó siquiera. Simplemente decidió que me iba a seducir. No disfrazó su intención. Me mostró un aspecto de la vida que me aterrorizó y excitó a un tiempo, y me volvió completamente loco, hasta salir disparado hacia el cielo, muy alto, girando, sin enterarme de nada. Y luego descendía sobre una nube suave y recobraba el sentido. Ella sabía cómo posar un beso suave en un lado de la mejilla cuando todavía estabas jadeante, excitado, muerto de hambre. Sabía qué hacer con un hombre... si así podía llamarme yo entonces. Madge la despertó, en todo caso, mi hombría. Me enseñó, me inició, me abrió los ojos a la posible diversidad y al milagro de la forma femenina."
 
En la Guerra Civil española...
" Mi humor, mientras nos desplazábamos en coche por Barcelona, era morboso. Tenía la
impresión de que había venido a morir, y que tal vez no importaba si lo hacía. Nadie me lloraría. Me sentía irreal, cansado, apaleado por la vida con Lili, explotado por el estudio. Estaba íntimamente preparado para la bala que había venido a recibir a España. Estaba al tanto de la realidad de la guerra en sí. Sabía como el mundo entero- que España estaba siendo utilizada como campo de pruebas de las armas que se utilizarían más tarde en la Segunda Guerra Mundial. Hitler y Mussolini ayudaban a Franco. Rusia ayudaba a los republicanos. Estados Unidos se mantenía neutral. En el sentido humano yo estaba con todos. ¿Por qué diantres tenían que luchar hermano contra hermano? Yo sabía que en el bando republicano habíoa idealistas, fanáticos, chiflados. Entendía que los ricos eran sensibles a la causa franquista, cuando no simpatizaban francamente. Respecto a mis propias simpatías, decidí que puesto que la división consistía en la revolución de Franco contra el gobierno republicano elegido legalmente, entonces me inclinaba por las izquierdas. Tal vez hubiera un poco más de idealismo y humanidad en ese bando. No así Koets. Él no se casaba con nada, salvo con la medicina. Aseguraba que le traía sin cuidado quién matara a quién. Habría sido muy capaz de coger un cinto nazi y machacarle el cráneo a un comunista, o hacer lo mismo con un nazi con un cinto comunista... sólo para estudiar las reacciones de cada uno. Pero también quería implicarse en una actividad médica en la que pudiera dedicarse a salvar vidas."
 
"Objetivo Birmania"...
"Los nazis invadieron los Países Bajos. Bombardearon Pearl Harbor. Hollywood empezó a hacer más películas antinazis y pro-aliados. Yo estuve en varios de esos proyectos, `Dive Bomber´, `Objetivo Birmania´, `Edge of Darkness´. Una de las pocas películas de las que estoy orgulloso es `Objetivo: Birmania´. Jack Warner no estaba en el estudio en ese momento, así que la película la hicimos Raoul Walsh y yo, pero fue obra de Jerry Wald. Yo no fui el productor, pero en muchos de los aspectos creativos se hizo lo que yo dije. A veces lo fingido no es tan distinto de la realidad como se puede suponer. A veces lo fingido es la realidad y presenta la realidad mejor que la vida misma. A menudo las películas parecen más reales que las cosas que pretenden retratar. Simulamos las condiciones de la campaña de Birmania. Teníamos un asesor técnico que había participado en la retirada británica de principio a fin. Era británico, un tal comandante Watkins. Allí había sido herido de gravedad, y Jerry Wald, con su instinto para juntar a la gente, lo localizó para labores de asesor en esta película. Esta película describía las condiciones de Birmania de una manera tal que incluso personas que habían estado en la campaña de Birmania salían del cine diciendo: `¿Qué parte de Birmania era eso?´. Cuando se les decía que era el Rancho Santa Anita, California, el rancho de Lucky Baldwin, dudaban, no daban crédito. Allí construimos unos decorados tan verosímiles que ni los expertos conseguían distinguirlos de los originales. La Warner se tomó muchas molestias con la localización, para, en circunstancias muy exigentes, darle una apariencia abrupta, agreste, inhóspita. Una contribución que yo hice a esa película fue introducir la técnica del silencio. El silencio mantenía el suspense. Yo sabía que mantenía en vilo al público. Una partitura habría acabado con él."
 
Experiencia con las mujeres...
"Lo que pasa por la mente humana, del hombre o de la mujer, no es ni más ni menos que lo que nos rodea, y la mente femenina lo toma, lo digiere, lo manipula y lo emplea exactamente igual que la masculina. Yo afirmo, sin presumir, que soy capaz de adivinar los motivos de una mujer, si es agradable conmigo, en menos de una hora. Tengo una idea bastante clara de lo que busca. El mecanismo de supervivencia de la mujer es mejor que el de su hermano varón, y si en verdad éste es el mundo de la supervivencia del mejor adaptado, sin duda las mujeres han de sobrevivir. Para mí, eso de que la mente de la mujer es un misterio es mentira. Tal vez mi experiencia con las mujeres ha sido especial. Tal vez porque muchas de ellas han sido agresivas conmigo porque buscaban colgar mi cabellera de su cinturón, tal vez a causa de esta clase de experiencia he podido atisbar en el interior de la naturaleza femenina de una forma que se les ha negado a otros. Puden ustedes leer todos los libros, artículos, historias, que indican que las mujeres quieren y necesitan `atención´; eso es una de las cosas más importantes que esperan y necesitan de un hombre. Si hay algo que les gusta más que la atención personal, yo diría que es lo siguiente: para una mujer, el hombre adecuado es el pagano.Todos necesitamos un poco de amor y afecto, en una forma u otra. Yo no niego la parte de amor, calor, emoción humana que dan las relaciones personales. Eso está ahí, es real. Sólo digo que en la guerra de sexos, los billetes de dólar cambian de manos. Una conclusión lamentable, pero tal ha sido mi experiencia. Esto va por las esposas, amantes, cortesanas... todas ellas. Uno puede pensar que aman tus profundos ojos oscuros, tus brillantes ojos enrojecidos -lo que se prefiera- pero yo he llegado a la siguiente conclusión: que el dinero les interesa tanto como lo que comen, lo que visten, dónde viven, porque son todas de la misma condición. Será humano, estará bien o mal, pero pensar que las mujeres buscan alguna clase de romanticismo es una milonga. Yo he tenido amantes que me han esquilmado desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche, y al día siguiente había suficientes productos recién adquiridos a mi alrededor como para poner un almacén de artículos de confección. Las esposas quieren casas. Lo llaman amor, pero se deletrea c-a-s-a. En el teatro el juego es la cosa. En la vida real la cosa es el juego."
 
Biografía en primera persona donde descubrimos a un Errol Flynn como espíritu libre que vivió una vida apasionante y casi siempre interpretando a un personaje. Lectura para amantes de la historia del cine, de las biografías de las estrellas y de lectura ágil, entretenida e ilustrativa. Ideal para noches en vela, ver películas del actor con otra mirada, de mesita de noche y para cualquier momento de asueto. Logra Errol Flynn atraparnos a su historia y sus vivencias que también son una historia de sobrevivir y de tener fe en uno mismo para vencer los obstáculos, disfrutar de la vida y hacer soñar al mundo con sus películas. Cuidado de regalar a la suegra que nos dará la turra de cuando era joven y veía al Flynn batirse en duelo de espadas, cuidadín...
 

martes, 9 de abril de 2024

 

Libro: La travesía de Don Juan 
– La biografía más cercana del padre del rey Juan Carlos-
Autor: Pedro Carbajal
Editorial: Ediciones Planeta Madrid, S. A.
Edición: Primera edición, febrero de 2011
 
La propuesta de hoy es un acercamiento a una de las figuras claves de la Transición española, casi olvidado para las generaciones digitales y un desconocido para las analógicas, Don Juan Conde de Barcelona que tras la Guerra Civil y la posterior contienda mundial, esbozó lo que debería ser el regreso de la Monarquía a España bajo parámetros democráticos. Ninguneado por el dictador Francisco Franco, casi ocultado por la propaganda del régimen, su hijo simbolizó tras la muerte de Franco lo que hubiera sido el reinado de D. Juan de haber retornado al trono tras la victoria aliada contra el fascismo de derechas, el fascismo de izquierdas aún aguantaría hasta 1989. El autor, testigo contemporáneo, escribe desde el respeto y la admiración, pero como indica el título es la singladura de un marino de vocación y de carrera por los mares de la Historia, lo cual es también un recorrido por la historia de España...
 
Pedro Carbajal Urquijo, nacido en Madrid en 1944, es licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense y titulado en la Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid. Ha trabajado como productor, guionista, ayudante de dirección y director artístico en diferentes largometrajes de directores consagrados como Vicente Aranda, Juan Antonio Bardén y Manuel Caño. En televisión, crea y dirige con Fernando Bauluz el semanario para jóvenes La semana. Ha dirigido varias películas y ha realizado numerosos documentales así como autor de varios libros.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, podéis encontrar en Internet más información del autor y su trayectoria profesional. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Motivaciones del autor...
"Esta biografía la cuenta alguien que, aun siendo en aquel entonces pequeño, fue testigo de esta historia a través de sus padres y del círculo más íntimo de don Juan, con personajes a los que trató familiarmente como a tíos. No se trata, por lo tanto, de una biografía política, que ya la han hecho con gran acierto y profundidad Luis María Ansón, Fernado de Meer y José María Toquero, entre otros, sino que, en el intento de aportar algo más, se centra en la persona de don Juan, en su familia y en quienes le acompañaron y apoyaron en su difícil tarea. Por eso he dado prioridad a los testimonios de los que estuvieron más cerca de él: mi padre, Francisco Carvajal, conde de Fontanar, el político José María Gil-Robles y el erudito y académico Pedro Saiz Rodríguez, así como sus consejeros más íntimos, y muchos otros que sacrificaron sus vidas y haciendas en favor de la causa monárquica. A todos ellos también hay rendirles el más profundo homenaje, y largo sería citar sus nombres, que irán apareciendo en esta historia."
 
La fortuna del Rey Alfonso XIII, padre de don Juan...
"Se ha especulado mucho sobre el origen de la fortuna de Alfonso XIII. Javier Tusell y Genoveva G. Queipo de Llano lo dejan bien claro: `La Casa Real tenía en los presupuestos españoles mayor dotación que los Cuerpos legisladores, pero presentaba un porcentaje semejante al de la Monarquía italiana. Como es natural con esos fondos el Rey debía atender a las obras de reparación y mantenimiento del Patrimonio Real y de las 3200 personas que trabajaban para él, pero le quedaba un remanente con el que pudo crearse una fortuna. Aparte de la personal de doña María Cristina, el Rey, dadas las circunstancias de su vida, como monarca desde su mismo nacimiento, llegó a tener unos 41 millones de pesetas de patrimonio personal, cifra que equivaldría a unos 8200 de mediados de los años ochenta del siglo XX. A lo largo de su vida había triplicado la cantidad inicial no gastada por su madre: lo logró a través de inversiones en sesenta empresas industriales y comerciales de todo tipo. Estas colocaciones de capital se exhibían y no se ocultaban. El monarca actuaba como promotor de determinados tipos de proyectos que se consideraban útiles: la iniciativa de construir el ferrocarril metropolitano de Madrid, el metro, no hubiera sido posible sin él. El Rey no recibió acciones liberadas ni hizo negocios dudosos; ninguna señal de ello pudieron encontrar los republicanos a partir de 1931´."
 
Alfonso XIII desengañado con el general Franco...
"El 1 de abril de 1939 terminaba la Guerra Civil española y Franco era proclamado `Caudillo de España´. El 19 de mayo se celebró en Madrid la victoria de las tropas franquistas. En el transcurso del desfile, el bilaureado general José Enrique Varela le impuso la Gran Cruz Laureada de San Fernando `por haber salvado a la patria´. Al día siguiente, en la iglesia de Santa Bárbara se celebró un solemnísimo tedeum de agradecimiento y de ofrenda `de la espada de la Victoria, en acción de gracias por la providencia del Señor con las armas españolas y en reconocimiento público del auxilio divino, sin el cual hubiera sido imposible nuestro triunfo´. De hecho, era el primer reconocimiento oficial por parte de la Iglesia del `Caudillo por la Gracia de Dios. Alfonso XIII y don Juan mandaron sendos telegramas de felicitación a Franco, quien en su respuesta evitó hacer referencia a una próxima restauración de la monarquía. El Rey comentó con amargura: `Elegí a Franco cuando no era nadie. Él me ha traicionado y engañado a cada paso´."
 
Lord Mountbatten muestra a don Juan la realidad geopolítica...
" Poco después, el 23 de diciembre de 1947, Louis Mountbatten telefoneó a su pariente, don Juan, para agradecerle su felicitación de Navidad. Lord Mountbatten, último virrey de la India y asesinado décadas más tarde por el IRA, estaba considerado el cerebro de la Familia Real inglesa. Don Juan recordaría siempre la claridad de sus palabras, como relata Luis María Ansón: `Hay que aceptar la realidad, Juan, es terrible, pero hay que aceptarla. Nuestro Gobierno y el norteamericano están de acuerdo en que siga Franco y en que las relaciones con España vuelvan a la normalidad. La situación europea es cada vez más inquietante. Miguel de Rumanía está en el exilio. De la Monarquía búlgara no queda nada. Stalin es el dueño absoluto del centro de Europa y fíjate lo que ha ocurrido en Yugoslavia con los milicianos de Tito y lo que está ocurriendo en Grecia. Por mucho que condenen la dictadura, nuestros gobiernos prefieren a Franco porque, cierto, es jugar una fea carta, pero sin riesgo´."
 
Don Juan reacciona a la designación de Juan Carlos como sucesor de Franco...
"La reacción de don Juan fue disolver inmediatamente su Consejo Privado y su Secretariado Político. No estaba dispuesto a levantar bandera contra su hijo al reclamar sus derechos dinásticos. El Manifiesto, redactado por Sainz Rodríguez y Areilza, con ayuda de Joaquín Satrústegui, fue el último que don Juan dirigió a los españoles y que ni siquiera firmó. En él se proclamaba `que el Rey lo fuera de todos los españoles, presidiendo un estado de Derecho; que la Institución funcionara como instrumento de la política nacional al servicio del pueblo, y que la Corona se erigiese en poder arbitral por encima y al margen de los grupos y sectores que componen el país. Y junto a ello, la representación auténtica popular; la voluntad nacional presente en todos los órganos de la vida pública, la sociedad manif´estándose libremente en los cauces establecidos de opinión; la garantía integral de las libertades colectivas e individuales, alcanzando con ello el nivel político de Europa occidental, de la que España forma parte´. Franco no permitió que el Manifiesto se publicara en España; tan sólo el ABC reprodujo el último párrafo: `Nunca pretendí, ni ahora tampoco, dividir a los españoles. Sigo creyendo necesaria la pacífica evolución del sistema vigente hacia estos rumbos de apertura y convivencia democrática, única garantía de un futuro estable para nuestra Patria, a la que seguiré sirviendo como un español más y a la que deseo de corazón un porvenir de paz y prosperidad´. La víspera de su designación ante las Cortes don Juan Carlos al fin consiguió hablar por teléfono con su padre, a última hora de la tarde. Paul Preston escribe: `Don Juan respondió con frialdad: Eso quiere decir que lo sabías cuando viniste aquí y no has querido decírmelo. Juan carlos protestó su inocencia, pero su padre se negó a creerle por el momento. El príncipe hizo enormes esfuerzos para ser afectuoso, pero su padre seguía inconsolable. Pese a este pequeño comienzo de mejoría en us relaciones, don Juan obligó a su hijo a devolverle la placa de Príncipe de Asturias´. Cuando más adelante don Juan abdicó de sus derechos dinásticos en favor de su hijo, entregó la placa de Príncipe de Asturias a su nieto Felipe."
 
Al final se le hizo justicia histórica...
"Don Juan murió en la tarde del 1 de abril de 1993 a los setenta y nueve años de edad. El Gobierno socialista de Felipe González dio un decreto ley que le situaba en el lugar que le correspondía en la Historia de España. Con el uniforme de capitán general de la Armada española, don Juan de Borbón fue enterrado en el Panteón de los Reyes del monasterio de El Escorial, con el título real de `Conde de Barcelona´. El que fuera ante todo marino de vocación había conseguido llevar a buen puerto en la persona de su hijo el legado dinástico de su padre Alfonso XIII: `Ser el rey de todos los españoles´."
 
Lectura necesaria, ahora que el fascismo de izquierda y derecha medra al albur del populismo y la demagogia, como ejemplo de estadista; de figura histórica consciente de ser tal y de sacrificio por la integridad de la Monarquía española que supo pensar a medio y largo plazo cuando la dictadura franquista se mantuvo por intereses de la Guerra Fría. Ideal para votantes del llamado progresismo y nacionalismos que germinan en una casta política sin más interés que sus propias narices tratando de escribir una Historia oficial que haga ignorantes a la sociedad de su pasado histórico y de su presente inmediato. Lectura para noches de guardia, descanso vacacional y convalecencias de un libro que incita a saber más de la figura y el papel representado por don Juan Conde de Barcelona y el presente de bienestar y prosperidad que disfrutamos, ahora que las democracias sufren en Europa el embate del totalitarismo imperial y la injerencia de Rusia, que la democracia en España sufre al igual que el resto de países de la Unión Europea en una nueva guerra entre las dictaduras y las democracias.

lunes, 11 de marzo de 2024

 

Libro: Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial
Autor: Eduardo Pons Prades
Editorial: La Esfera de los Libros, S. L.
Edición: 2003
 
En las crónicas y documentales de la II Guerra Mundial siempre se olvidan, cuando se acuerdan es casi de manera anecdótica, de los españoles que combatieron en la misma y en ambos bandos. En el caso de la División Azul el régimen dictatorial de Franco necesitó relegarles al término de la contienda y lavar su pasado de apoyo al nazismo y el fascismo italiano. En el caso de los republicanos que salieron por Francia al término de la Guerra Civil Española y quienes se refugiaron en la URSS no interesaba a los victoriosos aliados enemistarse con el dictador español porque en la Guerra Fría que ya se palpaba interesaba más una dictadura que una posible república afín a la URSS. La propuesta de hoy es un magnífico libro acerca de la participación de republicanos españoles encuadrados en las fuerzas aliadas. Tratados como apestados perdedores por las autoridades francesas en 1939, su veteranía en combate, disciplina y arrojo les convertirán en paladines de la derrota del fascismo en Europa, serán los primeros en entrar en París y que anhelaban la victoria para acudir raudos a combatir la dictadura franquista. Lejos de ser un ejemplo de la ideología como arma, el autor nos ofrece una crónica digna de la mejor tradición literaria donde relata con testimonios y documentación las vicisitudes, los campos de batalla y los relatos en primera persona de los protagonistas donde luchaban juntos republicanos, socialistas, comunistas, libertarios y anarquistas que aparcaron sus diferencias para proseguir la que fue la primera batalla de la II Guerra Mundial, en España, de 1936 a 1939 cuando de una rebelión militar se pasó a guerra civil con apoyo para los sublevados de Italia y Alemania así como de la URSS a la República abandonada a su suerte por las democracias europeas...
 
Eduardo Pons Prades (Barcelona, 1920-2007), en 1937, después de colaborar en el Consejo Económico de la Madera Socializada (CNT), se alistó en el Ejército Republicano y combatió en Madrid, en el Segre y en el Ebro. Fue herido en Barcelona en 1938 y pasó a Francia al año siguiente, para sumarse a su ejército. En 1942 se integró en la Resistencia y estuvo al mando de un destacamento volante de guerrilleros franceses y españoles en los enfrentamientos por la liberación del Aude contra las tropas alemanas. También realizó dos viajes clandestinos a España (octubre de 1944 y diciembre de 1945). Fue detenido el 5 de enero de 1946 pero logró fugarse tres semanas después. Tras su etapa en Francia (1948-1964) regresó a España. Miembro fundador de la editorial Alfaguara, además de colaborador en distintas publicaciones periódicas y ha participado como guionista en la realización de varios cortometrajes españoles y franceses así como autor de varios libros.
Datos sacados de la contraportada y en Internet podéis encontrar más información sobre el autor y su obra, y sin más unas breves reseñas que os atraigan a su apasionante lectura:

Pasar a Francia tras la derrota en palabras de Emilio Álvarez Canossa...

"Pasé la frontera el 11 de febrero de 1939 (todos los puestos fronterizos estaban ya ocupados por el enemigo) por Coustuges, en la zona de Vallespir, al mando del Batallón Divisionario de la 46ª división (ex-`El Campesino´). Todavía conservo los estadillos de todo el personal que pasamos la frontera, así como el del armamento que depositamos al entrar en territorio francés, que pongo a tu disposición. Nos encerraron en un cercado de un pueblo más importante: Saint-Laurent-de- Cerdans. Luego fuimos enviados al campo de concentración -de `selección´ lo llamaban- de Septfonds. A principios de julio de 1939 me condujeron esposado al Castillo de Collioure, donde después de las consabidas palizas me entregaron al siniestro Antoine, un ex- legionario de origen húngaro. En efecto, tuve el `privilegio´ de pertenecer a la Sección Especial, en la que estábamos, al decir de los franceses. Los elementos más peligrosos del Ejército Republicano español. Nunca supe con qué criterios establecieron las cribas y la selección... Después de varios meses de encarcelamiento, con un régimen penitenciario de auténtico presidio, fui enviado al campo de Bram, cerca de Carcasona, que tú conoces bien, donde trabajé en la Panificadora. Desde allí fuí a parar a las minas de oro de Salsigne, en la Montaña Negra del Aude. La `continuación´ ya la conoces: en uno de mis viajes, en nuestro afán de reorganizar a las gentes, fui denunciado a la policía francesa y detenido en la estación de Saint-Charles de Marsella. Tras los interrogatorios de rigor, en Marsella y en Montpellier, fui enviado al campo disciplinario de Vernet d´Ariége. De allí me evadí junto con otros dos compatriotas a las pocas semanas, yendo a trabajar a la cuenca minera de Provenza. Denunciado de nuevo, me vi obligado a marcharme a la región de Burdeos -en zona ocupada- y a principios de 1943 pasé a militar en la Resistencia de la Dordogne, en cuyas tierras actué, con las armas en la mano, hasta la Liberación."
 
Gestapo...
"En los albores de 1943, para la Gestapo y sus sicarios franceses está resultando de una insolencia inaudita que los hombres de Ponzán sigan actuando a sus anchas. Y como el dinero corre a espuertas no les es difícil encontrar un traidor. Roger Neveu, llamado `El Legionario´, recién incorporado al `Réseau´, delataría a los `clientes´ del Hotel de París, y a los dueños del establecimiento en primer lugar. El 20 de febrero, a las seis de la mañana, los coches de las policías francesa y alemana acordonaron la manzana con sus agentes uniformados y descargaron el lote de inspectores encargados de ocupar y vaciar el hotel. El registro no dio ningún resultado, pero detuvieron a los esposos Mongelard y a varias personas sospechosas denunciadas por Èl Legionario´, que asitió a la operación. Monsieur Mongelard pasaría por varios campos de exterminio alemanes: Sarrebruck, Buchenwald, Dora-Dora, Helrich, Hartzungen y Nordhausen, siendo ejecutado en éste último, junto con otros 2.000 deportados, el 6 de marzo de 1945. Era el comienzo de `la gran liquidación final´ que los nazis decretaron ante el avance, por tierras de Alemania, de los Ejércitos aliados. Otro punto de apoyo fue descubierto por la policía gracias a `El Legionario´ el del sastre judío Paul Ullmann, que no solamente confeccionaba prendas para los fugitivos (labor en la que colaboraba toda la familia Ullmann), sino que ofrecía a menudo su hogar como refugio y a veces hasta acompañaba a los fugitivos por Tolouse. Cuando se preparó la fuga de Ian Garrow fue él quien, en pocas horas, le confeccionó un uniforme de oficial de la guardia móvil. Paul Ullmann fue detenido y desapareció del mundo de los vivos, sin que nadie supiese nunca dónde ni cómo había muerto. Su esposa se salvó durante unos meses y tomó el relevo de su marido, con una abnegación admirable, en la confección de prendas y `disfraces´ para los resistentes. Fue detenida más tarde, deportada y gaseada en un campo de exterminio alemán, como tantos cientos de miles de judíos."
 
Españoles republicanos en la Legión Extranjera...
"Los alistamientos en la Legión Extranjera afectaron sobre todo a hombres jóvenes, y no en pocos casos menores de veinte años. Algunos, como los supervivientes de las quintas del `biberón´ (1941) y del `chupete´(1942), recién cumplidos los dieciocho años. El alistamiento de los jóvenes tuvo dos características claras: la primera, su escasa formación política -por llamarlo de forma inequívoca-, y, por tanto, el no poder comprender, porque no se les alcanzaba, el significado que tenía resistir en los campos de concentración de Francia, hasta que los franceses se decidieran a otorgarnos las mínimas consideraciones a que cualquier ser humano tiene derecho. Extremando el análisis, los jóvenes de 1939 podrían replicar que `lo esencial era salvar el pellejo individual, para reemprender el combate colectivo más tarde´. La otra razón de los alistamientos era proseguir, en suma, un combate frustrado: el que empezó con la batalla del Ebro. Si a muchos se nos hubiese dicho que unos meses más tarde (mayo-junio de 1940) íbamos a conocer el desastre que se produjo en las filas de los Ejércitos aliados, lo que en cierto modo coronaría y `mejoraría´ nuestra derrota en la batalla de Cataluña en el invierno de 1938-1939, probablemente más de uno nos hubiéramos quedado donde estábamos, bien quietecitos. Pero no eran esas nuestras previsiones. La inmensa mayoría teníamos la certeza de qe, de alguna manera, íbamos a desquitarnos, frente a los alemanes e italianos, de la ayuda que éstos habían aportado a nuestros enemigos durante la Guerra Civil."
 
Pequeñas gotas de un voluminoso libro que se lee de un tirón e imprescindible como crónica de las vicisitudes, batallas y lucha en La Resistencia, en todos los teatros de operaciones de la guerra en Europa pasando antes por los desiertos del norte de África y como tropas de vanguardia encuadrados en las fuerzas aliadas. Ideal para amantes de las hazañas bélicas, turistas de los frentes de combate y para amantes de la Historia. También un homenaje a quienes fueron olvidados tras la victoria y cuyas tumbas, anónimas muchas, jalonan lo que fueron escenarios de combate. Quienes piensen que se hace apología política pueden leer el libro tranquilos ya que se trata de narrar, y no de adoctrinar, los hechos bélicos de españoles, hombres y mujeres, que siguieron combatiendo el fascismo tras ser derrotados en la Guerra Civil y que dieron ejemplo de coraje y valentía con España siempre en el pensamiento...
 

miércoles, 24 de enero de 2024

 

Libro: Gomorra 
-Un viaje al imperio económico y al sueño de poder de la Camorra-
Autor: Roberto Saviano
Editorial: Random House Mondadori, S. A.
Traducción: Teresa Clavel y Francisco J. Ramos Mena
Edición: Decimosexta edición, diciembre de 2008
 
La propuesta de hoy es un fascinante viaje al mundo de la Camorra, del que tenemos imágenes y estereotipos arraigados en la cultura popular gracias al cine. Sin embargo, Roberto Saviano nos muestra aspectos desconocidos para el gran público, la imposición de la ley de la Camorra en regiones de Italia y a la vez una expansión en el mundo de los negocios. El autor, que conoce lo que es nacer y crecer en un entorno donde se impone la mafia, muestra con agilidad narrativa las pruebas de la expansión comercial, el mundo de los boss y los subordinados adolescentes ganando dinero rápido convertidos en sicarios, las tapaderas empresariales que consiguen contratos públicos y, en definitiva, enseñar que el glamour mafioso de las películas de Hollywood no es tal en la vida real...
 
Roberto Saviano nació en 1979 en Nápoles, donde vivía y trabajaba hasta que en septiembre de 2006 el éxito del libro, que cita nombres y lugares, le ha obligado a vivir oculto y bajo protección policial permanente. Miembro del grupo de estudios sobre la Camorra y la ilegalidad, y colaborador de los periódicos Il Manifesto e Il Corriere del Mezzogiorno, sus narraciones y reportajes han aparecido en numerosas publicaciones y antologías. Gomorra es su primer libro.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición aunque en Internet podréis encontrar más información del autor. Y sin más preámbulo, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
El puerto de Nápoles...
"En la actualidad (2008), en Nápoles se descarga casi exclusivamente mercancías procedentes de China: 1.600.000. toneladas. Las declaradas. Al menos otro millón pasa sin dejar rastro. Según la Agencia de Aduanas, en el puerto de Nápoles el 60 por ciento de la mercancía escapa a la inspección de la aduana, el 20 por ciento de los recibos de aranceles no se comprueban y hay cincuenta mil falsificaciones: el 99 por ciento es de procedencia china, y se calculan doscientos millones de euros de impuestos evadidos al semestre. Los contenedoires que deben desaparecer antes de ser inspeccionados se encuentran en las primeras filas. Todos los contenedores están numerados, pero hay muchos con la misma numeración. De este modo, un contenedor inspeccionado da vía libre a todos sus homónimos ilegales. Lo que se descarga el lunes, el jueves puede venderse en Módena o Génova, o acabar en los escaparates de Bonn y Mónaco. Gran parte de la mercancía que es introducida en el mercado italiano sólo debería haber estado de paso en el país, pero la magia de las aduanas permite que el punto de paso se convierta en punto de llegada. La gramática de las mercancías tiene una sintaxis para los documentos y otra para el comercio. En abril de 2005, en cuatro operaciones puestas en marcha casi por casualidad, a poca distancia unas de otras, el Servicio de Vigilancia Antifraude de la Aduana se incautó de veinticuatro mil pantalones vaqueros destinados al mercado francés; de cincuenta y un mil objetos procedentes de Bangladesh con el sello `made in Italy´; y de alrededor de cuatrocientos cincuenta mil muñecos -Barbie, Spiderman-, más otros cuarenta y seis mil juguetes de plástico, por un valor total de aproximadamente treinta y seis millones de euros. En unas pocas horas estaba pasando una fina loncha de la economía por el puerto de Nápoles. Y del puerto al mundo. No hay hora o minuto en que eso no suceda. Y las lonchas de economía se convierten en chuletones, y después en cuartos de buey y en bueyes enteros de comercio."
 
Apodos de boss...
"En cambio hay apodos cuidadosamente pensados que puden determinar la suerte o la desgracia mediática de un boss, como el famoso de Francesco Schiavone, llamado `Sandokán´, un apodo feroz escogido por su semejanza con Kabir Bedi, el actor que interpretó al héroe de Salgari. El de Pasquale Tavoletta, llamado `Zorro´ también por su semejanza con el actor de la serie televisiva, o el de Luigi Giulano `' o Re´, llamado también `Lovigino´, apodo inspirado por sus amantes estadounidenses, que en la intimidad le susurraban `I love Luigino´. De ahí lo de Lovigino. El apodo de su hermano Carmine, `' o Lione´, y el de Francesco Verde, alias `' o Negus´, como el emperador de Etiopía, por su hieratismo y por ser boss desde hacía mucho tiempo. Mario Schiavone, llamado `Melenik´, como el famoso emperador etíope que s eenfrentó a las tropas italianas, y Vincenzo Carobene, llamado `Gadafi´, por su extraordinario parecido con el hijo del general libio. El boss Francesco Bidognetti es conocido como `Cicciotto di Mezzanotte´, un apodo nacido del hecho de que cualkquiera que se interpusiese entre él y un negocio suyo vería abatirse sobre él la medianoche aunque estuviera amaneciendo. Algunos afirman que el sobrenombre se lo pusieron porque de joven había comenzado a escalar hacia la cúspide del clan protegiendo a las putas. A todo su clan se le llamaba ya `el clan de los Mezzanotte´. Casi todos los boss tienen un apodo: es sin duda alguna el rasgo por antonomasia, el que los identifica. El sobrenombre es para un boss lo que los estigmas son para un santo. La demostración de la pertenencia al Sistema. Cualquiera puede ser Francesco Schiavone, pero sólo uno será Sandokán; cualquiera puede llamarse Carmine Alfieri, pero sólo uno se volverá cuando le llamen `' o Nufato´; muchos puieden llamarse Francesco Verde, pero sólo uno responderá al nombre de `' o Negus´; cualquiera puede haber sido inscrito en el registro como Paolo Di Lauro, pero sólo uno será `Ciruzzo el Millonario."
 
Ser mujer en la Camorra...
"Para muchas mujeres, casarse con un camorrista suele ser como recibir un préstamo, como conseguir un capital. Si el destino y la pericia lo permiten, ese capital fructificará y las mujeres se harán empresarias, dirigentes, generalas con un poder ilimitado. Las cosas pueden ir mal y sólo quedarán horas de espera en las cárceles y súplicas humillantes para hacer de asistenta compitiendo con las eslavas, para poder pagar a los abogados y dar de comer a los hijos, si el clan se viene abajo y no puede seguir pagando las mensualidad. Las mujeres de la Camorra proporcionan a través de su cuerpo bases para alianzas, su rostro y su comportamiento reflejan y muestran el poder de la familia; en público se reconocen sus velos negros en los funerales, los gritos durante los arrestos, los besos lanzados al otro lado de la barra durante las audiencias. La imagen de las mujeres de la Camorra parece compuesta de visiones previsibles: mujeres capaces de hacer de eco sólo al dolor y a la voluntad de los hombres, sean hermanos, maridos o hijos. No es así. La transformación del mundo camorrista en los últimos años ha producido también una metamorfosis del papel femenino, que de una identidad materna, de un apoyo en la desventura ha pasado a ser una auténtica figura directiva, comprometida casi exclusivamente en la actividad empresarial y financiera, delegando en otros las tareas militares y el tráfico ilegal."
 
Camorra en los ayuntamientos...
"Desde que se promulgó la ley que permite la disolución de los ayuntamientos por infiltración mafiosa, ha habido dieciséis administraciones municipales infiltradas por la Camorra en la provincia de Caserta, de las que cinco han sido intervenidas en dos ocasiones: Carinola, Casal di Principe, Casapesenna, Castelvolturno, cesa, Frignano, Grazzanise, Lusciano, Mondragone, Pignataro, Maggiore, recale, San Cipriano, Santa María la Fossa, Teverola, Villa di Briano y San Tammaro. Los alcaldes que se oponen a los clanes en estos pueblos, cuando logran salir elegidos representando el voto del cambio y unas estrategias económicas que abarcan transversalmente a cualquier formación política, se encuentran con que tienen que afrontar los límites de los administradores locales, poco presupuesto y una marginalidad absoluta. Deben empezar a derribar, desmontando ladrillo por ladrillo. Con presupuestos municipales deben enfrentarse a multinacionales, con cuarteles de provincias deben detener enormes baterías de fuego. Como en 1988, cuando Antonio Cangiano, concejal de Casapesenna, se opuso a la penetración del caln en algunas contratas. Lo amenazaron, lo siguieron, le dispararon por la espalda, en la calle, delante de todo el mundo. Si él no había dejado andar al clan de los Casaseli, los Casaseli no le dejarían andar a él. Y confinaron a Cangiano a la silla de ruedas. Los presuntos responsables de la emboscada fueron absueltos en 2006."
 
Gestión de residuos por parte de la Camorra...
"Los boss no han tenido el menor escrúpulo en recubrir de veneno sus propios pueblos, dejando pudrirse las tierras que rodeaban sus propias villas y sus propios dominios. La vida de un boss es breve; el poder de un clan, entre guerras internas, arrestos, matanzas y cadenas perpetuas, no puede durar mucho. Ahogar en residuos tóxicos un territorio, rodear los propios pueblos de montañas venenosas puede resultar un problema sólo para quien posee una dimensión de poder a largo plazo y dotada de una responsabilidad social. En la inmediatez del negocio, en cambio, no hay más que un elevado margen de beneficios y la ausencia de cualquier contraindicación. La parte más consistente del tráfico de residuos tóxicos tiene un vector único: el vector norte-sur. Desde finales d ela década de 1990 se han vertido entre Nápoles y Caserta 18.000 toneladas de residuos tóxicos procedentes de Brescia, mientras que en el plazo de cuatro años un millón de toneladas han acabado en Santa Maria Capua Vetere. Desde el norte, los residuos tratados en las instalaciones de Milán, pavía y Pisa se enviaban después a la Campania. La Fiscalía de Nápoles y la de Santa María Capua Vetere descubrieron, en enero de 2003, y gracias a las investigaciones coordinadas por el fiscal Donato Ceglie, que en cuarenta días habían llegado más de 6.500 toneladas de residuos de Lombardía a Trentola Ducenta, cerca de Caserta."
 
Libro valiente para descubrir cómo la Camorra se adapta a los tiempos sin renunciar a su esencia violenta. También un fresco de la realidad para quienes se ven obligados a vivir en territorios de la Camorra que sólo tienen la opción de buscarse la vida fuera de su tierra o bien entrar a formar parte del engranaje delictivo que les rodea. Lectura ideal para mesita de noche, turnos nocturnos y, en definitiva, conocer y comprender la adaptación de la Camorra al mercado global a la vez que mantienen su imperio, sus luchas internas por el poder así cómo se corrompe todo lo que la Camorra toca a su alrededor.
 

jueves, 4 de enero de 2024

 

 
Libro: Las lecciones del terror 
-Orígenes históricos del terrorismo internacional-
Autor: Caleb Carr
Editorial: Ediciones B, S. A.
Traducción: Jordi Vidal
Edición: 1ª Edición, junio 2002
 
Hay libros que siguen plenamente vigentes pese a que haya transcurrido el tiempo desde su publicación y es el caso de la propuesta de hoy. Escrito al albur de los atentados del 11-S a las Torres Gemelas, el autor nos muestra que lo que hoy llamamos terrorismo que mata indiscriminadamente a civiles inocentes ha figurado a lo largo de la Historia como una parte más de la guerra. Ucrania y los terroristas de Hamas nos han traído imágenes de ciudades bombardeadas en sus barrios residenciales sin objetivos militares y en Israel un ataque asesino sobre civiles es la misma clase de guerra con la población civil que se mantiene en las doctrinas militares y que actualmente designamos como ataques terroristas. Es un repaso somero y conciso aunque ilustrativo de cómo todos los imperios han atacado población y objetivos civiles, los intentos de humanizar la guerra evitando objetos civiles y como en el siglo XX se volvió a la masacre de civiles y poblaciones de forma indiscriminada con los bombardeos estratégicos. Por desgracia, actualmente la tesis del libro sigue plenamente vigente, y seguirá, como puede verse en escenarios de conflicto en todo el planeta...
 
Caleb Carr nació en Nueva York. Licenciado en Historia por la universidad de esa ciudad, es un reputado especialista en historia militar y política. Como tal, es editor de la revista `MHQ: The Quartely Journal of Military History´ y de la colección `Modern Library War´. Sus escritos políticos y militares han aparecido en numerosas publicaciones como The New York Times, The World Policy Journal y Time. También colabora en medios audiovisuales como la televisión y el teatro. También su carrera literaria como novelista ha tenido una gran acogida internacional.
Datos sacados de la contraportada actualizados al año de edición pero podéis saber más sobre el autor buscando en Internet, y sin más preámbulo unas breves reseñas que os incitan a su apasionante lectura:
 
Roma imperial...
"No es sorprendente, pues, que los siglos imperiales de Roma se caracterizaran no sólo por versiones más severas de las modalidades de guerra contra la población civil que habían constituido un sello de la actividad militar durante la República, sino también por unas tácticas destructivas nuevas y asombrosamente violentas ( y a menudo también gratuitas). Naturalmente, se ha argüido -sobre todo por parte de los propios romanos- que el imperio combatía contra tribus bárbaras, y que sus fuerzas tuvieron que adoptar las tácticas de sus enemigos si confiaban en triunfar. ( A menudo individuos y grupos distintos han empleado argumentos similares durante la guerra contemporánea contra el terrorismo. Pero a parte del hecho de que los romanos lucharan no sólo contra tribus bárbaras sino también contra sociedades arraigadas y civilizadas como las comunidades judías asentadas en lo que ahora conocemos como Oriente Medio, los líderes romanos ya habían tenido tiempo y experiencia suficientes para aprender la especiosidad de este razonamiento. En primer lugar, la guerra punitiva y destructiva contra los miembros civiles de cualquier grupo que no fuese romano (tribu `bárbara´ o no ) sólo propició la creación de generaciones con un sentimiento antirromano dentro de ese grupo. Además, Roma rara vez estaba en guerra con tribus enteras, sino más bien con los líderes carismáticos que, de vez en cuando, surgían para encabezar la rebelión de sus pueblos, los cuales, por otra parte, se habían inquietado a menudo ante la crueldad romana."
 
Guerras de Luis XIV de Francia...
"En Renania, en Cataluña y en el Piamonte las tropas francesas quemaron granjas, mataron y violaron civiles, destruyeron cultivos y ganado y robaron lo poco que quedaba con el fin de formar una amplia franja de tierra alrededor de Francia que sería una zona estéril para los ejércitos hostiles. El razonamiento oficial para esta tarea se basó en la misma clase de insignificantes agravios territoriales y dinásticos que habían afectado Europa durante años, y dieron lugar no a uno sino a dos conflictos importantes que se parecieron mucho a esos encuentros precedentes por su brutalidad, su considerable duración y, finalmente, por el hecho de que la nación que había exhibido la voluntad más consecuente y determinada de hostigar a los no combatientes, Francia, perdió la primacía que su monarca tanto había perseguido. La severidad de Francia no hizo más que fortalecer a los gobernantes y ciudadanos de los países asolados por las tropas de Luis XIV; al final, éste fue humillado en la batalla de Blenheim, en 1704, y tuvo que salvar lo que pudo mediante la diplomacia y devolver la mayor parte si no toda la destrucción causada por la insensatez de su reino."
 
Norteamérica...
"En ningún lugar se demostró este proceso de un modo más claro que en Norteamérica. El terror había ocupado siempre una posición privilegiada en las tácticas militares de la mayoría de las tribus indias norteamericanas, y esa práctica no siempre era gratuita: las tribus nómadas no son nunca tan populosas como las comunidades agrícolas asentadas, y al conseguir sus objetivos políticos aterrorizando a sus enemigos en lugar de luchar, esas tribus perdían muchos menos guerreros. La violencia ritual era, dicho sencillamente, un modo de causar el máximo efecto psicológico ( por cuanto los estragos violentos que las tribus indias cometían unas contra otras eran verdaderamente horripilantes) con el mínimo número de batallas catastróficas. Sin embargo, esas explicaciones fueron inaccesibles para la mayoría de europeos recién llegados, quienes sólo sabían que no habían presenciado nunca personalmente tales niveles de complacencia sangrienta entre su gente. En efecto, en lo que se refiere a los colonos y comerciantes blancos, las tácticas indias del terror cumplieron sobradamente con su objetivo. Profundamente traumatizados por lo que vieron y experimentaron, los blancos pronto aprendieron a igualar o rebasar las atrocidades indígenas, y no sólo a efectos psicológicos o ejemplares: el terror europeo contra los indios en América apuntó primero a la eliminación y después al exterminio."
 
EEUU en Filipinas...
"Mientras tanto, en Filipinas, Estados Unidos entró en una guerra igualmente horripilante contra los filipinos que eran lo bastante inocentes como para creer que los norteamericanos, después de liberarles del dominio español, les concederían la independencia. En su lugar, las tropas estadounidenses sometieron a las guerrillas nacionalistas en una guerra que implicó el hostigamiento y abuso generales de la población civil por ambos lados. La guerra se emprendió en parte porque el ordinariamente aislacionista William McKinley experimentó una sensación de responsabilidad de `levantar´ a lo que el consideraba los filipinos salvajes. Si bien este sentimiento era sincero (aunque terriblemente ingenuo), fue explotado también por aquellos personajes dentro y fuera del Gobierno que ansiaban desesperadamente una base naval desde la que Estados Unidos pudiera imponer su `prestigio´, concretamente su reclamación de una parte del comercio con China. Los antiimperialistas de América censuraron la guerra y surgió un notable movimiento antibélico. No obstante, la inmensa mayoría de estadounidenses ya estaban acostumbrados a las noticias de unos conflictos tan encarnizados a través de las guerras contra los indios en sus estados y territorios del Oeste, que no llegaron a su término efectivo hasta poco antes de la campaña de Filipinas. Básicamente debido a esta situación general -y también al hecho de que la mayoría de norteamericanos no sabían, en palabras del humorista Finley P. Dunne, si las Filipinas `eran islas o comida enlatada´- el agravio moral no llegó a consolidarse en Estados Unidos y de este modo se conservó el archipiélago."
 
Guerra al terrorismo tras el 11-S...
"La segunda objeción más común a definir el problema del terrorismo internacional como guerra es el carácter de los propios combatientes. Es cierto que los terroristas internacionales rara vez visten el uniforme distintivo o hablan en favor de los intereses de una nación geográficamente circunscrita; sin embargo, en su pensamiento, pueden defender unos intereses mucho más ambiciosos. Los miembros de grupos contemporáneos como Hezbolá, Yihad Islámica y Al Qaeda se creen defensores de la `nación´ o el `reino´ del islam en general, y no hay duda de que consideran que ese reino está en guerra con Estados Unidos. El `reino´ del fundamentalismo islámico no es tampoco un fenómeno nuevo ni confinado: los orígenes de lo que puede denominarse lícitamente puritanismo musulmán se remontan muy lejos, desde mucho antes del movimiento wahhabí del siglo XVIII, hasta los avances científicos y artísticos del califato de Al-Mamun. Evidentemente, ésta no es la forma moderna y evolucionada de un grupo marginal como el de los asesinos, un hecho del que da fe también la capacidad de los musulmanes fundamentalistas radicales para entrenarse militarmente, construir un sistema operativo basado en células que resulta difícil de romper y dominar las herramientas de la revolución de la información. Ahora sabemos que los miembros de esas organizaciones residen en docenas de países (entre ellos la mayoría de los occidentales), que se cuentan por lo menos en decenas de miles y que se encuentran en un estado continuo de movilización. Como un experto egipcio sobre el tema comentó hace varios años, `el fundamentalismo está tan globalizado como la Sexta Flota."
 
Deliciosa lectura donde el autor demuestra que lo que hoy se denominan atentados terroristas sobre la población civil eran antaño, y actualmente, parte de la estrategia militar. Deja patente que la mayoría de las ocasiones el ataque a la población civil une más al enemigo de turno y se vuelven en contra de quienes las aplican. Bombardeo de zonas residenciales, escolares y médicas en Ucrania y los terroristas de Hamas utilizando los sótanos de instalaciones civiles como hospitales de escudo humano financiados por Irán y propaganda cuando son atacados, son un recordatorio al igual que las guerras étnicas y por el control de recursos naturales en África, de que no ha cambiado nada. El único pero que le ponemos es que despacha el Imperio español en cuatro líneas y adjetivos como sanguinario y cruel, sin darse cuenta de que cae en la leyenda negra española ya que los conquistadores, con sus métodos de guerra europeos, también encontraron población indígena como objetivo de guerra de los imperios inca y azteca, como sucedió a los colonos europeos en Norteamérica. Libro escrito aún con la perplejidad occidental tras los ataques terroristas el 11-S y que sigue vigente viendo el panorama actual y el transcurrido desde su publicación.
 

miércoles, 6 de diciembre de 2023

 
Libro: El siglo soviético 
– Arqueología de un mundo perdido-
Autor: Karl Schlögel
Editorial: Galaxia Gutenberg, S. L.
Traducción: Paula Aguiriano Aizpurua
Edición: Primera edición, septiembre de 2021
 
A raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia bajo el régimen de Putin, resulta difícil comprender las ínfulas imperiales y que la ciudadanía rusa tolere o acepte una tiranía que no duda en sacrificar a sus súbditos sin protestar o rebelarse. La propuesta de hoy es un fascinante viaje a la extinta URSS pero no como una cronología de sucesos, efemérides y nombres, se trata de viajar al entorno cotidiano, las cosas que hacían que la ciudadanía soviética multicultural y étnica formaran parte de un todo dirigido desde el Kremlin e irradiado a la inmensidad del imperio soviético. El autor trata de rescatar del olvido como se vivió una época relativamente olvidada donde desde ir a un parque, tener una vivienda o simplemente una obra de arte formaba parte de un todo orquestado. Cada apartado tiene una ilustrativa introducción a la transición de la época zarista a la revolucionaria. Descubriremos que el paraíso del proletariado que superaría al sistema capitalista propiciando la revolución mundial era en realidad un mundo opresivo y dirigido que los proletarios del mundo capitalista ni acertaban a imaginar y donde quienes visitaban la URSS caían en el influjo del sistema comunista convirtiéndose en propagandistas y quienes viendo la realidad social y física de la URSS cayeron en el desencanto de ver en qué había quedado llevar a la práctica la revolución del proletariado...
 
Karl Schlögel, nacido en 1948, fue profesor de Historia de Europa del Este hasta su jubilación, primero en la Universidad de Constanza, y a partir de 1995 en la Universidad Europea de Viadrina. Es autor de numerosas e importantes obras en torno a la historia soviética y de Europa Oriental, además de un comprometido comentarista de la actualidad. En 2016 recibió el premio del Historischen Kollegs por su libro Terror y utopía. Moscú en 1937, considerado el premio de los historiadores alemanes por excelencia. Para El siglo soviético ha recibido una beca de la fundación Carl Friedrich von Siemens, en Munich y el Premio de la Feria del Libro de Leipzig 2018.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet podréis encontrar más información y, sin más verborrea, unos breves pasajes que os inciten a su apasionante lectura:
 
Arqueología de un mundo perdido...
"Lo que se presenta aquí como `Arqueología de un mundo perdido´ no es una nueva historia de la Unión Soviética, sino el intento de representar de nuevo la historia de este país de un modo distinto, sin duda, al de muchos de los impresionantes panoramas generales existentes. La Unión Soviética no fue únicamente un sistema político con fecha de inicio y de fin, sino un modo de vida con su propio desarrollo, su madurez, su decadencia y su disolución. Sus prácticas, valores y rutinas marcaron a varias generaciones de habitantes del país. Yo llamo a este universo de larga duración `civilización soviética´, independientemente de que pudiera pretender mostrarse superior al viejo mundo, al capitalismo o a Occidente. Los universos vitales pueden ser más longevos y estables que los ordenamientos políticos, y pueden sobrevivir una vez proclamado y consignado el fin de un sistema. Cualquiera que conozca cómo funcionan los estados sabe que dejan huella hasta mucho después de su final: las lenguas, el estilo de los edificios administrativos y educativos, la infraestructura y el trazado de las líneas ferroviarias, formas de trato, modelos formativos y biografías adoptados de tiempos anteriores, odio o apego sentimental a los amos del pasado; estos fenómenos pueden observarse por todas partes, ya sea en los antiguos dominios del Imperio británico, del otomano, o del austrohúngaro, incluso del Reich alemán. Algo muy parecido sucede con el imperio soviético. Sus huellas seguirán siendo visibles -físicamente y en los mapas mentales de los habitantes de este mundo posimperial y poscolonial- cuando la URSS comoi Estado haya caído en el olvido."
 
Magnitogorsk...
"El complejo tiuene más de 20 kilómetros de longitud y 10 kilómetros de anchura. La planta de Magnitogorsk sería el resultado de condensar la región entre Mánchester y Sheffield en un único pinto, una Pittsburgh al otro lado de los Urales. Tal como afirmó Stephen Kotkin a finales de la década de 1980, el Complejo Metalúrgico de Magnitogorsk era más que una simple `acería´. Eras un conjunto de decenas de fábricas, 10 altos hornos descomunales, 34 hornos Siemens-Martin y trenes de laminado que producía más acero al año que Canadá o Checoslovaquia, y casi tanto como todo el Reino Unido. En la antigua Unión Soviética, más de 10.000 fábricas dependían de Magnitogorsk, desde la industria de los tanques hasta la automovilística. Si los Urales eran `el corazón industrial de la Unión´, Magnitogorsk era la capital del imperio de acero. La mina, que está agotada desde hace ya mucho tiempo y ha dejado una fosa del tamaño de un cráter, se eleva ahora como una catedral de hierro y acero. El complejo consta de 130 fábricas. Es inabarcable e intrincado, con su laberinto de altos hornos, torres de refrigeración, coquerías, fundiciones, centrales eléctricas y de producción de calor, trenes de laminado y talleres, y al mismo tiempo es un gran conjunto orquestado en secreto por la lógica del proceso de trabajo. Por muy superada que esté hoy en día su tecnología, eso no cambia el estricto orden y la robusta precisión con la que se acoplaron tuberías, se tendieron vías y se levantaron chimeneas. Muchas veces no reconocemos el poder del ingenio humano y del trabajo de los ingenieros hasta que está en ruinas. Incluso la orgía de humo y hollín que se cierne sobre la ciudad día tras día y noche tras noche sigue un ritmo misterioso. En algún lugar deben de estar las 60.000 personas cuyas vidas y fuerzas consume este Moloc; día tras día, año tras año, generación tras generación. La irrupción de la era industrial en la región de Norteamérica, tal como la describió Leo Marx en `La máquina en el jardín´, resulta inofensiva en comparación con esta megamáquina de la estepa; tan inofensiva como el siglo XIX en comparación con el siglo XX, que se fundamentó en la movilización total. Pero así comenzó Magnitogorsk el año 1929, el año de la `Gran Ruptura´ y de la `revolución desde arriba´ de Stalin."
 
El parque Gorki...
"El parque de cultura y ocio era una institución en la vida soviética, igual que el desfile en la Plaza Roja, la kommunalka, las colas, el club y la representación de `El lago de los cisnes´ en el teatro Boshói. Se creó como un `parque de nuevo cuño´ durante la fase heroica de la Unión, en la década de 1930. El `nuevo ser humano´ no sólo debía descansar en él, sino también divertirse; no sólo entretenerse, sino también educar el intelecto y fortalecer el cuerpo. Esta concepción neutralizaba el contraste entre ocio y el trabajo, entre el individuo y la sociedad, o entre la `organización consciente´ desde arriba y la `actividad autónoma espontánea´ desde abajo. Tal y como explicaba un documento de principios de los años treinta, el parque soviético debía ser un `complejo de ocio, entretenimiento y cultura´. Nada era casual, ni las perspectivas ni el estilo de las esculturas, ni la programación ni los movimientos de las oleadas de visitantes. Como obra de arte global para la felicidad organizada, conciliaba elementos de instituciones educativas con los de un parque de atracciones, un estadio con un parque infantil, la `fuerza mediante la alegría´ con Disneyland. Y sin embargo era algo distinto, cuyo desarrollo abarca toda la historia de la civilización soviética, desde su capacidad de movilización inicial hasta su larga agonía final. La evolución del parque hasta convertirse en un lugar de la cultura soviética comenzó allí donde ha terminado: en el parque Gorki de Moscú."
 
El retrete soviético...
"En la `Evolución del retrete´, título de una exposición peterburguesa de 2004, tuvo un rol decisivo el inicio de la construcción masiva de viviendas y la consiguiente disolución progresiva de las kommunalkas a partir de los años sesenta. El excusado se convirtió entonces en un espacio realmente privado. De todos modos, las cosas no mejoraron para los retretes públicos, escasos en todas las ciudades soviéticas -en comparación con Pekín o Berlín, por ejemplo-. La inauguración de nuevos retretes públicos era un gran acontecimiento, como el año en que el Kremlin se abrió a los turistas y tuvo que equiparse con los servicios correspondientes. Los baños públicos del nuevo palacio del Kremlin, inaugurado en 1974, también quedaron grabados en la memoria de los ciudadanos de la época: su elegancia y su moderno sistema de climatización les recordaban a los `vestuarios para bailarinas y bailarines´. A diferencia de los retretes fuera de las paredes del Kremlin, estos estaban revestidos con mármol, las puertas tenían pestillo, y había papel en los portarrollos, no había una mujer malhumorada en la entrada para repartirlo. Ni siquiera el jabón costaba dinero, y era tan suave como el que debía de repartirse entre los delegados en la época de Stalin."
 
Fantástico viaje arqueológico al pasado soviético para comprender el pasado y entender el presente, que en el caso de la Rusia actual bajo el yugo del régimen de Putin sirve para entender ciertos aspectos que siempre sorprenden y asombran para los parámetros de Occidente, sistema soviético adaptado a una economía de mercado que mantiene, trata de mantener con éxito de momento, controlada a la ciudadanía. Ideal para inquietos de la actualidad, nostálgicos de la Guerra Fría y generaciones digitales que se enganchan al progresismo del que se han apropiado los nuevos apóstoles del comunismo caduco y fallido corrompiendo y acaparando el término de forma excluyente. El paraíso del proletariado era una cárcel, un gulag donde la vida y el entorno emanaba desde el Kremlin a cada población del imperio soviético. Ideal para regalo de navidades a la suegra que pensará que es uno de sus bodrios favoritos de novela histérica... 
¡Novela histórica, ups!
 

miércoles, 18 de octubre de 2023

 
Libro: Arquitectos del terror 
– Franco y los artífices del odio-
Autor: Paul Preston
Editorial: Penguin Random House Grupo Editorial
Traducción: Jordi Ainaud i Escudero
Edición: Primera edición, octubre de 2021
 
Cuando en 1945, tras la victoria aliada en la II Guerra Mundial, era preferible una dictadura anticomunista en España a correr el riesgo de que España tuviera un gobierno satélite de la URSS, la dictadura franquista quiso sepultar en el olvido las motivaciones antisemitas de los militares sublevados que eran comunes a la ciudadanía de los países europeos y con una Alemania nazi que propagaba sin ambages el antisemitismo como referente. El dictador mantuvo hasta sus últimas apariciones públicas la existencia de un contubernio judeo-masónico aunque el régimen lo ocultó tras la derrota nazi y del fascismo italiano, la certeza para el dictador era el resultado del antisemitismo que vinculaba al marxismo y sus revoluciones del proletariado como armas del judaísmo internacional y creían a pies juntillas en el libelo fraudulento Los protocolos de los sabios de Sión que se convirtió en la verdad fundamental del intento judío de terminar con la civilización cristiana y burguesa en Europa mediante el comunismo. El autor nos sumerge en aquellos lodos que terminaron en el barro del Holocausto a manos de los nazis mediante ocho capítulos donde descubrimos a propagandistas antisemitas y oficiales sublevados convencidos de que el comunismo soviético y el triunfo de la izquierda en España era una consecuencia directa del afán judío de dominar el mundo y que sirvió como un argumento más para justificar el alzamiento militar y la posterior guerra civil...
 
Paul Preston (Liverpool, 1946) es catedra´tico emérito de historia internacional en la London School of Economics. Educado en Liverpool y en la Universidad de Oxford, de 1973 a 1991 fue sucesivamente profesor de historia en la Universidad de Reading en el Centro de Estudios Mediterráneos de Roma y en el Queen Mary College de la Universidad de Londres, donde obtuvo la cátedra de historia contemporánea en 1985, antes de pasar a la London School of Economics en 1991. Analista de asuntos españoles en radio y televisión tanto en Reino Unido como en España y colaborador de diversos periódicos y revistas.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet podéis encontrar más información sobre el hispanista Paul Preston. Y sin más preámbulos, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante e ilustrativa lectura:
 
Guerra Civil...
"En la primavera de 1937, en la zona controlada por los militares sublevados bajo el mando del general Franco, se publicó un libro cuyo tema era el curso que había seguido hasta el momento la Guerra Civil. Titulado `La guerra en España contra el judaísmo bolchevique´, la obra resulta curiosa porque en ninguna de sus páginas se menciona a los judíos ni a los bolcheviques. Además, en 1936 no había más de seis mil judíos en España, de los que alrededor de un treinta por ciento eran refugiados del nazismo que habían encontrado protección en la República después de 1934. Además, el Partido Comunista de España era minúsculo. Así pues, ¿cómo podía ser aquella una guerra contra judíos y bolcheviques? Pero numerosos partidarios del golpe militar de julio de 1936 que provocó la Guerra Civil lo tenían clarísimo, lo que atestigua el éxito de una campaña masiva montada durante los años de la República para convencer a los españoles -en especial a los católicos- de que su país estaba amenazado por una caterva de judíos, masones y bolcheviques. Tras esta idea fraudulenta de amenaza mortal a la nación, el alzamiento militar ocultaba el objetivo menos apocalíptico, y materialmente más rentable, de revertir las numerosas reformas con las que la Segunda República había planeado modernizar España. La coalición republicano-socialista que había gobernado durante los primeros dos años y medio del nuevo régimen, desde el 14 de abril de 1931, había desafiado a la Iglesia católica, los militares, la élite terrateniente, los banqueros y los industriales con un ambicioso programa de reformas sociales, económicas y educativas.”
 
El policía Julián Mauricio Carlavilla, teórico del extremismo del odio a los judíos y masones...
En cualquier caso, Carlavilla parecía ahora más interesado en ganarse la vida cómodamente. Fundó y dirigió su propia editorial, NOS. Durante la Segunda Guerra Mundial, considerado una estrella de la extrema derecha, fue invitado a recorrer los campos de concentración nazis, donde le impresionó especialmente la persecución de los homosexuales. En su libro `Sodomitas´ escribió: `Los campos de trabajo recibieron millares y millares de sodomitas de todas las clases sociales. Allí se les veía distinguiéndose de otras categorías de presos por el color de la estrella de tela cosida al uniforme carcelario, y también por ser sólo ellos durante todo el tiempo los que permanecían de pie y debían estar marcando el paso sobre su propio terreno, lo cual hacía doblemente trabajosa su tarea´. En la obra mencionada, planteaba más adelante una extraña explicación de por qué los alemanes trataban a los homosexuales con mayor dureza que a judíos y comunistas: según Carlavilla, eran más resistentes a la medicación antiafrodisiaca y, por lo tanto, sus instintos sexuales sólo podían refrenarse mediante el agotamiento.”
 
El general Mola, cerebro del alzamiento...
Al igual que sus compañeros de conspiración Franco y Queipo del Llano, Mola tenía el mismo concepto del proletariado español que de los marroquíes: una raza inferior a la que había que subyugar mediante una violencia brusca e inflexible. La identificación entre los obreros españoles y los cabileños rebeldes arrancaba ya de los primeros tiempos de la República. Al principio de la guerra, Mola declaró que `hemos de iniciarla [ la rebelión] exclusivamente los militares: nos corresponde por derecho propio, porque ese es el anhelo nacional, porque tenemos un concepto exacto de nuestro poder´. Los sueños militares de crear un nuevo Imperio español habían sido reemplazados por la determinación de subyugar a la propia España con los mismos métodos que se habían empleado en Marruecos.”
 
La Alemania nazi camino de la derrota...
Carrero estaba convencido de que si España entraba en la guerra, tenía que estar del lado del Eje, porque, tal como escribió, `el Eje lucha hoy contra todo lo que es en el fondo la anti-España´. Cuando la ofensiva alemana contra Rusia empezó a flaquear, la confianza de Carrero en la invencibilidad del Tercer Reich hizo lo propio. El desembarco angloamericano en el norte de África, el 8 de noviembre de 1942, fue inevitablemente un nuevo motivo de preocupación. Sin embargo, Carrero seguía convencido de la victoria final de Alemania, como quedó claro en un informe que redactó para Franco el 11 de noviembre, en el que reiteraba lo que Franco ya creía: `España tiene una decidida voluntad de intervención al lado del Eje por cuanto éste combate a nuestros enemigos naturales, que son ese complejo de democracias, masonería, liberalismo, plutocracia y comunismo, armas con las que el Poder Judaico trata de aniquilar la Civilización Cristiana, cuya defensa constituye nuestra misión histórica en lo universal´. El 18 de diciembre, la combinación de las victorias aliadas en el norte de África y el contraataque ruso que conduciría a la victoria en Stalingrado inclinó a Carrero a recomendar cautela a Franco, aunque continuara afirmando que la causa de la guerra era `el fundamental designio judaico de aniquilar Europa como medio de reducir a ruinas la Civilización Cristiana´.”
 
Lectura recomendable, ahora que el Estado de Israel debe defenderse de un enemigo que busca de nuevo el exterminio judío, para ver el aspecto antisemita del franquismo y del alzamiento, siguiendo la corriente europea y donde luego se ha solapado y desaparecido de las crónicas de la Guerra Civil española. Hace menos de un siglo que en Europa ser judío significaba ser señalado y despreciado, un perro al que apalear en épocas de crisis y culpar de los males del mundo. Ideal para lectura nocturna, convalecencias y para quienes gustan de saber el pasado para comprender el presente y el futuro al que nos encaminamos...
 

miércoles, 13 de septiembre de 2023

 

Libro: Por mí misma y un par de cosas más
Autor: Lauren Bacall
Editorial: RBA Libros S. A.
Traducción: Carlos Mayor y Daniel Cortés
Edición: Primera edición, noviembre de 2005
 
La propuesta de hoy es un paseo de la mano de la actriz Lauren Bacall y su memoria, una memoria de actriz que desde niña soñaba con el teatro. Mítica actriz de la época dorada de Hollywood, es posible que no sea tan popular como otras de su tiempo y que se conserva en la memoria cinematográfica del público. Lauren Bacall nos muestra unas memorias de la mujer actriz que están entrelazadas en los momentos fundamentales de su carrera profesional con los personales, pero mostrando lo que quiere mostrar, sin quejas ni lamentos y siempre destilando un amor por la vida como por los escenarios. Descubriremos aspectos y personalidades del mundo de Hollywood nos llevan de la mano por su periplo vital donde las desgracias se nombran sin recrearse en las mismas como justificación.
 
Lauren Bacall (1924-2014) es una mujer que personifica la elegancia, la independencia y el
ingenio. Junto con Humphrey Bogart, dio vida a algunas de las escenas más maravillosas del cine, y su amor en la pantalla y tras ella les convirtió en la pareja más célebre de Hollywood. Sin embargo, tras la muerte de Bogart en 1957, Bacall y sus hijos tuvieron que aferrarse a todo lo que él les había enseñado y madurar con rapidez. En tiempos de posguerra, de listas negras en Hollywood y de política revolucionaria, lauren Bacall se codeó con las grandes leyendas: Hemingway, el matrimonio Olivier, Katharine Hepburn, Bobby Kennedy y Gregory Peck. Estuvo a punto de casarse con Frank Sinatra y al final vivió un turbulento segundo matrimonio con Jason Robards. Cuando se cumplió un cuarto de siglo de la publicación de la primera parte de estas memorias, la actriz las actualizó con la crónica de los veinticinco años transcurridos desde su publicación y pasa revista a su leyenda con sus propias palabras, hermosas y sinceras, resumiendo una historia que hasta en Hollywood costaría un gran esfuerzo recrear.
Datos sacados de la contraportada y, sin más preámbulo, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
El apoyo inquebrantable de su madre desde la infancia...
“ (Mi madre) Sentía curiosidad y entusiasmo ante cualquier novedad. Y siempre me apoyó. Cuando decidí que quería ser bailarina y actriz, me dijo que lo lograría y que me ayudaría con lo que estuviera en su mano. Me protegió y me animó mientras el resto de la familia pensaba de ella que estaba chalada. ¿Dónde se había visto que hubiera una actriz en la familia? La abuela se quedó quedó horrorizada sólo de pensarlo; era una buena judía, ¿por qué no me ganaba la vida honradamente con algo que ella llegara a comprender? ¿Por qué tenía que pasar apuros mi madre para mandarme a clases de danza y de arte dramático? Aquello no podía acabar bien. Mamá, ni caso. Yo era su hija, su tesoro, y valía mucho. Le brillaban los ojos cuando me miraba. Siempre logró que tuviera la convicción de que podría lograr lo que me propusiera. Me apuntó a clases de ballet a los tres años y, sin embargo, no me avasallaba, no era en absoluto la típica `madre de la artista´. ¿Cómo iba a serlo? No habría sabido por dónde empezar. Sí me llevó a los doce años a la agencia de modelos John Robert Powers para ver si le interesaba. Para ella era tan guapa que ni se imaginaba que pudiera rechazarme. Me llevó a un fotógrafo que le recomendó Powers para que me hiciera fotos que mandó a diversas agencias. No se daba cuenta de que era muy alta para mi edad, estaba poco desarrollada y tenía los pies muy grandes, desproporcionados. Gracias a su fe en mí y a lo mucho que me quería, me convenció de que podía comerme el mundo, en parte o en su totalidad. Lo que yo quisiera.”
 
La acomodadora de teatro que soñaba con ser actriz...
No sé cómo, pero el 29 de mayo de 1942 recibí el título de Miss Greenwich Village. Desde luego tuvo que ver el hecho de ser modelo de Walter Thornton, ya que el presentador de la gala era él, y no creo que nadie más aspirase en serio a aquel título un tanto discutible creado para promover el barrio. La participación en el concurso estaba abierta a quien quisiera presentarse y la ganadora debía viajar a Atlantic City con todos los gastos pagados para competir por el título de Miss América. No había que salir en traje de baño, gracias a Dios, eso habría sido patético. Sí recuerdo que tuve que pasear por una plataforma elevada encaramada en unos zapatos de tacón, que llevaba un vestido de cretona muy bonito y que sonreía nerviosa. En el periódico aparecieron tres chicas más que habían sido damas de honor, pero durante la gala estaba tan intranquila que no me fijé en nadie. Aquella `coronación´ hizo que saliera mi foto en unos cuantos diarios de segunda. Mentí y me puse años, ya que había que tener los dieciocho cumplidos. En otra ocasión vendí besos para recaudar fondos para una asociación de servicios sociales que no recuerdo exactamente qué pretendía. Otra promoción que no significó nada, otra foto en el periódico que no vio nadie. Por descontado, no llegué a ir a Atlantic City y no saqué nada en limpio del título ni de ninguno de los trabajos de modelo para Walter Thornton. Todos los años, el crítico George Jean Nathan sacaba una columna en la revista `Esquire´ en la que repasaba la temporada teatral y enumeraba triunfos y fracasos. En la lista de éxitos del número de julio de 1942 apareció lo siguiente: `La acomodadora más guapa ha sido esa rubia alta y esbelta del St. James durante las representaciones de Gilbert y Sullivan, la del pasillo derecho, según han corroborado los críticos con exaltada unanimidad, aunque los muy falsos sean demasiado estirados paea reconocerlo´. Me hizo muchísima gracia. Que se fijara en mí alguien con prestigio en círculos teatrales, fuera quien fuera, era importante. Con eso no iba a conseguir un papel, pero daño no podía hacerme, y siempre sería mejor que pasar inadvertida.”
 
Forjando amistad con la Hepburn en el rodaje de `La Reina de África´...
Cuando por fin empezó el rodaje, el viaje río abajo se convirtió en todo un espectáculo. Además de la `Reina de África´, había otro barco del mismo estilo para remolcar y filmar, una balsa con el equipo técnico y la cámara y el camerino de Katie, que estaba hecho de bambú. Tenía un espejo de grandes dimensiones para su vestuario que se partió por la mitad al principio del rodaje. En lugar de olvidarse de él, y como era toda una profesional y sabía que era un objeto necesario, llevó el trozo mayor ella misma durante el resto del rodaje por motivos de seguridad. En lugar de lavabo teníamos el bosque, y Katie y yo nos pegábamos nuestras caminatas para apartarnos de los demás y vigilábamos por turnos. Los nativos nos miraban extrañados. Cuando alguien encendía una cerilla y aparecía una llama, murmuraban algo en suahili. No sabían para qué servía la cámara. Yo me sentaba ante la máquina de escribir en pantalones cortos, lo cual ya debía de parecerles rarísimo, y cuando oían el repiqueteo de las teclas se miraban y canturreaban en suahili; me di cuenta de que creían que era vudú. Debíamos de resultarles muy extraños, al menos yo, con aquellos pantalones cortos.”
 
Frank Sinatra...
No recuerdo muy bien cómo empezó todo. Supongo que hubo un sentimiento especial entre los dos desde el principio. Por aquel entonces se encontraba en su cúspide como cantante y era electrizante, extremadamente atractivo. Y siempre daba la impresión de que bajo aquella fachada de dandi, bajo los fuegos artificiales que desplegaba, había un hombre solitario y angustiado que deseaba una esposa y un hogar y a la vez no quería desprenderse de su libertad ni de su cohorte de admiradoras. En los últimos meses que Boggie pasó enfermo, Frank estuvo trabajando fuera a intervalos. Si estaba en Los Ángeles, venía a vernos al menos un par de veces por semana. En caso contrario, nunca dejó de llamar. Cuando se acercaba el final, parecía tener una intuición especial para aparecer en los momentos clave. Habiendo vivido la mayor parte del año rodeada de enfermedad, me imagino que no sólo empecé a depender de su presencia, de la voz al otro lado del teléfono, sino a desearla. Frank encarnaba la salud física, la vitalidad. Era algo que necesitaba. Sin darme cuenta debí de sucumbir a la idea de que en mi vida ya no había nada más que enfermedad. Se había convertido en una forma de vivir. Bogie siempre me había prestado una atención física tremenda. Tenía una energía increíble, era todo vida. Y me había acostumbrado a eso y lo necesitaba.”
 
Muere la inocencia...
Subí el volumen de la radio, incapaz de creérmelo. Al oír algo sobre el asesinato de Bobby ( Kennedy), me puse a correr como una loca por la casa. Leslie y Nanny se despertaron y, cuando encendí el televisor, todos nos reunimos frente al aparato para conocer los detalles de aquella noticia horrorosa. Nos quedamos todo el día sentados ante el aparato. Jason llamó desde España, incrédulo, diciendo que teníamos que irnos de Estados Unidos con los niños a un ligar donde no reinara la locura. La gente de todo el mundo que antes creía en lo que representaba nuestro país, ya no podía estar segura de nada. Mirando a Sam, mi precioso niño rubio de ojos azules, caí en la cuenta de que a su temprana edad ya estaba familiarizado desde siempre con la sombra del asesinato: primero John Kennedy, después el doctor King y después Bobby. Había vivido días de duelo nacional, visto cortejos fúnebres en la televisión, viudas y huérfanos. Incluso a sus seis años debía estar preguntándose si era así la vida en su país. Si yo, que era una adulta, me sentía insegura, angustiada, intranquila respecto al futuro, ¿Cómo se sentiría él? Los niños son muy intuitivos y Sam era especialmente receptivo a las emociones. ¿Cómo iba a decirle que el nuestro era un gran país, que tenía suerte por ser estadounidense? ¿Cómo podía sentirse orgulloso ningún compatriota durante aquellos años?”
 
Amor por París...
Una vez estuve a punto de pasar un año entero sin ir a París. Para mí, es algo primordial. He acabado dándome cuenta de que es una necesidad. Me calienta el corazón, y no me refiero sólo al coñac. Tengo tantos amigos allí y conozco tan bien la ciudad, especialmente la orilla izquierda, que es un lugar donde me siento muy cómoda, como en casa. Aunque pueda parecer evasión, en realidad no lo es. Me siento vinculada a París, a su belleza, a lo bueno, a lo malo. Y allí con todo tipo de tiempo, la ciudad nunca me ha decepcionado. Siempre ha estado a la altura de mis expectativas, me ha ayudado en mi búsqueda del tiempo perdido (por citar a los clásicos). La nueva iluminación de monumentos y edificios llevada a cabo en los últimos años (que refleja la sensibilidad artística y el orgullo por su ciudad que caracteriza a los parisinos), ha sobrepasado todo lo que hubiera podido imaginar. Y, a pesar de mi conocimiento de las calles y plazas de París, aún ahora sigo descubriendo nuevos rincones, cafeterías y jardines que no dejan de sorprenderme y acelerarme el corazón.”
 
Fascinantes memorias de una grande de Hollywood que tuvo la generosidad de mostrar su vida, una vida de actriz, vitalista y que sabe transmitirlo de manera apasionante. Lectura ideal para amantes de las biografías de estrellas de cine y saber de nombres míticos que eran también humanos con sus virtudes y defectos. Es también el testimonio de una mujer que persiguió su sueño a base de trabajo y tesón. Una vez más la Bacall nos deja intrigados con su mirada de la vida que nos deja con ganas de saber más porque Lauren Bacall se guardó cosas, o tal vez su vitalidad era hermana del optimismo y vivir la vida que logra contagiarnos y aumenta la admiración por la actriz y por la mujer que era...
 

jueves, 20 de julio de 2023

 

 
Libro: NAM -La guerra de Vietnam en palabras de los hombres y mujeres que lucharon en ella-
Autor: Mark Baker
Editorial: Contraediciones, S. L.
Traducción: Elena Masip y Darío M. Pereda
Edición: Primera edición, septiembre de 2020
 
La propuesta de hoy es un viaje al infierno personal de quienes combatieron en Vietnam, un conflicto que fracturó a la sociedad estadounidense y marcó de por vida a quienes volvieron para contarlo. Todas las guerras son un infierno y los testimonios de los combatientes siempre aportan perspectivas y realidades alejadas de la propaganda oficial donde los soldados sólo son cifras impersonales y las batallas muchas veces no figuran en los anales de las mismas. A su regreso, las y los veteranos volvían a un mundo en el que no encajaban, con taras psicológicas y una inadaptación al pasar de ser los reyes de la guerra a desempleados y la condición de veterano de Vietnam un estigma que cerraba puertas laborales y sociales. Es una lectura de referencia sobre el conflicto y se gana por derecho propio estar entre otras obras que hablan de otras guerras y otros combatientes desde el punto de vista de quienes estuvieron en primera línea que en Vietnam era constante la primera línea incluso en la retaguardia...
 
Mark Baker (1950) es el autor de siete libros de entrevistas. Tras una fulgurante carrera como escritor de best sellers, Baker ejerció de trabajador de la construcción y pintor, y luego de editor freelance y redactor de un amplio abanico de géneros que basculaban entre la novela romántica juvenil y la publicidad de perfumes. Se jubiló recientemente de su labor de relaciones públicas y redactor de comunicados financieros para grandes empresas. Él y su mujer, con la que lleva casado cuarenta años, dividen su tiempo entre su casa en noreste de Florida y visitas a Nueva York. Sobre el libro ha manifestado que `Cuando empecé a entrevistar a hombres y mujeres sobre sus experiencias en la guerra de Vietnam los únicos relatos del conflicto eran los de los generales y los políticos. Nadie hablaba con la gente que luchó y experimentó la muerte y la pérdida. Quería escuchar sus historias.´
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición aunque en Internet podéis encontrar más información sobre el autor. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura...
 
Motivaciones para escribir sobre la guerra en Vietnam...
Cuando me preguntaban por qué quería escribir este libro, mi respuesta inmediata era pragmática y honesta: `Por dinero. Me gano la vida como escritor´. Sin embargo, luego aclaraba que mis intereses no eran puramente mercenarios. El proyecto comenzó a tomar forma en 1972. Ese año, conocí por casualidad a un veterano de Vietnam que acabó por convertirse en un buen amigo. Compartíamos piso, comida y grandes cantidades de whisky. Brian me habló de su experiencia en la guerra y, en aquellas conversaciones, descubrí aspectos de él -y de mí mismo- que no conocía. Él tuvo la oportunidad de compartir sus vivencias y yo, la voluntad de escucharlas, y eso fortaleció nuestra amistad. Lo que me contó me enseñó más sobre Vietnam, la guerra y quienes participaron en ella que nada que hubiera leído o visto en la televisión. Era evidente que no sabíamos toda la historia. Yo no estaba capacitado para contarla, pero no me cabía duda de que sí quería escucharla.”
 
Ir a la guerra...
Cuando llegamos al campo de entrenamiento, nos pidieron que escribiéramos en un formulario por qué nos habíamos unido a los Marines. Yo puse: `Para matar´, porque, joder, eso era básicamente lo que quería hacer. Pero tampoco es que quisiera matar a todo el mundo, yo sólo quería cargarme a los malos. En la tele y en las pelis están los buenos y los malos, ¿no? Pues yo quería cargarme a los malos. No era un patriota, no me uní a los marines por mi país. A ver, si, amo este país, pero en aquel entonces me importaba una mierda. Lo que yo quería era matar a los malos. En el campamento militar me molieron a palos. `¿Dónde está ese capullo que tantas ganas tiene de matar?´, decían, y luego iban a por mí. Me llevaron a ver a dos loqueros. El segundo me hizo un montón de preguntas como: `Cuando eras pequeño, ¿mataste alguna vez?´. Le conté que tenía una pistola de aire comprimido y me había cargado a un par de pájaros. ¿ Qué coño importaba eso? Era acoso y pinto. ¿Para qué se une nadioe a las Fuerzas Armadas si no es para defender a su país, cosa que, en la mayoría de los casos, implica matar? De todos los lugares a los que me podían destinar, acabé en el Astillero Naval de Filadelfia, donde me aburría como una ostra. Solicité varias veces el traslado a Vietnam, pero siempre me rechazaban. Al final, como no paraba de insistir con que quería ir al extranjero, me autorizaron. Sin embargo, antes de irme tuve un par de incidentes. En un bar de negros me apuñalaron en el pecho y tuvieron que ingresarme en el Hospital de la Marina de Filadelfia. La puñalada me atravesó el pericardio y me alcanzó el pulmón. Allí veía a los mutilados que volvían de Nam, pero ni siquiera eso me disuadió. Quería ir de todos modos.”
 
Recién llegado al frente de combate...
La verdad es que podría haber cumplido mi estancia en Vietnam sin meterme en líos, pero una noche cometí el error de abrir la boca. Dije: `Si viera a un Vietcong y él no me viera a mí, no me lo cargaría, porque sabría que tiene mujer e hijos´. A la mañana siguiente, estaba en la pista de aterrizaje con todas mis cosas camino de una unidad de combate en primera línea del frente. Llegué a un pequeño campamento base con perímetro en forma de estrella en el 3º Cuerpo del Ejército de Vietnam, en la región del Altiplano Central, a menos de un kilómetro de la frontera con Camboya. Estaba tan cerca del país vecino que se veía cómo adoctrinaban a las tropas de Vietnam del Norte; tan cerca que podían lanzarnos morteros y misiles. Pero nosotros no podíamos responder porque eso hubiera significado violar los acuerdos fronterizos. La pista de aterrizaje estaba en territorio enemigo. Cada vez que llegaba un avión, tenía que descender en espiral para evitar el fuego enemigo. Tenías diez segundos para bajar del avión y salir cagando leches hacia el búnker, si no, eras hombre muerto. El día que llegué, el avión tuvo que pasar un rato sobrevolando la zona porque nos estaban atacando. No me podía creer que aquel fuese el sitio al que me habían destinado. Cuando finalizó el ataque con morteros y llegué a mi unidad, pedí hablar con el capitán. Me dijeron que había salido de la zona principal del campamento.
-Bueno, ¿puedo ir a buscarle?
-Claro, está por allí, entre aquellos árboles.
Salí para presentarme y asumir el mando. Me lo encontré muerto, con la cabeza reventada y la polla fuera del pantalón. Los morteros le habían sorprendido haciéndose una paja y le habían volado la cabeza. Allí estaba, tieso como un palo y con la polla en la mano.”
 
La muerte como compañera cotidiana...
“Conocí a un tío que estaba pirado. Una noche se encendió un cigarrillo, ¡zas!, en mis narices, en una posición en la que nos podían pegar un tiro. Me cagué de miedo.
-¿¿Qué haces?? -le grité mientras le apagaba la cerilla.
-Cuando te llega la hora, te llega -me contestó-. Sólo Dios lo sabe.
Yo también lo creía. Había visto a muchos tíos que tomaban precauciones y acababan fiambres igual. Recuerdo especialmente a un teniente que llevaba en el frente unos tres meses. Un día se quedó paralizado en una batalla, así que lo mandaron a la retaguardia por cansancio extremo. Se le pasó en cuanto volvió a la base, pero no del todo, porque a partir de entonces empezó a llevar siempre el casco puesto. La gente allí no hacía eso, era un lugar bastante seguro. Pero él se construyó una especie de cabaña con sacos terreros, con paredes de un grosor de dos o tres sacos. También los colocaba por encima. Dormía en el suelo en lugar de hacerlo en el catre y con el chaleco flak puesto.Una noche empezaron a bombardearnos mientras él dormía en el suelo de su barracón. Cuando terminó el ataque, yo era el médico encargado de hacer la ronda por los barracones y los otros edificios para comprobar que todo el mundo estuviera bien. Me encontré al teniente muerto. Un trozo de metralla se había colado por un lateral del barracón, entre los sacos terreros o a través de ellos, y le había dado en el pecho. Había penetrado por el lado izquierdo y se le había clavado en el corazón. Era un buen trozo de metralla, bastante afilado. Si alguien estaba protegido, era el teniente. Después de aquello llegué a la conclusión de que no podías hacer nada por evitar la muerte. Si estás allí, estás allí y punto. ¿Quién sabe quién será el siguiente?.”
 
Los reyes de la guerra...
Me lo estaba pasando bien. Había un par de tíos que decían que no, pero no se lo creían ni ellos. Nos daba la sensación de que ya no éramos esos GI que tenían que marchar y hacer el saludo militar. Aquello era una mierda. No teníamos que saludar a nadie. Nos vestíamos como nos daba la gana. Si me quería poner el sombrero de la jungla, me lo ponía. Si quería llevar una manga de la camisa arremangada y la otra no, lo hacía. Si no me quería afeitar, no me afeitaba. Ahí fuera nadie se metía con nadie. Los oficiales saben que, si te tocan las narices, en el próximo intercambio de fuego pueden acabar con un tiro en la cabeza. Y esa era la forma de proceder en cualquier unidad de infantería. Quien te diga lo contrario, miente. Si te metes con mi compañero escudándote en tu rango de suboficial o algo por el estilo, tengo derecho a volarte la tapa de los sesos, según nuestro código no escrito. Y los demás también lo harían. Los tenientes y el resto de oficiales no le tocaban los huevos a nadie. No te decían: `¡Soldado!, ¿por qué no llevas los pantalones por dentro de las botas? ¿Por qué llevas esas greñas?´. A todo el mundo se la sudaba. Sentía el poder. Sentía la destrucción. Mira, ahora, en los Estados Unidos tienen a la gente muy mimada. Le dicen lo que tiene que hacer. No puedes llevar un arma encima a no ser que quieras acabar en el calabozo. Dispararle a alguien está mal. Te miman constantemente hasta que te mueres. Los únicos que tienen autoridad son los jueces y el Gobierno. Pero en Nam eras consciente de que tenías el poder de arrebatar una vida. Tenías el poder de violar a una mujer sin que nadie pudiera decirte nada. Sentíamos que éramos dioses. Podía acabar con la vida de alguien, podía follarme a una mujer. Podía darle una paliza a alguien e irme de rositas. En Nam te sentías como un dios y como tal podías comportarte.”
 
El regreso a casa...
El día que me licenciaron, volé hasta el aeropuerto de Filadelfia. Tenía dos filas y media de galones en el pecho y me sentía orgullosísimo. Me había ganado el rango de sargento y me habían licenciado con honores. ¿Qué te parece eso? En cuanto bajé del avión, entré en un bar. Lo único que sabía hacer en esta vida era beber. Me pedí un whisky Canadian Club y una cerveza y me quedé plantado junto a la barra con una sonrisa de oreja a oreja. En una mesa había un tío sentado con su mujer y sus dos hijos, unos chavales que tendrían mi edad, más o menos, diecinueve o veinte años.
-¿Estás de permiso? -me preguntó el chico.
- No, me acaban de licenciar.
- ¿De dónde vienes?
- De Vietnam.
-¿Y cómo te sientes después de matar a todas esas personas inocentes? -preguntó de repente la madre.
No supe qué responder. El camarero que servía detrás de la barra se puso tenso, pero yo no dije nada. Ya me habían advertido de que tendría que soportar este tipo de mierdas, pero no me lo había querido creer.
-Disculpe, ¿puedo invitar a todo el mundo a una ronda? -le pedí al camarero. Me sentía culpable. Sí, había matado gente. Quería redimir mis errores de algún modo.
- No aceptamos bebidas de asesinos -me espetó la hija.
Me cabreé. El camarero me pidió que me tranquilizara, se acercó a la chica y le recriminó su actitud.
-¿Qué se siente al formar parte del Ejército? -siguió ella.
-Él no está en el Ejército, es un marine la corrigió el camarero.
-Pues claro que sí, hostia, soy un marine de los Estados Unidos.
-¿Ahora te vas a poner chulito?
Me estaban acosando en un puto bar. Pagué mi consumición, le dejé una propina al camarero y me largué. Traté de olvidar lo que había pasado. Me monté en el coche con mi hermano y su mujer. Estaba muy contento de estar en casa y no quería que algo así me perturbara, pero lo habían conseguido. Más tarde, cuando ya estábamos en casa, mi hermano me pidió que no me pusiera el uniforme. ¿Qué coño quería decir con eso? Yo quería ponerme el puto uniforme. Estaba lleno de galones. Estaba orgulloso de lo que había hecho; era un rey. Entonces no me dolió, pero ahora sí me duele.”
 
Cicatrices que no se ven...
La chica con la que estaba prometido se había quedado embarazada de otro tío y se había casado con otro distinto. No me lo podía creer. Habíamos dejado de mandarnos cartas después de que me hirieran en combate. Lo veía todo negro y dejé de escribir a todo el mundo. Acabé viviendo con mis padres. Desde julio hasta finales de septiembre, mi rutina consistió en recuperar la consciencia por la mañana. Por la tarde, cuando se me había pasado la resaca, me duchaba y por la noche salía a beber otra vez. Noche sí, noche también, bebía hasta perder el sentido. Era extremadamente tímido con las mujeres. Por supuesto, sólo era capaz de acercarme a ellas cuando estaba borracho como una cuba. Por las mañanas me encontraba en los bolsillos pedacitos de papel con números de teléfono y anotaciones crípticas. `Janet, bufanda roja, 555-6868.´ No llamé nunca a ninguna. Empecé a trabajar otra vez. Trabajaba para el ayuntamiento de Minneapolis, realizando pruebas de laboratorio. Era técnico de ensayo de materiales y trabajaba con cemento, asfalto y varillas de acero; ganaba unos quinientos dólares al mes. Mis problemas con la bebida fueron a más. No me presentaba a trabajar durante días y ni siquiera llamaba para decir que estaba enfermo. Tenía una depresión de caballo. No conseguía hacer nada. La mayoría de mis amigos se daban cuenta de que algo no iba bien, pero ninguno sabía cómo ayudarme. Mi familia estaba preocupadísima. Todo esto pasó mucho antes de que se le pusiera nombre al síndrome de Vietnam. Me sentía estafado, mal conmigo mismo. La gente me trataba de forma extraña.”
 
Viaje a las tinieblas de quienes sirvieron en Vietnam, testimonios anónimos que entran por derecho propio en el club de relatos de combatientes y libro imprescindible para comprender más allá de las imágenes icónicas, las crónicas documentales y los informes oficiales. Hombres y mujeres, obligados unos y voluntarios otros hermanados en la inhumanidad de una guerra sin frentes delimitados y donde cualquiera podía ser el enemigo. Brutalizados, inmunes al sufrimiento ajeno y metidos en una vorágine donde todo estaba permitido, incluso aquello que nos hace perder la humanidad dejando heridas sangrantes en el alma. Ideal par lectura veraniega ahora que se libra otra guerra en Europa que, por desgracia, sigue siendo tan inhumana como las precedentes y los que hoy son combatientes puede que mañana se conviertan en testimonios del horror del frente de combate...
 

martes, 23 de mayo de 2023

 

 
Libro: El tiempo de Napoleón
Autor: Alistair Horne
Editorial: DEBATE
Traducción: Juan Manuel Ibeas
Edición: Primera edición, septiembre de 2005
 
La propuesta de hoy es un fascinante viaje a la época napoleónica, no sobre sus grandes victorias, derrotas o batallas, sino sobre la sociedad que vivió los tiempos de Napoleón. Desde aspectos sociales a urbanísticos, el ambiente entre la población mientras Napoleón edificaba su imperio colocando a familiares y generales en los tronos de Europa...
 
Alistair Horne es historiador especializado en relaciones internacionales e historia de Francia. Autor de centenares de artículos y comunicaciones, sus libros han sido traducidos a más de una docena de lenguas. En 2003, Alistair Horne fue nombrado caballero por su contribución a las relaciones francobritánicas.
Datos sacados de una parca contraportada y en Internet se pueden encontrar más datos del autor y de su obra. Y sin más prolegómenos, unas breves reseñas que os inciten a su interesante lectura...
 
Napoleón...
“Salido de la rígida academia militar de Brienne en 1785, con el grado de alférez a los dieciséis años de edad, entre algunas burlas de los que le llamaban `matemático delgaducho´, este vástago de la baja nobleza corsa dejó su primera auténtica huella en los asuntos militares unos ocho años después, en el sitio de Toulon, en 1793. La importantísima base naval estaba entonces en poder de una flota inglesa mandada por el almirante Hood; Napoleón, un capitán de artillería de veinticuatro años, fue enviado para asesorar al no muy distinguido comandante de las fuerzas revolucionarias francesas que la asediaban. Con su genio para el 'coup d´oeil' instantáneo, que tan útil iba a resultarle más adelante, la estrategia del joven Napoleón Bonaparte tuvo éxito, y los ingleses fueron expulsados. Napoleón se convirtió en un héroe en las filas del incompetente ejército revoluciopnario (aunque todavía era desconociodo fuera de ellas), y fue vertiginosamente ascendido al grado de 'géneral de brigade' con sólo veinticuatro años, nombrándosele además comandante de artilleríoa del ejército en Italia.”
 
Conspirando contra Napoleón...
Después, a principios de 1804, se descubrieron otras dos conspiraciones: una dirigida por un monárquico bretón de la Vendée llamado Georges Cadoudal, y la otra por dos generales, Piuchegru y Moreau. Cadoudal (en cuya conspiración había cooperado en secreto y temerariamente el gobierno británico de Addington) fue rápidamente detenido cerca dl Odéon por Fouché, el maestro del contraespionaje. Se reveló la participación de Cadoudal en el atentado de la Rue Niçaise y fue ejecutado el 25 de junio de 1804, junto con una docena de hombres más, en una de las pocas ejecuciones masivas en la guillotina de la era napoleónica.. Pichegru murió en prisión, estrangulado con su propio pañuelo; a Moreau, el héroe popular de la batalla de Hohenlinden, se le permitió desaparecer en el exilio, eliminando así a uno de los pocos rivales potenciales de Napoleón. (Se hizo asesor militar del zar y murió combatiendo contra sus propios compatriotas en la batalla de Dresde, en 1813). un tal capitán Wright, capturado también por los hombres de Fouché, murió en 1805 tras una larga estancia en prisión, en circunstancias muy sospechosas.”
 
Bancarrota de Monsieur Récamier...
Lo cierto, sin embargo, es que aunque el propio ministro del Tesoro era sospechoso de desfalco y el artero Talleyrand se jactaba sin reparos de haber ganado millones gracias a la información privilegiada -`Compré acciones el 17 brumario y las vendí el 19 (recuérdese que Napoleón tomó el poder el 18 brumario)-, parece que los Récamier se portaron impecablemente después del desastre. Juliette rechazó todos los `subterfugios lucrativos y culpables´, en un alarde de integridad insólito en el Paría de principios del Imperio. Pero cuando Récamier solicitó un modesto crédito del gobierno para sacar a flote su banco, Napoleón se mostró inconmovible y despiadado, escribiendo desde Austerlitz a los pocos días de su victoria (el 7 de diciembre de 1805): `¿En un momento como este me voy a ver obligado a hacer préstamos a hombres que se han metido en malos negocios?´, y aún más brutal: `Yo no soy el amante de Madame Récamier, yo no, y no voy a acudir en ayuda de negociantes que mantienen una casa que cuesta seiscientos mil francos al año´. Un diplomático italiano escribió: `En medio de la merecida admiración despertada por la asomborsa campaña de Bonaparte, el crédito de la nación, socavado por todas partes, amenaza con arruinar a todos´. Puede decirse casi con seguridad que sólo los triunfos de Napoleón en lejanos campos de batalla como Austerlitz y Jena evitaron que hubiera graves disturbios en París. Y después de Austerlitz, la economía pareció recuperarse milagrosamente -al menos por el momento- y los bonos del gobierno subieron vertiginosamente del 45 al 66 por ciento.”
 
Dirigiendo desde el campo de batalla...
Pero a pesar de los formidables poderes de la burocracia que Napoleón impuso en París, uno de los rasgos extraordinarios de su régimen en que este Estado tan centralizado y cada vez más autocrático se dirigía en realidad desde el interior de una tienda de campaña o desde algún castillo polaco... o desde donde se encontrara Napoleón en aquel momento. Los ministros se acostumbraron a ver principalmente el aspecto grandioso y teatral de esta incómoda situación: `Su majestad nos ha acostumbrado tan bien a recurrir a su sagacidad hasta en los menores detalles -declaraba el adulador Jean- Baptiste de Nomprére de Champagny, ascendido desde un puesto administrativo de poca importancia pero absolutamente leal en el Ministerio del Interior, a sucesor de Talleyrand cuando este dimitió- siempre gobernados por su espíritu y sus órdenes, olvidamos que está a seiscientas leguas de nosotros, en medio de sus ejércitos, teniendo ante él las fuerzas unidas del imperio más poderoso del mundo, protegiendo el sur y el este de Europa´. No es este el lenguaje de un Colbert hablándole a un Luis XIV. Hasta su regreso en julio de 1807, tras las tres campañas de 1805-1807, napoleón estuvo fuera de París la mayor parte del año; no volvería a ausentarse tanto tiempo. Y en espíritu no se había marchado nunca; ya fuera dirigiendo la administración de París y sus obras, ya gobernando el país, el gobieno de Francia estaba fundamentalmente allá donde estuviera Napoleón: Viena, berlín; Varsovia, Finkenstein, Tilsit.”
 
Cambios de costumbres...
Durante el Imperio, las horas y los hábitos de comida cambiaron. Antes de la revolución había un proverbio que decía que 'déjeuner' es para los amigos, 'dîner' para la etiqueta, ' goûter' (merendar) para los niños y 'souper' para el amor´. Ahora la gente 'chic' había abandonado la vieja rutina de 'dîner' a las cuatro de la tarde en favor de una hora más moderna, las siete de la tarde. El 'dîner' solía terminar a las nueve, aunque dos excepciones entre la élite eran Cambacérès, cuyas soporíferas cenas solían durar cinco horas, y el propio Napoleón, que por sus hábitos militares consideraba que con quince o veinte minutos bastaba para cualquier comida. En las Tullerías no había un comedor fijo, de modo que todas las mañanas napoleón ordenaba dónde y en qué habitación había que poner la mesa. Aunque la comida le interesaba poco (devoraba cualquier cosas que tuviera a mano, rápida e indiscriminadamente: pescado, carne o dulces), al emperador le gustaba el buen vino; sus favoritos eran el Chambertin, el Clos-Vougeot y el Château-lafite.”
 
Provincias...
Durante la Paz de Amiens, Napoleón había recorrido incansable la Francia provinciana para dar ánimos a los fabricantes de ciudades como Lyon, Ruán, Elbeuf y El Havre, y en muchas ocasiones había presidido reuniones locales para elaborar el nuevo código civil. En esta época anterior al ferrocarril, no cabe duda de que Napoleón hizo mucho por mejorar las carreteras de Francia; pero todas tendían a irradiar del eje que era París, hacia fronteras estratégicas, con claras intenciones militares. Véase, por ejemplo, la notable proeza de la ingeniería en la carretera sobre el paso de Simplon, que fue diseñada principalmente con la intención de facilitar el transporte de tropas a los campos de batalla italianos. Poco se hizo para que las carreteras sirvieran para conectar comunidades. Cuando el tiempo y las campañas lo permitían, Napoleón hacía frecuentes visitas a las provincias. De hecho, en el Consulado había comenzado una nueva era con el nombramiento de prefectos, en lugar de las distinciones repartidas entre los nobles locales. Como ocurrió en París, se reconstruyeron viejas ciudades como Lyon y Cherburgo, se abrieron canales, se desecaron pantanos y se tendieron puentes sobre los ríos. La población campesina y la clase media experimentaron los beneficios de todo esto, pero la guerra y el hundimiento del Imperio iban a poner un fin prematuro a todo nuevo avance.”
 
Deliciosa lectura que incita a profundizar en la época napoleónica que resulta ideal para lectura reposada y ligera de tiempo libre, turnos nocturnos sin ajetreo y para amantes de viajar a París y descubrir sitios y lugares citados en el libro, escrito en tono ágil y dinámico que te atrapa en su lectura. Una amena forma de conocer detalles de un hombre con nombre propio en la Historia y cuyo legado aún perdura con detalles de la vida diaria durante su gobierno que abarca una generación.
 

sábado, 29 de abril de 2023

 

Libro: Tal como éramos 

- España hace un siglo-

Autor: Rafael Núñez Florencio
Editorial: Espasa Calpe S. A.
Edición: 1998
 
Tomando como referencia el año 1998, la propuesta de hoy es un fascinante viaje a la España de 1898. Fecha mítica porque marcó un antes y un después tras la guerra contra EEUU que supuso el fin de la España de ultramar al perder las últimas posesiones en Caribe y Filipinas. Lejos de ser un conglomerado de hitos históricos con fechas y nombres, el autor nos lleva a un fascinante viaje de cien años atrás en las cosas cotidianas que forman parte de la existencia, la vida normal y corriente de la masa silenciosa enmarcada en su contexto histórico...
 
Rafael Núñez Florencio (Camas, Sevilla, 1956) es doctor en Filosofía y letras y profesor de Historia de la Filosofía. Ha realizado varios proyectos de investigación en el Centro de Estudios Históricos (CSIC) y ha desempeñado su labor docente, entre otras, en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Colaborador con artículos de opinión y de crítica literaria en varias publicaciones periódicas (Historia 16Nueva RevistaRevista de Libros, etc.), desde el punto de vista científico se ha dedicado fundamentalmente al análisis de las teorías políticas, ideologías y movimientos sociales en el mundo contemporáneo y es autor de obras en ese ámbito.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, y ahora una breves reseñas que os inciten a su apasionante e ilustrativa lectura...
 
Siglo XIX...

Vista en conjunto, si hay algo que llama la atención en la vida española del siglo XIX, es la asfixiante presencia de las armas, de la lucha en términos físicos y cruentos, de la guerra en definitiva. Y no precisamente guerra `contra otros´, contra vecinos o extranjeros, como solía ser habitual en muchos países, sino por lo general confrontación despiadada entre los propios españoles. No en vano, por ejemplo, el término español `pronunciamiento' pasa así, literalmente, a otros idiomas, que al mismo tiempo que importan el concepto reconocen implícitamente su especificidad. El pronunciamiento era la típica forma española de interferencia militar en la política: un general o un alto jefe militar se pronunciaba cuando, al mando de un determinado sector de la milicia, trataba de imponer al resto del ejército y, por supuesto, al resto del país, unas consignas políticas particulares. Si tenía éxito, evidentemente, ocupaba el poder. Si no, terminaba en el paredón de fusilamiento.”

 

Educación de la clase media...

Todo empieza evidentemente por la educación de chicos y chicas. Las expectativas de los padres son muy diferentes según sea el sexo de sus hijos. De las chicas sólo se espera un buen casamiento, es decir, que se conviertan muy pronto – en torno a los veinte años, o poco más- en buenas esposas y madres. Para ello no hace falta que aprendan mucho. Todo lo contrario: hay una cierta desconfianza hacia lo que se puede aprender si se estudia largo tiempo. Nunca se sabe... Algunos libros son muy peligrosos. El mismo discurrir por cuenta propia puede llevar al extravío. Lo más importante para una jovencita es ser y estar guapa. Si además sabe tocar el piano, recitar, cantar algunas arias y decir algunas palabras en francés, mejor que mejor. Así se facilita el objetivo esencial, que no es otro que pescar un buen partido. Muy diferente es, desde el principio, la vida del `pollo´. Si la familia puede costear los estudios (el número de hijos es bastante más elevado que en la actulidad -1998-), irá a un colegio religioso, privado, donde se le inculcarán los principios crisitianos y se le preparará para ingresar en el bachillerato. Es bueno ser religioso, pero sin pasarse, porque la virilidad exige no ser demasiado beato. En este sentido al chico se le consienten cosas y comportamientos que serían impensables en sus hermanas: puede llegar más tarde a casa, puede salir solo, puede hacer -en cuanto es un poco mayor- alguna calaverada, ya se sabe, `todos hemos sido jóvenes alguna vez´ (dice el padre con orgullo, mientras la madre mira con condescendencia). En casi todas las familias hay algún representante -hijo, primo o sobrino- de esa especie de calavera, estudiante juerguista, que termina por ser el simpático de la casa.”
 
Carnavales y romerías...
Sobre estas últimas fiestas (carnavales) resultan curiosas las apreciaciones de los cronistas del momento. Hay quien ve al Carnaval en su esplendor, y hay quien considera que `Momo´ está inmerso en una decadencia irreversible. Muchos juicios tienden a hacerse sobre la base de que cualquier fiesta pasada, in illo tempore, fue mejor, más auténtica, más espectacular. El desfile del Carnaval de Madrid, del que hay múltiples referencias, tenía lugar en el Salón del Prado, entre Cibeles y Neptuno (más tarde se extendería hacia Colón, y luego hasta la estatua de Castelar). Las máscaras y carrozas que desfilaban son calificadas por algunos de originales y divertidas, mientras que otros subrayan por el contrario la pobreza e improvisación de la mayoría de los participantes: brujas con escobas, diablos, caricaturas políticas, dominós hechos con lasrgas sábanas, etc. Los que se regocijaban veían todo de color de rosa, y los que no, sólo apreciaban un espíritu pobre y cutre. Nunca mejor la sabiduría del refrán: cada cual juzgaba la feria según le iba en ella. Las romerías eran otra variante e las celebraciones populares que venimos describiendo. El fondo religioso de la peregrinación a una hermita o a cualquier otro lugar sagrado se terminaba convirtiendo en una excusa para una fiesta por todo lo alto, en que no faltaba de nada, desde la comida y la bebida en ebundancia, y aun en exceso, hasta los bailes, juegos y concursos de mozos y mozas. Una de las más populares, la de San Isidro, en Madrid, suponía ni más ni menos que dos semanas de festejos. Durante cerca de quince días, en efecto, las calles de Segovia y de Toledo eran un hervidero de gente. Acudían muchas familias de pueblos vecinos a ver a sus parientes a la capital, con sus alforjas llenas de chorizos, huevos y algún pollo. Se iba a la famosa `pradera de San Isidro´ -entonces en las afueras de la ciudad- con la tortilla de patatas, los filetes empanados y la merluza rebozada, y allí se pasaba todo el día, comiendo, bebiendo, y recorriendo los puestos de baratijas.”
 
Ser mujer en 1898...
"Para que no se nos acuse de parciales y rebuscados, acudamos ahora a una fuente más
objetiva, más representativa si se prefiere. Nada menos que el Código Civil de 1889. este texto legal, producto sobre todo de las tendencias más progresistas de la época, señala en su artículo 57: `El marido debe proteger a la mujer, y ésta obedecer al marido´. El artículo 58 preceptúa: `La mujer está obligada a seguir a su marido donde quiera que fije la residencia´. El artículo 59 dice: `El marido es el administrador de los bienes de la sociedad conyugal´. El artículo 60 establece: `El marido es el representante de la mujer. Ésta no puede sin su licencia, comparecer en juicio´. En fin -esto es sólo una selección- el artículo 62 ordena:`Las compras de joyas, muebles y objetos preciosos, hechas sin licencia del marido, sólo se convalidarán cuando éste hubiese consentido a su mujer el uso y disfrute de tales objetos´. Demos ahora otro salto, de los textos legales a la instrucción. Ya sabemos que la educación -en sentido de formación intelectual- no es especialmente recomendable para la mujer. Si se nos apura, es casi más un peligro que un bien. El 30 de octubre de 1882 `La Ilustración´ daba noticia de un hecho insólito: la obtrención del Doctorado en Medicina por la Universidad de Madrid de Martina Castells y Ballespí, apadrinada por el doctor Letamendi. Ese mismo año otra joven se licenciaba en Medicina en Barcelona, y en 1886 los hacían dos en Valencia. La primera mujer que acudió regularmente a las clases de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid fue María Goyri, que pronto se convertiría en esposa de Menéndez Pidal. (Estamos hablando de la década de los noventa del siglo pasado.) Algo más tarde, en el curso 1909-10 de los 2.844 alumnos de Ciencias en toda España, 4 eran féminas. En Derecho, eran 2 de 4.685. En Medicina es donde había más: 11 de 5.111.”
 
Cuba...
El 24 de febrero de 1895 tenía lugar el primer acto (el `grito del Baire´) de lo que iba a ser la definitiva lucha cubana por la independencia de España. ¿Hace falta decir a estas alturas que los acontecimientos volvieron a coger a todos por sorpresa? Baste citar este dato: en ese momento la guarnición española en la isla no llegaba a 16.000 soldados. Como luego señalaremos, del número total había que quitar siempre una proporción cercana al 75 por 100 (a veces incluso más) que no estaban aptos para el combate, generalmente debido a las enfermedades. Las cosas sin embargo empezaron bastante mal para los insurrectos, porque al poco de desembarcar en la isla, el recién elegido jefe supremo de la revolución, el poeta José Martí, caía acribillado a balazos en el primer encuentro con las tropas españolas. Es desde entonces uno de los lugares comunes de la historiografía y de la política la especulación acerca del curso de la guerra, y aun de la Cuba posterior, si hubiera estado presente una figura del prestigio y la moderación de Martí. (Él había sido el redactor del famoso `Manifiesto de Montecristi´, donde, entre otras cosas, decía que la guerra no era contra el pueblo español, sino contra un régimen colonial injusto, del que eran víctimas tanto cubanos como españoles.)”
 
Reformas tras el desastre del 98...
"Esa fue una de las contradicciones básicas que dio al traste con todo el movimiento regeneracionista. El sistema de partidos estaba desacreditado, pero era lo único que había. O se entraba en él para cambiarlo desde dentro, o se le destruía desde fuera (mediante una revolución, una insurrección o un golpe militar). Los regeneracionistas no hicieron ni una cosa ni la otra, con lo que, no ya a la larga, sino a corto plazo, se condenaron a sí mismos a la inacción. Dejaron el campo libre a los Silvela, Villaverde, etc., a los típicos hombres de partido, que por muy buena voluntad que pusieran, se debían a las propias estructuras partidistas de las que procedían. De este modo, el regeneracionismo descafeinado de Silvela y sus amigos se convirtió pronto en `más de lo mismo´. Otro elemento curioso, que también explica en cierto modo el fracaso inevitable del regeneracionismo, es que este movimiento de reforma priocede de lo que podríamos llamar, simplificando, la derecha sociológica y política del país. Bien significativo a este respecto es que pasara por regeneracionista nada menos que el general cristiano, Polavieja, el mismo que hizo fusilar a Rizal, desató una represión a sangre y fuego en las Filipinas y entendía la política como una continuación de sus ideales religiosos. Con elementos de esa índole, una regeneración auténtica estaba muerta de antemano: independientemente de sus ideas, eran hombres del pasado, hombres que no podían comprender las nuevas realidades del siglo que se avecinaba. La izquierda aún ofrecía un panorama más penoso: pecaban por exceso los anarquistas, prisoneros e impotentes en su radicalidad, y por defecto un partido socialista tan timorato que ni siquiera había sabido canalizar el descontento de la guerra. Y los partidos republicanos, sempiternamente divididos, se empecinaban en una demagogia inútil y barata contra la Corona. Todos se agotaban en sus críticas, sin acertar a exponer ideas nuevas, renovadoras, que conectasen con el país real. El 98 fue por ello tanto o más que la crisis del régimen, el fracaso de la oposición. La regeneración quedó convertida en mero fuego de artificio: duró históricamente lo que duran los fuegos artificiales. Y como sucede con la pirotecnia, después, no quedó nada. Mejor dicho, volvió lo mismo.”
 
Apasionante viaje en el tiempo para comprender el contexto social de la España de 1898 que vivió un momento histórico y cuyas consecuencias perdurarían hasta bien avanzado el siglo XX. Conocer la vida, sus gentes, el marco político y todo aquello que forma parte de la vida diaria a la vez que se hace un relato realista de lo que fue la perdida de los últimos territorios de ultramar de una nación de glorioso pasado que se quedaba estancada del resto de Europa que encaraba el siglo XX a lomos de la revolución industrial y sistemas de gobierno liberales liderados por la burguesía. No es que España perdiera el tren del progreso, sencillamente no estaba ni se daban las condiciones que en el resto de países europeos que comenzaban su expansión colonizadora a costa de España y Portugal dando paso a una nueva realidad internacional. Ideal para lectura nocturna, tumbona en la playa e ideal para regalar a la suegra con la escusa de que habla de su juventud y nos pasaremos unas risas mientras protesta que no es tan vieja...
 

martes, 4 de abril de 2023

 

 

Libro: Juan Carlos 

-El Rey de un pueblo-

 Autor: Paul Preston

Editorial: Plaza & Janés
Traducción: Eva Rodríguez Halffter y Gabriel Vázquez
Edición: Primera edición, marzo de 2003

La propuesta de hoy es el fascinante recorrido de Juan Carlos I desde su infancia hasta el 2002. Nacido en el exilio, siguiendo siempre los dictados ajenos que marcaban los acontecimientos políticos y llevado para su formación bajo la tutela del dictador Franco en una España desangrada por la guerra civil dividida en vencedores y vencidos, siempre consciente de su papel histórico para lograr el anhelo de su padre de ser una Monarquía para todos y lograr erradicar el Movimiento para instaurar la democracia. Es una biografía política, sin entrar en detalles de su vida personal, que nos muestra la inteligencia de Juan Carlos I y quienes eran sus allegados y asesores para, heredando todo el poder de Franco, lograr disolver el franquismo, legalizar los partidos políticos y una Constitución democrática aunque significara la renuncia al poder y pasar a ser una monarquía constitucional. Todo ello de la mano de un viejo conocido de la sección como es el hispanista británico Paul Preston.

 
Paul Preston (Liverpool, 1946), es titular de la cátedra 'Principe de Asturias' de historia contemporánea española y director del Centro Cañada Blanch para el estudio de la España contemporánea de la London School of Economics and Political Science. Educado en Liverpool y en la Universidad de Oxford, entre 1973 y 1991 fue sucesivamente profesor de historia de la Universidad de reading, del Centro de Estudios Mediterráneos de roma y de la Universidad de Londres, donde ganó la cátedra de Historia Contemporánea en 1985, pasando a la London School en 1991. Analista de asuntos españoles en radio y televisión tanto en Gran Bretaña como en España, colaborador de diversos periódicos y revistas.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Nacimiento de un futuro Rey de España...
A comienzos de enero de 1938, doña María de las Mercedes se aceraba a la culminación de su embarazo. Sin embargo, cuando don Juan recibió una invitación para una cacería, el médico le aseguró que podía ir tranquilo porque el bebé tardaría al menos otras tres semanas en nacer. Doña María se encontraba en el cine con su tío, Alfonso XIII, cuando empezaron los dolores de parto. Juan Carlos nació prematuramente el 5 de enero de 1938 a las dos y media de la tarde en el Hospital Anglo-Americano de Roma, con un mes de adelanto. Cuando doña María de las Mercedes era transportada al hospital, su dama de honor, Angelita Martínez Campos, vizcondesa de Rocamora, pidió a don Juan que volviera a Roma con un telegrama que rezaba: `Bambolo natto´ (El niño ha nacido). Al recibirlo, se puso em marcha de inmediato conduciendo tan frenéticamente que rompió un cojinete del Bentley. Alfonso XIII, que había llegado antes que su hijo le gastó una broma, recibiendo a don Juan con un bebé chino en los brazos, hijo de una secretaria de la embajada china nacido en la habitación contigua. Don Juan supo de inmediato que ese no era su hijo, pero cuando vio al suyo confesó posteriormente que, por un instante, casi habría preferido al bebé chino. A doña María de las Mercedes, a diferencia de la mayoría de las madres, no le pareció que su niño fuera la criatura más bonita del mundo. Más adelante recordaba que `el pobre nació ochomesino y tenía los ojos saltones. Era feo, feo ¡como un dolor! ¡Era horrible! Menos mal que enseguida se arregló´. El bebé rubio pesó tres kilos. Las primeras fotos de Juan Carlos no se hicieron al nacer, sino cuando tenía ya cinco meses. Pese a la alarma inicial de su madre, Juan carlos no siguió siendo `feo´ mucho tiempo. Su buena presencia fue siempre una gran baza a su favor; de hecho, sería un factor decisivo para ganarse posteriormente la aprobación de la reina Federica de Grecia, su futura suegra.”
 
Don Juan propone pero Franco dispone...
Se dio la coincidencia de que, cuando le llegó la carta de don Juan, Franco había comenzado ya a elaborar un complejo plan para la futura educación del príncipe, que en parte era razonable pero cuyo grandilocuente lenguaje sugería un descomunal ejercicio de cinismo. Pasando por alto el hecho de que estaba fomentando secretamente pretensiones a la corona del hijo de don Jaime, Franco escribió que Juan Carlos `debe prepararse para poder responder en su día a los deberes y obligaciones que la dirección de una nación entraña´. Según él, lo que ofrecía a don Juan era una receta para el éxito basada en una `meditada reflexión sobre las condiciones en que un Príncipe ha de formarse y el bagaje de conocimientos que hoy requiere la dirección de una nación para que pueda despertar el respeto, la confianza y el amor del pueblo llamado a sostenerle. Así también quisieran se hiciese los sectores que han integrado el Movimiento Nacional, y así lo han aprobado aquellas personalidades de ellos integradas en mi Gobierno´. Su carta no dejaba ninguna duda de que, si Juan Carlos no se formaba en España dentro del ambiente del Movimiento no se le permitiría jamás subir al trono. Además, varios apartes hirientes aludiendo a aquellos que probablemente nunca reinarán y al `naufragio de una Monarquía secular´ dejaban claro que don Juan no figuraba en los planes de Franco.”
 
Juan Carlos y Sofía, recién casados, almuerzan con los Franco....
Al día siguiente volvieron a El Pardo para comer con Franco, su mujer, su hija Carmen y el marido de ésta, Cristóbal Martínez- Bordiú, marqués de Villaverde. En el transcurso de la mañana anterior a recibir a los recién casados, Franco se cuidó de otorgar también una larga audiencia al presidente de la Comunión Tradicionalista, José María Valiente, defensor de don Hugo, pretendiente carlista a la sucesión. De este modo subrayaba que Juan Carlos era simplemente uno de los diversos aspirantes al trono. Pese a todo esto, Sofía produjo una impresión muy favorable en el Caudillo. Doña Carmen Polo le dijo a su íntima amiga, Pura Héctor de Santillán, que la princesa `le ha robado el corazón a Paco´. Según Pemán, Franco quedó embelesado `por su belleza entre maliciosa y aniñada´, por su religiosidad y por sorprenderle gratamente con el nivel de su español. Exultante, Franco le contó luego a Pacón que Sofía `habla bastante bien el español y se está dedicando a estudiarlo intensamente. Es muy agradable y parece inteligente y muy culta´.”
 
El franquismo agoniza junto con el dictador...
Siguiendo sus planes inmediatos para el futuro, Juan Carlos había telefoneado ya a Torcuato Fernández-Miranda el 17 de octubre (1975).No pudieron reunirse hasta la tarde del lunes 20, después de la visita del Príncipe al Caudillo. La franqueza con que Juan Carlos hablaba de sus preocupaciones primordiales quedaba de manifiesto en las notas que Fernández-Miranda apuntó después:`1) Obsesión de perdón purificador. Desligarse de una política que termina y de los políticos franquistas. 2) La Monarquía no puede aceptar condicionamientos: no a los partidistas, no a los políticos que significan aceptar una línea ya muy definida de antes o que vincularían a la Monarquía a este u otro grupo. 3) Caras nuevas: sorprender por la novedad del primer Gobierno de la Monarquía´. Esto eliminaba claramente a López Rodó, Fraga Iribarne, Areilza y otros que pudieran abrigar espoeranzas de ser presidente de gobierno una vez Juan Carlos fuera proclamado Rey. Revelando su profunda renuencia a mantener a Arias Navarro, le dijo a Fernández-Miranda: `Mi candidato eres tú pero me temo que no va a ser posible. Sabes la confianza que tengo en ti, como en nadie. Yo te necesito. No sé dónde no cómo, pero te necesito. Nadie me ha hablado nunca como tú y nadie ha sabido callar como tú´. Si Torcuato se sintió decepcionado al comprobar que no figuraba entre los posibles presidentes, no podía responsabilizar a nadie más que a sí mismo. Su recomendación de una reforma de la constitución franquista desde dentro había convencido al Príncipe de que él era quien debía guiar el proceso como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino.”
 
La joven democracia simbolizada por el Rey...
Aunque incapaz de erradicar la subversión militar y el terrorismo vasco, Suárez podía reivindicar otros logros. Pero, irónicamente, uno de sus grandes éxitos, el del estatus de Cataluña en la nueva democracia, provocó una neurosis se `separatismo´ entre los militares. En el caso de Cataluña el Rey contribuyó a forjar una relación especial entre Suárez y el President de la Generalitat de Catalunya en el exilio, Josep Tarradellas, de setenta y siete años de edad, que permitiría al presidente rematar una espectacular maniobra política. Sin ser tan conflictiva como el País Vasco, Cataluña seguía representando un importante problema para el gobierno y era desde luego un asunto que preocupaba mucho al Rey. Incluso antes de su visita a Cataluña en febrero de 1976, Juan Carlos había transmitido a Tarradellas su interés en una solución satisfactoria para la cuestión de Cataluña. En los discursos del Rey durante dicha visita Tarradellas vio una ruptura simbólica con el pasado franquista. Con todo, a lo largo de 1976 habían ido en aumento la presión a favor de un tipo de concesiones a las aspiraciones nacionalistas de la región que no podían cumplirse sin que pareciera que el gobierno perdía la iniciativa y sin provocar animadversión en las Fuerzas Armadas. Una posible vía de salida había surgido ya en 1976. Un prominente banquero catalán con importantes contactos políticos en Madrid, Manuel Ortínez, sugirió a Alfonso Osorio que Tarradellas podía ser la clave para una resolución pacífica a la cuestión catalana.”
 
Integración defensiva con Occidente...
En octubre de 1981, en la búsqueda de apoyo exterior a la democracia española, Juan Carlos y Sofía hicieron una visita oficial a Estados Unidos. La principal cuestión tratada durante su estancia fue la integración española en la OTAN, que Juan Carlos consideraba elemento clave para la ulterior entrada de España en la CEE e incluso para desplazar la obsesión de los militares españoles por la política interior. En su entrevista privada con el presidente Ronald Reagan, Juan Carlos no ocultó su interés en la adhesión española. Pero en España suscitó cierta polémica el que la Casa Blanca publicara una declaración en el sentido de que el Rey había expresado su compromiso personal con la OTAN, inmiscuyéndose con ello en el proceso político. El ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez Llorca, se vio obligado a hacer una declaración pública, cinco horas después de la controvertida entrevista con Reagan, aclarando que Juan Carlos había insistido en todo momento durante el encuentro en que no hacía sino transmitir la opinión de su gobierno y que la entrada de España en la OTAN dependía, en última instancia, del resultado del debate que estaba celebrándose en las Cortes en aquel momento. La principal prensa española, poniendo cuidado en que no pareciera que criticaba al Rey, hizo responsable del incidente a la administración estadounidense por su `actitud arrolladora´ y al gobierno español por tardar en reaccionar.”
 
Lectura apasionante del periplo de un joven consciente de la trascendencia de su papel para cumplir los designios de su padre de salvaguardar la dinastía y ser la Monarquía de todos los españoles sorteando a las familias franquistas y trabajando en silencio para, que un día, el Reino de España fuera lo que es hoy en día. Necesario para recordar que la Historia tergiversada que la nueva izquierda, autollamada progresista, trata de inculcar para quitar legitimidad a La Transición y el edificio constitucional que el pueblo español aprobó en las urnas. Si bien como ciudadano su comportamiento no fue el correcto a la hora de declarar al fisco, su papel histórico y su reinado le sitúan a la altura de los Reyes Católicos y los primeros Habsburgo, Carlos I y Felipe II, por la trascendencia que han tenido en la Historia de España y el mejor Rey de los Borbones, siempre con la figura de don Juan en su pensamiento y realizando la tarea que el dictador y el franquismo no dejaron llevar a cabo a su padre. Ideal para curiosos de la Historia, mentes inducidas por nacionalismos y extemismos así como para quienes gustan de juzgar por sí mismos atendiendo a los hechos, los hechos de un Rey que, teniendo todo el poder en sus manos del sistema franquista, hizo posible la democracia renunciando a ellos y disolviendo el aparato de la dictadura, con el apoyo incondicional y leal de la Reina Sofía...
Imprescindible para desmontar el guerracivilismo de los populismos y sus populistas de izquierda y derecha.

jueves, 2 de marzo de 2023

 
Libro: Kate -El lado oscuro de Katharine Hepburn-
Autor: William J. Mann
Editorial: T&B Editores
Traducción: Miguel Ángel Prieto
Edición: Primera edición, mayo de 2007
 

 

La propuesta de hoy es una biografía apasionante de una mujer más apasionante aún. Si decimos Katharine Hepburn, quien más y quien menos le viene a la memoria la actriz de Hollywood; los frikis recordarán su romance imposible junto a Spencer Tracy y conservamos su imagen a lo largo de su filmografía casi tan extensa como su vida. El autor nos conduce magistralmente por la personalidad menos pública y completamente desconocida en muchos aspectos de la actriz, rompiendo moldes desde la niñez con su personalidad, buscando la fama y todo ello en un mundo ya perdido como era el Hollywood de la fábrica de sueños y de estrellas con los cambios a través del paso de los años...
 
William J. Mann ha escrito para The Boston GlobeLos Ángeles TimesThe HartfordCouran, Salon y otras publicaciones. También es el autor de Edge of MidnightThe life of John Schlesinger, Behind the ScreenHow Gays and Lesbian Shaped Hollywood WisecrackerThe life and Times of William Haines. En la actualidad reside en Provincetown, Massachusetts (Estados Unidos).
Datos sacados d ella contraportada y actualizados al año de edición pero en Internet encontraréis más información del autor. Y sin más, unas breves reseñas que os animen a su apasionante lectura:
 
Nacer en buena cuna...
A los americanos les gusta hacer fábulas con las vidas de sus iconos cinematográficos. Desde el comienzo de su vida pública, los orígenes de Katharine Hepburn estuvieron envueltos en romance y fantasía. Incluso su nacimiento sigue siendo a veces un tema de confusión. Katharine Houghton Hepburn nació en Hartford, Connecticut, el 12 de mayo (no el 8 de noviembre) de 1907 (no 1909) en un pequeño apartamento alquilado por sus padres en la calle South Hudson (no en la más famosa calle Hawthorn, donde la familia se mudaría después. Era el segundo bebé y la primera hija del Dr. Thomas Norval Hepburn, un cirujano del Hospital de Hartford especializado en el tratamiento de nefermedades venéreas, y de Katharine Houghton Hepburn, una activista por el sufragio femenino y después por la legalización del control de natalidad. A él le llamaban `Hep´; a ella se la conocía usualmente como `Kit´. `Soy total, completamente, el producto de dos personas fascinantes que además eran mis padres´, nos diría Katharine Hepburn, exagerando (como siempre) la descripción de sus progenitores. Rara era la conversación, decía Garson Kanin, en la que Hepburn no hacía referencia a las sabias palabras de Hep o Kit, y siempre con un respeto digno de una decisión histórica de la Corte Suprema. Hepburn no hubiese encontrado exagerada esta analogía. `He tenido una vida muy notable´, explicaba, `pero comparada con mis padres, soy una aburrida´.”
 
El Greenwich Village en 1914-1918...
Desde temprana edad, Kathy había comprendido que esas `leyes naturales´ eran mucho más flexibles en lugares como Greenwich Village que en Hartford. Cuando Kit hablaba de sexo con su hija, también le explicaba la homosexualidad desde un punto de vista sorprendentemente moderno, sin juicios de valor. `Mamá estaba expuesta al lesbianismo en su trabajo´, decía Bob Hepburn. `No creo que se sintiese sorprendida u ofendida por ello´. Entre sus amigas de la Heterodoxia contaba con varias lesbianas declaradas. Entre ellas, la sufragista Katharine Anthony y la educadora Elisabeth Irwin, que fueron pareja durante mucho tiempo, como también lo fueron la Dra. Sara Josephine Baker y la escritora I. A. R. Wylie. De hecho, en la época de la I Guerra Mundial, el Village se había convertido en un paraíso para hombres y mujeres que vivían relaciones sexuales no tradicionales. A Kathy no pudieron pasarle desapercibidas las expresiones de la vida gay. A pocos pasos de la casa de sus tías había al menos veinte salones de té y restaurantes `dirigidos a elementos temperamentales´. El `New York Times´ hablaba de `chicas con el pelo cortado a lo paje´ besando a `solteronas de edad incierta y aspecto extraño´ mientras daban caladas a sus cigarrillos, en mitad de la calle y a la vista de todo el mundo.”
 
Fracaso como actriz de teatro en 1929...
Para empeorar las cosas, la despidieron. Una vez más, Katharine Hepburn perdía su trabajo justo antes de que la obra llegase a Broadway, y en otra producción de un Shubert (esta vez se trataba de Lee Shubert). Y una vez más, la actriz que la reemplazó ( en este caso, Rose Hobart) se ganó los elogios de la crítica. Brooks Atkinson opinaba que Hobart le daba `la ternura de un pétalo´ al papel, un resultado poco probable si Kath hubiese continuado `moviéndose con la gracia de un elefante´ (en palabras de Hep) por el escenario. Tragándose su orgullo, Kath volvió con el rabo entre las piernas a la Asociación de Teatro, donde en una reunión con la directora de casting Cheryl Crawford le valió otro trabajo se suplente en `A Month in the Country´, de Ivan Turgenev, protagonizada por Alla Nazimova, que se estrenaba el marzo siguiente. Pero aunque la Asociación le había ofrecido inicialmente $225 a la semana por protagonizar `Meteor´, ahora se vio obligada a aceptar sólo $30 como suplente. Incluso después de hacerse en abril con el pequeño papel de una doncella, su petición de aun aumento salarial de $5 le fue denegada. Humillada y abatida, Hepburn finalmente había regresado a Broadway, pero en otro rol secundario.”
 
Pérdida de popularidad tras triunfar en Hollywood...
Desde las deslumbrantes alturas de `Las cuatro hermanitas´ sólo unos meses antes, el crédito de Kath entre el público había caído vertiginosamente a comienzos de 1934. Su prensa, antaño poética, era ahora después de `The Lake´ y `Mística y rebelde´, casi uniformemente negativa. La RKO intentó contener esta tendencia con os primeros artículos autorizados sobre su carrera. Algunos, como el seminal reportaje de Adela Rogers St. Johns, se creían a las mimeografías de los publicistas, pero otros acabaron siendo más parte del problema que de la solución. Un reportaje en dos partes publicado en `Modern Screen´ intentó por todos los medios dar una imagen amable del `exhibicionismo´ de Kath, presentándola como una mujer corriente que siempre había ansiado destacar de la multitud. Pero el autor se refiere constantemente a Hepburn como un `chico´ y termina diciendo que es `tan sexy como una tabla de lavar´, lo que seguramente hizo que los publicistas de la RKO quisieran tirar a la basura sus máquinas de escribir. Igualmente, un artículo mayoritariamente favorable en el `Picture Review´ decía que Hepburn era `femenina hasta el grado del glamour´, pero después los editores le pusieron el sensacional título `La chica extraña de Hollywood´ y publicaron una foto de Kath con pantalones subida a un muro con aspecto de ser un chico de la calle.”
 
Spencer y Kath...
En muchos aspectos, esta esencial falta de curiosidad resume la forma en que Hepburn enfocaba su vida emocional. Externamente, sentía curiosidad por todo, desde el funcionamiento de los aviones a los hábitos de apareamiento de las aves australianas. Pero en asuntos del corazón prefería no contestar -o no hacer- demasiadas preguntas. Kate no era alguien que hiciese confesiones a corazón abierto, y le encantó descubrir que Spencer tampoco lo era. Pero Tracy, de hecho, no compartía la aversión de Kathe a la contemplación emocional. En realidad, él contemplaba demasiado, de ahí su alcoholismo. Tan preocupado estaba con sus propias cavilaciones, que nunca se esforzó mucho por entender a Kate. Él nunca la presionó para obtener información ni le pidió que extrajese ninguna conclusión sobre sí misma. No había necesidad. Las únicas cosas de Kate que le importaban a Spence eran bien evidentes. Ella estgaba disponible para él de un modo en que Louise no lo había estado desde antes de que los niños nacieran. Sentada a los pies de Spencer frente al fuego en casa de George Cukor, Kate se puso en pie de un salto cuando él anunció de repente que necesitaba volver a llenar su copa. Kate sirvió más bebida para Tracy y después corrió a ocupar de nuevo su lugar, sin pensar ni una sola vez en que quizás Spence ya había bebido demasiado. A diferencia de Louise, Kate nunca le pidió que dejase de beber. Ella pensaba que él bebía porque tenía que hacerlo; como Putnam, como Ford, un hombre de verdad tenía que beber si quería sobrevivir en el afeminado mundo de las artes. Esto era algo que Mary Ford y Louise Tracy nunca entendieron. Pero kate sí lo hacía. Para ella, el hombre sabía lo que le convenía. ¿No lo había creído así su propia madre?”
 
Vuelta a la fama en los 70´s...
Como en todas sus últimas películas, Kate interpretaba a una versión de sí misma. En este
telefilm de época eduardiana, hecho a mediados de 1974, es una gran dama que se esconde detrás de enormes sombreros. Pero en su vida anterior, Jessica había sido una actriz de teatro `con aspecto de muchachito´ llamada Jessie Jerold, recordada por su `yo´ adulto en tercera persona: `Qué incorregible coqueta debe haber sido. Me alegro de acordarme tan poco de ella´. Pero cuando la película nos pide que rememoremos a `esa maravillosa joven´, no podemos evitar pensar en la joven Kate. Olivier la describe como `mil veces más excitante y dinámica´ que la persona en que se ha convertido. `Tenía más dignidad y delicadeza y orgullo del que cualquiera de vosotros pueda conocer.´. La exuberante imagen cinematográfica de la joven Kate, olvidada durante muchos años, fue resucitada en los 70 por un creciente culto a Hepburn. Estos fans se sentían atraídos no por la fórmula segura de las películas de Tracy-Hepburn sino por los subversivos trabajos que hizo en los años 30. `La gran aventura de Silvia´, `Damas del teatro´, `Vivir para gozar´ y, especialmente, `La fiera de mi niña´ revivieron en las salas de arte y ensayo, alabadas por esa misma iconoclastia que las había condenado décadas atrás. `Sólo nos ha llevado treinta y cinco años conseguirlo´, le dijo Cukor bromeando al guionista de `Silvia´, John Collier, después de que la película fuese aplaudida en una proyección en Nueva York. `Siempre tuvinmos razón, es sólo que estaba adelantada a su tiempo´.”
 
Breves gotas de agua en el océano de la vida de Katahrine Hepburn, con talento del biógrafo para interesar a un amplio público, desde aficionados a amantes de la historia porque es recorrer casi un siglo por la historia de Hollywood. Contrastando fuentes y entrevistas a personas de su vida, se nos muestra una mujer fascinante y el mundo que la rodea, ambigua y compleja que logra tras la lectura de su biografía que una vez más sea el centro de atención porque resulta irresistible no ver sus trabajos cinematográficos de nuevo para apreciar los matices de su momento personal en el momento de interpretar aumentando su condición de estrella de Hollywood. Medio millar de páginas que se devoran con fruición, recomendable para lectura en periodo vacacional, de baja o convalecencia y de mesita de noche sin olvidar turnos de noche sin jefatura a la vista. Ideal para regalar a la suegra que al ver el tocho de páginas nos hará pasar unas risas pensando que es la guía telefónica.
 

viernes, 17 de febrero de 2023

 

Libro: Una mujer en Berlín 
-Anotaciones de diario escritas entre el 20 de abril y el 22 de junio de 1945-
Autor: Anónima
Editorial: Editorial Anagrama S.A.
Traducción: Jorge Seca
Edición: 2005
 
El 20 de abril de 1945 la población berlinesa se mete en los refugios mientras bombarderos norteamericanos machacan la ciudad desde el aire, las tropas soviéticas avanzan sobre Berlín. Las mujeres en los refugios saben, por lo que conocen de otros refugiados que llegaban a la ciudad a medida que avanzaba el Ejército Rojo, que las mujeres serán parte del botín de guerra y las violaciones serán una realidad. Pero es preferible un ruso en la barriga que un estadounidense sobre la cabeza. La propuesta de hoy es un diario escrito por una mujer que prefirió mantenerse en el anonimato y que nos narra cómo los valores de nuestra vida diaria desaparecen cuando se trata de sobrevivir. Con conocimientos del idioma ruso, será una privilegiada, entre comillas, ya que logrará ser el objeto sexual de un oficial soviético que la libra de las violaciones diarias a cargo de la tropa. No hay truculentas descripciones, simplemente es el relato de lo sucedido cuando el nazismo es derrotado y Berlín, como tantas otras ciudades a lo largo de la Historia, se convierte en botín incluyendo a su población. Al final la vida se abre paso y es destacable que la autora conservara humanidad, pese a las calamidades, para observar y analizar a los soldados soviéticos como personas con sentimientos. Jóvenes que demuestran su hombría violando mujeres mayores, el rudo violador que lleva en su cartera fotos de una familia. También sabe que los desmanes nazis han de ser purgados y que muchos soldados han perdido a sus seres queridos, tan humanos que deben emborracharse para violar y saquear. También es un retrato de la población ante el colapso nazi y cómo se desmorona todo un mundo y los que antes ostentaban y sacaban pecho por ser afines al partido nazi trataban ahora de escabullirse...
 
Para hablar de la anónima autora del diario hay que citar la introducción de Hans Magnus Enzensberger: “Resulta evidente que la mujer que escribió el libro no era una simple aficionada, sino que se trataba de una periodista con experiencia. Ella alude a varios viajes que realizó como reportera, entre otros países, a la Unión Soviética, donde adquirió conocimientos básicos de ruso. Podemos deducir que continuó trabajando para una editorial o en diversas publicaciones periódicas después de que Hitler alcanzara el poder. Hasta 1943-1944 se continuaron publicando varias revistas como Die Dame o Koralle, en las cuales era posible mantenerse al margen de la inexorable campaña propagandística impuesta por el doctor Joseph Goebbels.”
A continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
20 de abril de 1945, rumores en un Berlín asediado...
Esta mañana en la panadería circulaba este rumor: `Cuando vengan se llevarán todos los comestibles de las casas. No nos darán nada. Han acordado que los alemanes pasemos hambre durante ocho semanas al menos. En Silesia la gente sale ya a los bosques a cavar en busca de raíces. Los niños la palman. Los viejos comen hierba como las bestias.´ Hasta aquí la opinión popular. Nadie sabe nada. Ya no hay reparto del Völkischer Beobachter. Ya no hay ninguna señora Weiers que venga a leerme durante el desayuno las líneas de la infamia en negrita. `Deshonrada una anciana de setenta años. Monja violada veinticuatro veces.´ (Pero ¿quién iba contando las veces?) Así sdon los titulares. ¿Pretenden acaso incitar a los hombres de Berlíb a protegernos y defendernos a nosotras, mujeres? Que ridículo. Lo que de verdad consiguen así es que miles de mujeres y de niños indefensos huyan hacia el oeste por las carreteras de evacuación donde con toda probabilidad morirán de hambre o reventarán por el fuego de las ametralladoras. Al leer le brillaban los ojos a la señora Weiers y se le abrían mucho. Algo en ella gozaba con el horror. O quizás su subconsciente se alegraba de que no le hubiera tocado a ella. Pues tenía miedo, y quería marcharse a toda costa. No la he visto desde anteayer.”
 
27 de abril de 1945, llegan los soldados soviéticos...
"Al mediodía – la de Hamburgo y yo íbamos en ese momento a buscar el segundo caldero
de sopa de cebada cocinado para toda la gente del sótano en el horno de la panadería- el primer soldado enemigo encontró el camino hacia nuestro refugio. Un soldado con rostro de campesino, de mejillas rojas. Parpadeó cuando divisó a la gente del refugio a la luz de la lamparilla de petróleo. Vaciló en entrar, dio dos pasos hacia nosotros. Palpitaciones. Algunos miedosos le alcanzan sus platos llenos de sopa. É el sacude la cabeza y sonríe, sin decir nada. Entopncen pronuncié yo mis porimeras palabras en ruso, al principio con voz reseca, luego de pronto ronca: `Shto vui zheláietie? (Qué desea?). El hombre se vuelve de pronto y fija, perplejo, la vista en mí. Noto que le resulto molesta. Parece no haberle sucedido nu8nca hasta ese momento que una `muda´ se le dirija en su propio idioma. Pues los rusos, en su lenguaje de todos los días, llaman a los alemanes `Niemtsy´, algo similar a `los mudos´. Y eso, al parecer, desde los tiempos d ella Hansa alemana, hace quinientos años, cuando los comerciantes que trataban con ellos en Novgorod y otros lugares canjeaban pañuelos y bordados por pieles y cera sin decir palabra, mediante signos. Por la razón que sea, este ruso no contesta a mi pregunta; se limita a sacudir la cabeza. Sigo preguntando si quiere comer algo quizás. Entonces sonríe mostrando los dientes y dice en alemán: `Aguardiente´. ¿Aguardiente? Todo el mundo sacude la cabeza con pesar. Aquí abajo no hay ni gota de alcohol. A quien le queda algo, lo mantiene a buen recaudo. El Iván se marcha buscando el camino de vuelta por el laberinto de pasillos y patios.”
 
29 de abril de 1945, suerte o desgracia...
A veces reflexiono sobre si es una suerte o una desgracia para mí saber algo de ruso. Por una parte me da una seguridad que a los demás les falta. Lo que para ellos son bastos sonidos animales, gritos inhumanos, para mí es lenguaje humano..., el lenguaje melódico y bien estructurado de un Pushkin y de un Tolstói. Sí, tengo miedo, miedo, miedo (desde lo de Anatol ha disminuido un poco), pero no obstante hablo con ellos de persona a persona, distingo a los peores de los que son soportables, clasifico el enjambre, me hago una imagen de ellos. Por primera vez siento también mi cualidad testimonial. En esta ciudad serán muy pocos los que pueden hablar con ellos, pocos los que hayan visto sus abedules y sus pueblos, sus campesinos en sandalias de rafia, y sus edificios nuevos construidos a toda prisa y de los que tan orgullosos se sienten..., pocos los que ahora, como yo, somos suciedad bajo sus botas de soldado. Los otros, los que no entienden una palabra d esu idioma, lo tienen en cambio más fácil. Siempre tendrán a esos hombres por extraños, pueden poner mucha tierra de por medio y convencerse a sí mismos de que ésos no son personas como nosostros; sin duda en un estadio de desarrollo muy inferior, más jóvenes como nación, mucho más cerca de sus orígenes que nosotros. De manera parecida se comportarían los teutones cuando invadieron Roma y echaron mano de las romanas vencidas, bien perfumadas, con cabellos rizados de forma artificial, con su manicura y su pedicura. De todo lo cual se deduce que el estar vencido es el no va más.”
 
5 de mayo de 1945, los derrotados...
"Por la tarde aparecieron algunos hombres en nuestro piso. Es decir, hombres alemanes, de
nuestro edificio. Fue una sensación muy especial tratar de nuevo con hombres de los que una no siente miedo, ni ha de estar vigilándolos ni observándolos todo el tiempo. Comentaron la hazaña de los libreros, de la que se habla hoy en todo nuestro edificio. El librero, un bávar, bajito y robusto, le ha echado una bronca d everdad a un ruso. Ocurrió cuando un Iván interceptó poco antes del portal de casa a la librera, que venía cargada de agua. (La mujer no deja que su marido vaya a la bomba de agua. Era del partido) La mujer chilló y su marido salió del piso corriendo, se fue hacia el ruso y le espetó: `¡Tú, cerdo asqueroso! ¡No eres más que un gilipollas!´ En el relato de la hazaña se decía, además, que el ruso se fue empequeñeciendo y arrugando hasta acabar rajándose. Así que es posible. El muchacho, con su olfato de bárbaro y de animal, se olió que el marido estaba demasiado rojo y que en ese segundo todo, absolutramente todo, le daba lo mismo. Y le dejó el botín para él. Por primera vez oigo hablar de una reacción airada por parte de uno de nuestros hombres. La mayoría es razonable, actúa con la cabeza. Estásn preocupados por salvar el pellejo, y sus mujeres están completamente de su parte. A ningún marido se le cae la cara de vergüenza por entregar una mujer a los vencedores, ya sea la suya o la del vecino. Al contrario, no se le perdonaría que pusiera nerviosos a los dominadores con su resistencia. A pesar de todo, siempre queda ahí un resto incombustible. Estoy convencida de que la librera nunca olvidará el arranque de valor, o de amor, si se quiere, de su marido. Y a los demás hombres que andan contando esta anécdota por ahí se les nota un tono de respeto en la voz.”
 
23 de mayo de 1945, trabajar bajo las autoridades soviéticas...
Provista de un cubo y de una pala para la basura, me encaminé hacia el ayuntamiento a primera hora de una mañana gris y lluviosa. De camino se puso a diluviar. Sentía cómo mi vestido de punto iba empapándose de lo lindo. No paraba de llover, unas veces lluvia fina, otras más fuerte. A pesar de todo, íbamos llenando cubo tras cubo con escombros para no romper la cadena de manos. Éramos unas cien mujeres de todo tipo. Las unas se mostraban perezosas y desganadas, y sólo se movían cuando uno de los dos vigilantes alemanes pasaba cerca de ellas. (Siempre asignan a hombres para los puestos de vigilancia.) Otras mujeres se mataban trbajando con el empeño de un ama de casa, incluso con obstinación. `El trabajo tiene que hacerse de todos modos, así que...´, dijo una con profunda convicción. Empujábamos las vagonetas hasta la zanja en grupops de cuatro. Aprendí a manejar una plataforma giratoria. Hasta que la lluvia, que caía a cántaros, nos obligó a guarecernos. Estábamos todas apiñadas como animales bajo un balcón. Teníamos las ropas mojadas pegadas al cuerpo; teníamos escalofríos y temblábamos. Aprovechamos la ocasión y nos comimos el pedazo de pan mojado, sin nada. Una mujer masculló: `Con Adolf no comí nunca una cosa así´.”
 
Lectura imprescindible para conocer la vida en Berlín tras el derrumbe del régimen nazi y un recordatorio de que las guerras son algo más que soldados combatiendo, hay una población civil que sufre el castigo del combate y que pasan a ser víctimas al ser conquistados. Lectura ideal para turnos tranquilos, convalecencias y mesitas de noche. Un homenaje también a todas las mujeres que a lo largo de los siglos han ganado la paz tras la derrota de los hombres, la supervivencia deja de lado conceptos y normas morales que pierden su valor cuando se busca algo que comer y un refugio a salvo...

martes, 17 de enero de 2023

 
Libro: 11-M La venganza
Autor: Casimiro García-Abadillo
Editorial: La Esfera de los Libros,
S. L.
Edición: Séptima edición, octubre de 2004
 
España estaba en plena campaña electoral el 11 de marzo de 2004. El presidente Aznar ha pasado el relevo a Mariano Rajoy que se enfrenta a Zapatero, candidato del PSOE. Unas elecciones reñidas tras el paso dado por Aznar de aliarse con EEUU y Reino Unido para invadir Irak y derrocar el régimen de Sadam, lo cual ha provocado una oleada de indignación en la ciudadanía que la izquierda trata de convertir en votos y ganar el Gobierno al Partido Popular. Esa mañana parecía una jornada laboral más cuando pasadas las siete de la mañana y en distintas estaciones, hacen explosión una serie de bombas colocadas en distintos vagones de cercanías en Madrid. ETA, la banda terrorista vasca, es señalada desde el primer instante como la autora de los atentados, se parte de la base de que en días anteriores se desarticularon operativos etarras para cometer atentados con explosivos. Sin embargo, mientras toda la sociedad española, incluyendo la vasca y sus representantes políticos condenaban sin paliativos a ETA, los investigadores en las escenas del atentado descubren que el explosivo empleado no es el habitual de ETA en sus crímenes con bomba y sí el utilizado en España en minería. La propuesta de hoy es la investigación periodística de aquellos días donde los atentados lo condicionaron todo, incluyendo el resultado de las elecciones generales...
 
Casimiro García-Abadillo Prieto (La Solana, Ciudad real, 1957), licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, completó su formación con diversos cursos de especialización en temas económico-financieros. Comenzó su trayectoria profesional en el diario económico Cinco Días (1981) y, tras un largo periplo en el que trabajó para el semanario económico Mercado -como responsable del área de empresas-, el semanario de información general El Globo -Grupo Prisa- y el matutino Diario 16, se integró en el equipo fundador de El Mundo(1989) como redactor jefe y corresponsal económico. En 1997 fue nombrado adjunto al director de El Mundo y, desde julio de 1999, es director adjunto y responsable de información del diario. En su trayectoria periodística ha sacado a la luz asuntos de relevancia nacional, como el caso Filesa o el caso Ibercorp, y, más recientemente, Gescartera o las cuentas secretas del BBVA. Es, así mismo, comentarista de temas económicos y políticos.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, pero en Internet podéis encontrar información actualizada del autor. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su interesante lectura:
 
Un jueves laboral más...
Aunque la campaña electoral no había sido demasiado excitante, en los días finales el debate político predominaba claramente en los medios de comunicación. Aquel jueves los dos grandes periódicos nacionales abrían sus ediciones con sendas entrevistas con el secretario general del Partido Socialista. `El cambio es diálogo y transparencia. No más mentiras´, rezaba el titular de El País; `Gane o pierda, yo soy el futuro´, titulaba El Mundo. Había mensajes sobre educación, impuestos, regeneración democrática, derechos civiles, modelo de Estado y muy poco sobre terrorismo. Afortunadamente el avance en la lucha contra ETA había relegado a un segundo plano la discusión sobre el terror. En otro titular, su contrincante, Mariano Rajoy, que había protagonizado junto a Josep Piqué un mitin en Barcelona el día anterior, aseguraba que, si ganaba, quería `hacer un poco más y un poco mejor que Aznar´. La mañana del 11 de marzo, el líder del PP había quedado con Luis del Olmo para hacer una entrevista en Onda cero, a las nueve de la mañana. Había también durante esos días una fuerte pugna sobre la Constitución europea. El Gobierno de José María Aznar se resistía a perder lo logrado en la cumbre de Niza y condicionaba su apoyo al proyecto constituyente a mantener un cierto poder que no relegase a España al segundo plano de la escena política continental. Sin embargo, no sólo se hablaba de politica. Zidane, de nuevo el mago Zizu, encandiló con su magia en el Bernabéu al lograr el gol de la victoria frente al Bayern de Munich. El equipo blanco, el club de los `galácticos´, había logrado el pase a cuartos de final de la Champions League y se perfilaba ya como campeón de Europa. Probablemente del triunfo del Madrid, que había hecho acostarse un poco más tarde de lo normal a la mayoría de los madrileños, era de lo que más iban hablando la mayoría de los miles de personas que cada día cogen los trenes de cercanías del corredor del Henares para ir a Madrid a trabajar o a estudiar.”
 
Identificación de las víctimas mortales...
Los cadáveres iban llegando metidos en bolsas negras. De allí pasaban a la sala de autopsias, donde se practicaban las intervenciones en las nueve camillas dispuestas para ello. Cuando los forenses terminaban su labor, los cadáveres pasaban a manos de la Policía Científica, que procedía a su identificación. Se les hacían dos fotos (normalmente de algún rasgo distintivo de su físico o bien de algún objeto, como pendientes, anillos, etcétera). Era una labor lenta. La Policía cruzaba la información con los datos de sus archivos. No podían cometer ni un error. El desastre del Yacolev 42 estaba muy cerca y nadie quería que aquello se volviera a repetir. Identificar bien los cadáveres (algunos de ellos irreconocibles) era necesario para que los familiares recibieran los cuerpos de sus allegados y también vital para intentar descubrir alguna pista. No se descartaba que alguno de los cuerpos mutilados pudiera pertenecer a uno de los responsables de la matanza. Un centenar de agentes de Policía Científica participaron en esa tarea. A veces era imposible proceder a la identificación por métodos convencionales. El estado del cadáver era tan lamentable que sólo a través de una prueba de ADN se podía verificar su identidad. Begoña Martín Baeza de veinticinco años, murió en El Pozo y su madre ni siquiera pudo ver los restos de su hija porque apenas quedó nada de ella. Tuvo que dar muestras de ADN para identificarla. Y esto por no hablar de los miembros desperdigados entre las vías y los vagones, y que se fueron metiendo en un total de siete bolsas. Mientras tanto, una legión de psicólogos atendía a los familiares, que esperaban llorando en silencio alguna novedad sobre sus seres queridos.”
 
Se presiente la derrota electoral...
La reunión del Consejo de Ministros fue especialmente breve aquel día. Apenas si duró hora y media, y eso que era el último presidido por José María Aznar. No hubo palabras de despedida. En el plan de trabajo constaban algunos asuntos importantes que tenían que abordarse, como la renovación del Tribunal Constitucional, pero no se habló de otra cosa que del atentado. El Presidente informó puntualmente de las pesquisas que estaba llevando a cabo la Policía y de los datos relacionados con la aparición de la furgoneta con los detonadores y la cinta con versos coránicos. Caras serias. Todo el mundo estaba afectado por lo ocurrido. Muchos ministros habían pasado ya por los hospitales y tenían previsto acercarse ese mismo día a los tanatorios. Algunos de los fallecidos eran funcionarios y había que estar cerca de las familias. El vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, insistió machaconamente en ello: `Tenemos que estar con las víctimas, la gente nos tiene que ver cerca de los que sufren. Hay que estar en la calle y abandonar los despachos.´ Las únicas decisiones que se adoptaron tenían que ver con los atentados del día anterior: concesión de nacionalidad española a las víctimas extranjeras en situación ilegal y a sus familias y disposición de una indemnización de 140 millones de euros para todos los afectados. El copetín que se servía siempre tras cada reunión del Consejo se suspendió el viernes 12. Algunos ministros, cuando abandonaron ese día el complejo de La Moncloa, tuvieron la sensación de que todo estaba perdido, de que en esas circunstancias era ya imposible ganar las elecciones.”
 
No era otra matanza de ETA...
Efectivamente, en el CNI a esas alturas ya casi nadie creía que ETA podía estar detrás de los atentados. Los analistas del centro habían dado absoluta credibilidad al comunicado de ETA del día anterior. Una vez se supo que el explosivo utilizado era Goma 2 y no Titadine y que en la furgoneta de Alcalá se había encontrado una cinta con versos coránicos, la orientación de sus hipótesis había cambiado radicalmente respecto al primer informe que se remitió al Gobierno a las 15:30 del jueves. El sábado a última hora los analistas del CNI concluyeron que todos los indicios apuntaban ya claramente al terrorismo islámico; es decir, que se desechaban casi por completo las tesis que había mantenido el ministro en su rueda de prensa. Sin embargo Aznar no podía permitir que en los medios de comunicación se difundiera que los servicios de inteligencia opinaban de forma diferente a como lo estaba haciendo el Gobierno. Poco después d edarse la nociticia en la Cadena Ser, el secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timermans, llamó por teléfono al director del centro, Jorge Dezcallar: `¿Has oído la Cadena Ser? Están diciendo que el CNI descarta la tesis de ETA en un 90 por ciento. Eso no puede ser. Tienes que salir a desmentir esa noticia y lo tienes que hacer en televisión. Te transmito una decisión del Presidente.´. Dezcallar no salía de su asombro. El CNI, precisamente por ser un servicio secreto, nunca suele desmentir ninguna información, al igual que tampoco suele emitir comunicados. Lo lógico, argumentó Dezcallar, es que, de hacerlo, tendría que ser el Ministerio de Defensa (del que depende orgánicamente el CNI) el que difundiera el desmentido. Y lo que era aún más inaudito es que se le pidiera una comparecencia al director del centro ¡por televisión!”
 
Persiste el riesgo de más atentados en abril...
Sin embargo, la noticia de ese día no era el golpe fatal que se había propinado a la dirección de ETA, sino la aparición a las 11.00 de un paquete con 12 kilos de Goma 2 en el kilómetro 61 (entre las localidades toledanas de Mocejón y Algodor) de la vía del tren de alta velocidad que une Madrid con Sevilla. Un operario de RENFE había encontrado de forma casual una bolsa de plástico de una red de supermercados bajo la vía. De ella salía un cable de 136 metros de largo. La noche anterior había llovido bastante, pero la bolsa estaba seca, lo que evidenciaba que los terroristas la habían colocado esa misma mañana y que probablemente pretendían hacer explotar la bomba de forma manual al paso del tren que salía de Madrid a las once de la mañana. Al otro extremo del cable que salía de la bolsa de plástico, donde estaba conectado al detonador, tenía que haber un iniciador, pero los terroristas, seguramente sorprendidos en plena preparación de su macabra acción, huyeron dejando así inerte la carga explosiva. Aunque a esas horas la Guardia Civil no se había pronunciado sobre la posible autoría de la colocación del artefacto -que de haber hecho explosión habría causado decenas de muertos- el ministro estaba seguro de que se trataba de los mismos que habían hecho temblar Madrid el 11 de marzo.”
 
Motivos de los atentados...
El empecinamiento de algunos grupos políticos en la Comisión de Investigación del 11-M y de ciertos medios de comunicación en poner el foco (o la explicación del porqué) de los atentados en la participación de España en la coalición liderada por Estados Unidos y en la imprevisión del Gobierno de Aznar al no calcular adecuadamente las amenazas que dicha aventura implicaba, no sólo carecen de rigor, sino que, subliminalmente tratan de justificar el vuelco electoral del 14 de marzo. El catedrático de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Reinares (poco sospechoso de afinidad con el PP), señala en el libro ' El nuevo terrorismo islamista. Del 11-S al 11-M': `Afirmar que los terroristas islámicos cuyas bombas han ensangrentado Madrid e intentan seguir conmocionando a la sociedad española sólo están ejecutando represalias por haber contribuido con nuestras tropas a la campaña de Irak es una gran simplificación.´. La guerra de Irak fue para los terroristas del 11-M tan sólo la excusa para llevar a cabo la matanza. Como lo hubiera sido también para posteriores atentados la intervención española en Afganistán o la añorada recuperación de Al -Andalus (a la que se hace referencia en el fax rtemitido a ABC y en el vídeo localizado en Leganés). Aceptar que el 11-M fue la respuesta ante la `injusticia´ que representó la la invasión de Irak puede resultar rentable electoralmente, pero significa dar una baza política al terrorismo y, sobre todo, contribuye a alimentar la ficción de que la retirada de las tropas españolas disminuye las probabilidades de que se produzcan nuevos ataques. Al-Qaeda, o en un sentido amplio el terrorismo islámico, es un peligro real y poderoso para España y para todos los países occidentales.”
 
Crónica de unos días donde el terror islámico sacudió a la sociedad española y los movimientos en el ámbito político, policial y social que se sucedieron tras el atentado del 11-M. La crónica periodística es atemporal y supera ideologías, es la crónica de los hechos, las palabras y los gestos. Lectura ideal para convalecencias hospitalarias, lectura nocturna y para quien guste de saber qué sucedió a nivel político como consecuencia de los atentados. La lectura se complementa con fotos, documentos y croquis de las bombas utilizadas y los móviles empleados para activarlas...

También un homenaje a las víctimas su lectura.

 

martes, 27 de diciembre de 2022

 

Libro: “Yo pondré la guerra” 
-Cuba 1898: la primera guerra que se inventó la prensa- 
Autor: Manuel Leguineche
Editorial: Grupo Santillana de Ediciones S.A.
Edición: 1998
 
Nada mejor para finalizar el año que una propuesta apasionante de la mano de Manuel Leguineche en un libro atemporal que sigue tan fresco como si acabara de salir de imprenta. Un viaje a 1898 cuando los EEUU comienzan su expansión como potencia a costa de las últimas posesiones que España conservaba de su pasado imperial. Con la guerra en Cuba como telón de fondo, Manuel Leguineche nos narra la apasionante historia del magnate de la prensa estadounidense W. R. Hearst que inventó la prensa amarilla dirigida a las clases populares y donde no dudaba en inventarse historias para dirigir a la opinión pública como fue el caso de Cuba donde se libraba una guerra de guerrillas entre las tropas españolas y los rebeldes cubanos. También la crónica de cómo estuvo a punto de fracasar la conquista por tierra de la isla, la inmolación del almirante Cervera y su flota en una batalla perdida de antemano dada la superioridad naval de EEUU y la vida de los corresponsales de guerra, una nueva categoría del periodismo donde los enviados de Hearst mandaban las crónicas al gusto de su jefe y que éste convertía en hechos feacientes a sus lectores comprometiendo incluso el devenir de las operaciones militares...
 
Manuel Leguineche (Arrazua, Vizcaya, 1941) es escritor y periodista. Fundador de las agencias de noticias Colpisa y Fax Press. Su extensa obra ha recibido el unánime apoyo de la crítica y ha creado un amplio e incondicional público lector, ávido de profundizar en los temas tratados por él. Algunos d ellos galardones que ha merecido su obra son el Premio Nacional de Periodismo, el Pluma de Oro, el Cirilo Rodríguez, el Godó, el Julio Camba y el Ortega y Gasset.
Hay que decir que Manuel Leguineche falleció en Madrid en 2014 y en Internet podéis encontrar información del gran periodista y escritor que fue, dejando huella en ambos gremios. A continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura...
 
Un magnate de la prensa estadounidense...
Willian Randolph hizo todo lo posible por vender periódicos. Decían que era capaz de matar a alguien con tal de subir la tirada de sus diarios, en especial del `Journal´ de Nueva York. Se pasaba largas horas sobre la platina revisando la confección del `Journal´o del `Examiner´ de San Francisco. A veces, en Nueva York, lo rodeaban las hermanas Willson, dos bailarinas. En la redacción y en talleres apostaban a cuál de las dos Willson se beneficiaba El Jefe. Porque lo llamaban `El Jefe´, un ser ambicioso de poder más que de bienes materiales, sobrio, no fumador, manipulador, inventor de historias, enemigo de los toros yd e los crueles españoles, del Imperio Británico, de Francia, de la I Guerra Mundial y del presidente McKinley. `The Chief says´, Èl Jefe dice´, era la voz de mando. Para él no existía la tranquilidad, ni la calma chicha, siempre en movimiento, siempre maquinando algo, trasladando al papel sus quimeras y sus venganzas. `La tranquilidad´, decía, `es el sueño que precede a la disolución de todas las cosas´. Así fue como convirtió sus cuarenta periódicos, sus docenas de revistas, en universos de trepidación, de amarillismo, sensacionalismo, crímenes, sangre y sexo. Ben Hecht, autor del guión de `The front page´ (en sus tres versiones españolas, Èl gran reportaje´, `Luna nueva´, `Primera plana´), recordaba el periodismo de aquellos años: `Era un mundo sin disciplina, me permitía salir y conocer la vida, devorarla, disfrutarla, informar sobre ella´. Las redacciones de sus diarios estaban repletas de gente extravagante, sin escrúpulos, con el don de la ebriedad, y casi siempre leal. Toma nota al entrar: no dejes que la verdad te estropee un buen reportaje.”
 
El rival a batir...
Joseph Pulitzer era militante del Partido Demócrata, pero no se aprovechó de sus páginas editoriales para hacer carrera política o cualquier otra. Le importaba más la conciencia cívica. Los mismos a los que atacaba, como el ultra republicano William Waldorf Astor (el del Waldorf Astoria, el hotel de Nueva York), le invitaban a almorzar en sus clubes exclusivos. De pronto, de forma inexplicable, Pulitzer, que nunca fue un hombre paciente, estalló en cóleras homéricas, se volvió irritable, respondía con destempladas voces en la redacción, lleno de ruido y de furia. Hasta le molestaba el ruido de los pavos reales del londinense parque de Kensington. Todo tenía una explicación: afectado de diabetes, sin posibilidad de cura en su época, el editor del World se estaba quedando ciego. El más mínimo ruido alteraba su sistema nervioso. Transcurrió el resto de su vida en la búsqueda del sosiego. Los médicos le aconsejaron que pasara largas vacaciones en Europa lejos de la vibración de las máquinas norteamericanas. Construyó torres de silencio para evitar los ruidos domésticos o familiares. En sus otras casas y oficianas blindó las paredes, tripicló el cristal de las ventanas. ¿Era un trauma infantil, era un maniaco depresivo? `Por la mañana era el mejor de los hombres´, aseguró un empelado suyo, `por la noche de terror´. ¿qué podía esperarse de esa frenética biografía, el recorrido desde las interminables llanuras húngaras hasta el fragor neoyorquino, sumido en la hiperactividad, en la lucha por la vida, en la impaciencia del éxito, en el vértigo?”
 
Sin escatimar medios para sus corresponsales en Cuba...
W. R. Hearst se ha tomado muy en serio la guerra de Cuba. Alquila su propio barco filibustero, el `Vamoose´, èl yate que con más rapidez surca las aguas de Nueva York´, veintiséis millas por hora. El Jefe nunca reparaba en gastos. El `Vamoose´ serviría de correo entre Cuba y Cayo Oeste, para llevar esos despachos que la censura de Weyler impedía que salieran por el telégrafo. Pero se dijo algo más: el yate escondía un cañón en la bodega, de modo que algunos dieron por hecho que Hearst había declarado ya la guerra a España. Esta vez no era cierto. La única mercancía que el yate del editor llevaba a bordo eran medicinas y otra ayuda de carácter no militar. Pero sí subió al yate un peso pesado del periodismo de guerra, Richard Harding Davis. Había pasado por la universidad, era un dandi, con sus bien cortados trajes ingleses y su bastón en la mano. Un genio de la autopropaganda. Enviaba a los diarios notas sobre cualquiera de sus intervenciones en el campus universitario. Así se hizo con un nombre. El periodismo de viajes sería su salida natural. El jactancioso Richard informó desde África, oriente Medio o Centroamérica. Creía en la superioridad de la raza anglosajona. El éxito de sus novelas dio alas a su altanería. Salvo para con las mujeres, frente a las que su altivez se venía abajo, se ponía colorado, sudaba. `¿Qué es lo que más le interesa de una mujer, señor Davis?´, le preguntaron en una entrevista. `Que tenga los guantes limpios´, contestó. Sufría frecuentes depresiones, no se sabe si por su timidez ante las damas.”
 
El destino manifiesto...
Nueva York es el centro de los sueños, el norteamericano y el de Hearst, la ciudad vibrante, crisol de razas, con los últimos descubrimientos, con luz eléctrica y teléfonos para las grandes empresas. La tecnología cambia la piel de la metrópoli, tres millones y medio de habitantes. Las dos caras de la moneda, el Bowery, el barrio de los marginales, para los que el sueño americano es pesadilla, y el rutilante Wall Street. Con su medio millón de habitantes, san Francisco es una versión rústica de Nueva York, una pálida imitación. Al principio a Hearst le chocó el cambio, sólo al principio. Después el admirador, el émulo de César, de Napoleón, de Carlomagno, de Washington, Jefferson y lincoln se deslizó por el tobogán del éxito, de las iniciativas, de las nuevas ideas capitalistas, de las ofertas populares. Hearst libera una energía en consonancia con la ciudad, la del optimismo, una nueva identidad que se basa en un `belicoso chovinismo´, jingoísmo se le llamaba entonces, la patriotería exaltada. En una ocasión regalará con el ejemplar del `Journal´una inmensa bandera de las barras y estrellas e invitará al lector a que decore la casa con ella. En 1893 el historiador Turner anuncia que los norteamericanos son distintos al resto de los pueblos del mundo, por encima incluso de los europeos, 75 millones de habitantes. Hearst es el demiurgo del modo de vida norteamericano, el intérprete de esos sueños imperiales, de la cruzada norteamericana en Cuba contra la `tiranía española´.”
 
Estados Unidos invade la isla española de Cuba...
La primera invasión de suelo extranjero por una fuerza militar norteamericana y el primer ataque anfibio de los `marines´, la infantería de marina, se dio el 7 de junio de 1898 en Guantánamo, donde desembarcaron tras neutralizar un blocao español, destruir una cañonera y reducir el fuego enemigo. Stephen Crane está allí para verlo. `Sin la ayuda de los cubanos, los Yanquees no hubieran podido desembarcar. El apoyo de los insurrectos fue extremadamente valioso´, escribió el general valenciano Arsenio Linares. Pero como apuntó Charles Post, combatiente del ejército norteamericano, `los corresponsales de guerra desprecian a los cubanos, ridiculizaban sus rifles y su actuación en el combate. Los corresponsales no sabían de qué hablaban´. La idea de una rápida victoria norteamericana se esfumó. La culpa la tenían, como siempre, los aliados cubanos. Crane descubre la repugnancia estadounidense a compartir el honor de la victoria: `Tanto los oficiales como los soldados rasos desprecian a los cubanos. Los odian´. Como los oficiales sudistas oduian a los negros que combaten junto a ellos. Son `niggers´, lo peor que se puede ser, negros. Como argüirá un oficial sudista en el `Evening Post´ de Nueva York, uno de los pocos medios que mantiene una actitud digna citado por Forner (`La guerra hispano-cubano-americana y el nacimiento del imperialismo norteamericano´), `si no hubiera sido por la caballería negra los Voluntarios de Roosevelt hubieran sido exterminados. No soy amigo de los negros. Yo nací en el Sur, pero los negros salvaron el combate y llegará un día en que el general Shafter tendrá que reconocer su valor´. Nunca lo hizo. Shafter tenía bastante con cuidar de su gota, que le impedía ponerse las botas. Postrado, se mareaba al tratar de incorporarse, envueltos sus pies en un saco de yute.
 
El hundimiento del `Maine´...
Entre las teorías de la conspiración faltaba una que no tardó en correr por los pasillos del rumor: habría sido el propio William Randolph Hearst el instigador del complot. `Una teoría plausible´, escribe Joyce Milton. `después de todo, el 12 de febrero, o sea tres días antes del desastre, el Journal había declarado la guerra a España como respuesta a la confiscación del yate Bucaneer que provocó el resentimiento de Hearst contra el Maine, porque el capitán Sigsbee no supo estar a la altura de la situación´. Había también quienes creían que la larga mano del Jefe estaba detrás del atentado con bomba de la Casa Nueva, sede del consulado norteamericano. Algunos de los corresponsales del Journal apoyaron esa teoría con el paso de los años: `Todavía no ha llegado la hora de que la opinión pública´, aseguraba James Creelman, `sepa cómo funcionó la maquinaria de prensa norteamericana para provocar la guerra. Se gastaron inmensas fortunas en el esfuerzo´. Se lo había comentado el que fue presidente del Gobierno, Cánovas del Castillo, asesinado por el anarquista italiano Angiolillo: `Se diría que los periódicos de su país son más poderosos que el propio Gobierno´. Al día siguiente de la voladura del Maine, Èl Imparcial´, el diario español de mayor tirada, invita a la guerra,a unque se imagina que el tiro puede salir por la culata. `Es el colmo de la debilidad de ánimo figurarse que vamos a desarmar a los yanquis a fuerza de paciencia (…) España quiere más honra sin Cuba que Cuba sin honra (…) No debemos tomar ninguna inciativa hostil, pero no podemos ceder ya a ninguna exigencia inicua´. La tesis del periódico, como apunta el profesor Núñez Lavedeze en su estudio en `El Mundo´ sobre la explosión del Maine en la prensa del 98, puede resumirse en que España no tenía más alternativa que perder la guerra de Cuba con EEUU a fin de perder Cuba de manera honorable.”
 
Deliciosa lectura que nos descubre cómo se fraguó el desastre de 1898 para España en la prensa estadounidense a la vez que descubrimos la figura de W. R. Hearst, llevado al cine, para rabia del susodicho, por Orson Welles en la considerada por muchos la mejor película de la historia del cine, la siempre fascinante Ciudadano Kane y que tras la lectura del libro se visiona con nuevos ojos y engrandece su valor cinematográfico. Ideal para amantes de los entresijos de la Historia, de la profesión periodística y para público en general que gusta de un buen libro que además de una buena historia nos enseña cosas que desconocíamos. Ideal para lectura de noche, servicios nocturnos en festivos y vigilias hospitalarias.

martes, 6 de diciembre de 2022

 

Libro: Los niños republicanos en la guerra de España
Autor: Eduardo Pons Prades
Editorial: OBERON, Grupo ANAYA S. A.
Edición: 2004
 
Una de las consecuencias de toda guerra es que la infancia la sufre cruelmente al ver interrumpida la misma, víctimas inocentes de la barbarie que se ven empujados a convertirse en refugiados, perder sus seres queridos y vivir el resto de la vida con el doloroso recuerdo de la infancia truncada. La guerra desatada por el señor Putin y su régimen han devuelto a Europa a la cruda realidad de un conflicto armado con refugiados que huyen, imágenes de niños desamparados, inertes en el asfalto sin vida. La propuesta de hoy es un viaje a los recuerdos de los niños y niñas que sufrieron el sangriento conflicto de una guerra civil en España, antesala de lo que sería otra sangrienta guerra en Europa y que desembocó en la II Guerra Mundial con inquietantes semejanzas y paralelismos a lo que sucede en estos momentos en Ucrania ante el imperialismo de expansión territorial por parte de las autoridades rusas...
 
Eduardo Pons Prades nació en Barcelona en 1929 en una familia obrera de tradición libertaria. Tenía diecisiete años y estudiaba para maestro cuando los militares golpistas dieron inicio a la guerra de 1936. Luchó en el frente de Guadarrama, en el Segre y en la batalla del Ebro. Tras la derrota de la República hubo de exiliarse en Francia, donde durante la ocupación nazi combatió en la guerrilla en el Pirineo oriental como coordinador de tres departamentos. En 1945 y 1946 entró clandestinamente en España para participar en la organización de la resistencia. Detenido cuando intentaba volver a Francia se evadió y tras año y medio de lucha clandestina pudo regresar a Francia en 1948. regresó a España legalmente en 1964, y fue miembro fundador de la editorial Alfaguara. Su larga producción como historiador especializado en historia oral le ha hecho destacar como una de las voces que con más empeño, libertad de criterio, rigor y dignidad, ha reivindicado el papel en nuestra historia de quienes defendieron la República con sus vidas y supieron resistir al fascismo desde la clandestinidad, la guerrilla, las cárceles y los campos de concentración nazis.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y en Internet podéis encontrar más información sobre el autor. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura...
 
Refugiándose de la Batalla del Jarama...
Toñete era hijo único de la Salvaora, madre soltera, que iba de cortijo en cortijo cosiendo y bordando para las señoras. Sorprendentemente era aceptada e introducida en las fincas por los señores. Corría la voz de que alguno de entre ellos era el padre del muchacho. Anticipándose a la ocupación de aquellas tierras por las tropas de Franco, la Salvaora y su hijo se refugiaron en Titulcia, al otro lado del Jarama. Allí los conoció Manolo Garbayo, que dirigía la imprenta itinerante de las Brigadas Internacionales. Un día, cuando estaban comiendo, Toñete -al que Garbayo había contratado como aprendiz de la imprenta- oyó decir que en las escuelas de los niños refugiados de Morata de Tajuña y de Chinchón faltaban libros. Toñete les reveló que él sabía dónde había varias sacas llenas de libros. Al decir que estaban en San Martín de la Vega, con el río Jarama por medio -que por aquellos días era la línea de fuego-, los ánimos se enfriaron. Pero el muchacho insistió, diciéndoles que él conocía muy bien los pasos del río y que sabía dónde había escondida una barquilla. Así que se organizó un grupo de rescate, a cuya cabeza se puso el propio Garbayo, al que atrajo tanto la idea de infiltrarse en zona enemiga, que acabaría ingresando en una compañlía especial. Cruzaron el río en polena noche, recogieron seis sacas -qyue estaban escondidas en el Molino Viejo- y regresaron a sus líneas sin novedad. Más tarde, en el verano de 1976, volví a pasar por aquella zona y logré localizar a Toñete -ajora todo un hombre, claro-, al que encantaba saber que aquella `locura´ quizá saliese en un libro. Me fotografié con él, en la plaza del Ayuntamiento de Titulcia, junto a unos paisanos suyos, que recordaban lo de los libros como algo de locos... Uno de ellos -el primero al que hablé, al llegar al pueblo y que me ayudó a encontrar a Toñete-, que debía tener `lecturas´, dejó caer esta sentencia: `Ese es el tipo de aventuras en las que se metía don Quijote... y ya sabemos cómo acabó...´”.
 
Represión en la retaguardia...
Entre los horrores de la represión, hay un caso realmente desgarrador. Fue detenido el jefe de Correos de Soria, Castiella. Su esposa, encinta, con la angustia que cabe suponer, acudió repetidas veces al Gobierno Civil, para pedir clemencia, con resultado negativo. Fue fusilado y su esposa y los tres hijos, dos varones y una niña -de trece, diez y siete años respectivamente- fueron desterrados a Molinos del Duero, al este de Soria, donde la infortunada mujer tenía una hermana, en holgada posición económica; y que se negó a recibirla y auxiliarla. La esposa de Castiella buscó entonces refugio en la cabaña de un pastor, donde sin comer y sin atención de nadie, dio a luz, muriendo por inanición la madre y el recién nacido. El hijo de trece años, como apuntase las `nefastas´ ideas de su padre, sería internado en un asilo-correccional. Doña Pilar Iglesias Romero -que era hija de un fusilado el 1 de septiembre de 1936, por la Guardia Civil-, tenía entonces una beca de la Diputación para estudiar bachillerato en Soria. Le fue retirada. Su hermana Nieves recibió, durante el año 1937, lecciones mías, naturalmente a título gratuito. Su madre intentó poner una pensión, pero el permiso le fue denegado. (Era el pacto del hambre, para así tener a merced de los asesinos a las mujeres de los fusilados.) De ahí que al cabo, célebremente triste, de la Guardia Civil de Barahona, prohibiera a Pilar, entonces una joven de diecisiete años, que saliera de casa, e intentó no sólo seducirla sino ultrajarla.”
 
Siguiendo a su padre prisionero...
"A los quince primeros que se presentaron, los maniataron y se los llevaron carretera adelante, a pie. Los falangistas iban a caballo, haciendo restallar sus fustas sobre las espaldas de los prisioneros. Yo los seguía a distancia, escondiéndome, pese a las repetidas advertencias de mi padre, ordenándome regresar a casa. Me decía que tanto mi madre como mis hermanos me necesitaban, que yo debía hacer ahora de padre y no sé cuántas cosas más. Pero, yo, cabezón, seguía los consejos de mi madre: no perderlo de vista. `Desde un principio él presintió que lo iban a pasar mal. No como los demás, que los unos pensaban que los liberarían y otros que los llevaban a la cárcel. Mi padre era de los últimos del grupo. No irían directamente desde Oviedo a lo que sería su punto de destino -el puerto de Gijón- sino hacia la parte de León. Por el camino mataron a los cuatro más viejos. A los que no podían soportar la marcha y se quejaban continuamente. Sus asesinos esperaban que se hiciese de noche para liquidarlos y dejarlos en la cuneta. Dos de ellos se iban a dormir al pueblo y los otros dos se quedaban con los prisioneros. Cuando reemprendían la marcha, poco antes de que amaneciera, yo me acercaba a la cuneta, a ver si el muerto no era mi padre... Y así durante las doce jornadas que duró la marcha.´”
 
Los hijos se mueren en las cárceles franquistas...
Mugrientas y haraposas, enflaquecidas y enfermas, encerradas en cajones como ataúdes
carcomidos por gusanos, entraron en Madrid -ocho días después de haber salido de Alicante- para ser carne de ejecución y cárcel. Leonor participó en la discusión: ¿Cómo ayudar a los niños que se morían de inanición en la galería de madres? Esta galería de niños era una pesadilla para toda la reclusión. Más de mil mujeres estaban allí concentradas con sus hijos; algunas tenían dos o tres con ellas. Allí había más de tres mil personas. La falta de agua era total, como en toda la prisión; los niños, en su mayoría, sufrían disentería, aparte de los piojos y la sarna. El olor de aquella galería era insoportable: a las ropas estaban adheridas las materias fecales y los vómitos de los niños, ya que se secaban una y otra vez sin poderlas lavar. En aquellos momentos se había declarado una epidemia de tiña; ninguna madre, a pesar de la falta de medios para cuidarles, quería desprenderse de sus niños para llevarlos a una sala llamada `enfermería de niños´. Esta sala era tan trágica, que los pequeños que pasaban a ella morían sin remedio, se les tiraba en jergones de crin en el suelo y se les dejaban morir sin la menor asistencia. Al descongestionarse la cárcel de presas políticas, habilitaron dos sótanos para las llamadas `estraperlistas´y las prostitutas. Estos sótanos desbordaban y tenían que dormior en los patios. Cada día ingresaban de 80 a 100 mujeres, a las que recogían en plena calle vendiendo pan, aceite, tabaco. Y también a niñas de quince años y dieciséis años: las `aguardenteras´, que vendían aguardiente en recoletos, de madrugada, y con el licor sus cuerpecitos desnutridos...”
 
Breves pinceladas de testimonios recogidos por el autor de quienes eran infancia o juventud en la guerra civil española. Un recuerdo de imágenes que luego se repetirían en toda la Europa ocupada por las tropas nazis y que la guerra en Ucrania devuelve en toda su crudeza de matanzas, fosas comunes y abusos de todo tipo incluyendo violaciones y torturas. El libro trasciende el paso del tiempo y la ideología del autor para mostrar la cara oculta de las imágenes de noticieros de la época y la propaganda. Libro recomendable para todo tipo de lectores y un recordatorio de que las primeras víctimas de una guerra son la verdad y la infancia.
 

viernes, 18 de noviembre de 2022

 

Libro: Toda una época 

-Crónica de sucesos ignorados-

Autor: Carlos Dávila
Editorial: La Esfera de los Libros S. L.
Edición: Primera edición, enero de 2004
 
Advierte el autor en el prólogo que la propuesta de hoy es un libro de experiencias, de experiencia y de historias. Y es que nos encontramos ante el testimonio de un periodista que nos permite acceder a sus recuerdos, creando un ambiente de tertulia entre amigos contando anécdotas de una época que abarca desde la agonía del dictador Francisco Franco hasta el nacimiento de la telebasura y su cohorte de personajes singulares, pillos y aspirantes a ser alguien en la televisión. Si bien el autor no esconde ni oculta sus fobias, logra con precisión de cirujano mostrar aspectos de las personalidades de las personas a las que ha conocido como periodista tanto en prensa escrita como en televisión...
 
Carlos Dávila, periodista, dirigió y presentó entre septiembre de 1997 y abril de 2004. Trabajó en ABC, primero en la sección de Deportes y más tarde en las de Cultura y Ciencia. Fundó las Páginas Médicas de este diario y, posteriormente, fue designado cronista político, puesto desde el que vivió los más grandes acontecimientos de la Transición. En 1983 ingresó en el Grupo 16 como corresponsal político de Diario 16 y como columnista de Cambio 16. También ha sido director de las revista médica profesional Consulta Semanal y de los gabinetes de Comunicación del Insalud y del Instituto Español de Emigración. Desde 1984 ha participado en la radio como analista político, primero en la tertulia La espuela (Cadena COPE y luego Cadena Ibérica) y más tarde en los programas matinales y nocturnos de RNE. Comenzó su trayectoria en televisión como contertulio habitual en los Desayunos de TVE. Ha recibido importantes premios, tanto en su faceta inicial de periodista científico -Premio Nacional de Periodismo Científico y Premio Albareda, entre ellos-, como por su dedicación informativa en la radio y la televisión: Premio Antena de Oro, Premio de la Asociación Española de Espectadores de Radio y Televisión, Premio de la Agrupación de Espectadores y Oyentes, Premio Micrófono de Oro entre otros. Autor de varios libros, ha sido profesor en los cursos de verano de El Escorial y de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.
Un currículum impresionante de un periodista de raza y en Internet podéis encontrar más información, y sin más verborrea unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Agonía de un dictador...
Desde que Franco sufrió el primer infarto, el día 15 de octubre, hasta la difusión del primer parte médico pasaron seis interminables días, seis días en los que se libró una enorme disputa en la casa oficial del caudillo. La confrontación era entre los partidarios de informar rápidamente a la opinión pública, entre ellos el mencionado médico de cabecera, Vicente Pozuelo, y los que, fuertemente influidos por el yerno, el marqués de Villaverde, éste por la esposa del denominado Generalísimo, y ella por el Jefe de la Casa Civil, un funcionario que hacía las compras a doña Carmen Polo de Franco (`ese tapiz me gusta, Fernando´, `Qué bien me sienta esta joya, Fernando´), se negaban, en frase de un ayudante militar, a `preocupar a la nación´. Pero la nación, más que preocupada, estaba expectante. Franco no ayudaba en nada a los clínicos: en cuanto éstos volvían la espalda, su ayuda de cámara, su fiel Maximino, lo incorporaba de una cama realmente alta, había que subirse a ella prácticamente de un salto, y le ayudaba a ponerse el uniforme de general, como si aún estuviera en la guerra.”
 
Adolfo Suárez legaliza el PCE...
El día 9 de abril de 1977 la Brigada Acorazada Brunete no tenía ni munición, ni suministros. Así, como se cuenta. En el núcleo de este secreto estratégico (sería demasiado rimbombante denominarlo `militar´) estaban únicamente Suárez, el teniente general Gutiérrez Mellado y, quizá, no es seguro, el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa. Suárez, que había preparado con esmero, con puntillosidad, la legalización de los comunistas, pensó en algún momento que el Ejército podía reaccionar con alguna violencia a la noticia de la legalización. Luego sucedió que, sencillamente, hizo notar su protesta, pero Suárez no las tenía todas consigo. Así que, días antes de aquel Sábado Santo, la Brigada Acorazada recibió la orden de iniciar maniobras. Se fue al campo y en los ejercicios agotó toda la munición. Es lo que Suárez esperaba. Ahora mismo, en los comienzos aún del siglo XXI, el incidente puede calificarse hasta de chusco, de hilarante, de ridículo también, pero así sucedían las cosas en los primeros tiempos de la Transición o, por lo menos, así las preparaban los artífices de la misma.”
 
Relevo en el Ministerio de Interior...
Cuando ganó el PSOE las elecciones de 1982 -Rosón y Barrionuevo amigos los dos de los tiempos en que uno y otro pertenecían al oficial Sindicato español Universitario, falangista según se recordará-, Rosón entregó a su sucesor socialista la caja fuerte con diez millones de pesetas en efectivo y cinco en diversa moneda extranjera, y la cuenta del Banco de España en la que quedaban, a la sazón, algo más de veinte millones. Rosón relató al nuevo ministro, en el curso de las conversaciones que prolongaron el tránsito de un Gobierno de la agonizante UCD al triunfante PSOE, que el que fue delegado del Gobierno en el País Vasco, el general Sáenz de Santamaría, había contado, además, con más de mil millones, pero que esa cantidad nunca fue, ni tenía por qué serlo, justificada. Sobre el general corrían, y corrieron después, rumores y leyendas de sus disparatados afanes lúdicos pero nadie mostró interés por conocer ni el fondo de la cuestión ni, desde luego, la financiación de aquellas aficones, si es que realmente existieron. Rosón se llevó muchos secretos a la tumba. Uno de ellos -nada tiene que ver con este epígrafe de los fondos reservados- es, pasados los años, una verdad contrastada. En las elecciones del 28 de octubre de 1982, UCD ni siquiera obtuvo en Madrid el escaño que se le adjudicó a Landelino Lavilla. El escaño le pertenecía a Luis Carlos Croissier, número dieciocho en la lista del PSOE. Alfonso Guerra y Rosón negociaron el arreglo; a Croissier se le prometieron posteriores compensaciones. Las tuvo: fue ministro de Industria, primero, y presidente, primer presidente, después, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.”
 
Recuerdos de los inicios de la telebasura...
"Jesús Mariñas siempre me ha parecido el periodista cardiaco más solvente del país.
Guarda para eso dos condiciones: la primera, que posee información de primera mano porque periodista es, desde luego, y trabaja bastante más que muchos de sus colegas -¡qué decir de los intrusos e intrusas!- que pululan, entre insultos, inclemencias, berridos y mentiras, en la profesión; la segunda, porque nadie ha desmentido ninguna de sus más importantes exclusivas. Una vez, fui culpable de que lograra un éxito de primera importancia. Fue con ocasión del idilio, que ahora ya parecerá del Pleistoceno, entre marta Chávarri y uno de los millonarios `Albertos´: Alberto Cortina. Resultó que un amigo íntimo sorprendió a los amantes en actitud comprometida en un lugar en las afueras de Madrid, y que me comentó el suceso que entonces tenía más relieve financiero que erótico. Cortina, hijo del embajador y ex ministro Cortina Mauri -el hombre que murió sin contar por qué las noticias que tenía sobre el asesinato de Carrero Blanco no las transmitió a Madrid desde París-, estaba aún casado a la sazón con una d ellas riquísimas hermanas Koplowitz, por lo que una eventual separación, tras la consiguiente infidelidad, trastocaba la programación económica de una gran parte de la arquitectura bancaria española. El caso es que Mariñas comprobó detalladamente que la información de mi amigo era rigurosa, la transmitió en el programa 'Mitad y mitad' que, junto con Alejo García, hacía la Cadena Ibérica, y se organizó el definitivo revuelo nacional. En esa ocasión, supe que Mariñas trabajaba sobre seguro.”
 
Aunque el libro abarca hasta el año 2004, su lectura es, entre otras cosas, una recopilación de recuerdos del autor que sabe transmitir con estilo ágil ambientillos de la época, personalidades desconocidas de los protagonistas y la evolución de un país y una sociedad que cambiaba con los tiempos, anécdotas que arrancan una sonrisa pero que en su época tuvieron una importancia fundamental. Lectura ideal para amantes de los entresijos del oficio de periodista, convalecencias y momentos de lectura antes de dormir. Se lee de un tirón y, salvo las generaciones digitales, el lector encontrará que algunas premoniciones que surgían en la época son preocupante realidad casi dos décadas después de su publicación...
 

miércoles, 2 de noviembre de 2022

 
Libro: La roja y la falangista 
-Dos hermanas en la España del 36-
Autor: Inmaculada de la Fuente
Editorial: Planeta S. A.
Edición: Primera edición, enero de 2006
 
La propuesta de hoy es un viaje a la Guerra Civil, o Guerra de España, que estalló en 1936 y dividió a una sociedad y a las propias familias. Constancia y Marichu de la Mora son un ejemplo de como en una familia se daban los dos bandos opuestos, de buena cuna y nietas del político Antonio Maura, ambas fueron protagonistas activas en el conflicto y la posguerra. Constancia supuso un rara avis ya que su procedencia no la convertía en el prototipo de republicana y su hermana Marichu fue falangista de primera hora merced a su relación con José Antonio Primo de Rivera y parte activa de la Sección Femenina en sus comienzos. La primera encontró la muerte prematuramente y siempre quedarán dudas tanto de su papel en la guerra y hasta qué punto era stalinista, sin saber si hubiera dado el paso de desilusionarse con el sistema soviético como le sucedió a su hermana con el falangismo tras una guerra y posterior dictadura, ambas sin renunciar a los avances para la mujer en la sociedad que trajo la II República. La autora nos lleva con estilo ágil y comprensible a la biografía de dos mujeres que representaban las dos Españas en conflicto.
 
Inmaculada de la Fuente, periodista y licenciada en Historia Moderna y Contemporánea, ejerce el periodismo desde 1977, primero en El País Semanal y después en El País. En 1985 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en la modalidad de Reportajes y Artículos Literarios. Es autora del ensayo Mujeres de la posguerra, publicado por Editorial Planeta. Novelista y autora de relatos, perfiles literarios y ensayos sociológicos o de divulgación histórica sobre la mujer, la educación sentimental y las relaciones entre lo público y lo privado.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y en Internet podéis encontrar información actualizada. Y sin más preámbulos, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Un mismo origen, ideologías diferentes...
No es fácil verificar qué influencias determinaron los antagónicos destinos de Constancia y de Marichu. Sus padres las enviaron a estudiar al mismo colegio de Madrid, y más tarde al Sain´t Mary´s Convent, también católico, en Gran Bretaña; vigilaron que aprendieran idiomas y vieran mundo, las educaron para hacer buenas bodas, o al menos acordes con su clase, buscaron para ellas la felicidad conocida y posible. Constancia era impulsiva e inquieta, Marichu, sociable y atractiva, y Regina, alta como Constancia, se decantó por la equitación y el deporte. ¿Qué diferenció a las dos primeras? ¿El carácter o quizá eso que se llama el destino? Sin duda, ambas cosas: Constancia y Marichu apenas compartían rasgos y afinidades, y la vida, además, las llevó por caminos no ya distintos sino opuestos. Teresa e Ignacio, los pequeños, apenas contaban mientras ellas crecían. Teresa, enferma y delicada, estudió igualmente en el mismo colegio inglés de sus hermanas, no se casó y murió joven. Ignacio debió de huir pronto de ese viento de chicas mandonas y originales que eran sus hermanas. Siempre vivió a su aire y en una etapa de su vida probó suerte ene l boxeo. Formaba parte, en cierto modo, de otra generación, y el halo político de su abuelo apenas cubrió ya su adolescencia.”
 
Violencia en el ambiente...
La tarde con más calado político en casa de Marichu de la Mora vino unos meses después, con el triunfo del Frente Popular. Esa tarde salió a relucir el José Antonio intolerante, a pesar de que en ocasiones parecía el más templado de los líderes. `Una inmensa manifestación de trabajadores recorría Madrid martilleando el aire´, evoca Ridruejo. José Antonio la atravesó en taxi y llegó a casa de Marichu muy excitado. Se encontraba disponible para cualquier reacción. Los reunidos no sólo hablaban de la manifestación, sino de `la inminencia revolucionaria que nadie ponía en duda´, prosigue Ridruejo. Para José Antonio, el problema era ganar por la mano. `Con un par de buenos tiradores, una manifestación como ésa se disuelve en diez minutos´, se aventuró a decir. El liberal Juan Ignacio Luca de Tena, que estaba en la casa esa tarde, disentía de aquellos presagios de duelo a muerte. Por fortuna, no teníoan muy claro lo que había que hacer ni lo que haría el ejército. El líder falangista resumió así a Ridruejo su actitud cuando abandonaron la casa y bajaban juntos por la escalera: `Esperemos que se enteren de una vez. Nosotros estamos dispuestos a poner las narices, ¿no? Pues que ellos pongan, por lo menos, el dinero´. A Ridruejo le sorprendió esta inesperada dureza de José Antonio, pero lo admiraba demasiado como para reprocharle nada.”
 
La lucha por la causa por encima de los lazos familiares...
Cuando se le hizo saber el estado de su hermana Regina y su pequeño hijo, la reacción de Constancia fue drástica. En realidad fue la militante comunista y no la hermana quien contestó: `Si no tiene qué darle, que lo envíe a la URSS, como he hecho yo con mi hija´. Su respuesta reflejó su lado más inflexible. Ciertamente era una respuesta provocadora en unos tiempos duros en los que nadie tenía nada. Era también una respuesta calculada y paradójica. El Madrid que resistía, el de Constancia, no era el de las embajadas. Eran muchos los madrileños que pasaban hambre y que se sentían condenados a vivir bajo las bombas. Sin duda, a Constancia le dolía haber tenido que desprenderse de Lili a causa de una guerra que ella no había empezado. Pero, a fin de cuentas, su sobrino no era más que un bebé, y ella, lógicamente, dentro de la penuria general, podría al menos haberse sentido solidaria. Quizá podría haber conseguido algo de leche. ¿Pidiendo algún favor en Madrid? Ni se le pasó por la cabeza. Esta actitud intransigente hirió profundamente a Regina, y fue una brecha más que añadir a las divisiones familiares. Una brecha ya muy atebuada por el tiempo. El niño, felizmente, salió adelante, y Regina se afilió temporalmente a la Falange como enfermera. Cuando acabó la contienda, rompió el carné: su participación no había sido un gesto estrictamente político, sino humanitario. Con los años, regina perdonó aquel episodio, aunque no lo haya olvidado. La sabiduría que proporciona haber cumplido noventa y cinco años la hace estar ya por encima de aquel y cualquier otro desencuentro con su hermana Constancia.”
 
Exiliados en México
A finales del 39 los Hidalgo residían ya en México, en el número 56 de la avenida de Veracruz. Una zona de clase media ilustrada, en su origen nutrida por criollos afrancesados, y ahora venida a menos. Constancia e Ignacio ocupaban el apartamento 1. Enfrente de él se encontraba el llamado apartamento 2, ocupado inicialmente por José Ignacio Mantecón, Juan Vicens y los hermanos Manolo y Emilio Rodríguez Mata. Concha, la esposa de Mantecón, y sus hijas, Matilde y Conchita, no pudieron reunirse con su esposo y su padre, respectivamente, hasta 1941. Cuando llegaron, el piso de `solteros´ se deshizo, pero la casa continuó abierta a los exiliados y los amigos mexicanos. Por allí pasaban los Ugarte, su cuñado Bergamín, gallegos Rocafull, Rosario Cancaño, los Sánchez Sarto, Frida Khalo, los Gamboa, e incluso el chileno Pablo Neruda y su mujer argentina, a la que llamaba la Hormiguita. Pronto apareció también Luis Buñuel, rescatado de Hollywood por Ugarte, compañero suyo de la Residencia. Al parecer, Ugarte fue quien persuadió al autor de `Viridiana¨ de que afincara en México. Constancia e Hidalgo de Cisneros compartían los mismos amigos y unos y otros recalaban en ambos apartamentos. A Constancia la visitaban a menudo los brigadistas de la Lincoln que pasaban por México: para ellos, Constancia era una referencia clara de su causa perdida, un trozo vivo de España.”
 
Una mujer moderna de pasado falangista...
El periodismo fue quizá para Marichu su gran ventana al mundo. Al menos a esos otros mundos que alguien de su origen no hubiera conocido ni siquiera en sus muchos viajes. Marichu de la Mora, no obstante, encarnó un modo de hacer periodismo hoy prácticamente en extinción. Pocos han sido los periodistas que han logrado mantener, como ella, una estrecha y a la vez flexible relación con los medios en los que trabajaba, sin necesidad de pisar la redacción a diario. Es cierto que, al igual que otros especialistas en gastronomía, moda o viajes, no tenía necesidad de estar sujeta a un horario ni integrarse en la plantilla, pero ella logró mantener una autonomía envidiable. Curiosamente, hizo el camino inverso al de muchos periodistas que empiezan a colaborar en un medio y con el tiempo se integran en la redacción. De la Mora pasó de ser directora o responsable de las primeras publicaciones en las que trabajó a ser una colaboradora cada vez más libre en las últimas. Su vida periodística finalizó en `Semana´, donde fue colaboradora fija durante varios años. Enviaba a la revista un artículo semanal que preparaba en casa con medios bastante artesanales. En una mesa de trabajo colocaba las diapositivas que iba a comentar y del techo de su habitación colgaba una lámpara potente para verlas con detalle. Escribía luego el artículo a máquina y lo mandaba a la redacción o pasaban a recogerlo. No hay duda de que si su carrera se hubiera prolongado unas décadas más se habría incorporado al periodismo tecnológico y habría acarreado el ordenador portátil para enviar sus crónicas desde los hoteles o refugios en los que se encontraba. Probablemente sentada en la cama, como acostumbraba al trabajar encasa o en los hoteles en los que se alojaba.”
 
Pequeñas pinceladas de la biografía de dos mujeres de su tiempo y víctimas de una guerra fratricida cuyas cicatrices se mantienen supurando por la demagogia populista y nacionalista. Es también la historia de dos mujeres que rompieron moldes sociales, ideológicos y profesionales. Queda la duda de si Constancia hubiera evolucionado en su pensamiento político como sucedió con Marichu y con toda una generación que padeció y vivió la guerra civil y la posguerra donde el paso del tiempo templó los ánimos y aclaró los pensamientos. Ideal para amantes de las historias dentro de la Historia asistiendo al vivir diario de personas que aparecen en crónicas y trabajos sobre la época. Lectura ideal para noches de guardia, estancias hospitalarias o reposada lectura de mesita de noche.
 

martes, 11 de octubre de 2022

 

Libro: Malas noticias 
-Los secretos y escándalos de la crisis financiera más dramática de
Wall Street-
Autor: Andrew Ross Sorkin
Editorial: Editorial Planeta S. A.
Traducción: Emilio G. Muñiz y Emma Fondevila
Edición: 2010
 
La propuesta de hoy es un viaje a los entresijos de la mayor crisis financiera de Wall Street. Para el común de los consumistas significó aquel 2008 el fin de la época de vacas gordas a crédito. De la noche a la mañana el sistema financiero colapsó y nos llevó a una época de ejecuciones hipotecarias, cierre de empresas y despertar del sueño inducido de poder prosperar gracias a la generosidad y ligereza del sistema para darnos crédito. Y si queremos poner rostros y nombres a los causantes seguramente no tenemos ni idea y la culpa es de una nebulosa de información y consecuencias. El autor nos lleva de la mano para conocer los hechos, que ya se preveían más de un año antes, las personas y entidades que no quisieron reaccionar a tiempo y que en el caso de EEUU llevó a la intervención de la administración republicana del presidente Bush, hijo. Motivaciones personales, egos heridos, no saber reaccionar y finalmente un descalabro que cambió para siempre las reglas de juego del capitalismo...
 
Andrew Ross Sorkin es un reputado periodista económico estadounidense, columnista financiero en el The New York Times y reportero jefe en temas de fusiones y adquisiciones. Asimismo, es el fundador y editor de DealBook, un servicio de noticias financieras que se publica en The Times. Ha escrito y coescrito más de dos mil reportajes, entre los que se cuentan ciento veinte de portada. Conocido por sus primicias en el sector económico, ha aparecido en numerosos programas de televisión estadounidense.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet podéis encontrar más información sobre el autor. Y sin más, una breve reseña que os incite a su apasionante e ilustrativa lectura:
 
La crisis económica de 2008...
En el plazo de unos meses, la configuración de Wall Street y del sistema financiero internacional cambió casi hasta quedar irreconocible. Todos los bancos del grupo de los `cinco grandes´ quebraron, fueron vendidos o acabaron convirtiéndose en compañías tenedoras de bancos. Dos gigantes del crédito hipotecario y la mayor aseguradora del mundo estaban bajo el control del Gobierno. Y a principios de octubre de 2009, de un solo plumazo presidencial, el Tesoro -y, por extensión los contribuyentes estadounidenses- se convirtieron en propietarios de una parte de lo que una vez fueron las instituciones financieras de las que estaba más orgulloso el país, tras un rescate que sólo unos meses atrás parecía inconcebible. Sin embargo, la transferencia de decenas de miles de millones de dólares de Washington a Wall Street no puso fin de inmediato al caos de los mercados. En lugar de restablecer la confianza, el rescate tuvo, de manera perversa, el efecto contrario: las emociones y la inventiva de los inversores -las fuerzas que John Maynard Keynes describió como `vitalidad animal´- se desbocaron. Incluso después de que el presidente Bush firmara la ley del TARP, el índice Dow Jones acabó perdiendo hasta el 37 por ciento de su valor. Pero también hubo otro tipo de quiebra, que tuvo un efecto mucho más profundo en la psique de los estadounidenses que las consecuencias inmediatas de los dramas que se estaban desarrollando en Wall Street. En los días y las semanas que siguieron a los primeros desembolsos de dinero al amparo de la ley de rescate, tomó cuerpo un debate nacional sobre lo que significa para el futuro del capitalismo el tumulto que se ha producido en el sector financiero, y sobre el papel del Gobierno en la economía, y si ese papel ha experimentado un cambio de carácter permanente.”
 
Pequeña muestra de un libro apasionante que hará las delicias de quien gusta de la bolsa y las grandes finanzas así como a profanos que, lejos de un lenguaje ininteligible, encuentran un relato ameno que invita a indagar más sobre el mundillo de Wall Street. También para ver el lado humano de las grandes firmas, de sus ejecutivos y cómo reaccionaron ante unos acontecimientos que nadie quería creer. Ideal para regalar a la suegra y ver cómo pone cara de haba y lo termina usando de cuña de mesa o silla coja de una pata.
 

jueves, 15 de septiembre de 2022

 

Libro: Las mujeres de los nazis
Autora: Ana María Sigmund
Editorial: Plaza & Janés Editores S. A.
Traducción: Carlos Fortea
Edición: Primera edición, marzo de 2000
 
Cuando se aborda el periodo nazi en Alemania hay lugares, imágenes y documentos que tratan de comprender el ascenso del nazismo. La propuesta de hoy es un viaje a la Alemania nazi de la mano de un grupo de mujeres representativas que fueron compañeras y cómplices. Lejos de detalles truculentos, personalidades depravadas y casi inhumanas, la autora nos narra sus biografías. Mujeres de su tiempo en una sociedad donde la mujer iba escalando posiciones de igualdad con los hombres que sin embargo apoyaron una ideología que las relegaba a serviles mujeres para atender el descanso del guerrero y engendrar futuros soldados. Sin embargo, vemos a mujeres que fueron madres, que tenían sueños e incluso militaron en las filas socialistas. Un viaje donde el nazismo va logrando ascender en poder y cómo gente corriente alcanza altas cotas de poder sin importar el precio a pagar. Cuesta creer que la mujer de Goebels se entregara hasta el paroxismo a la personalidad de Hitler o su propia sobrina que eligió el suicidio. Libro que nos mete de lleno en la atmósfera de irrealidad que llevó al desastre a toda una nación como Alemania...
 
Ana María Sigmund nació en la pequeña ciudad de Waldhofen/Thaya (Austria), donde asistió al colegio y al instituto. En Viena se licenció en magisterio y dio clases en una escuela primaria. Estudió Historia e Historia del Arte en la Universidad de Viena, y en 1982 se doctoró en Filosofía. Posteriormente trabajó para la cadena de televisión ORF y colaboró en importantes exposiciones históricas sobre Austria. Ha publicado numerosos artículos sobre los Habsburgo y el historicismo. Está casada con un catedrático de matemáticas y vive en Viena.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, más de dos décadas, y en Internet podéis encontrar más información sobre la autora. A continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
La mujer en el sistema nazi...
Junto al apoyo social y material, extremadamente generoso, de lo que más se beneficiaba el agitador político era del culto a la personalidad que sus seguidoras le dispensaban. `Creo que incluso han sido las mujeres las que han acuñado la expresión 'mi Führer'´, manifestaba Hitler con satisfacción. Como a los hombres, Hitler sabía manipular magistral e individualmente a las mujeres y utilizarlas para sus fines. Caer rendida a los pies del Führer era condición sine qua non para ser admitida en el círculo de la élite femenina nacionalsocialista. La fascinación de Hitler les hacía olvidar el programa del NSDAP, único en el panorama político alemán en lo que a desprecio de las mujeres se refería. Las mujeres eran bienvenidas como afiliados normales, cotizantes, pero: `Una cosa tiene que estar clara: el hombre es el único que puede ser juez, soldado y guía del Estado´, anunciaba el teórico nazi Rosenberg. La `emancipación d ellas mujeres de la emancipación de la mujer' era la doctrina básica del movimiento nacionalsocialista. La elevación de Alemania estaba considerada un `acontecimiento masculino´. Ya en 1921 el congreso del partido estableció por unanimidad que `una mujer nunca podrá acceder a la dirección del partido y a la comisión ejecutiva del mismo´. Había que salvar de la decadencia al pueblo, la raza y la cultura. Y no se confiaba en las mujeres para eso.”
 
Carin Goering...
"La propia Carin Goering entendía el nacionalsocialismo como religión sustitutiva, de forma similar a la Agrupación Edelweiss de su abuela. Para ella, en este movimiento parecía fundirse todo lo bueno, idealista y noble. A su manera excesiva, místico-ensoñadora, reverenciaba a Hitler como a un Mesías que habría de liberar a Alemania del yugo de las potencias vencedoras y guiarla hacia un futuro de esplendor. `Y una se siente tan impotente ante todo esto que en el único que en este caso, como en todos, pongo toda mi esperanza, es Hitler, cuando empuñe el timón de este barco que se hunde...´, escribía a su madre el 4 de enero de 1931. Para Carin, Hitler era `un genio lleno de amor a la verdad´, admiraba su lucha `caballeresca´ y su `decencia´. A pesar de todos los reveses, jamás dudó de la victoria del movimiento. Ella encarnó el prototipo de nacionalsocialista `idealista´ cuyo ciego entusiasmo borraba toda capacidad de pensar por sí mismo. En octubre de 1933, durante el proceso por el incendio del Reichstag, Goering visitó la tumba de su fallecida esposa en Suecia y depositó una corona de hojas verdes en forma de cruz gamada. El 8 de noviembre, unos desconocidos pisotearon las flores y escribieron sobre la lápida adornada con cruces gamadas una inscripción en sueco: `Nosotros, algunos suecos, nos sentimos ofendidos por la profanación del alemán Goering. Descanse en paz su antigua esposa, pero que nos ahorre la propaganda alemana en su tumba.´ Esta fue para Goering la señal para levantar en su pomposa finca rural de Carinhall, entonces en construcción en el idílico paisaje de bosques y lagos de las landas de Schorf, un mausoleo subterráneo, y llevar a cabo el traslado de la fallecida.”
 
Magda Goebbels...
El hombre al que Magda Quandt pronto habría de calificar como su dios estaba lleno de ensoñaciones sentimentales, pero era al mismo tiempo cínico, malvado, vengativo e incapaz de sentir compasión. Su contradictorio carácter era polifacético y conjugaba sin esfuerzo una mesiánica visión de sí mismo, complejos de inferioridad, ansia de redención y voluntad de aniquilación. Su pulida retórica arrastraba y su trabajo propagandístico fue genial. Goebbels sólo era leal a Hitler, al que idolatraba. A muchos les resultaba inquietante, y muchos le evitaban. Sus contemporáneos le atribuyen un efecto tan repelente como fascinante. Esto último valía para Magda. `La ideología nacionalsocialista se adueñó de su imaginación como nunca antes, pero mezclada con los restos de la doctrina sionista que su viejo amigo Arlosoroff le había inoculado´, escribió en sus diarios la periodista Bella Fromm. El escenario nacionalsocialista berlinés, lleno de fanatismo, brutalidad y agitación, ejercía sobre la cultivada Magda la sorda fascinación de una plaza de toros. Aquí estaba la `verdadera vida´, en la que había que participar. Y Magda sentó las bases de su futuro.”
 
Eva Braun...
Por casualidad, su padre oyó decir que una tienda de fotos de la Schellingstrasse, en el barrio de Maxvorstadt, necesitaba colaboradores, disponía de grandes encargos del NSDAP. Eva se presentó a lo largo de septiembre de 1929 en el estudio de Heinrich Hoffmann y fue contratada como aprendiz de fotografía, vendedora y chica para todo. En esa función estuvo muchos años. La vida y la actividad de la casa Hoffmann le gustaban y le recordaban, lejanamente pero de forma romántica, el mundo del cine. Eva extendió el sueño de ser algún día estrella de la pantalla más allá de la adolescencia, y se trató de una ensoñación que le acompañó a lo largo de toda su vida. Más adelante, en Obersalzberg, se imaginaba que -tras la victoria final del nacionalsocialismo- interpretaría el papel principal en una gran producción de Hollywood y de ese modo el mundo conocería la historia de su vida con Hitler. Pero en 1929 esos sueños aún eran futuro, y Eva aprendía a fotografiar y revelar películas. Pronto se convirtió en su hobby. Al elegir su centro de trabajo, Eva había sentado las bases de su vida: en octubre de 1929 conoció allí a Adolf Hitler.”
 
Breves pinceladas de un cuadro que nos muestra, aparte de las citadas, a Leni Riefenstahl, Emmy Goering, Geli Raubal, Henriette von Schirach y Gertrud Scholtz- Klink. Ideal para comprobar que en el contexto de la época el nacionalsocialismo era una teoría camino de llevarse a la práctica y que transformó a gente corriente en fanáticos y también en fanáticas. Ideal para amantes de la intrahistoria de la Historia, lectura de mesita de noche, guardias nocturnas y convalecencias de sofá. Se devora de un tirón y ofrece luz de los años previos del ascenso de Hitler al poder y la intimidad de quienes hoy son reconocidos fanáticos asesinos de masas pero que también se enamoraban y tenían sentimientos, todo ello teñido por la ideología nazi y la lealtad a Hitler.
 

martes, 16 de agosto de 2022

 

Libro: Otto Skorzeny, el nazi más peligroso en la España de Franco
-Las intrigas, negocios y conspiraciones del jefe de comandos de Hitler, Otto Skorzeny. De la Legión Carlos V a la Internacional Fascista de Toledo-
Autor: Fco. José Rodríguez de Gaspar Dones
Editorial: Editorial Almazuara, S. L. -Libros en el Bolsillo-
Edición: 2022
 
La propuesta de hoy es un título que nos lleva desde 1945 a 1954 de la mano de uno de los personajes del nazismo que logró sobrevivir, absuelto de crímenes de guerra por los aliados, y se instaló en España, amparado por el régimen franquista, donde aparentemente se dedicaba a sus negocios y ser figura de relumbrón en fiestas y saraos de la época. Posiblemente sea, junto con Albert Speer, una de las caras amables del régimen nazi. Famoso por sus hazañas bélicas, y sabedor de la importancia de la imagen y la propaganda, fue actor principal en una serie de proyectos que buscaban crear una fuerza de combate alemana en España ante el inminente choque entre EEUU y la URSS en Europa, cosa que finalmente no sucedió. El autor nos lleva con estilo ágil, que atrapa por la veracidad y documentación que aporta y que pone de nuevo a España de protagonista en el conflicto mundial, hubo tropas españolas en ambos bandos y Madrid, junto con Lisboa, eran capitales donde también se libraba la contienda mundial y que por distintas razones han quedado ocultas y silenciadas en las grandes crónicas de la II Guerra Mundial...
 
Francisco José Rodríguez de Gaspar (Toledo, 1980). Es licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. Posee experiencia radio, televisión y prensa escrita, en donde ha desarrollado su actividad profesional desde 2002. Desde 2007 es redactor jefe en el periódico La Tribuna de Toledo. Ha colaborado en varios programas de Cuarto Milenio, así como en el programa de radio SER Historia, de la cadena SER. Ha realizado decenas de artículos de divulgación del patrimonio de la ciudad de Toledo y es autor del libro El enigma de la Espada de San Pablo.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y sin más unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura...
 

España como refugio de nazis en la derrota...

"León Degrelle había despegado de Oslo en la medianoche del 7 de mayo a bordo del avión privado de Albert Speer, el arquitecto de cabecera de Hitler y ministro de Armamento y Guerra del Tercer Reich. Degrelle huía de la derrota. Como él siempre mantuvo, prefería `antes morir que capitular´, y por eso decidió escapar a España en busca de asilo. El depósito de combustible del Heinkel no daba para llegar más allá de los Pirineos. El piloto tuvo que demostrar toda su habilidad. Terminaron planeando y, como la marea estaba baja, decidieron realizar un aterrizaje de emergencia en la playa de la Concha. El piloto logró poner las ruedas del aparato sobre la arena, pero algo le hizo perder el control. Unos aseguran entonces que explotó un motor y otros mantienen que se desplazaron al toparse contra unas rocas, pero lo cierto es que el avión terminó estrellándose con violencia sobre las aguas. A Degrelle se le trasladó al Hospital Militar General Mola. Sufría graves lesiones que le obligaron a estar doce meses en cama. Durante ese tiempo, la Falange le ayudó a esconderse mientras el gobierno franquista hacía oídos sordos a las peticiones de extradición formuladas desde Bélgica. En su país se le juzgó in absentia el 29 de diciembre de 1945. Se le condenó a muerte por colaboración con los invasores alemanes. El hombre que dirigió la Legión Valona, y al que el propio Hitler confesó públicamente en una de sus entrevistas que `si tuviese un hijo, me gustaría que fuese como usted´, murió sin embargo muchos años después, el 31 de marzo de 1994, plácidamente, en el Sanatorio Parque San Antonio de Málaga."
 
Coronel de las SS, Otto Skorzeny...
"Otto Rolf Skorzeny (Viena, 12 de junio de 1908-Madrid, 5 de julio de 1975), es uno de los soldados de las SS más conocidos del mundo. Considerado un símbolo para muchos, su figura siempre estuvo rodeada de un halo de mito que hacía imposible diferenciar la realidad de la ficción. Él mismo cultivaba meticulosamente esa faceta gracias a una constante presencia en los medios de comunicación. Tenía un tremendo don de gentes. Su voz grave y segura era prácticamente magnética. Se percibe en todas las entrevistas que se conservan en las televisiones austriaca, francesas e irlandesas. Esa seguridad en sí mismo es incluso más que patente en las imágenes de su interrogatorio por parte de los Aliados en el campo de concentración de Dachau, a trece kilómetros al noroeste de Múnich, el 2 de agosto de 1945. Skorzeny respondió a las preguntas de los norteamericanos sin inmutarse. Era un soldado, cumplía órdenes y no tenía nada de qué arrepentirse. La figura de Otto Skorzeny ha sido ampliamente analizada. Desde el final de la II Guerra Mundial la corriente que lo encubra destaca su valía en combate, principalmente como jefe de operaciones especiales, y su capacidad para desarrollar labores de inteligencia. Posteriormente, en sus últimos años de vida, y más acusadamente tras su fallecimiento, los estudios sobre el antiguo miembro de las SS han apuntado más hacia la desmitificación. Hay quien lo ha catalogado como un bravucón que empleó todo su carisma en ganar protagonismo. Un oportunista con grandes habilidades sociales que supo aprovecharse de un par de golpes de suerte durante la guerra para granjearse su reputación y poder vivir de ella el resto de sus días. Incluso hay quien le ha tildado de ser un mentiroso patológico. Lo cierto es que resulta difícil separar el hombre del mito."
 
Preparando un ejército en la sombra en 1951...
"El que fue considerado `el hombre más peligroso de Europa´ por los Aliados durante la guerra llevaba mucho tiempo orquestando su plan y Toledo jugaba un importante papel simbólico. La denominada por el gobierno franquista como `Cuestión Alcázar´, tal y como aún consta en documentos del Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares, en los legajos del Archivo Renovado del Ministerio de Asuntos Exteriores 8caja 82/9318), no debía su nombre al azar. Aquella designación estaba muy precisada. El antiguo jefe de comandos de Hitler había elegido la ciudad y el edificio en concreto para fundar lo que él había bautizado como la Legión Carlos V. Bajo ese nombre se escondía todo un proyecto. Tanto los servicios de inteligencia norteamericanos como los de la naciente Alemania Occidental lo conocían como `Plan Skorzeny´. La idea gravitaba sobre la pretensión de formar en España un ejército secreto de retaguardia compuesto por antiguos combatientes de las SS dispuestos a luchar ante lo que ellos veían como un inminente conflicto del mundo contra la URSS. Un cuerpo bélico al puro estilo Legión Cóndor o División Azul, pero adaptado al actual escenario mundial y con España como anfitrión. La justificación de esta unidad alemana en España no era otra que el pasado en común de ambas naciones. Con el monarca Carlos V como principal punto de unión de sus imperios y la ciudad de Toledo como la simbólica capital espiritual de su Reich."
 
Respetable hombre de negocios...
"Al respecto de sus negocios en España, no hay que olvidar que Otto Skorzeny, antes de alistarse en el ejército alemán, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial (su destino fue la 1ª División SS Leibstandarte, la guardia personal del Führer), se licenció en Ingeniería Industrial en la Universidad de Viena, siguiendo los pasos de su padre. Tras la guerra, ya en la península, aprovechó esa titulación para montar una oficina que cambió varias veces de ubicación, pero que terminó asentándose en la cuarta planta del número veinticinco de la calle Montera, en pleno centro de Madrid. Su trabajo de ingeniero se reducía básicamente a su otra faceta de `comerciante´, ya que desde su despacho principalmente se tramitaban órdenes de importación y exportación. Para consolidar ese perfil figuraba como representante en España de potentes empresas alemanas del sector del acero, como Krupp o Thyssen, y otras más diversificadas como Siemens. Todas ellas tenían algo en común: habían colaborado con el nazismo."
 
Pequeñas pinceladas de un libro en edición de bolsillo ideal para lectura veraniega de tumbona de playa o calurosa noche de insomnio. Un ensayo que se devora gracias a un estilo narrativo ágil y rico en datos que nos muestra una época fascinante donde era preferible una dictadura anticomunista en España que una democracia que podría caer bajo la influencia de la URSS. Otto Skorzeny es un personaje fascinante y ejemplo de nazi que resultaba valioso para los aliados, orgulloso de su pasado y parte del engranaje para que la España franquista fuera refugio y lugar de paso hacia Argentina para nazis que trataban de escabullirse de responder de sus acciones criminales...
Una historia fascinante y verídica.

miércoles, 3 de agosto de 2022

 

Libro: Encerrado con el diablo
-La verdadera historia de un héroe caído, un asesino en serie y una peligrosa oferta para la redención-
Autor: James Keene y Hillel Levin
Editorial: Roca Editorial de Libros, S. L.
Traducción: Inés Belaustegui
Edición: Junio de 2011
 
La propuesta de hoy es un viaje a los infiernos, algunos de los que forman el mundo e ignoramos de su existencia. El protagonista es un prometedor jugador universitario de fútbol americano que descubre que puede ganar más dinero y más rápido traficando con droga. Logra ser el principal distribuidor en Chicago y cuando se encontraba en la cresta de la ola es detenido, juzgado y condenado a diez años de prisión. El fiscal que ejerció la acusación le ofrece infiltrarse en la prisión donde se encuentra un asesino en serie, el fiscal y la policía necesitan inculparle para aclarar una serie de asesinatos de chicas jóvenes y encontrar los cuerpos. El protagonista deberá adaptarse al centro penitenciario que es a su vez psiquiátrico, lograr ganarse la confianza del asesino en serie entrando en su mundo de horror y terror. Estilo ágil y logrando captar la atención del lector que sentirá como propios los sentimientos que embargan al protagonista a medida que realiza su infiltración...
 
James Keene creció a las afueras de Chicago en el seno de una familia media y se convirtió en una gran promesa del fútbol. Hijo de un policía, durante la adolescencia inició su relación con el mundo de los traficantes, trapicheando en el instituto con marihuana para sacar algo de dinero para sus gastos. Con los años, llegó a ser el mayor traficante independiente de EEUU, y se codeó con actores famosos, estrellas del porno e hijos de políticos. Hasta que alguien le denunció y fue condenado a diez años de cárcel en un centro de alta seguridad. Apenas llevaba un año en prisión cuando el fiscal que le había condenado le ofreció un trato: si conseguía la declaración de culpabilidad del asesino en serie Larry Hall y la confesión de dónde tenía enterrados los cuerpos de sus víctimas, su pena sería conmutada y le devolverían la libertad.
Hillel Levin, reportero y periodista de investigación ha trabajado para diversos medios impresos. Fue redactor jefe del Chicago Magazine y del Metropolitan Detroit.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición. A continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 

Un deportista prometedor...

"Cuando llegó el momento de la graduación, en 1982, la mayor parte de los seguidores del equipo de fútbol del instituto Eastridge de Kankakee estaban convencidos de que Keene pronto jugaría de `running back´ en alguna de las universidades más importantes. Pero en vez de eso él se decidió por Triton, un centro estatal de estudios superiores sin residencia para estudiantes, sito en la zona residencial de Chicago. El programa de fútbol gozaba de buen nombre en la localidad, pero no se acercaba ni de lejos a las ligas nacionales. Jimmy le explicó a Big Jim (su padre) que deseaba quedarse cerca de Kankakee. En realidad estaba ganando tanto dinero y se lo estaba pasando tan bien que no quería dejar atrás su negocio de las drogas, que además adquirió nuevos vuelos en cuanto pisó la Ciudad del Viento. Al poco de llegar, `ya tenía la cabeza en otras cosas que no eran ni el deporte ni los estudios´. Continuó reclutando compañeros de fútbol y lucha para que se uniesen a su otro `equipo´, pero procurando ahora no tener trato directo con los clientes. En lugar de esto, se centró en los `contactos´ que pudieran suministrar la droga a su creciente base de comerciales. Para hacer las entregas de dinero organizaba encuentros siempre con la precaución de comunicarse desde teléfonos d epago en lugar de su teléfono particular. Entraba distraídamente en un restaurante con un maletín lleno de billetes, se sentaba frente al correo del proveedor y a continuación dejaba el maletín igual de distraídamente cuando se levantaba para marcharse."
 
Encarcelado en Milan...
"Si su experiencia carcelaria anterior era equiparable al paso por la guardería infantil en lo tocante a entender el sistema, en Milan dio el salto a la escuela de estudios superiores; enseguida desarrolló una vida lo más agradable posible dentro de los confines de una institución correccional federal. Un elemento muy importante que contribuyó a este grado de confort fue su habilidad para evitar el incordio de tener que trabajar a diario en la fábrica de la cárcel. Debido a sus diversas alergias, había recibido una carta de los médicos que le eximían de todo contacto con los gases y demás sustancias propias de un entorno fabril. Le asignaron una mullida silla en la biblioteca de Derecho, donde trabajó junto a Frank Cihak, al que le quedaban otros veinte años de condena por malversación de decenas de millones de dólares en un banco de Houston. El corpachón de Cihak se había encorvado y avejentado hasta el punto de aparentar mucha más edad de los 55 años que tenía; una mata de pelo blanco coronaba su cabeza. Con ojos soñadores rememoraba los tiempos en que viajaba en jet privado para ir a restaurantes finos y desplazarse a elegantes centros vacacionales. Cihak utilizó su trabajo en la biblioteca y su considerable inteligencia para convertirse en un consumado abogado de cárcel. `Estaba cien por cien seguro de que iba a ganar su caso, y no paraba de presentar apelaciones -recuerda Jimmy- . La gente acudía a él sin dudarlo en busca de asesoramiento´. "
 
En la mente de un asesino en serie...
"De pronto Keene se sintió como si también él estuviese ahogándose. Hasta que oyó a Hall hablar de atar los cinturones alrededor del árbol, no había apreciado verdaderamente el horror de lo que Hall le había hecho a aquella muchacha: `Probablemente debería haber cambiado de tema y haberme quedado a charlar un buen rato más, pero es que necesitaba salir de allí´. Cuando Keene volvió a su celda, pensó: `Ojalá tuviese puesto un micro´. Los federales se habían planteado la posibilidad, pero una grabadora escondida, por muy pequeña que fuese, era un elemento imposible de utilizar en una cárcel en la que se cachea constantemente a los internos, además de ser extremadamente peligrosa para el informante si alguien se entera de que la lleva encima. `Aún así, me sentí muy bien por lo que había obtenido. Le había sonsacado una confesión en toda regla, lo que constituía el ochenta por ciento de lo que querían de mi´, cuenta Keene. Sin embargo, junto con el entusiasmo surgió otro sentimiento que s e empeñó en dar al traste con la alegría que pudiera sentir por haber hecho confesar a Hall: `Volví a mi celda y reproduje en mi imaginación lo que me había contado. No podía dejar de ver las imágenes de Jessica Roach que el fiscal Beaumont me había enseñado en la cárcel del condado de Ford, las fotos de su cuerpo en el maizal, y no podía parar de pensar en ella llamando a su madre. Y yo le había dicho que tuviste que hacer lo que tuviste que hacer. Formó parte del número, para que me lo contase. Pero después me sentí fatal por ello. Casi era como si yo también fuese culpable y la hubiese matado´. Desde aquella noche en adelante esa repulsión se convertiría en una bomba de relojería en el interior de Keene. Evitar que explotase acabaría siendo otro desafío inesperado que pondría en riesgo su misión."
 
Lectura ideal para sombrilla en la playa, mesita de noche calurosa y quienes gusten de conocer el sistema penitenciario estadounidense, la mente y el universo de un asesino en serie y un tipo cualquiera atrapado en una disyuntiva de la que depende su libertad. Estilo periodístico que aporta un dinamismo a la narración que os hará devorar sus páginas. Cuidadín con coger ideas que aplicar a la suegra por su posición dominante por la sopa boba, cuidadín...
 

jueves, 21 de julio de 2022

 

Libro: El daño oculto 
– Un viaje por la Alemania de posguerra junto a W. H Auden-
Autor: James Stern
Editorial: Ediciones Lengua de Trapo S.L.
Traducción: Ariel Dilon
Edición: 2010
 
La propuesta de hoy es un viaje a la Alemania derrotada en 1945 de la mano del autor que nos hace partícipes de sus recuerdos, pensamientos y reflexiones. Reclutado al concluir la contienda para realizar entrevistas a la población alemana sobre cómo vivieron la guerra y los bombardeos. Dominando el idioma, conocedor de la Alemania nazi y su sistema, veremos una visión distinta de otros relatos sobre la Alemania derrotada. Lejos de recuerdos escabrosos con generosidad de detalles truculentos, viviremos el periplo por Alemania y los cambios que el autor descubre en sus viejos conocidos, historias de hijos que no volvieron del frente, burguesía que se adapta a las circunstancias conservando las viejas y buenas costumbres y auténtico sostén del régimen en la sociedad, amistades envejecidas prematuramente pero también como la vida se abre paso en el día a día cotidiano...
 
James Stern (1904-1993) nació y creció en County Meath, Irlanda. Más tarde se trasladó a Frankfurt, donde se ganó la vida, simultáneamente, como barman y empleado bancario. Hacia el fin de la década de los veinte, en París, formó parte de un círculo literario que incluía a Kay Boyle y a Samuel Becket. Su primera recopilación de cuentos, The Heartless Land, publicada en 1932, recibió el reconocimiento unánime de la crítica. Aunque su amigo Christopher Isherwood consideraba a Stern como uno de los escritores más importantes de su generación, Stern no fue un escritor prolífico. Autor de varios libros, tradujo del alemán libros de autores como Thomas Mann, Bertolt Brecht , Frank Kafka y los hermanos Grimm.
Datos sacados de la contraportada y a continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Recuerdos rumbo a Europa...
"Después de aflojar nuestros cinturones, estiramos las piernas entre el amasijo de cuerdas, cerramos los ojos, dejamos caer nuestros cuerpos hacia atrás, nuestras cabezas hacia delante, hacia los lados, y otra vez hacia delante. Luego nos sentamos erguidos, apoyamos nuestros codos en las rodillas, los mentones en las manos. En todas las posiciones yo fantaseaba con Europa, viajando de un país a otro, de una ciudad a otra en mis pensamientos. Me estaba volviendo plenamente consciente de la culpa peculiar que le entra al no bombardeado, al no invadido. Los días, los meses, los años de clamorosos titulares y de voces en la radio que anunciaron el horror en ascenso, la siempre creciente destrucción de la vida humana y de las ciudades alguna vez familiares, habían anestesiado desde hacía mucho tiempo la imaginación, adormeciendo, desdibujando y finalmente borrando toda imagen preconcebida del resultado y las secuelas de la guerra total. Pensé en mi hermano que había muerto cuatro años atrás, combatiendo incendios durante un Blitz; y recordé la carta que yo había recibido de Francia hacía poco tiempo: `Jamás sabrá usted -escribía aquel amigo-, cómo era la vida bajo la Ocupación. Cuando nos volvamos a ver, va usted a encontrarnos muy cambiados´. Jamás lo sabría, tuve esa certeza. Ni todo aquello que él pudiese contarme bastaría jamás. Ni oír la noticia de la muerte de un amigo alemán en Belsen, ni ver las sobrecogedoras imágenes de las condiciones en las que se había torturado a esos hombres, para luego dejarlos pudrirse y morir, habría sido suficiente. Tales imágenes volvían tanto más inconcebible la Alemania que yo había conocido."
 
Mostrando el horror nazi a la población alemana...
"Debajo de ese encabezamiento había una serie de fotografías ampliadas, más bien borrosas: cientos de esqueletos humanos desnudos estaban apilados sobre un vagón abierto en un tren de mercancías; lo que parecía una montaña de desechos era una montaña de ceniza y huesos humanos carbonizados; hombres en traje a rayas de presidiario colgaban ahorcados, en tanto que niños y bebés yacían de espaldas sobre el suelo, muertos de inanición. Debajo de cada fotografía, una leyenda informaba al observador del lugar donde se había tomado la imagen. Parado detrás de estos grupos de espectadores, nunca oí a nadie proferir una palabra. Ocasionalmente alguna mujer podía llevarse una mano o un pañuelo a la boca, como para sofocar un gemido o un grito de horror; algún viejo con la boca abierta podía mirar como hipnotizado, durante algunos minutos; luego se iban alejando, uno a uno, silenciosos. Traté de ponerme en el lugar de esas personas e imaginar lo que estaban pensando. Los seguí mentalmente mientras deambulaban despacio a través del parque iluminado por el sol, más allá del hombre cuyo palo rematado en un clavo, en este mundo asesino, pinchaba los trozos de papel debajo de los bancos y los dejaba caer cuidadosa, prolíficamente en el canasto de alambre tejido; los vi pasar ante una fila de ex soldados heridos de la Wehrmacht cuyas manos se alzaban hasta sus gorras con visera cuando se cruzaban con oficiales norteamericanos, a quienes no estaba permitido devolver el saludo; los seguí a través del Sprudelhof, donde los inválidos ricos habían anhelado alguna vez curar sus males con baños de azufre; los vi arrastrar los pies, sin ver, ante el escaparate de un fotógrafo donde se exhibían escenas de esquí y retratos en primer plano de niños y bebés alemanes que reían; y salí con ellos a las calles de hoteles victorianos, y me mantuve muy cerca, a sus espaldas, cuando subieron despacio las escaleras hasta la abarrotada, viciada habitación donde me imaginaba que vivían. Allí, invisiblemente sentado en su presencia, observé la mano temblorosa ir hacia la radio en busca de alivio, y escuché la voz acusatoria resonando por la habitación: ¿Quién es culpable?"
 
Relato del alzamiento estudiantil de Múnich, en enero de 1943...
"La rebelión, leímos, no fue ningún brote local o repentino. Hubo grupos de estudiantes antinazis trabajando clandestinamente en Múnich ya desde el 37. Con la ayuda de las iglesias, la organización secreta se expandió a otras universidades, en particular las de Bonn y Viena. El líder de ese movimiento fue el profesor Kurt Hubert. Cuando estalló la guerra y dispersó los grupos, tres estudiantes -Schurik Schmorell, Hans Scholl y su hermana Sophie- unieron fuerzas con Hubert. Mientras el profesor redactaba panfletos, los estudiantes escribían un manifiesto antinazi (ahora famoso) y emprendieron la tarea más peligrosa de distribuir panfletos incendiarios. También diseñaron carteles, que pegaban por la noche en las paredes de la universidad. Embardunaban las casas de los profesores nazis con enormes esvásticas rojas, y luego las tachaban con pintura negra. Montaron demostraciones que causaron una tremenda agitación entre los estudiantes, pero que finalmente condujeron a ciertas imprudencias de parte de los dirigentes... Otro grupo, liderado por el estudiante Hans Leipelt del Instituto Universitario de Química, hizo circular noticias que habían recogido de emisiones de radio extranjeras. Trataron de contrarrestar la propaganda nazi difundiendo historias sobre la Alemania prehitleriana. Prepararon dinamita para volar la facultad nazi. Un día -concluía el informe-, después de que Hubert, los Scholl y Schmorell fueron detenidos y ejecutados, Leipelt oyó que la viuda y los hijos de Hubert habían quedado en la indigencia. Inmediatamente inició una colecta para ellos en el instituto. Pero alguien los denunció a la Gestapo..."
 
Entrevista a un veterano...
"Los soldados no perdieron la guerra -continuó amargamente-. Fueron los mandos y, particularmente, la S.S. Arruinaron nuestra moral. Yo estuve en la Wehrmacht desde 1938. No pasó mucho tiempo antes de que tratase de abandonarla: la promoción, todo era un gran chanchullo. Pero no lograbas salir. En 1941, me malhirieron cerca de San Petesburgo (sic) y tuvieron que amputarme la pierna derecha. -S recogió los pantalones y me mostró una espantosa y reluciente prótesis color rosa pálido-. Pasé seis meses en diversos hospitales de campaña en Rusia. Cuando me enviaron a casa con licencia por invalidez, traté otra vez de conseguir la baja. En ligar de eso, me enviaron de vuelta al frente ruso con mi pierna de madera, a la edad de cuarenta y ocho años. En el camino pasé por Elbing, mi ciudad natal, y allá estaban los S. S., saludables y sin heridas paseando por las calles. En Rusia, cada vez que nosotros en la Wehrmacht capturábamos prisioneros, los SS nos los arrebataban y los fusilaban. Los SS tenían de todo: toda la comida que querían y las mejores ropas, las más abrigadas. Se emborrachaban y violaban a las mujeres rusas y arruinaban nuestra moral. Mientras nosotros mirábamos cómo sucedía esta clase de cosas, nos llegaron noticias de que en casa a las mujeres alemanas con un solo hijo y con su marido en el frente (¡era mi caso!) se les ordenaría dormir con otro hombre, y de ese modo incrementar la población alemana. Esa era la schweinerei del führer, y arruinaba nuestra moral. Lo mismo hicieron los discursos en los que Hitler, Goering, Himmler y los gauleiters Koch y Geisler juraban que cada aldea alemana sería defendida hasta el último hombre. Habíamos visto lo que eso significaba. Ja! ¿Pero que hicieron? Aquí en Kempten, el bürgermeister Brändler -ese borracho que andaba por ahí jactándose de los millares de mujeres bávaras que poseía-, en el último momento ordenó a los SS que volaran todos los puentes, ¡no para impedir que los americanos entraran, sino para que la población no saliera!"
 
Una ciudad bombardeada por los aliados...
"Pero la Altstadt no era una ciudad muerta. Aparecía total beschädigt, totalmente destruida, como decían los alemanes, pero estaba habitada, y no sólo por bandoleros infantiles. Durante el día no podías decir, ni siquiera creer, que alguien viviera allí, porque no era posible detectar ningún espacio habitable. Tampoco podías creer que las pocas personas que veías caminando sobre los escombros vivieran en aquella repugnante arena. Muchos de ellos no iban mal vestidos, y lucían sorprendentemente limpios. Cargaban ramos de flores silvestres marchitas en la mano y en sus espaldas una mochila o un atado de leña, y te parecía que estaban tomando un atajo a través de las ruinas hacia alguna zona más habitable, en cualquier otra parte. Pero no podías decirlo con certeza. Sólo podías afirmar que había seres humanos que vivían día y noche en la Altstadt si entrabas en ella después de la caída del sol, después del toque de queda: una hora en la que se imponía sobre la desolada ciudad un silencio extraño y siniestro, como una muerte súbita."
 
Lectura ideal para jornadas veraniegas, mesita de noche y amantes de los viajes que disfrutarán del estilo del autor y los amantes de la Historia conocer un aspecto bastante desconocido como fue el año cero para la población de Alemania tras la rendición incondicional donde la población se adaptaba a vivir bajo la ocupación aliada y trataban de comenzar de entre las ruinas de su país y los estragos que el nazismo causó a la sociedad alemana y europea, ahora que la artillería rusa pulveriza las poblaciones ucranianas...
Una lectura apasionante.
 

martes, 5 de julio de 2022

 

Libro: El último narco -La captura del Chapo-
Autor: Malcolm Beith
Editorial: Ediciones B, S. A.
Edición: 1ª edición, julio 2014
 
Sólo Pablo Escobar despierta en la memoria colectiva el mundo del narcotráfico y sólo él logra estar a su altura en cuanto a riqueza, violencia y leyenda: el Chapo Guzmán. La propuesta de hoy es un fascinante viaje donde acompañamos al autor en su investigación sobre el narco mexicano; iremos a Sinaloa y oiremos hablar de El Padrino, Don Neto, los hermanos Beltrán Leyva, nombres familiares de escucharlos en noticieros, documentales y series. Es un viaje al mundo del narco y al México de la frontera donde la ley no la dicta el Estado sino el narco. Actualmente el Chapo Guzmán cumple una sentencia, culpable de diez delitos, a cadena perpetua más treinta años de prisión. El libro cubre hasta su detención en 2014 en un penal de máxima seguridad, se fugaría el 11 de junio de 2015 para ser capturado ya definitivamente el 8 de enero de 2016 para ser posteriormente extraditado a EEUU donde cumple condena...
 
Malcolm Beith ha escrito acerca de la guerra contra el narcotráfico para NewsweekWorld Politics Review Jane´s Intelligence Weekly, y ha colaborado en Foreing Policy Soldiers of Fortune. Ex editor de The News, el diario en inglés de circulación nacional en México, también ha sido uno de los editores generales de Newsweek International, publicación para la que trabajó como corresponsal en Irak, Haití, México y Colombia.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura al mundo del Chapo Guzmán:
 
Cumpliendo condena en Puente Grande...
"El día que el Chapo puso el pie en Puente Grande, el 22 de noviembre de 1995, impuso las reglas. Abordaba a guardias y empleados, con frecuencia a solas, y les preguntaba si sabían quién era él. `¿Tu supervisor te ha hablado de mí?´ `¿Estarías dispuesto a trabajar para nosotros?´ En realidad no se trataba de una pregunta, y serían bien recompensados. Aun el personal de limpieza y de cocina era sobornado, y recibía entre 100 y 5000 dólares por su colaboración. El dinero no era un obstáculo: el Chapo y sus aliados en Sinaloa le enviaban efectivo con regularidad. Pronto el Chapo y sus amigos habían establecido un sistema mediante el cual el personal de la prisión incluso llevaba a cabo el reclutamiento por ellos. `Te presento a otra persona que va a trabajar para nosotros´, le diría un guardia al Chapo al presentarle a un nuevo recluta. Los nombres y los roles eran debidamente anotados por uno de los secretarios del Chapo, los cuales también eran prisioneros. Aunque los hombres del Chapo mantenían un registro detallado de la función de cada persona, los trabajos específicos no siempre se asignaban a los que estaban en la nómina. En ocasiones les pagaban por trabajo; casi siempre, la cantidad se entregaba mensualmente. Uno de los asociados del Chapo anotaba un mensaje en clave (`Tengo una entrega del director de la escuela´, era uno de esos mensajes, el cual significaba que el guardia debía recoger su pago en un lugar predeterminado de Guadalajara) en una servilleta, y lo entregaba a uno de sus empleados."
 
Enrique Kiki Camarena, agente de la DEA...
"La búsqueda llevó a un campo en estado central de Michoacán, donde hallaron dos cuerpos: un equipo de patólogos y forenses norteamericanos realizó una autopsia. Su conclusión: uno de los muertos era Camarena. Lo habían torturado al menos por dos días y finalmente murió a causa de `heridas con fuerza contundente en la cabeza´, lo que resultó en un `cráneo aplastado´. Arrestos adicionales -incluyendo los de cinco oficiales de policía que admitieron ser parte de una conspiración para raptar y torturar a Camarena- dejaron rotundamente la culpa en manos de Caro Quintero y Fonseca. Rápidamente fueron detenidos también, y rindieron declaraciones en las que reconocían el secuestro del agente de la DEA, pero no su asesinato. Este fue obra del Padrino, aseguraron. El Padrino aún disfrutaba de protección política, pero lo buscaban las autoridades de Estados Unidos por el `secuestro y asesinato de Camarena, asociación delictuosa, crímenes violentos cometidos en asociación delictuosa, conspiración para cometer crímenes violentos en asociación delictuosa, posesión y conspiración para poseer cocaína con la intención de distribuirla...´, la lista del Departamento de Justicia continuaba. El arresto de Caro Quintero y Fonseca fue prueba suficiente de que la DEA podía tronarle el látigo a los mexicanos si lo quería, así como los mexicanos podían y harían arrestos cuando realmente lo quisieran."
 
La organización del Chapo...
"Todas las actividades -recepción de cargamentos y efectivo, transacciones, deudas por pagar- se registraban en libros de contabilidad. A los encargados de una célula se les daban identidades falsas (pasaportes y credenciales de elector mexicanas) y, en ocasiones, vehículos blindados. Usualmente se comunicaban mediante walkie-talkies, de la misma manera en que lo hacía la gente del Chapo en la sierra. Más adelante, los teléfonos celulares se usarían con más frecuencia. El Chapo sobornaría a encargados de compañías de telecomunicaciones para asegurarse de que los teléfonos que usaba su gente no figuraran en la base de datos de la central. Cada miembro de la organización recibiría un teléfono celular ( en el caso de algunos empleados, hasta tres) y un código con el cual identificarse. Después de su fuga de la prisión, el Chapo también haría una suave transición hacia la era de Internet. Contrató a un contador que digitalizó todos los documentos de su organización. Se cree que siempre viajaba con una laptop y que usaba el correo electrónico para enviar instrucciones a sus subordinados. Organizaba reuniones por medio de salas de chat, y prefería los mensajes en clave en línea a los mensajes en clave por teléfono. En las montañas de Sinaloa, su gente ahora navega por Internet para obtener las novedades más recientes acerca de su jefe. En la sierra, los gomeros todavía usan walkie-talkies. También silban y se llaman unos a otros con sonidos de la naturaleza (como el de los búhos, por ejemplo) cuando escuchan que vienen soldados o intrusos."
 
Presidente Calderón...

"El presidente Calderón, un conservador que fue electo por un margen estrecho en julio de 2006, en medio de acusaciones de fraude electoral, asumió el cargo haciendo promesas de generar empleos. Pero su agenda cambió repentinamente. Habían pasado días de su gestión cuando ocurrió el momento definitorio de su presidencia: ordenó el despliegue de miles de soldados en su estado natal, Michoacán, para que libraran la guerra contra el narcotráfico. Los cínicos siguen diciendo que Calderón emprendió la guerra para desviar la atención de los alegatos de fraude. El nuevo régimen, según el exsecretario de Relaciones Exteriores de México y destacado académico Jorge Castañeda, no `asumió el poder´ sino hasta después de la investidura presidencial, cuando Calderón, `ataviado con casaca militar, declaró la guerra total contra la delincuencia organizada y el tráfico de drogas. Sacó al Ejército mexicano de las barracas y los mandó a las calles, autopistas y poblaciones del país´. Otros críticos creen que Calderón actuó a instancias de Washington. Pero parece que Estados Unidos no tuvo tanta influencia en sus decisiones. Por su parte, la DEA ha respaldado completamente la decisión de Calderón. `Si alguien no se hubiera hecho cargo de estos necios, México bien podría haberse convertido en un Estado narco´, dijo un exagente de la DEA."

 

Conexiones internacionales del Chapo...

"Por toda Europa los agentes mexicanos estaban distribuyendo cocaína y heroína. Estaban reclutando miembros de pandillas de Centroamérica para representarlos en Europa, de acuerdo con la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de Naciones Unidas. Un reporte publicado en el periódico El Universal, que aseguraba que el Chapo estaba enviando a sus pistoleros a recibir entrenamiento en Irán, fue desechado por Estados Unidos. Pero en algunas instancias los mexicanos en definitiva se estaban comunicando directamente con el crimen organizado en otros continentes. África era particularmente atractiva para el cártel de Sinaloa por sus Estados debilitados y sus movimientos rebeldes. Algunos expertos advirtieron que los cárteles mexicanos ahora tenían presencia en 47 naciones africanas. Fue fácil para los traficantes de droga mexicanos obtener pasaportes locales y viajar por toda África con armas y drogas; todo lo que necesitaban era un contacto con el gobierno local y un poco de dinero en efectivo. Los narcos sudamericanos también estaban creando compañías falsas -pesquerías en Senegal, por ejemplo- a través de las cuales pudieran lavar dinero. De acuerdo con expertos en el terreno, que estudian la actividad del cártel, incluso algunos gobiernos del oeste de África eran sospechosos; el ingreso de dinero extranjero en sus arcas se consideraba altamente sospechoso."
 
Lectura fascinante y teniendo en cuenta que en el momento de la publicación el Chapo Guzmán estaba encarcelado. Viaje a las entrañas del México controlado por los narcos y lectura ilustrativa de un mundo que se rige por sus propias reglas, se dirige como una gran multinacional y utiliza la violencia indiscriminada y cruel, en ocasiones amparados por la corrupción de los gobernantes sin que el actual presidente de México pueda echar la culpa al Imperio Español. Más allá de chiste fácil, libro ideal para lectura veraniega, guardias y estancias nocturnas hospitalarias y para quien guste de conocer un mundo, el del narcotráfico, que va más allá de las noticias de cadáveres decapitados, secuestros y fugas espectaculares, es una visita guiada a la guerra contra las drogas que se libra en algún lugar de la frontera en estos instantes. No regalar a la suegra que podría coger ideas para ejercer su poder de la sopa boba...

martes, 14 de junio de 2022

 

 
Libro: Diario de Berlín 
-Un corresponsal extranjero en la Alemania de Hitler (1934-1941)-
Autor: William Shirer
Editorial: Random House Mondadori, S. A.
Traducción: Francisco Javier Calzada
Edición: Primera edición, noviembre de 2008
 
La propuesta de hoy es un fascinante viaje en el tiempo a la Alemania del ascenso al poder del régimen nazi de Adolf Hitler. Escrito por una leyenda del periodismo radiofónico, nos permite compartir la intimidad de un diario que es el testimonio directo de un testigo de excepción del sometimiento del pueblo alemán al totalitarismo y la guerra. Resulta una mezcla sorprendente comparar el presente y el pasado reciente. También un viaje fascinante a la historia de la radio, jugando el papel que ahora juegan las comunicaciones digitales, y que alcanzó su mayoría de edad con las corresponsalías y los avances técnicos de un medio de comunicación que sería vital en la II Guerra Mundial, tanto como fuente de información como de control de la misma y la propaganda dirigida a la ciudadanía...
 
William L. Shirer nació en Chicago en 1904. Su vocación de escritor le llevó a París, donde
tuvo que ganarse la vida como corresponsal para varios periódicos estadounidenses. Tras pasar un año sabático en España, en enero de 1934 tuvo que retomar el periodismo para ganarse la vida, primero en París y más tarde en Berlín, como reportero para el New York Herald. En 1937 Edward Murrow le fichó para la CBS en la capital alemana y de esta época datan sus legendarias transmisiones (ganadoras en dos ocasiones del prestigioso Headlines Club Award), que inauguraron una nueva era del periodismo internacional. Tras haber presenciado de cerca varios de los acontecimientos más extraordinarios y significativos de la época, tuvo que dejar Alemania en diciembre de 1940. A su regreso a Estados Unidos publicó Diario de Berlín, que cubre esos años y obtuvo un inmenso éxito. En la década de los cincuenta investigó y recuperó sus escritos sobre la Segunda Guerra Mundial y en 1961 publicó The rise and Fall of the Third Reich, obra capital de la historiografía bélica, ganadora del National Book Award y del Sydney Hillman Foundation Award. Murió en Boston en 1993, a los ochenta y nueve años.
Datos sacados de la contraportada y en Internet tenéis más información sobre el autor, y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Nurenberg, 5 de septiembre de 1934...
"Me parece que estoy empezando a entender algunas de las razones del asombroso éxito de Hitler. Tomando prestado un capítulo de la Iglesia romana, está devolviendo la pompa, el colorido y el misticismo a las grises vidas de los alemanes del siglo XX. El encuentro inaugural de esta mañana en el Luitpold Hall, en las afueras de Nurenberg, fue más que un espectáculo espléndido: tuvo también algo del misticismo y del fervor religioso de una misa de Pascua o de Navidad en una gran catedral gótica. El recinto era un mar de banderas de colores brillantes. Incluso la llegada de Hitler fue espectacular. La banda dejó de tocar. Se hizo un silencio respetuoso entre las treinta mil personas congregadas allí. Y, entonces, la banda atacó las notas de la `Badenweiler March´, una música muy pegadiza y que sólo se emplea, según me han dicho, para cuando Hitler hace una de sus entradas solemnes. Hitler apareció en la parte de atrás del auditorio y, seguido por sus ayudantes, Göring, Goebbles, Hess, Himmler y los demás, avanzó caminando lentamente por el largo pasillo central mientras treinta mil manos se alzaban para saludarlo. Es el ritual que ha seguido siempre, según los veteranos. Después, una inmensa orquesta sinfónica interpretó la obertura de Egmont de Beethoven. Grandes focos iluminaron el escenario, en el que Hitler tomó asiento rodeado de un centenar de altos cargos del partido y oficiales del ejército y de la armada. Detrás de estos entró la `bandera ensangrentada´, la esvástica llevada por las calles de Munich cuando el malhadado Putsch, a la que siguieron cuatrocientos o quinientos estandartes de las SA. Cuando la música cesó, Rudolf Hess, el más íntimo confidente de Hitler, se levantó y leyó despacio los nombres de los `mártires´ nazis -camisas pardas muertos en la lucha por alcanzar el poder-, una letanía de difuntos que pareció conmover mucho a los treinta mil circunstantes."
 
Berlín, 27 de julio de 1936...
"Parece que el gobierno español lleva las de ganar. Ha sofocado la revuelta en Barcelona y Madrid, las dos ciudades españolas más importantes. Pero se trata de un asunto mucho más serio de lo que parecía hace una semana. Los nazis están en contra del gobierno español y los círculos del partido están empezando a hablar de ayudar a los rebeldes. ¡Qué tragedia para ese país! Y justamente ahora, cuando había tantas esperanzas puestas en la República. Pero aquí el interés se concentra en los Juegos Olímpicos que se inauguran la semana que viene, con los nazis superándose a sí mismos para crear una impresión favorable en los visitantes extranjeros. Han construido un centro deportivo, con un estadio con capacidad para cien mil espectadores, unas piscinas para competiciones que darán cabida a diez mil espectadores, y así todo. Gallico está aquí y hemos disfrutado de una agradable cena con él y con Eleanor Holm Jarret, una extraordinaria y guapísima nadadora norteamericana que, según parece, va a ser excluida del equipo por una supuesta borrachera de champán en el barco que les trajo aquí."
 
Berlín, 27 de septiembre de 1937
"(...) Algunas veces pienso que, a pesar de nuestro trabajo como reporteros, aún entendemos poco el Tercer Reich: lo que es, a lo que aspira, a dónde va, ya sea aquí o en cualquier otra parte en el extranjero. Es un cuadro complejo. Y puede ser que nosotros sólo hayamos dado unas cuantas fuertes y gruesas pinceladas al boceto, sin ninguna coordinación, dejando el lienzo tan confuso y falto de sentido como un Picasso de la primera época. Es muy cierto: los británicos y los franceses no entienden la Alemania de Hitler. Tal vez, como dicen los nazis, las democracias occidentales se hayan vuelto enfermas, decadentes y hayan alcanzado ese estado de deterioro que predecía Splenger. Pero Splenger incluía a Alemania en la decadencia de Occidente, y ocurre que la reversión nazi a los antiguos y primitivos mitos germánicos es una señal de su retroceso, como lo son sus quemas de libros y la supresión de la libertad y el derecho a aprender. Pero Alemania es más fuerte de lo que piensan sus enemigos. Es cierto que se trata de de un país pobre en materias primas y agricultura; pero está remediando esta pobreza con espíritu de superación, una implacable planificación estatal, dirección concentrada del esfuerzo y la formación de una poderosa maquinaria militar con la que respaldar su espíritu agresivo. Es verdad, también, que este pasado invierno hemos visto largas colas de gente huraña ante las tiendas de alimentación, que hay escasez de carne, mantequilla, frutas y grasas, que la crema de leche está `verboten´, que los trajes de caballero y los vestidos de las mujeres se hacen cada vez más de fibras sacadas de pulpa de madera, que se saca gasolina del carbón y caucho sintético de carbón y cal, que no hay un respaldo de oro para el marco alemán, o para cualquier otra cosa, ni siquiera para las importaciones más vitales. Todas estas son, en su mayoría, grandes debilidades, tal como hemos advertido repetidamente en nuestras crónicas."
 
Viena, 20 de febrero de 1938...
"Tess, Ed Taylor y yo hemos pasado esta tarde de domingo sentados cabizbajos alrededor de la radio escuchando los bramidos de Hitler ante el Reichstag en Berlín. Hoy se ha sacado de la manga su teoría de que Alemania tiene que encargarse de proteger a los diez millones de alemanes que viven fuera de las fronteras del Reich, aludiendo, implícitamente, a los siete millones que viven en Austria y a los tres millones en los Sudetes, en Checoslovaquia. Ha llegado incluso a proclamar su derecho a la `autodeterminación racial´. Con estas palabras: `Hay algo de lo que no puede caber ninguna duda: que la separación política del Reich no puede conducir a una privación de derechos; es decir, de los derechos generales de autodeterminación. A la larga, resulta insoportable para una potencia mundial saber que existen junto a ella camaradas de raza afligidos constantemente con los más severos sufrimientos por su simpatía o su deseo de unidad con la nación entera, con su destino y su Weltanschauung. A los intereses del Reich alemán les corresponde proteger a esos pueblos alemanes que no están en condiciones de asegurar, por sus propios esfuerzos, junto a nuestras fronteras, su libertad política y espiritual."
 
París, 6 de diciembre de 1938...
"Bonnet, uno de los artífices clave de Munich y figura siniestra de la política francesa, firmó hoy con Ribbentrop, otro personaje siniestro, una declaración de `buena vecindad´ en el Quai d´Orsay. Yo diría que París se ha recuperado un tanto de su pánico derrotista de los días de Munich. Hoy, cuando el coche de Ribbentrop circulaba por las calles proveniente de la estación de Orsay, no había nadie en las aceras. Varios miembros del gabinete y muchas figuras prominentes se han negado a asistir a los actos sociales previstos en su honor. Por otra parte, los admiradores franceses de Ribbentrop ocupan altos puestos en los círculos políticos, financieros y sociales. El acuerdo de hoy afirma que los dos países declaran solemnemente que en la actualidad no existe entre ambos ningún problema territorial o fronterizo, y que se consultarán en el caso de que surja en el futuro algún desacuerdo. ¡Menuda farsa!"
 
Berlín, 1 de septiembre de 1939...
"¡Es un `contraataque´! Hoy al amanecer Hitler ha actuado contra Polonia. Es un flagrante acto de agresión, inexcusable, sin provocación previa. Pero Hitler y el Alto Mando lo denominan `contraataque´. El día ha amanecido hoy gris y nublado. La gente de la calle estaba apática cuando me dirigí a la Rundfunk para mi primera emisión del día a las ocho y cuarto. Enfrente del Adlon, los trabajadores del turno de la mañana ocupaban sus puestos en el nuevo edificio de la I. G. Farben como si no hubiera sucedido nada. Ninguno de los que entraban compraba las ediciones extra de los periódicos que voceaban los chiquillos. A lo largo del ala oeste, los hombres de la Luftwaffe montaban cinco grandes cañones antiaéreos para proteger a Hitler cuando se dirija al Reichstag a las diez de la mañana. Jordan y yo tuvimos que permanecer en la radio para ocuparnos de transmitir a Estados Unidos el discurso de Hitler."
 
Berlín, 24 de septiembre de 1940...
"Realmente los británicos llegaron a Berlín con ganas de trabajar. Estuvieron bombardeando intensamente y con excelente puntería durante cuatro horas. Alcanzaron importantes fábricas en el norte de la ciudad, una gran empresa de gas y los depósitos ferroviarios situados al norte de las estaciones de Stettin y Lehrt. Pero no pudimos narrar la información. Las autoridades dijeron que no se había producido ningún daño militar de importancia, y el Ministerio de Propaganda, muy nervioso de pronto por la destrucción de la pasada noche, nos avisó a los corresponsales de que sólo podríamos informar de lo que los militares dijeran. El Ministerio de Propaganda canceló incluso su habitual recorrido guiado por la capital tras una incursión, poniendo como excusa que no había gran cosa que ver y que había escaso tiempo para verlo. La prensa y la radio alemanas jamás se han visto obligadas a mentir tanto como hoy a propósito de un ataque aéreo. Hasta los estólidos berlineses, a juzgar por sus conversaciones, parecían turbados por las mentiras de sus propios periódicos. Decía la declaración oficial: `A pesar del violento fuego antiaéreo, unos pocos bombarderos británicos consiguieron alcanzar anoche los suburbios del norte y el este de Berlín y lanzaron sobre ellos cierto número de bombas. La ubicación de sus impactos, muy alejados de todos los objetivos militares o industriales, constituye una nueva prueba de que los aviadores británicos atacan deliberadamente zonas residenciales. No se produjeron daños de importancia militar´. Incluso el Alto Mando, en cuya veracidad creen todavía muchos alemanes, repitió después la mentira en su comunicado de guerra diario."
 
Breves pinceladas de un libro que nos sumerge en la Alemania nazi y su sistema. Es fascinante que los argumentos, los hechos y la guerra de 1939 tenga tantos paralelismos con la invasión de Ucrania por tropas rusas. Salvar compatriotas oprimidos como causa, no hablar de invasión y sí de operación especial, la represión de la sociedad rusa y la propaganda a nivel mundial hacen que la lectura resulte en ocasiones inquietante. Libro para amantes de la historia, guardias nocturnas de verano, de mesita de noche en vacaciones y tumbona de playa.
 

martes, 31 de mayo de 2022

 

Libro: El mundo de ayer 

-Memorias de un europeo-

Autor: Stefan Zweig
Editorial: Quaderns Crema, S. A.
Traducción: J. Fontcuberta y A. Orzeszek
Edición: Diciembre de 2018
 
La propuesta de hoy es una deliciosa lectura que nos llevará a la Viena imperial de antes de la I Guerra Mundial hasta el exilio del autor debido a las leyes antisemitas nazis, siendo su obra catalogada de prohibida por el nazismo. Por el camino viajaremos por un mundo ya desaparecido que guarda sin embargo aterradoras similitudes con el presente. Disfrutaremos de la sensibilidad del autor, su viajes por Europa y sus anhelos de una patria común europea que ya es realidad y que vuelve a ser amenazada como entonces. Quienes gusten de la literatura disfrutarán de las inquietudes creativas del autor, sus visitas a nombres ilustres de su tiempo, compartir su admiración por los autores a la par que él mismo triunfa con sus libros y traducciones. De fondo, una Europa y una sociedad cambiante ante la llegada de tecnología que acorta distancias y cambia las costumbres. Es también la odisea de un judío errante, que anhela una patria que ama y escribe en su idioma pero que acabará convertido en apátrida cuando ser judío se convierte en un tormento en Alemania contagiando a su Austria natal...
 
Stefan Zweig (Viena 1881- Petrópolis 1942) fue un escritor y crítico austriaco. Hijo de industriales, no siguió ninguna carrera y desde muy joven se dio a conocer como poeta, impresionado por Verlaine. Desde 1919 vivió en Salzburgo, en 1934 emigró a Inglaterra y en 1940 a Brasil, donde se suicidó. Escribió novelas, dramas y ensayos, pero lo mejor de su producción son sus biografías por el análisis psicológico de las grandes personalidades que retrata. Su capacidad narrativa, la pericia y la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante, capaz de seducirnos desde las primeras líneas.
Datos sacados de la contraportada y sin más dilación unas breves reseñas que os inciten a su fascinante lectura:
 
Judíos de la Viena imperial...
"Esta clase de nobleza, que muchas familias judías se otorgaban de motu propio, a mi hermano y a mí desde pequeños ya nos divertía, ya nos irritaba. Constantemente oíamos decir que éstos eran gente `fina´ y aquéllos gente `ordinaria´, de todos nuestros amigos se investigaba si eran de `buena´ familia y se comprobaba tanto el origen de sus parientes hasta la última generación como el de su fortuna. Esta manía de clasificar, que era realmente el objeto principal de todas las conversaciones familiares y sociales, nos parecía de lo más ridículo y esnob a la vez, ya que en el fondo todas las familias judías procedían del mismo gheto, con una diferencia de cincuenta o cien años. Sólo más tarde comprendí que el concepto de `buena familia´, que a los niños nos parecía una farsa y una parodia de una pseudo aristocracia artificial, expresaba una de las tendencias más íntimas y secretas del carácter judío. En opinión generalmente aceptada, la verdadera y típica finalidad de la vida de un judío consiste en hacerse rico. Nada más falso. Para él, llegar a ser rico significa sólo un escalón, un medio para lograr el auténtico objetivo, pero nunca es un fin en sí mismo. El deseo propiamente dicho del judío, su ideal inmanente, es ascender al mundo del espíritu, a un estrato cultural superior."
 
Ídolos poéticos de los estudiantes vieneses...
"Rilke, a su vez, significó para nosotros un estímulo de otra naturaleza, que completaba el de Hofmannsthal con un efecto sedante. Porque rivalizar con Hofmannsthal habría parecido blasfemo hasta al más osado de entre nosotros. Sabíamos que era un prodigio inimitable de perfección precoz que no se podía repetir, y cuando, a nuestros dieciséis años, comparábamos nuestros propios versos con los ya celebérrimos que él había escrito a la misma edad, nos moríamos de vergüenza; asimismo, nos sentíamos humillados en nuestro saber ante el vuelo de águila con el que él, todavía en el instituto, había recorrido el universo del espíritu. Rilke también había empezado a escribir y a publicar versos igual de pronto, a los diecisiete o dieciocho años, pero, a diferencia de Hofmannsthal, además en el sentido absoluto, sus poesías resultaban inmaduras, infantiles e ingenuas; sólo con indulgencia se podía hallar algunas huellas de un talento áureo. No fue sino más tarde, a sus veintidós o veintitrés años, cuando ese poeta extraordinario, al que nosotros amábamos con desmesura, empezó a moldear su personalidad, cosa que por sí sola ya era un consuelo para nosotros. De modo que no era imprescindible ser perfecto ya en el instituto, como Hofmannsthal; podíamos probar, ensayar, formarnos, progresar como Rilke. No era necesario darnos por vencidos enseguida sólo porque de momento escribíamos cosas imperfectas, inmaduras e irresponsables, pues a lo mejor éramos capaces de repetir, ya no el milagro de Hofmannsthal, pero sí el ascenso más pausado y normal de Rilke."
 
Primeras publicaciones...
"Donde más repercusión tuvo mi admisión solemne en el Suplemento Literario de la Neue Freie Presse fue en mi vida privada. Gracias a ella adquirí una seguridad inesperada ante mi familia. Mis padres eran poco dados a la literatura y no se atrevían a dar su opinión; para ellos, como para toda la burguesía vienesa, era importante todo lo que la Neue Freie Presse alababa e insignificante todo lo que el periódico ignoraba o censuraba. Lo que salía publicado en el `Folletín´ les parecía estar garantizado por una autoridad suprema, ya que quien juzgaba y sentenciaba desde sus páginas inspiraba respeto por el solo hecho de ocupar posición tan elevada. Pues bien, imagínese el lector de una de esas familias que todos los días pasea su mirada, con respeto y esperanza, por la primera página del periódico y una buena mañana descubre, incrédula, que al descuidado y desordenado muchacho de diecinueve años que se sienta a su propia mesa, que jamás ha sobresalido en la escuela y cuyos garabatos habían aceptado con indulgencia como chiquilladas `inofensivas´ (de todas formas, una ocupación mejor que jugar a cartas o flirtear con muchachas atolondradas), se le había permitido el uso de la palabra en aquel lugar de tanta responsabilidad, entre hombres famosos y experimentados, para exponer sus opiniones (no muy apreciadas entonces en casa)."
 
De viaje en Nueva York...

"La primera impresión fue formidable, a pesar de que Nueva York no tenía aún esa embriagadora belleza nocturna de hoy. No existían aún las impetuosas cataratas de luz del Times Square ni el fantástico cielo estrellado de la ciudad que de noche tiñe de rojo a las reales y auténticas estrellas del firmamento con millones de estrellas artificiales. El aspecto de la ciudad, así como la circulación, carecían de la osada munificencia de hoy, pues la nueva arquitectura se ensayaba todavía con inseguridad en algunos grandes edificios aislados; también el sorprendente auge del gusto por los escaparates y los adornos se hallaba en sus tímidos inicios. Ahora bien, contemplar el puerto desde el puente de Brooklyn, siempre con una ligera oscilación, y pasear por los desfiladeros de piedra de las avenidas era una verdadera fuente de descubrimientos y de emociones, si bien es verdad que, al cabo de dos o tres días, cedieron a una sensación diferente más fuerte: la sensación de extrema soledad. No tenía nada que hacer en Nueva York y, en aquella época, una persona ociosa en ninguna parte estaba más fuera de lugar que allí."

 

La misma guerra en épocas diferentes...

"He aquí, pues, lo que diferenciaba, para bien, la Primera Guerra Mundial de la Segunda:
la palabra todavía tenía autoridad entonces. Todavía no la había echado a perder la mentira organizada, la `propaganda´, la gente todavía hacía caso de la palabra escrita, la esperaba. En tanto que en 1939 ni una sola manifestación de un escritor producía el más mínimo efecto, ni para bien ni para mal, y en tanto que hoy ni un solo libro, opúsculo, artículo o poesía conmueve el corazón de las masas ni influye en su pensamiento, en 1914 una poesía de catorce versos, como aquel `Canto del odio´ de Lissasuer, una declaración tan necia como la de los `93 intelectuales alemanes´ y por otro lado, un artículo de ocho páginas como el `Au-dessus de la mêlée´ de Rolland o una novela como Le feu de Barbusse, podían llegar a convertirse en todo un acontecimiento. Y es que la conciencia moral del mundo todavía no estaba tan agotada ni desalentada como lo está hoy, aún reaccionaba con vehemencia, con la fuerza de una convicción secular, ante toda violación del derecho internacional y de los derechos humanos. Una violación de la ley, tal como la invasión de la neutral Bélgica por Alemania -algo que hoy apenas sería objeto de críticas serias, desde que Hitler ha convertido la mentira en una cosa natural y ha elevado a la categoría de ley todo acto antihumano- en aquellos días todavía era capaz de sublevar al mundo de un extremo a otro. El fusilamiento de la enfermera Cavell y el torpedeamiento del Lusitania fueron más nefastos para Alemania -debido a un estallido de indignación ética universal- que una batalla perdida."
 
De viaje en la nueva Rusia...
"De entre aquellos viajes, sobre todo uno me resultó en sumo grado emocionante e instructivo: el que hice a la nueva Rusia. En 1914, poco antes de la guerra, cuando trabajaba en mi libro sobre Dostoiesvski, ya tenía previsto ese viaje; pero se había interpuesto entonces la guadaña sangrienta de la guerra y a partir de aquel momento me retuvieron las dudas. Con el experimento bolchevique, Rusia se había convertido para todos los intelectuales en el país más fascinante de la posguerra, admirado con tanto entusiasmo como fanáticamente combatido, y en ambos casos sin suficiente conocimiento de causa. Nadie sabía a ciencia cierta -debido por un lado a la propaganda y por otro la rabiosa contrapropaganda- qué pasaba en aquel país. Pero sí sabíamos que allí se gestaba algo completamente nuevo, algo que, de buen grado o por la fuerza, podía resultar determinante parea la futura forma de nuestro mundo. Shaw, Wells, Barbusse, Istrati, Gride y muchos otros habían viajado hasta allí, unos regresaban entusiasmados, otros decepcionados, y yo no habría sido un hombre vinculado al mundo del espíritu, interesado en lo nuevo, si no me hubiese seducido también a mí la perspectiva de hacerme una idea de primera mano. Mis libros habían tenido allí una difusión extraordinaria, no tan sólo en la edición completa prologada por Maxim Gorki, sino también en ediciones pequeñas y baratas, a cuatro kópecs un ejemplar, destinadas a amplios círculos de la población; de manera que podía estar seguro de una buena acogida. Lo que, sin embargo, aún me retenía era el hecho de que viajar a Rusia en aquellos momentos significaba en cierto modo ya a priori tomar partido, cosa que me obligaba a pronunciarme públicamente en uno de los dos sentidos: reconocimiento o rechazo."
 
Una Austria acorralada...
"No me hicieron falta más que dos o tres días en Austria para ver cómo había empeorado la situación en aquellos pocos meses. Volver a la atmósfera tranquila y segura de Inglaterra a aquella Austria sacudida por fiebres y luchas era como salir de un local con aire acondicionado de Nueva York en un día caluroso de julio y hallarse de golpe en la bochornosa calle. La presión nacionalsocialista empezaba a destrozar poco a poco los nervios de los círculos clericales y burgueses; sentían que cada vez con más fuerza se estrechaba en su cuello el dogal de la economía, la presión subversiva de la impaciente Alemania. El gobierno de Dollfuss, que quería mantener a Austria independiente y ponerla a salvo de Hitler, buscaba cada vez más desesperado un último apoyo. Francia e Inglaterra estaban demasiado lejos y, en el fondo, también mantenían una actitud demasiado indiferente; Checoslovaquia estaba llena de rivalidad y rencor contra Viena, Quedaba sólo Italia, que aspiraba a un protectorado económico y político sobre Austria para proteger los pasos alpinos y Trieste. Sin embargo, a cambio de esta protección Mussolini exigía un elevado precio. Austria debía adaptarse a las tendencias fascistas, suprimir el parlamento y, por lo tanto, la democracia. Ahora bien, eso no era posible sin eliminar o declarar ilegal el partido socialdemócrata, el más fuerte y mejor organizado de Austria. Para vencerlo no había otro camino que la fuerza bruta."
 
Hitler mintió a Chamberlain...
"En la opinión de todos; también la mía aquel día. Y el día siguiente también fue un día feliz. Los periódicos se mostraban unánimes en su júbilo, los valores de la bolsa subieron espectacularmente, por primera vez desde hacía años llegaban voces de amistad desde Alemania y en Francia proponían levantar un monumento a Chamberlain. Pero, ay, sólo fue la última llamarada de un fuego que iba a extinguirse definitivamente. En los días siguientes empezaron a filtrarse los fatales detalles: cuán absoluta había sido la capitulación ante Hitler y cuán ignominiosa la entrega de Checoslovaquia, a la que se había garantizado ayuda y apoyo; y hacia el fin de semana ya era público que ni siquiera la capitulación había satisfecho a Hitler y que, incluso antes de que se hubiera secado la firma del pacto, él ya había violado en todos sus puntos. Sin ninguna clase de escrúpulos Goebbels proclamó entonces públicamente y a los cuatro vientos que en Munich habían acorralado a Inglaterra contra la pared. La gran luz de esperanza se había apagado. Pero había brillado durante un día o dos y nos había calentado los corazones. No quiero ni puedo olvidar aquellos días."
 
Apasionantes memorias de un intelectual que nos lleva a lomos de sus recuerdos y experiencias vitales por un mundo y una Europa perdida tras la I Guerra Mundial, los sueños y esperanzas en el futuro de la humanidad, así como de una Europa unida y libre de guerras, que se vuelve en una pesadilla ante el ascenso al poder de Hitler y el nazismo. Lectura para amantes de la literatura, aficionados a las memorias y a quienes ven con inquietud una similitud aterradora de aquellos tiempos a los actuales donde el expansionismo de Putin y su régimen cumple casi a la perfección los pasos de Hitler para adueñarse de Europa. Es también la memoria de un judío que terminó siendo apátrida, alguien que se sentía Austriaco y miembro de la burguesía de Viena, un judío errante como tantos miles que se vieron a golpe de decreto sin patria, hogar y sueños. Lectura recomendable aunque sólo sea para recordarnos que la guerra acaba tarde o temprano por afectarnos directamente...
 

viernes, 13 de mayo de 2022

 

 
Libro: Soldados de hierro 
-Los voluntarios de la División Azul-
Autor: Francisco Torres
Editorial: Editorial ACTAS, S. L.
Edición: Segunda edición, noviembre 2014
 
Sin duda, la participación de tropas españolas en la II Guerra Mundial son las grandes olvidadas en las crónicas, documentales y bibliografía sobre la misma. Dentro de la ignorancia en general, quienes combatieron en el bando aliado, quienes sirvieron en el Ejercito Rojo y la importancia de España y Portugal en la guerra han visto la aparición de obras que ponen en su lugar, importante, la neutralidad de España. Pero hubo una participación española encuadrada dentro de la Wehrmacht en el bando alemán que ha sido injustamente tratada por quienes estudian la participación española en la guerra. Lejos de ser una alegoría más o menos soterrada del franquismo, cosa que sucede en muchas obras tanto de un bando como de otro, el autor nos lleva a la época inmediata tras el fin de la Guerra Civil y el comienzo de la guerra mundial. Una España donde la lucha contra el comunismo es el discurso oficial y se sigue con ansia el progreso de las fuerzas nazis conquistando Europa y la guerra en el frente del este contra la URSS. Franco y su régimen deben mantener la neutralidad y mostrar a la vez al régimen nazi su apoyo. Así nace la División Azul de voluntarios para participar en la lucha contra el comunismo y donde el ideal falangista y la Falange ven la oportunidad de participar en lo que se preveía como una fácil victoria alemana. Veteranos de la guerra civil, falangistas de camisa vieja, jóvenes idealistas que han visto y padecido la retaguardia republicana y amantes de la aventura se alistan...
 
El acierto del autor reside en sumergirnos dentro del ambiente de quienes se sienten partícipes de la victoria y donde el ideal falangista y la dictadura de Franco son el inicio de una nueva España. Se nos muestra con datos verídicos que algunas leyendas sobre el reclutamiento que han contribuido a denigrar a la División Azul no son ciertas ni en la proporción que figura en otros autores. Sentiremos el ansia de alistarse a combatir en la lucha que entonces libraban dos ideologías antagonistas lejos de estereotipos de tropas fanatizadas. Eran personas de su tiempo que luchaban en un bando donde también otros compatriotas luchaban. Centrado el relato en la historia de la División Azul en Murcia, podemos sacar extrapolaciones aplicables al resto del contingente. Despedidos con la gloria de los héroes, quienes regresaron del frente y quienes regresaron tras sufrir cautiverio, volvieron a un mundo distinto donde el régimen de Franco se consolidaba y retornaron como parte de un ejército derrotado...
 
Francisco Torres García, historiador y articulista, catedrático de Instituto, profesor de Enseñanza Secundaria, es licenciado en Letras por la Universidad de Murcia en la división de Geografía e Historia en la especialidad de Historia Moderna y Contemporánea. En 1986 alcanzaba el grado con la presentación de su trabajo Un análisis del Movimiento en Murcia: de la FET a la División Azul que obtuvo la máxima calificación. Es uno de los más destacados especialistas españoles en la historia de la División Azul y ha centrado su investigación en las etapas más recientes de la España contemporánea, publicando artículos en revistas de divulgación histórica, participando también en diversos congresos con ponencias y comunicaciones.
Datos sacados de la contraportada actualizados al año de la edición y en Internet podéis consultar más información sobre el autor. Y sin más dilación, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
El papel de la División Azul en el contexto de la época...
"La División española de Voluntarios jugó un papel destacado en ese juego diplomático. En el verano de 1941, tras las reiteradas negativas de España a entrar en la guerra, el envío de una unidad combatiente era el gesto máximo de aproximación que podía sentar a la nación en la conferencia de paz si la URSS se hundía, y pocos esperaban que Rusia consiguiera lo que no habían logrado los ejércitos europeos. El envío de la unidad militar española suponía la máxima aproximación externa española al Tercer Reich y alimentaba en las mentes germanas la posibilidad de que fuera el primer paso hacia un cambio decisivo de la posición española. A partir de 1942 el mantenimiento de la División Azul en el frente facilitaría la imprescindible ayuda alemana en materia de armamento y aliviaría las tentaciones intervencionistas pero, al mismo tiempo, sería necesario que la unidad militar continuara en el frente, pese a las presiones aliadas, porque una retirada podría suponer la ruptura de relaciones con el Tercer Reich y precipitar la invasión teutona. Todo ello sin obviar la resistencia que mostraron las autoridades españolas a retirar una unidad que simbólicamente representaba el combate de la España de la Victoria contra el comunismo."
 
Voluntarios no falangistas...
"En muy pocos casos los expedientes, en los que no se precisa el referente ideológico, nos permiten pensar que pudiera tratarse de voluntarios con orígenes izquierdistas o que hubieran servido en el Ejército Popular que buscaran, de algún modo, lavar su pecado original. Este podría ser el caso de Rafael Permuy Guillén, sargento del Ejército Republicano, que había pasado sin mayor problema el proceso de depuración. Y quizás también el de Adalberto Liarte, que había servido en las filas de la Armada republicana y pasado por el 34 Batallón de Trabajadores. Licenciado en 1940 se incorporó a la División en junio de 1942. Años después de volver de Rusia ingresó en la Policía Armada, para lo cual era preciso tener un expediente político limpio. Entre los alistados también encontramos un pequeño número de militantes de partidos y sindicatos de izquierda que quisieron formar parte, voluntariamente, de la División Azul. Rafael Navarro Candel intentó alistarse en las Milicias en febrero de 1942, no fue admitido por `malos antecedentes (rojo)´. Manuel Gálvez Muñoz, militante del PCE, no fue seleccionado por razones obvias. Tampoco consiguió ir, en el tardío febrero de 1943, cuando en teoría todos los que se presentaran eran admitidos, José García Villalba, de oficio rastrillador, quien, pese a su militancia en la UGT y en el PCE, con permiso paterno, se presentó en la oficina de Milicias. Igual suerte corrió el ugetista Joaquín Hernández Pellicer, aunque en su ficha conste que se afilió al sindicato socialista por razones de trabajo. Algo distinto fue el destino de Rafael González Franco, quien consiguió estar un mes en la División Azul; se alistó el nueve de marzo de 1943 y fue dado de baja, probablemente por sus antecedentes, el uno de abril. Sin embargo, José Monserrat, afiliado a la UGT durante la guerra y de oficio panadero sí tuvo plaza en marzo de 1943, aunque en su ficha constaba que tuvo que que militar en el sindicato socialista a la fuerza pero que poseía una `excelente conducta´. Igualmente se reconocía, aunque no consiguiera plaza en la unidad, que el médico Mariano Giménez Casalins había servido en el Ejército Rojo a la fuerza."
 
Defensa de Possad...
"La encarnizada resistencia de Possad y la decisión soviética de acabar con aquel punto que inexplicablemente resistía, sin grandes refuerzos y con poca aunque certera cobertura artillera, desde el día cuatro, debió de evitar que se aplicara la lógica. En vez de continuar machacando las posiciones hispanas con la artillería y la aviación, el mando de la continuamente reforzada 305ª División rusa optó por el asalto. Nuevamente el día siete, alas cinco de la mañana, se repitió la intensa preparación artillera y el bombardeo de la aviación que actuó en vuelo rasante. Después los rusos lanzaron el que consideraban que sería el ataque definitivo apoyado por carros blindados. Desde los cuatro puntos cardinales, los rusos se precipitan sobre la aldea. A las diez y media de la mañana Possad está rodeado. La aviación rusa se ceba con Otensky buscando acallar los cañones españoles que protegen con gran acierto Possad. El general Muñoz Grandes teme perder la posición e inútilmente pide a los alemanes apoyo aéreo. García Rebull reclama desesperadamente refuerzos. Nada se puede enviar desde Otensky que bastante hace con resistir. Entre las cinco y las seis de la tarde aparecen los carros. Los rusos sobrepasan las posiciones y penetran en el pueblo. Sin apoyos, las noticias que transmite Muñoz Grandes al Cuartel del 16 ejército no pueden ser más desalentadoras: `la situación no está aclarada al momento de cerrar el parte y debe ser considerada como extremadamente crítica´. El mando alemán da por perdido Possad y Otensky por lo que los rusos avanzarán hasta la orilla del Voljov´. Los españoles iban a escribir la historia de otro modo. En medio de los combates, recuerda Luis Luna, como junto al tradicional `¡Hurra!´ de la infantería soviética resonaba el `¡Ispanki Kaput!´ como grito de guerra."
 
Promesas incumplidas a los veteranos licenciados...
"Desde el punto de vista laboral es evidente que promesas, anunciadas a bombo y platillo, habían tenido muchas, pero, al final, se quedaron sólo en eso. A principios de 1942, el gobernador civil había enviado una nota a los Ayuntamientos y a la Diputación señalando `la conveniencia de que aquellos funcionarios que desempeñaran sus cargos con carácter interino y se alistaron en la División Azul sean considerados de plantilla concediéndoles el cargo en propiedad´ como muestra de la `honda gratitud que debe guardarse a quienes en tierras de Rusia han defendido y están defendiendo a la auténtica España´. Pero, una vez más, no se trataba de una norma; era una sugerencia que quedaba sujeta a la arbitrariedad de la autoridad y, a la hora de la verdad, eran muy pocos los que se encontraban en tal situación. Sí cumplió con lo acordado, aunque en diciembre de 1943, el Servicio Español de Magisterio: los maestros que habían formado parte de la División Azul, que en el caso de Murcia eran numerosos, y que habían aprobado la oposición de 1941, pero que no se habían incorporado, ocuparían el lugar que les correspondía en los listados, pero tampoco esto puede presentarse como un trato de favor. Un número significativo de voluntarios, si nos atenemos a la cualificación profesional que figura en sus expedientes, pertenecía a familias de clase media por lo que se reintegraron a la vida civil con mayor o menor dificultad en función de las heridas morales que trajeran. Sin embargo, un grupo bastante extenso de divisionarios carecía de cualificación profesional y ahora tenía que buscarse la vida. Haber luchado en la División Azul debería, teóricamente, haberles abierto puertas pero, en ningún caso, se podría hablar de una actuación genérica de las autoridades a favor de los voluntarios. Si, como hemos visto, el tener un hijo o un padre muerto en el frente no era garantía de nada no es difícil estimar que debieron abundar los casos en los que, con el paso de los años, muchos ex-divisionarios quedaron desamparados."
 
Cobrar las pensiones alemanas como veteranos de la Wehrmacht...
"El número real de los que tenían derecho a cobrar esa pensión era mucho más alto del que inicialmente habían previsto las autoridades germanas: el número de mutilados podría triplicar la cifra inicial, ya que habían de añadirse los casos de aquellos voluntarios con secuelas derivadas de heridas aparentemente curadas. Las Hermandades se afanaron a la hora de tramitar las peticiones. Desde 1959 la Hermandad murciana trabajaba en la confección de los expedientes de los excombatientes para solicitar la tramitación de las pensiones para los familiares de los caídos. Para ello habían confeccionado un listado de los mismos, procediendo de igual forma en el caso de los mutilados, independientemente de que tuvieran reconocida dicha categoría por el estado español; sobre todo porque eran varios los que habían desarrollado enfermedades a raíz de las heridas recibidas en el frente y que por ello no tenían tal consideración. En 1963 ya tenían bastante adelantado el trabajo, pues habían contactado con sesenta y seis familiares de caídos. La confección de los expedientes no era sencilla ya que era preciso reunir cuantos datos e informes fuera posible. La Hermandad era consciente de que, como se desprende de los expedientes de las pensiones denegadas, la revisión sería estricta."
 
Libro que trasciende la ideología de la época para ser la crónica de una unidad militar española en la II Guerra Mundial que combatió en el lado del Eje y que paradójicamente algunos de sus miembros acabarían siendo carne de gulag junto a los compatriotas que luchaban en el bando soviético. Olvidados desde que la dictadura franquista varió su postura para adaptarse al mundo surgido en 1945, tildados de fascistas, mercenarios por la soldada, alistados a la fuerza y demás epítetos que siempre sufren los ejércitos derrotados. También para recordar que hubo hombres y mujeres de ambos bandos que decidieron continuar la lucha contra el fascismo y el comunismo terminada la contienda en España cuyas sepulturas permanecen olvidadas en Rusia y que son las y los grandes olvidados en las crónicas de la guerra. Ideal para amantes de la historia militar, de la historia de España y amantes de obras basadas en el estudio de archivos y documentos que encontrarán en las notas a pie de página complementos a la historia que se nos muestra. Y también un homenaje a unos soldados que sufrieron y padecieron convencidos de una causa justa y aspirando a un mundo mejor que volvieron con la vitola de la derrota y testigos incómodos de la intervención de la dictadura franquista de posguerra a favor de la Alemania nazi.
 

martes, 12 de abril de 2022

 

 

Libro: Interrogatorios 

-El Tercer Reich en el banquillo-

Autor: Richard Overy
Editorial: Tusquets Editores, S. A.
Traducción: María Luz García de la Hoz
Edición: 1ª edición, octubre 2003
 
La guerra en Ucrania ha devuelto a la actualidad el concepto de `crímenes de guerra´, concepto afianzado en la psique colectiva y la jurisprudencia que, sin embargo, se trata de un concepto nacido a raíz de la voluntad de los aliados en juzgar a la jerarquía nazi por los desmanes cometidos durante la II Guerra Mundial. La propuesta de hoy es un fascinante viaje al nacimiento del concepto y su aplicación, no exenta de polémica jurídica. Es además una muestra de los interrogatorios efectuados durante la recopilación de pruebas a los jerarcas nazis en poder de los aliados y juzgados posteriormente en el proceso conocido como Los juicios de Nuremberg y pilar del concepto para acusar de crímenes de guerra. Resulta estremecedor leer las declaraciones pero también esclarecedor del pensamiento de unos hombres responsables como el conjunto de integrantes del sistema nazi que se ven encerrados en una celda y que se sorprenden de la acusación de criminales de guerra...
 
Richard Overy, nacido en 1946, se doctoró en Historia por la Universidad de Cambridge y en la actualidad (2003) es catedrático de Historia en el King´s College de Londres. Su interés se centra en la historia de Alemania entre 1900 y 1945, la aviación militar y la segunda guerra mundial, periodo del que es el mayor experto de su generación.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet podréis encontrar más información y, sin más, unas breves reseñas que os animen a su apasionante lectura:
 

Pensando en el futuro inmediato tras derrotar a Hitler...

El futuro proceso comenzó a perfilarse en el Departamento de Defensa, en un memorando de octubre de 1944 del general Myron C. Cramer, asesor jurídico general del Ejército, para quien era incontestable que se constituyera alguna clase de tribunal militar internacional y que los principales criminales de guerra tuvieran el mismo derecho que cualquier otro prisionero a defenderse de acusaciones formuladas con claridad. El 9 de noviembre, McCloy organizó una reunión en el Pentágono para abordar este tema y en ella se aprobó la idea de celebrar un `consejo de guerra en toda regla, ante un tribunal internacional´. El criterio judicial y la idea británica del `acto político´ de venganza quedaron frente a frente. En enero, el Departamento de Defensa, apoyado por el de Asuntos Exteriores y por el fiscal general del Estado, presentó a Roosevelt una propuesta en firme para constituir un tribunal internacional que procesara a los criminales de guerra alemanes de acuerdo con `conceptos jurídicos firmemente arraigados en nuestra legislación´. Incluso Morgenthau, aunque a regañadientes, aceptó la propuesta. En aquel mismo mes el secretario del Tesoro comunicó a McCloy que también él era partidario de instruir un juicio rápido, sencillo y directo, siempre que Hitler no utilizara el juzgado como tribuna `para predicar las doctrinas expuestas en Mein Kampf´. “
 
Responsabilidad de los crímenes de guerra...
"La idea norteamericana de quién era responsable de crímenes de guerra difería de la británica en un detalle fundamental. Desde el principio de los preparativos del proceso se daba por establecido no sólo que serían acusados individuos concretos, sino también organizaciones criminales. El inspirador de la idea de la culpabilidad colectiva era el coronel Murray Bernays, un letrado neoyorquino que trabajaba en la sección administrativa del Estado Mayor del Ejército y uno de los más destacados cerebros jurídicos que desde el otoño de 1944 se esforzaban por definir el carácter del proceso y de las acusaciones. Aducía que en un proceso se podía acusar a una organización a través de cualquier miembro que se tuviera por representante de la misma; una vez declarado culpable de conspirar para cometer crímenes, tanto el miembro juzgado con los miembros restantes de la organización serían considerados culpables. Este dudosísimo procedimiento -sin precedentes en el derecho estadounidense ni en el internacional- permitiría arremeter contra la Gestapo o las SS en general y no sólo contra el par de individuos que daban órdenes desde la cúspide.”
 
Prisioneros de los aliados...
Se les custodiaba día y noche. La idea era que el guardián pasara por delante de la celda una vez por minuto y comprobara a través de la mirilla si el preso seguía allí. Durante las horas nocturnas se les obligaba a dormir con la cabeza y las manos a la vista, no bajo la manta; los inodoros estaban situados de modo que se vieran los pies. Esta vigilancia crispaba tanto a los presos como a los guardianes: uno de éstos se desmayó por haber estado observando por la mirilla de alambre, minuto tras minuto, la chaqueta de cuadros de Kaltenbrunner. La reacción de los detenidos fue heterogénea: unos aceptaron las condiciones vigentes con bastante estoicismo, mientras que otros ya estaban muy nerviosos cuando llegaron a Nuremberg. El peor caso fue el de Von Ribbentrop, quien, según Andrus, estaba a punto de derrumbarse por completo. Veía mal, había adelgazado mucho en Mondorf y ya ni siquiera se aseaba. Sólo dos presos acabaron en el hospital. Kaltenbrunner sufrió una hemorragia cerebral tres días antes del proceso y no estuvo presente en las sesiones de las primeras semanas. A comienzos de octubre se informó de que un testigo, que estaba retenido en el bloque de los presos en condiciones menos severas, había estado a punto de suicidarse. Un mes después, ya en evidente crisis psicótica, se le envió a una institución psiquiátrica. Los presos pasaban todos los días una revisión médica para comprobar su estado físico; dos psiquiatras, Douglas Kelley y Gustave gilbert, comprobaban su estado mental. Gilbert se encargó también de que hicieran una prueba con una versión alemana del test de inteligencia para adultos Wechsler-Bellevue, que tenía en cuenta la senilidad. La puntuación más alta la consiguió Schacht -logró 143, cuando la media era de 90-110-, pero fue debido a las ventajas que se otorgaban en función de la edad del sujeto; Streicher consiguió la más baja, 106. Lo más sorprendente de todo fue la prontitud con que quisieron someterse a la prueba. Tras pasar semanas de silencio forzoso, Kelley los vio `deseosos de hablar´, `sin que apenas hiciera falta incitarlos o tirarles de la lengua´.”
 
Buscando a Hitler...
Sin embargo, los rumores continuaron. A comienzos de septiembre, un parte radiofónico anunció en Roma que Hitler había sido visto en Hamburgo. Donde vivía con identidad falsa. Los aliados occidentales no podían fingir ignorancia de estos hechos por miedo a las censuras soviéticas. El espionaje británico `peinó Hamburgo durante varios días y envió lanchas de vigilancia para interceptar un velero de color caoba en el que, al parecer, habían huido Hitler y Eva Braun. Cierto doctor Pleve afirmó que el Führer se había sometido a una operación plástica que le había cambiado la cara, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores británico salió al paso de esta revelación con una réplica tajante: `Paparruchas: la 'operación plástica' que le 'cambió la cara' se practicó seguramente con un revolver de reglamento en el ' Führerbunker' ´. Irritado por la incertidumbre que rodeaba el final de Hitler, el servicio de información militar británico organizó una investigación exhaustiva de todas las pruebas disponibles en el bloque occidental y la encargó al comandante Hugh Trevor-Roper, oficial de información y futuro historiador. Su informe, redactado a finales de octubre de 1945 y comunicado a la prensa el 2 de noviembre en versión resumida, decía que Hitler se había suicidado de un tiro y no con veneno, que Eva Braun sí había ingerido veneno y que los dos cadáveres se habían sacado a los terrenos de la Cancillería y que habían ardido hasta ser imposible su identificación. El informe bastó para convencer a los aliados de que, al menos, no iban a tener que enfrentarse con el procesamiento de Hitler.”
 
Lectura apasionante que en la segunda parte del libro permite leer los interrogatorios, informes y opiniones que se pidieron a los acusados con el fin de preparar las acusaciones, Goering, Speer, Keitel y resto de juzgados y condenados que son además la fuente de trabajo de distintos autores que tratan del nazismo. Ideal ahora que las hordas de Putin siembran de cadáveres las ciudades de Ucrania siendo de suponer que también habrá atrocidades del lado ucraniano como sucede en todas las guerras. La diferencia es que hay un orden, algo desordenado sin duda, que documenta y prepara las acusaciones por los hechos que en el siglo XXI ofrecen por primera vez en la historia ver en tiempo real los estragos de la guerra. Para amantes de la historia, amantes de beber de las fuentes de los autores y lectura casi obligada en estos tiempos donde Europa y Occidente ven las nubes que anuncian un gran conflicto bélico e imprescindible para entorno de Putin y que mediten si es la hora de retirarlo a su dacha por motivos de salud...
 

miércoles, 30 de marzo de 2022

 

Libro: La noche quedó atrás
Autor: Jan Valtin
Editorial: Seix Barral S. A.
Traducción: Julio Bernal
Edición: 2008
 
Si algo no se puede negar es que esta década de los 20´s del siglo XXI es tan tumultuosa como la misma década del pasado siglo. La propuesta de hoy es un fascinante viaje a la época de entre guerras mundiales del siglo XX donde Rusia era tan temida y peligrosa como ahora. La revolución ha triunfado y el imperio ruso ha pasado a ser un imperio de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas regido por la entonces ilusionante, esperanzadora y redentora social para una parte del mundo y una terrible amenaza al orden geoestratégico establecido, doctrina comunista; un sistema que se anuncia como el triunfo revolucionario del proletariado que acabará con el capitalismo y el sistema capitalista que incluía a las democracias, imperios y repúblicas. Surge entonces un movimiento internacionalista sin patria salvo el paraíso del proletariado soviético, dirigido desde Moscú por el Komitern siendo el principal campo de batalla la efervescente Alemania de la República de Weimar. De la mano del protagonista que irá escalando peldaño a peldaño en el partido, a los ojos del Komitern y de la GPU, pero también abriendo los ojos a la realidad de Stalin y cómo se puso fin al sueño de miles de hombres y mujeres que sacrificaron vidas, sueños e ilusiones en la utopía que parecía ser posible en la URSS.
 
El libro es una delicia además de una historia fascinante. Las entrañas del internacionalismo y las estrategias del Komitern, las luchas internas por el poder, la colaboración de comunistas y nazis para socavar a la socialdemocracia en Alemania. Porque el autor nos desvela una historia de ascenso del nazismo, sus métodos de control, de acabar con la resistencia humana en los interrogatorios que también aplicaba el GPU. El protagonista de la historia es un joven que se hace marino profesional y fascinado por la utopía comunista y la camaradería del internacionalismo, entra a formar parte del engranaje del Komitern desde el puesto de simple correo. Haremos con él la singladura por puertos de todo el mundo trabajando para el partido, sacrificando una vida con su amada y logrando que ella decida seguirle en su lucha. Es un retrato de una época que abarca hasta casi el inicio de la II guerra Mundial y la parte del relato de su captura y sometido al sistema de interrogatorios de la Gestapo es desasosegante por su simple mecanismo de crueldad y dominar al detenido...
 
Jan Valtin, uno de los alias de Richard Julius Hermann Krebs, nació en Alemania en 1905, y fue un destacado miembro del Partido Comunista y de la GPU en el periodo de entreguerras. Inició sus actividades subversivas en 1923, y poco a poco fue implicándose en el partido, escalando posiciones de mando y llevando a cabo infinidad de acciones revolucionarias por todo el mundo, especialmente relacionadas con el sector marino y portuario. La ascensión del nazismo complicó aún más sus actividades; fue capturado por la Gestapo, torturado y condenado a reclusión, que eludió al hacerse pasar, por orden del GPU, por colaborador nazi. Enviado de misión de espionaje a Dinamarca, evitó ser secuestrado por los bolcheviques, y huyó a Estados Unidos, donde se alistó en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Finalizada ésta, y después de sufrir las investigaciones del Comité de Actividades Antiamericanas, consiguió la nacionalidad estadounidense en 1947. Falleció en 1951.
Datos sacados de la contraportada y, sin más verborrea, unos breves pasajes que os inciten a su apasionante lectura:
 
Una familia errante...
Mi padre dedicó al mar el mayor tiempo de su vida. Pero a pesar de sus viajes por el mundo, conservó siempre la devoción del caminante por la tierra donde había nacido, una devoción de la que no he podido participar. Durante la década que precedió a la guerra mundial, mi padre fue agregado al servicio de inspección náutica del Lloyd Norte Alemán en el Oriente y en Italia. Era un empleo en tierra firme, que le permitía llevar a su familia de puerto en puerto, a costa de la compañía. Uno de los resultados de este nomadismo fue que yo, al contar unos catorce años, hablara. Además de mi lengua nativa, algo de chino y malayo, teniendo también un conocimiento superficial del sueco, inglés, italiano y algo de esa jerga indomable del `pidgin-English´, es decir, del inglés que suelen hablar los culis chinos radicados en los puertos. Otro resultado fue que, desde niño, adquirí conciencia de mi inferioridad frente a los hombres que tenían el privilegio de vivir su juventud en un solo país, frente al fanatismo provocador de quienes han podido arraigarse y decir: `Ésta es mi tierra, éste es el mejor país´. Todo esto me dio una triste inestabilidad. Mi desquite fue observar con desprecio de muchacho las sanas manifestaciones de los nacionalistas.”
 
De polizón rumbo a Inglaterra...
A la noche siguiente ya estuve en camino a Liverpool, oculto en la carbonera de una pequeña embarcación. Acostado sobre sacos extendidos encima del carbón y con un paquete de sándwiches como almohada, contaba las vigas que veía encima mío y las gotas de lluvia que penetraban a través de la rendija en la escotilla del pañol del carbón. Apenas hubimos salido del canal que une Gante con el mar del Norte, fui descubierto por un cargador de carbón que entró a la carbonera con una lámpara de queroseno encendida. Di al hombre diez chelines en plata de los dieciséis que había recibido de la `tesorería´ de Bandura. Convino en no decir nada. Por los diez chelines me entregó una frazada y comida -a bordo de esta clase de embarcaciones los marineros se compran y se preparan ellos mismos su comida- y me mantuvo informado sobre el avance del barco a lo largo de las costas de Inglaterra y Gales. Marchamos al norte del canal de Bristol entre la neblina; los alaridos quejumbrosos de la sirena continuaron hasta que alcanzamos el Morsey, después de un accidentado viaje. Me oculté todo lo que pude dentro del carbón mientras duró el registro de los aduaneros, y cuando eso hubo pasado me introduje en la sala de calderas, dándome una ducha con baldes de agua caliente. Los barrios de las clases obreras en las ciudades británicas son los más sombríos del mundo. Las verjas del puerto estaban bien vigiladas. A las once de la noche toda la ciudad dormía ya, salvo algunos hombres tambaleantes que se dirigían a sus casas y algunas mujeres eternamente borrachas de whisky. Todo lo que me rodeaba me disgustó profundamente. Los contratistas ilegales me exigían cuatro libras pagadas por adelantado par un puesto legal en un barco griego o báltico. Durante dos noches dormí en una pensión para negros con destino a las Indias Occidentales, en una casa que era atendida por una bruja desdentada que cobraba nueve peniques por cama por una sola noche. Me conseguí comida durante mis andanzas por los muelles, lavando la vajilla para los cocineros de a bordo. Tuve la suerte de encontrarme con tripulantes de un barco alemán que me dijeron que su vapor estaba listo para zarpar hacia la costa Oeste de Estados Unidos.”
 
En el Moscú de los soviets...
Cada jornada preparatoria de los planes para las futuras campañas terminaba a altas
horas de la noche en una verdadera orgía. Los únicos grupos que dejaban de participar en ella eran los rusos, los chinos de rostros graves y los comunistas viejos que se retiraban, a fin de preparar y reunir material para los discursos y discusiones del día siguiente. El resto de las delegaciones acudía a sus hoteles, el Bristol y el famoso Lux, donde la mayoría de los funcionarios del Komitern tenían su residencia. Siempre había allí vodka, vinos y variedad de dulces y pastas baratas. A menudo se reunían más de veinticinco personas en una habitación de cinco a siete metros cuadrados. Entre los usuales `juegos´ que allí se cultivaban, citaremos el de que repentinamente se desnudara a algún visitante desprevenido; también se realizaban mutuas duchas con agua fría, torneos de bebedores de vodka y la `nacionalización de mujeres´, una sátira jugosa a la conocida propaganda burguesa. Este juego consistía en que los hombres aparecían con vestidos femeninos y las muchachas vestidas como estibadores y campesinos. Todo participante estaba obligado -una vez que se habían apagado las luces- a reconquistar sus vestimentas propias antes de que el que oficiaba de maestro de ceremonias volviera a encender las luces. Una especie cómica de `Tribunales proletarios´ aplicaba entonces los castigos a aquellos que no habían podido terminar de vestirse, siendo sorprendidos, por tanto, en posición grotesca y a medio vestir. Nuestras diversiones terminaban, por lo general, a medianoche, pues ningún comunista quería arriesgarse a finalizar vencido por el sueño durante las tareas del día siguiente. Los viejos bolcheviques no solían perdonar tales faltas.”
 
Enviado del Komitern en Dinamarca...
El Partido Comunista de Dinamarca era pequeño, pero perfecto. Contaba con cuatro periódicos y once mil afiliados. Disponía de una eficaz colaboración militar y un grupo excepcionalmente activo de colaboradores culturales, dirigido éste por un arquitecto bien conocido en Copenhague: Paul Henningsen. Dinamarca no era un país industrial. De faltarle su marina mercante y su exportación de productos lácteos, tendría que soportar días extremadamente difíciles. De este modo, los obreros marítimos eran, desde el punto soviético, la parte decisiva de la clase trabajadora danesa. Debilitar la influencia de los socialistas en los puertos y conseguir suficiente fuerza como para poder amenazar al gobierno danés con un bloqueo de su exportación.-lo cual lo haría accesible a las demandas de Moscú-, era el objeto principal de los esfuerzos del Komitern en Dinamarca. Para manejar con éxito el garrote de un bloqueo de la exportación, era esencial asegurarse los sindicatos de los obreros marítimos. El sindicato de los marineros y el de los fogoneros eran organizaciones ricas y poderosas, afiliadas a la Internacional Socialista de Ámsterdam (ITF) bajo la dirección del gran luchador holandés Edo Fimmen. Su eventual conquista por células comunistas, trabajando desde dentro o fuera, fue mencionada más tarde en Moscú como un ejemplo clásico de cómo un sindicato extranjero debe ser conquistado y entregado al poder soviético.”
 
Prisionero en el campo de concentración de Fuhlsbüttel...
Las celdas tenían tres metros de largo por metro y medio de ancho. Aparte de un catre bajito de hierro y un retrete roto, no contenían nada. Pesadas puertas de acero se abrían en estrecha fila. Cada celda tenía una pequeña ventana enrejada, a dos metros del suelo, y los cristales de la mayoría de las ventanas de las celdas estaban rotos, pues los jóvenes SS se divertían a todas horas del día y de la noche disparando sus armas al azar a través de las ventanas de las celdas. Los tiros de rifle y los ruidos de vidrio roto eran tan comunes como el zumbido de los aviones que llegaban o partían. La mayoría de los guardias eran jóvenes de dieciocho a veintitrés años. Era la misma gente que había sido antagonista nuestra en la guerra de guerrilla de los años pasados. Y ahora, el encontrarse en posición triunfadora, con sus odiados enemigos incondicionalmente a su merced, se erigía en el papel de vengadora. Fanáticos, entrenados en una despiadada crueldad, esos jóvenes se consideraban a sí mismos con orgullo como los llamados a exterminar la `peste´ marxista. Aparte del trato especial que la Gestapo había establecido para vencer la resistencia de ciertos presos con el fin de lograr que diesen nombres y direcciones de sus camaradas, los guardias de estos campos inventaron por su cuenta las más horribles torturas. Éstas incluían desde los `ejercicios´ físicos a que obligaban a los presos exhaustos, hasta el asesinato metódico e ingeniosamente organizado.”
 
Stalin cambia las reglas del internacionalismo...
Pasaron los meses de mayo y junio. La tensión creada en las filas internacionales comunistas por la ferocidad no disminuida de la purga de Stalin, que ya contaba tres años de duración continua, fue aún en aumento por la lucha sangrienta de las hordas de la GPU contra los anarquistas de Barcelona y otras ciudades leales en Cataluña. A cada instante podía observarse la desconfianza mutua entre los camaradas, que crecía cada vez más con los éxitos de la política del Frente Popular. Viejos amigos se rehuían y, si se reunían, lo hacían por asuntos oficiales. Cada uno reunía `material´ contra cualquier otro. No encontré mi sitio en semejante ambiente. El Komitern ya no era lo que había sido en 1923. tampoco era yo el mismo joven que había asaltado fortalezas policiales y luchado en las barricadas con un arma en la mano. Mi esposa significaba ahora mucho más para mí que Stalin o la Constitución soviética. (…) Día y noche busqué obsesivamente una oportunidad para sacar a mi mujer y a mi hijo de Alemania. Pero los camaradas a quienes me acerqué con esta petición no me prestaron ayuda. El miedo ante la purga de Stalin aturdía sus cabezas; este miedo había matado en ellos toda iniciativa y había extinguido el espíritu de camaradería. El Komitern estaba ahora infectado de una nueva especie de espías. Una palabra descuidada, pronunciada frente a un buen amigo, podía ser interpretada malévolamente y transmitida a la GPU, con una repentina llamada a Moscú como consecuencia inmediata. La PGU tenía atrapados a los líderes comunistas en todas partes y siempre podían encontrar un camino, si era necesario, para arrojar un lazo alrededor de su cuello.”
 
Apasionante biografía de un internacionalista en la época de entreguerras que nos da una observación privilegiada de la lucha por exportar la revolución del proletariado a todo el mundo. Las entrañas de un sistema que ha marcado escuela y que sigue vigente en las dictaduras comunistas que aún perduran como sistema político comunista. Ideal para amantes de la Historia y público inquieto por tratar de desentrañar los misterios del presente y los orígenes de estos barros que nos acosan. Recomendable a generaciones digitales que se tragan la propaganda del neocomunismo que, en realidad, es una versión del Komitern auspiciada por el régimen del señor Putin en Rusia a través de sus canales de comunicación globales. Porque lo más fascinante y, en cierta forma, aterrador es el paralelismo entre los métodos de hace cien años y los de cien años después donde quitada la pátina de ideología vemos el mismo expansionismo geopolítico, los mismos métodos de controlar y librarse de los adversarios y que siguen vigentes los métodos de tortura de la Gestapo y la PGU en todas las guerras desde entonces. Imprescindible para amantes de documentales del periodo histórico donde tratar de identificar a personajes...
Uno de esos libros que te atrapan y te sorprenden con la magia de su lectura.
 

martes, 1 de marzo de 2022

 
Libro: La lista negra 
-Los espías nazis protegidos por Franco y la Iglesia-

 Autor: José María Irujo

Editorial: Santillana Ediciones Generales, S. L.
Edición: Segunda edición, febrero de 2003
 
La propuesta de hoy es un relato apasionante sobre la historia de los nazis que al finalizar la contienda encontraron refugio y protección en la España de la dictadura fascista del general Franco, en deuda con la Alemania nazi por la asistencia técnica y militar que prestó a los sublevados tras rebelarse. Mientras Europa estallaba en un nuevo conflicto mundial, Lisboa y Madrid era un destino apasionante para diplomáticos y espías de ambos bandos. En el caso de España y debido a su amplio litoral, la presencia de funcionarios y agentes nazis era constante, encargados de recopilar información, propaganda a favor de las fuerzas del Eje así como preparar la logística para el abastecimiento de los submarinos alemanes. Tras la derrota nazi, cientos de alemanes buscados por los aliados, criminales de guerra y ciudadanos involucrados en la maquinaria exterminadora nazi, encontraron refugio y protección de las autoridades españolas y la complicidad de la Iglesia católica para lograr embarcar rumbo a Buenos Aires donde eran bien recibidos por el gobierno argentino...
 
José María Irujo Amatria (Pamplona 1955), licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, ha trabajado en El GloboCambio 16 y Diario 16. Desde 1996 ejerce en El País como periodista de investigación. Por sus investigaciones periodísticas, entre las que destaca el descubrimiento del caso Roldán, ha recibido, entre otros, los premios Ortega y Gasset, Javier Bueno (Asociación de la Prensa), Mariano José de Larra (Unión de Periodistas), León Felipe, Continente y el concedido por el Club Internacional de Prensa.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet podéis encontrar más datos sobre el autor, como es habitual. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a la apasionante lectura de la poco conocida historia de los espías nazis protegidos por Franco y la Iglesia...
 
Max Hohenlohe-Langenburg...
Hohenlohe estaba casado con Piedita Iturbe, marquesa de Belvís, hija del embajador de México en Madrid, y única heredera de su madre, Trinidad, condesa de Parsent, casada en segundas nupcias. La condesa gozaba de una enorme influencia en los círculos más poderosos de la nueva España de Franco. Max y Piedita vivían con sus hijos en El Quexigal, una finca situada en Ávila en la que habían invertido mucho dinero para su reforma y ampliación. Aquel lugar era un remanso de paz y naturaleza que sólo rompían las fiestas y reuniones de aristócratas y empresarios de la época, en fuerte contraste con lo que ocurría en Madrid, que empezaba a reconstruir los barrios devastados por la artillería nacional y donde miles de personas pasaban hambre y formaban largas colas con sus cartillas de racionamiento en la mano. Pero aquel escenario de penuria que se vivía en Madrid no parecía inquietar a esta familia, que continuaba con su intensa vida social y viajaba por toda Europa antes de que estallara la guerra. Max era un hombre inquieto y emprendedor que, por sus negocios, tenía conexiones con los políticos más importantes de Occidente. Reinhard Spitzy, espía a las órdenes de Cannaris, y Hohenlohe se entendieron enseguida. Los dos tenían en común su formación burguesa y acomodada, eran cosmopolitas y en aquel mes de abril de 1942, se mostraban críticos con la política exterior de Ribbentrop. Además, a ambos les inquietaba la marcha del conflicto bélico.”
 
Testaferros camuflando empresas nazis...
El rey del wolframio, Franz Bernhardt no era el único testaferro de los nazis. El comerciante alemán y coronel de las SS se sirvió de una cohorte de notables miembros de la aristocracia española encabezados por José María Martínez Ortega, conde de Arguillo, que se convirtieron en sus socios y aceptaron gustosos el papel de hombres de paja de los intereses económicos nazis en España. Aunque Franco había aprobado en 1939 una ley sobre nacionalización de industrias que impedía que el capital extranjero superara el 25 por ciento de las sociedades españolas, personas conectadas con el régimen burlaron la ley y pusieron su nombre a disposición del imperio industrial de Hitler en España. Algunos colaboradores de Bernhardt, como el mencionado conde de Arguillo, se movían en el mismo ambiente social del Club Puerta de Hierro y las alfombras del Palace por las que Aline Griffith paseaba ya con gran desenvoltura en busca de cualquier información interesante para la OSS y tras el rastro del tapado de la Gestapo en Madrid. ¿A cambio de qué prestaron su identidad esta red de testaferros? ¿Sólo por su afinidad ideológica con el nazismo? Sin duda, lo hicieron a cambio de dinero y de la influencia que les podía reportar apostar por los que creían que iban a ser los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.”
 
Esquivando a las autoridades aliadas...
Spitzy sabía que no podía permanecer oculto siempre bajo el manto de la Iglesia. Llevaba más de tres años desaparecido y los Hohenlohe no podían hacer más por él. Había quer tomar una decisión definitiva: seguir en España como un topo en la madriguera o huir a Argentina, el país en el que estaban recalando numerosos agentes nazis. Argentina era una posibilidad: estaba gobernada por Perón, se acogía a los antiguos colaboradores nazis con los brazos abiertos y se hablaba español. El país suramericano era un escenario en el que, además, contaría con el apoyo del coronel Vélez, el antiguo agregado militar en Madrid con el que había trabado una estrecha amistad. Pero además de esas circunstancias, ¿por qué pensó Spitzy en Argentina? Desde que terminó la guerra, los Aliados sospechaban que los consulados argentinos en España facilitaban pasaportes a agentes nazis, a los que hacía pasar por nativos de Buenos Aires e hijos de alemanes. De esta forma podían conservar su nombre original. Su sospecha no iba mal encaminada, tal y como demostró en 1946 la declaración de Herbert Senner, un ex agente de la SD, ante el Consejo Aliado de Alemania. El espía arrepentido aseguró que había una red en Madrid organizada para llevar a Argentina a agentes alemanes perseguidos. Senner fue muy preciso y dio el nombre del responsable: Ramón de la Peña, un presunto agente que había trabajado para la Abwehr. Ayudó a 150 o 200 alemanes a huir a Buenos Aires desde Cádiz, entre agosto y septiembre de ese mismo año. En su tarea le ayudaba un tal Escat, un francés simpatizante de los nazis y director de la revista `Je suis partout´.”
 
Tumba española para un viejo SS...
El viejo Galler, ex comandante de un batallón de las Waffen-SS, murió a los 80 años de edad, en marzo de 1995, en este precioso pueblo alicantino. Pocas personas asistieron a su entierro y casi nadie sabía quién era este hombre de aspecto tranquilo y afable que paseaba con su perro por las calles de Denia desde que se instaló, a mediados de los años ochenta, en el número 45 de la calle Partida Florida, en una casa sencilla, en compañía de Elfe, su segunda esposa. Galler aparentaba ser uno de esos jubilados alemanes, austriacos y suizos -más de 10.000- que viven en esta localidad turística. Pero tras la apariencia tranquila de Galler, siempre paseando en compañía de sus esposa y de su perro, se ocultaba la historia inconfesable del principal responsable de una de las mayores matanzas cometidas por las tropas de Hitler durante la ocupación italiana. Su batallón protagonizó la masacre cometida en el verano de 1944 en el pueblo montañés de Sant´Anna en el que murieron asesinados 400 civiles, en su mayoría mujeres y niños.”
 
Lectura ideal para amantes de la Historia, espionaje y el papel poco divulgado que jugó la Península Ibérica en el transcurso y final de la II Guerra Mundial donde la neutralidad de España y Portugal propiciaba la guerra secreta de Aliados y fuerzas del Eje. Recomendable para quienes creen que ante la agresión militar lo mejor es el pacifismo de pancarta y que en una guerra no hay neutralidad cuando se sufre una agresión como sucede en Ucrania y el régimen de Putin. Ideal para lectura de vigilias nocturnas, mesita de noche o tiempo muerto en el estrés diario. Cuidadín con leerlo la suegra, que puede tener ocurrencias de espía para controlar la sopa boba...
 

viernes, 18 de febrero de 2022

 

Libro: El viaje del yihadista 
-Dentro de la militancia musulmana-
Autor: Fawaz A. Gerges
Editorial: La Vanguardia Ediciones, S. A.
Traducción: Anunciata Bremón
Edición: Primera edición, febrero 2007
 
Los atentados a las torres gemelas el 11-S cambiaron el mundo y se analizado de múltiples formas y maneras cómo afectó a Occidente y sus sociedades. Sin embargo, la percepción del mundo islámico que ya era bastante desconocido para el público occidental, se redujo a musulmanes terroristas y musulmanes aliados en la Guerra al Terrorismo que desembocaría en la invasión de Iraq y Afganistán por tropas estadounidenses y de la OTAN. La propuesta de hoy es un título publicado en 2007 que además de ser un agudo análisis, que ya anticipaba los derroteros que culminaron con la proclamación del Estado Islámico, nos muestra las consecuencias de los atentados en Nueva York en una parte de la sociedad musulmana que, por distintas causas, aspiraban a la creación de un califato acorde a los preceptos religiosos y donde el ascenso de Bin Laden y su organización terrorista cambió el sentido del yihadismo a toda una generación que vio en EEUU una imposición imperial de valores occidentales para debilitar y cambiar el mundo musulmán que vio su mayor ofensa en el establecimiento de tropas estadounidenses en Arabia Saudí, cambiando el concepto localista de aspirar a un califato para declarar una guerra global contra los EEUU y sus aliados. Podremos apreciar la fractura interna y la división de opiniones en el yihadismo que pasó totalmente desapercibida para la sociedad occidental.
 
Fawaz A. Gerges es uno de los expertos de mayor prestigio mundial sobre los movimientos islamistas, la historia de los países árabes y la política norteamericana en Oriente Medio. Nació en Líbano, en una familia ortodoxa y en un pueblo donde árabes y cristianos convivían pacíficamente. Actualmente (2007) es catedrático de Estudios sobre Oriente Medio y Asuntos Internacionales de la Universidad Sarah Lawrence, en Bronxville (Nueva York), donde ha llegado tras enseñar en Harvard, Princeton y Columbia. Colabora regularmente como analista en La Vanguardia y en los programas ABC News y Morning Edition NPR, de televisión y radio respectivamente. Ha colaborado también en medios audiovisuales como la CNN, la BBC y AL Yazira, y en escritos como The New York Times, The Washington Post, Foreing Affairs, Foreing Policy, y Al Mustaqbal, entre muchos otros así como autor de diversos ensayos.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet se puede encontrar más información y, sin más verborrea, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante e instructiva lectura:
 
Viaje al interior del islamismo...
Mi propio camino al interior del yihadismo empezó pues en ese viaje, dos años antes del 11 de septiembre y de todo lo que vino después. Las palabras `yihadista´ y `yihadismo´ todavía no habían entrado en el vocabulario del americano corriente, pero yo estaba decidido a averiguar más sobre lo que estaba sucediendo fuera del ángulo de visión occidental. No obstante, cuando finalmente conseguí organizar la cita con Kamal, sus amigos y colaboradores me advirtieron de que el hombre con el que me iba a encontrar ya no era el agitador que había dedicado su vida a poner el mundo boca abajo. Él y su generación habían aprendido en su carne lo que ocurría cuando tratabas de islamizar a la sociedad por la fuerza. El resultado había sido un terrible baño de sangre, con ejecuciones y largas penas de prisión (Kamal pasó diez años en una cárcel egipcia). Familias enteras habían quedado destrozadas. Ahora, me dijeron él y otros antiguos `guerreros de Dios´ se estaban replanteando sus anteriores trayectorias. Estaban trazando un nuevo rumbo, comprometido no con la revolución violenta sino con la persuasión política y la daua o llamada religiosa. Ahora eran más viejos y más sabios. Lo que yo esperaba averiguar con Kamal era hasta qué punto había arraigado esa refundación. Su historia me resultó fascinante, ya que parecía a la vez una contradicción y un reflejo de lo que estaba ocurriendo en el mundo árabe.”
 
Segunda generación de islamistas...
Abu Yandal pasó cuatro años -de 1996 a 2000- al lado de Bin Laden, protegiéndole y realizando misiones delicadas para él. Era parte del círculo íntimo de aquél, particularmente cercano a su familia y a menudo estaba presente cuando se discutían operaciones y se tomaban decisiones. Ahora, Abu Yandal pasa los días en su pequeña biblioteca en Sanaa, la capital del Yemen. En una fotografía en la que aparece sacando un libro de un estante, podría pasar por un medievalista de Oxford, incluso por un joven rabino inmerso en las sutilezas de la Torá. Su barba cuidadosamente recortada no recuerda en nada el aspecto guerrero de sus viejos camaradas de Afganistán. Me han dicho que si te cruzaras con él por la calle, te parecería un amable y benevolente padre de familia, con sus ojos brillantes destilando humor y las comisuras de la boca hacia arriba con el aire de un pariente bondadoso. Pero que le miraras más de cerca podrías percibir una peculiar tensión entre sus ojos y su porte entero: la forma en que se mueve sugiere una resolución que intimida. Esa contradicción puede verse claramente en las fotografías de Aby Yandal vestido con los ropajes tradicionales yemeníes: turbante, vestido blanco, una daga enfundada en su vaina y metida por dentro de un cinturón negro ancho; el tipo de vestido que una mente occidental relaciona con las imágenes de Osama Bin laden cuando da a conocer sus proclamas y amenazas. Abu Yandal representa lo que yo llamaría la segunda generación de la yihad.”
 
Sayid Qutb...
Para Qutb, cuya ambición juvenil era ser poeta, la máquina del progreso occidental se había hecho tan arrolladoramente consumista que destruía todo en su camino, aniquilando las propias expresiones de intimidad que definen lo que significa el ser humano. Ni él ni sus seguidores contemporáneos están solos en esa percepción, como podemos ver actualmente en el creciente movimiento antiglobalización. Cuando la maquinaria de la productividad anula todos los demás valores humanos, mantenía, se pierden las mismas bases de la moralidad. El fracaso del impulso moral de América deriva, teorizaba Qutb, de la peculiar naturaleza de su creación, es el resultado de su `nacimiento deforme´: un cruce de la ciencia de la Ilustración europea con la naturaleza salvaje, en estado puro, del Nuevo Mundo. `En América´, escribió, `el hombre nació ya con la ciencia, y por lo tanto sólo creía en ella... Dado que recibió una naturaleza completamente virgen e indomable, y luchó sólo con sus manos para convertirla en su morada, la ciencia aplicada fue su gran aliada en esa violenta lucha. La ciencia aplicada le tendió la mano con sus instrumentos eficaces para crear, edificar, organizar y producir´. La obsesión de los americanos con la tecnología, afirmaba Qutb, tenía un alto coste para su corazón y su alma.”
 
Hizbulah...
"Durante el almuerzo busqué a Nauaf. Quería que me dijera exactamente cómo veía Hizbulah los ataques de Nueva York y Washington y sus potenciales repercusiones. En primer lugar, Nauaf quería que yo comprendiera claramente que su partido no tenía lazos de ningún tipo con Al Qaeda y carecía de ambiciones mundiales. `Nuestro movimiento islámico trabaja para expulsar a los ocupantes sionistas de las últimas granjas en el sur del Líbano y mantener a Israel acorralado. Somos un partido de resistencia local y una organización política convencional con un programa muy específico´, me dijo mientras comíamos contemplando el Mediterráneo. `Yo no sé si Al Qaeda llevó a cabo los ataques en Nueva York y Washington. No tengo fe en lo que dicen los dirigentes estadounidenses. Pero nosotros, como partido, no aprobamos no aprobamos ni propiciamos la matanza de civiles, de ningún tipo de civiles. Los americanos no son únicos. No deberían ser tratados de forma diferente de otras víctimas, incluidos los cientos de miles de musulmanes que perecieron en el Líbano, Palestina, Iraq, Irán y Cachemira. La historia no empieza ni acaba el 11 de septiembre. Los americanos no tienen el monopolio del sufrimiento y el dolor´. Añadió que esperaba que América utilizara los ataques `como un catalizador para construir puentes con los árabes y musulmanes y empezar el proceso de cicatrización´, pero que dudaba de que fuera así. `Mi instinto me dice que Bush hijo explotará la pérdida de vidas americanas para sacar ventaja en política interna y dará una respuesta militarista´.”
 
La Guerra al Terrorismo...
Kamal ha observado un nuevo consenso entre islamistas y yihadistas de todos los colores en que los Estados Unidos se han convertido en el enemigo implacable. `A nuestros ojos, América encabeza la lista de amenazas a la nación islámica´. Como otros muchos, Kamal vio la guerra contra el terror americana como una guerra contra el Islam y los musulmanes. Después de que los Estados Unidos atacaran a los talibanes y Al Qaeda, Kamal escribió un artículo titulado 'El choque de culturas deja de ser un eslogan para convertirse en estrategia: América declara la Tercera Guerra Mundial contra el mundo musulmán.'. `La declaración de guerra de América a Afganistán el 6 de octubre de 2001 fue una declaración de guerra al Islam´, escribió. La guerra no tiene que ver con el 11 de septiembre. `La verdad es que la Tercera Guerra Mundial del Occidente cristiano contra el Oriente islámico es una guerra de civilizaciones, religiosa y cultural diseñada para silenciar a todos esos musulmanes que todavía hablan de aferrarse con fuerza al Islam para resistir la sucia marea de la tiránica civilización occidental´. A pesar de lo que los gobiernos árabes y musulmanes nos quieren hacer creer, dice Kamal a sus lectores, `los talibanes y Afganistán representan en nuestra estima la primera línea de defensa del mundo musulmán en esta nueva guerra, porque nuestra seguridad nacional es una y la misma.”
 
Libro cuya actualidad sigue vigente más de una década después de su publicación, con Bin Laden eliminado, un Estado Islámico que mostró la crueldad sanguinaria del mismo en base a preceptos religiosos, un Oriente Medio en plena ebullición bélica y un Afganistán donde Occidente ha salido por piernas escenificando el fracaso en el entendimiento entre dos mundos donde la imagen maligna y satánica de Estados Unidos en el mundo árabe y musulmán sólo es comparable a la leyenda negra española que sostenía el protestantismo en guerra con el catolicismo. Es también una visión de una sociedad donde los atentados del 11-S hicieron ver a la gran mayoría que Bin Laden no representaba al islamismo pero una minoría vio la yihad contra Estados Unidos la manera de defender su mundo. Lectura ideal para conocer los entresijos y las historias humanas, religiosas y políticas que en 2022 siguen plenamente vigentes y la herida del 11-S está lejos de cicatrizar haciendo chocar dos mundos condenados a entenderse en la era digital y el futuro que conlleva y del que ya vivimos su presente.

miércoles, 2 de febrero de 2022

 

Libro: Breve historia del espionaje
Autor: Juan Carlos Herrera Hermosilla
Editorial: Ediciones Nowtilus, S. L.
Edición: Abril 2012
 
La propuesta de hoy es un delicioso libro, de los que inducen a leer otros libros y que suponen en su brevedad una didáctica introducción a un tema, el fascinante mundo del espionaje en este caso. Un rápido repaso a la historia del espionaje que hará las delicias de profanos y amantes de la materia donde se nos muestra con detalles significativos las distintas peripecias de un arte que la Humanidad lleva practicando desde los albores de la misma. No es una obra que requiera conocimientos previos y sí, reitero, la magia de hacernos buscar títulos que calmen la sed inducida tras beber de sus páginas...
 
Juan Carlos Herrera Hermosilla (Madrid, 1963) es licenciado en Filología Clásica, por la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado diversos artículos sobre mitología, lingüística y retórica. Su interés por la Historia se ha centrado fundamentalmente en el siglo XIX. Trabaja como profesor de Enseñanza Secundaria y Bachillerato en un centro de Madrid.
Datos actualizados al año de edición y sacados de la contraportada.
Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
 
Los albores de la Historia...
Las primeras manifestaciones de la utilización de los servicios de inteligencia y espionaje los encontramos en Mesopotamia en el III milenio a. C., cuando Sargón I de Acad se hizo con el poder, reuniendo bajo su cetro un imperio que abarcaba desde las costas de Siria hasta el sur del actual Irán. Así, su dominio se extendía desde el Golfo Pérsico al Mediterráneo; había creado el Imperio acadio. Para su formación, Sargón I era consciente de la necesidad de información, de inteligencia, más allá de las tierras de Acad. Por ello se sirvió de espías que lo informaban puntualmente, a modo de exploradores, de las características de las tierras que se disponía a conquistar. Una tablilla en acadio, datada hacia el 2210 a. C. y escrita con caracteres cuneiformes, nos muestra cómo el rey de Acad utilizó mercaderes, verdaderos espías durmientes del imperio, para que lo informaran sobre las regiones que planeaba dominar y así proveerle de inteligencia con la que planificar adecuadamente la marcha de sus ejércitos.”
 
El espionaje del Imperio español...
El rey español Felipe II, basándose en el sistema diplomático establecido por su padre, el emperador Carlos I de España, mantuvo una amplia red de espionaje cuyos centros neurálgicos eran las embajadas. No obstante, también todos los órganos de gobierno del Imperio español, virreyes, gobernadores generales y militares sirvieron a la Corona como receptores de la información obtenida por los medios más diversos. El órgano que regulaba la adquisición y la proporción de inteligencia a los órganos políticos decisorios era el Consejo de Estado, que a su vez nombraba a los embajadores en el extranjero. La supervisión y control de ese organismo estatal recaían en el secretario de Estado, que era, en última instancia, el encargado de la coordinación de hombres y recursos con el fin de obtener la información necesaria para la toma de decisiones.”
 
La Orquesta Roja...
Stalin no sólo desoyó los informes de la Orquesta Roja sobre la invasión alemana de la Unión Soviética, también hizo caso omiso del mejor agente que tenía bajo su mando: Richard Sorge. `El hombre que salvó el comunismo´, como llegó a ser llamado Sorge, aunque nació en Baku, en la actual Azarbayán, era de nacionalidad alemana, lo que le permitió actuar como agente del servicio secreto soviético bajo la cobertura de periodista del diario alemán Frankfurter Zeitung e incluso unirse al partido nazi en 1929. Como corresponsal de dicho periódico, viajó a la ciudad china de Shangái en 1930 para recabar información sin levantar sospechas y fomentar la revolución comunista. Tres años después comenzó su aventura japonesa con el fin de organizar una red de espionaje en el país nipón. Llegó a Japón el 6 de septiembre. Allí estableció una red de espionaje que estaba formada por individuos cercanos al primer ministro japonés.”
 
El Mossad...
No todos los agentes del Mossad tuvieron la misma suerte que Wolfgang Lotz. Uno de los más grandes espías de la historia de los servicios secretos israelíes, el egipcio Eli Cohen, acabó a los cuarenta años ahorcado públicamente en la plaza de la ciudad siria de Damasco el 19 de mayo de 1965. Cohen se hizo pasar por un sirio de nombre Kamel Amin Tsa'abet, y se trasladó desde Argentina a la capital siria, Damasco, donde se ganó la confianza de altos cargos políticos y militares, de los que sacaba gran cantidad de información. La consideración que se tenía a Eli Cohen en Siria era tal que fue propuesto para formar parte, como viceministro, del Ministerio de Defensa Sirio. Entre sus grandes logros destaca que consiguiera transmitir a Israel la posición de las fuerzas antiaéreas sirias en los Altos del Golán, con lo que el ejército israelí tuvo información privilegiada para destruirlos en la Guerra de los Seis Días, del 5 al 10 de junio de 1967. Finalmente, Cohen fue descubierto retransmitiendo información a los servicios secretos israelíes; se le condenó a morir en la horca, como ya quedó dicho. Incluso Siria se negó a realizar un canje de espías con Israel y devolver los restos mortales del espía a sus familiares.”
 
Breves pinceladas de un relato de la historia del espionaje desde el neolítico hasta la reciente Guerra al Terrorismo y los nuevos espionajes relacionados con la tecnología digital. Para el orbe hispano, contiene un interesante apartado dedicado a la evolución de los servicios secretos españoles desde la dictadura de Franco hasta el mundo actual. Libro ideal para lectura a intervalos, mesita de noche y vigilias de diferente índole que nos introduce en el mundillo y nos deja ganas y apetencia de buscar otros libros que sacien la curiosidad. Cuidado con dejarlo a la suegra que puede aprender truquillos para amargarnos la sopa boba, que conste.

martes, 25 de enero de 2022

 

 
Libro: Memorias
Autor: Andrei Sajarov
Editorial: Círculo de Lectores, S. A.
Traducción: María Elena Aparicio Aldazábal
Edición: 1992
 
La propuesta de hoy es uno de esos libros que cobran actualidad décadas después de su publicación y el fallecimiento del autor. Nada menos que las memorias del padre de la bomba H soviética, ciudadano privilegiado del sistema comunista por su labor de físico, héroe de la URSS que hasta disponía de coche oficial, convencido de que la bomba H era necesaria para que Rusia estuviera en paridad con EEUU en la disuasión nuclear y que, trabajando en las consecuencias de la explosión de la bomba de hidrógeno en la atmósfera para los seres humanos, se percata de que la disuasión nuclear debe ser sustituida por el diálogo sincero de las dos superpotencias de la Guerra Fría. También abrió los ojos al realidad de la sociedad bajo el régimen comunista con su propaganda y ausencia de acceso a noticias del exterior, con presos políticos y la presión que sufrieron tanto él como su familia por parte del KGB. Un hombre cuyos pensamientos lograron romper la barrera del adoctrinamiento desde la infancia del régimen soviético y que tuvo el valor de afrontar sus convencimientos respecto a la guerra nuclear y las reformas que reclamaba la disidencia en el sistema comunista...
 
Fallecido en 1989 sin llegar a ver la desintegración total de la URSS, su voz resulta recomendable ahora que el presidente de Rusia retoma el camino de sacar músculo militar para buscar su seguridad en el mundo. Lejos del futuro que soñó, donde la diplomacia y el intercambio cultural y de ideas haría avanzar a la Humanidad, seguramente quedaría perplejo ante la actual proliferación nuclear que se utiliza no como disuasión de una guerra atómica, los países desarrollan bombas nucleares anunciando que serán utilizadas. Y podría no creer que un miembro del KGB sea quien rige los destinos de Rusia, que se sigue eliminando a los oponentes y reprimiendo a quienes protestan. A continuación unas breves reseñas que os inciten a su lectura:
 
La URSS...
Nunca había oído a mi padre criticar el régimen tan directamente. Pero en una ocasión, en 1950, denunció a Stalin con tal vehemencia que mi madre temió por su vida. Tal vez es que hasta entonces mi padre se había aguantado las ganas de expresar sus verdaderos sentimientos por mí; puede que estuviese preocupado de que al comprender muchas cosas demasiado pronto me fuese difícil sobrevivir en este mundo. Su negativa a revelar sus ideas, incluso a su propio hijo, puede constituir uno de los hechos más significativos de la época. Pero la condena indirecta que mi padre hacía del régimen salía continuamente a la superficie de una forma u otra. Por otra parte, el tío Iván discutía de política y economía con menos problemas, o por lo menos eso recuerdo. (Mis conocimientos sobre estos temas dependen en gran medida de las conversaciones que mantuve con mi padre en los últimos años de su vida, y tal vez mi memoria se haya visto influenciada por mis puntos de vista actuales). El tío Iván consideraba que el sistema socialista era un instrumento eficaz para consolidar el poder, pero que da muy pocas satisfacciones a las necesidades humanas. Todavía tengo en la cabeza uno de sus dichos: En el capitalismo, el vendedor va en pos del comprador y esto hace que los dos trabajen mejor; pero en el socialismo, el comprador anda detrás del vendedor y ninguno de los dos tiene tiempo para trabajar. No cabe duda de que sólo es un aforismo, pero refleja cierta verdad.”
 
La prueba de 1955...
En esta ocasión, después de haber leído el Libro Negro de los norteamericanos, no me
puse las gafas oscuras: si te las quitas después de la explosión, los ojos necesitan tiempo para acostumbrarse al resplandor; si te las dejas puestas no puedes ver mucho a través de los cristales oscuros. Así pues, me puse de espaldas al campo cero y me di la vuelta rápidamente cuando el edificio y el cielo se iluminaron con el fogonazo. Vi cómo una cegadora esfera blanca y amarilla que crecía rápidamente, se tornaba anaranjada en una fracción de segundo; más tarde adquirió un tono rojo brillante y alcanzó el horizonte, aplastándose en su base. No pasó mucho tiempo antes de que todo se oscureciese debido a una gran nube de polvo de color gris azulado que formaba una especie de torbellino, en cuya superficie centelleaban aterradores destellos carmesíes. Entre la nube y el torbellino de polvo se formó una especie de pedicelo de un hongo, todavía más grueso que el que se formó durante la primera prueba termonuclear. Ondas de choque cruzaban el cielo en todas direcciones, emitiendo de vez en cuando unos conos blanco-lechosos y reforzando la imagen del hongo. Sentí un calor como cuando se abre un horno y el calor te da en la cara y esto ocurría con un tiempo helador y a decenas de kilómetros del campo cero. Todo este mágico espectáculo tuvo lugar en completo silencio. Pasaron varios minutos y luego, de repente, la onda de choque expansiva se echó encima de nosotros, aproximándose a toda velocidad, aplastando la hierba.”
 
Gestión soviética del lago Baikal...
Las malas lenguas dicen que Orlov había escogido el emplazamiento simplemente señalando un punto en la ribera mientras navegaba en una motora con sus amigotes. La construcción ya estaba en marcha cuando los defensores del Baikal descubrieron que éste fue el punto preciso en el que el famoso terremoto Verninski había provocado que el lago se engullese treinta y cinco acres de terreno costero durante el último siglo; era una región sísmicamente activa. Se enviaron inmediatamente telegramas a Moscú, pero en lugar de cancelar el proyecto, que era la única acción razonable, las autoridades transfirieron la responsabilidad a un nuevo contratista, el ministro de Construcción de Máquinas Medias. (Petrianov me preguntó con sarcasmo: `¿Sabe quién está al mando del pelotón de ejecución del Baikal? ¡El propio Slavski!´) Se prepararon nuevos palnos para la construcción de edificios de varios pisos a base de aluminio y vidrio con estructuras resistentes a los movimientos sísmicos ancladas sobre soportes de acero. Era un milagro de la ingeniería, pero aunque los costes de la construcción se habían disparado, los edificios todavía son vulnerables a los grandes terremotos que se habían producido en la zona una o dos veces cada siglo. Como recompensa ¡el Ministro de Construcción de Máquinas Medias obtuvo permiso para cortar madera en la reserva del Baikal!”
 
Cartas a un disidente en la URSS...
Las amenazas probablemente eran obra del KGB, mientras que las críticas por acciones específicas mías podían ser cartas espontáneas escritas por ciudadanos ofendidos y únicamente en casos excepcionales pienso que fueran obra del KGB. Aquí, sin embargo, quiero hablar de las cartas enviaban pidiéndome ayuda. Empezaron a llegar poco después de fundar el Comité de Derechos Humanos en noviembre de 1970, el mismo periodo en el que comenzaron a presentarse desconocidos en mi casa. En los nueve años siguientes, hasta mi exilio en Gorki, recibí cientos de cartas y de visitas, cada una de ellas motivada por un grave problema que los organismos soviéticos no podían o no querían solucionar. La gente venía a mí desesperada; no obstante, desde el principio tuve muy claro que no iba a poder ayudar a todos. Es difícil transmitir el dolor que me causaban sus expectativas mal encaminadas; y lamentablemente, sin saber cómo responder, desorganizado y preocupado en otras cuestiones urgentes, con frecuencia elegía la salida más fácil: iba retrasando la respuesta un día tras otro, una semana y otra, hasta que finalmente la carta se perdía o no tenía sentido responderla. Todavía me pesa sobre la conciencia.”
 
Expectativas de futuro...
Al igual que muchos de mis contemporáneos, he llegado al convencimiento de que la seguridad y la paz internacionales no se pueden sostener a menos que podamos asegurar la apertura de la sociedad, el respeto a los derechos humanos y una convergencia definitiva de los dos sistemas opuestos, socialismo y capitalismo. Di especial importancia en mi artículo a la necesidad de reformas pluralistas en el mundo socialista para terminar con el monopolio mantenido por el Partido y el Estado sobre la economía, ideología y cultura. Necesitamos `libertad de opinión; difusión libre de la información; control del pueblo sobre la vida nacional, incluyendo decisiones que afecten a la guerra y la paz; libertad de culto; libertad de movimiento; libertad de asociación; y la liberalización incondicional de todos los presos de conciencia de las cárceles y hospitales psiquiátricos´. Creo que la mayoría de nuestros ciudadanos aceptan el sistema soviético y su modo de vida, y no solamente porque la mayoría de ellos carezca de oportunidades de comparar y elegir. Sin tratar de idealizar en modo alguno la forma de vida de la URSS, uno debe reconocer que el sistema soviético tiene a su favor unos cuantos logros sustanciales. La convergencia y las reformas pluralistas son, a mí modo de ver, vías para la libertad y prosperidad de las gentes de las naciones socialistas, y para la paz mundial. Soy un reformista convencido, opuesto por ,principio a la revolución o contrarrevolución violenta; y todavía más a su exportación. (A menudo encuentro difícil distinguir entre ellas.)”
 
Huelga de hambre como forma de protesta
Al contrario que en 1984, en esta ocasión alcancé un grado razonable de coexistencia pacífica con el equipo de alimentación forzada, lo que me permitió prolongar mi huelga de hambre indefinidamente. Normalmente me resistía cuando comenzaba la alimentación, pero las últimas cucharadas las comía voluntariamente (Estos eran los momentos que la KGB filmaba con cámaras ocultas.) Cuando la dotación del equipo de alimentación era de pocas personas, les advertía: `Hoy no conseguirán que coma.´ Ponía la comida sobre la mesa y la dejaban allí sin decir una palabra. Solía cubrirla con una servilleta a fin de que no me molestara la visión de la comida y soplándola fuera de la cuchara. Entonces aplicaban un separador que me impedía cerrar la boca, pero me desollaba la piel de los carrillos y me producía escoriaciones en las paredes bucales. Mis `solícitos´ doctores me curaban las heridas con antiséptico. Mi peso habitual era de alrededor de setenta y cinco kilos, pero para el 13 de agosto había bajado hasta los sesenta. Ese día comenzaron con inyecciones subcutáneas(en ambos muslos) e intravenosa para complementar la alimentación forzada. En agosto y septiembre me aplicaron quince infusiones subcutáneas y diez intravenosas. Cada alimentación subcutánea duraba varias horas y me producía una dolorosa inflamación de las piernas que me dejaba incapaz de caminar el resto de ese día y a veces tampoco podía hacerlo al día siguiente.”
 
Memorias que cobran vigencia para comprender el sistema ruso de un ciudadano soviético, socialista convencido de que el socialismo podía evolucionar y que viendo la Rusia del presidente Putin es como si los peores presagios de Sajarov se hubieran hecho realidad con represión de la opinión pública, eliminación de los contrarios al régimen y un expansionismo con exportación del régimen sin respetar fronteras ni naciones soberanas. También una muestra de lo que fue la URSS de la mano de un héroe de la misma y creador de la bomba de hidrógeno que sufrió la represión total del sistema soviético cuando se hizo disidente y defensor de los derechos humanos. Lectura recomendable para comprender y tratar de desentrañar parte de los interrogantes de que Europa se encuentre a las puertas de un conflicto armado...
Sobrecogedor.
 

martes, 21 de diciembre de 2021

 

 
Libro: Las tres Españas del 36
Autor: Paul Preston
Editorial: Plaza & Janés Editores S. A.
Edición: Séptima edición, marzo, 1998
 
Terminamos este pandémico 2021 visitando el escenario de la Guerra Civil española, ese conflicto que aún supura gracias a que los extremos que llevaron a la misma vuelven por sus fueros aprovechando los nuevos tiempos. De la mano del prestigioso hispanista Paul Preston, conoceremos a personajes que representan las tres corrientes que se vieron envueltas en el conflicto, por un lado los vencedores que luchaban contra el comunismo, los perdedores que en nombre de la república buscaban vencer al fascismo y proclamar un sistema inspirado en la URSS y en medio aquellas personas que viendo los estragos y previendo las consecuencias tanto si vencían unos como otros, aspiraban a una democracia verdadera que tardaría cuarenta años en cristalizar tras una sanguinaria guerra entre hermanos patrios, una dictadura bajo el régimen franquista y una Transición donde los representantes de las dos Españas de la Guerra Civil y los demócratas nacidos tras la misma pactaron llevar a España por el camino de una monarquía constitucional. Todo ello con el fondo internacional donde el totalitarismo comunista y fascista eran opciones reales de gobierno siendo la URSS de Stalin y la Italia fascista de Mussolini las referencias, sobre ambas, la siniestra sombra del régimen nazi en Alemania que llevaron la lucha a tierras españolas como anticipo de la guerra mundial que se avecinaba. En medio, unas democracias vulnerables y que ansiando la paz mediante la diplomacia llevaron a Europa a una nueva guerra civil europea que desembocó en conflicto mundial...
 
Paul Preston (Liverpool, 1946) es catedrático `Príncipe de Asturias´ de historia contemporánea española, y director del Centro Cañada Blanch para el Estudio de la España Contemporánea de la London School of Economics & Political Science. Educado en Liverpool y en la Universidad de Oxford, de 1973 a 1991 fue sucesivamente profesor de historia en la Universidad de Reading, Inglaterra; en el centro de Estudios Mediterráneos de Roma; y en el Queen Mary College de la Universidad de Londres, donde ganó la cátedra de historia contemporánea en 1985, pasando a la London Scholl en 1991. Analista de asuntos españoles en radio y televisión tanto en Gran Bretaña como en España, colaborador de diversos periódicos y revistas.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y en Internet podéis poneros al día sobre el autor, y sin más rollos, unas breves reseñas que os animen a su interesante e ilustradora lectura:
 
Millán Astray, el novio de la muerte...
En opinión de Franco, Millán se había comportado como era debido en la confrontación con Unamuno. El que alguien como el general se ganara el respeto del Caudillo, dice mucho de la naturaleza de éste y su corte. Franco lo hizo más o menos responsable de la moral de las tropas nacionales, en calidad de lo cual Millán iba a menudo al frente y a los hospitales militares. Sin duda, como uno de los colaboradores más allegados de Franco, participaba en sus tertulias nocturnas, en las que el Generalísimo hablaba de los progresos de la guerra con los jefes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, el coronel Francisco Martínez Moreno, el general Alfredo Kindelán y el almirante Juan Cervera respectivamente. Tenía acceso directo a Franco. Se hallaba a menudo presente cuando el teniente coronel Lorenzo Martínez Fuset le llevaba, para su visto bueno, fajos de condenas a muerte. Aún después de que Franco reconociera que el crecimiento de su maquinaria propagandística requería de un aparato burocrático, para cuya administración quizá Millán no fuese el hombre más indicado, lo empleaba a menudo como una suerte de guía turístico de los dignatarios de visita. En una ocasión, ante una delegación de la extrema derecha francesa que se disponía a ver a Franco, les advirtió que estaban a punto de encontrarse en presencia de `la voz de Dios´.”
 
Julián Besteiro, la tragedia de un pacifista en la guerra...
Después del fracaso de su misión de paz, Besteiro volvió a su puesto en la universidad y a su posición en el ayuntamiento de Madrid, donde sus experiencias aumentaron su admiración por la abnegación del pueblo de Madrid. Juan Simeón Vidarte, subsecretario del ministro del Interior u miembro del Comité Ejecutivo del PSOE afirmó que como concejal del ayuntamiento, Besteiro trabajó de firme para solucionar los problemas de la capital sitiada. Vidarte se conmocionó cuando le vio: `Era un espectro pálido, ojeroso, de pómulos hundidos, con el cabello blanco y revuelto´. Estaba tan delgado que Vidarte quiso proporcionarle comida extra a causa de su mala salud. Pero Besteiro no aceptó más raciones de las que le correspondían como simple ciudadano. Le torturaba la idea de que los errores cometidos a principios de 1930, en particular la participación socialista en el gobierno, fueran responsables de la guerra. También estaba horrorizado por la violencia de ésta y, especialmente, por el ruido de los pelotones de fusilamiento y los disparos que se oían por la noche, que consideraba ecos de asesinatos políticos.”
 
Dolores Ibárruri, pasionaria de acero...
Puesto que sus hijos no podían asistir al colegio y a menudo se quedaban solos todo el día mientras ella se dedicaba al trabajo político, el PCE le sugirió que los enviara a Rusia. La decisión de hacerlo le causó mucho dolor y un fuerte sentimiento de culpa. Al principio se suponía que se quedarían allí apenas unos meses, si bien, dada la agitación política de la primavera de 1936, seguida por la guerra civil, no volvería a verlos hasta años más tarde. Rubén, de quince años, fue colocado de aprendiz de mecánico en la fábrica de coches Stalin, en Moscú; Amaya, de doce, en una residencia para hijos de comunistas extranjeros, en la ciudad textil de Ivanovo. Separados el uno del otro y de su madre, en un país extraño, lavida se les hizo amargamente dura. Dolores pudo visitarlos enjulio de 1935, tras el mismo recorrido por las montañas, sólo que con destino a Moscú. La habían nombrado, con José Díaz, delegada al VII Congreso de la Komitern, en el que se adoptó la política del Frente Popular. De nuevo se reunió con Mijail Koltsov, quien recordaría que `escuchaba ella atentamente los discursos de los oradores, tomaba sus notas con mucho cuidado, en un cuaderno, e intervino con un discurso de altos vuelos, apasionado y brillante´. A Díaz le dieron un puesto en la ejecutiva de la Komitern, y Dolores fue elegida suplente. Su viaje de regreso a España, en el yate `prestado´ de Juan Ignacio Luca de Tena, propietario de ABC, resultó memorable. Una vez en España, vivió en la clandestinidad, mudándose de un apartamento a otro a fin de evitar la vigilancia policial.”
 
Lectura necesaria en estos tiempos donde unos siguen en 1939 y otros en 1936 amargando la existencia a quienes viven en el siglo XXI, triste ejercicio interesado de desmemoria que supone un lastre en apariencia eterno a casi cien años de la Guerra Civil española. Ideal para lectura navideña, curiosos de la Historia y las pequeñas historias de los protagonistas que fueron simplemente personas de su tiempo, antesala de la Segunda Guerra Mundial y cuando las democracias peligraban ante el triunfo en apariencia imparable de los totalitarismos fascista y comunista. Lectura que sirve de homenaje a quienes padecieron aquellos tiempos y que si nos vieran ahora nos dirían que no mereció la pena tanto dolor, sangre, represión y desencuentro entre españoles. Cuidado de dejarlo a la suegra que se le irá la olla y querrá mandar donativos para bautizar a chinitos y cosas por el estilo, cuidadín.
 

martes, 7 de diciembre de 2021

 

 

Título: Cisnes Salvajes 

-Tres hijas de China-

Autor: Jung Chang
Editorial: CIRCE Ediciones S. A.
Traducción: Gian Castelli Gair
Edición: Décima edición, noviembre, 1996
 
Atención seguidores y seguidoras de la sección porque la propuesta de hoy es una historia fascinante, de tomo tocho cuyas páginas se devoran, enganchados tanto a la historia que narra como al estilo que nos hace transportarnos a la piel de la protagonista. Es la historia del siempre fascinante mundo de la cultura y la Historia de China, potencia emergente a superpotencia donde en ocasiones resulta difícil digerir las cantidades de masa humana que habitan el país. La autora nos lleva de la mano a la historia personal de tres generaciones de mujeres que a su vez son llevadas de la mano de la historia china del siglo XX y que ha configurado la China política del siglo XXI. La abuela, concubina de un señor de la guerra y posteriormente esposa y madre en la China surgida de la mano de Mao y la ideología comunista tratando de mantener las tradiciones ancestrales que dejaban de tener vigencia. La madre, joven comunista empapada de la revolución, veterana de la lucha social que anunciaba el nuevo orden comunista y posteriormente, junto con su marido, convertida en blanco de la revolución cultural de Mao y sus purgas y padecimientos. La hija, joven creyente en Mao, disciplinada joven comunista pero donde la realidad cotidiana, el sufrimiento de sus padres y conocer la China rural con sus padecimientos, le abren los ojos a que existe, debe de existir, algo más allá del poder personal de Mao y su esposa...
 
Jung Chang nació en Yibin, provincia de Sichuan, China, en 1952. Fue Guardia Roja durante un breve periodo y posteriormente trabajó como campesina, `doctora descalza´, obrera del metal y electricista hasta convertirse en estudiante de lengua inglesa y, más tarde, en profesora adjunta de la Universidad de Sichuan. En 1978, abandonó China para viajar a Gran Bretaña, donde obtuvo una beca de la Universidad de York. Se doctoró en Lingüística en 1982, convirtiéndose en el primer ciudadano de la República Popular China que obtenía un doctorado de una universidad británica. Ha impartido clases en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres. Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y en Internet se puede encontrar más datos de la autora. Y sin más verborrea, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante y fascinante lectura:
 
Una niña en la China imperial de comienzos del siglo XX...
Los pies de mi abuela habían sido vendados cuando tenía dos años de edad. Su madre, quien también llevaba los pies vendados, comenzó por atar en torno a sus pies una cinta de tela de unos seis metros de longitud, doblándole todos los dedos -a excepción del más grueso- bajo la planta. A continuación, depositó sobre ellos una piedra de grandes dimensiones para aplastar el arco del pie. Mi abuela gritó de dolor, suplicándole que se detuviera, a lo que su madre respondió embutiéndole un trozo de tela en la boca. Tras ello, mi abuela se desmayó varias veces a causa del dolor. El proceso duró varios años. Incluso una vez rotos los huesos, los pies tenían que ser vendados día y noche con un grueso tejido debido a que intentaban recobrar su forma original tan pronto se sentían liberados. Durante años, mi abuela vivió sometida a un dolor atroz e interminable. Cuando rogaba a su madre que la liberara de las ataduras, ésta rompía en sollozos y le explicaba que unos pies sin vendar destrozarían su vida entera y que lo hacía por su propia felicidad.”
 
Manchukuo...
El 11 de septiembre de 1939, cuando mi madre cursaba su segundo año de enseñanza elemental, Pu Yi -emperador de Manchukuo- y su esposa llegaron a Jinzhou en visita oficial. Mi madre resultó elegida para entregar un ramo de flores a la Emperatriz a su llegada. Sobre un estrado alegremente decorado esperaba una gran muchedumbre salpicada de banderitas amarillas de papel con los colores de Manchukuo. Mi madre recibió un enorme ramo de flores. Se sentía llena de confianza en sí misma mientras aguardaba entre la banda de música y un grupo de dignatarios ataviados con chaqués. Un muchacho que tendría aproximadamente la edad de mi madre permanecía severamente erguido junto a ella con el ramo de flores que debía entregar a Pu Yi. Cuando la real pareja hizo su aparición, la banda acometió el himno nacional de Manchukuo. Todos los presentes se pusieron firmes. Mi madre se adelantó e hizo una reverencia mientras sostenía el ramo con mano experta. La Emperatriz lucía un vestido blanco y unos elegantes guantes del mismo color que le llegaban a los codos. Mi madre pensó que era extraordinariamente hermosa. Se las arregló para hurtar la mirada en dirección a Pu Yi, quien vestía un uniforme militar, y pensó que tras sus gruesos lentes tenía `ojos de cerdito´.
 
La vida bajo el Partido...
El continuo entrometimiento del Partido en las vidas de las personas constituía la base fundamental del proceso conocido como la `reforma del pensamiento´. Mao no sólo perseguía una absoluta disciplina externa sino también el total sometimiento de los pensamientos del individuo, ya fueran profundos o no. Todas las semanas, aquellos que se encontraban ` en la revolución´ celebraban una reunión destinada al ´examen del pensamiento´. Todos habían de criticarse a sí mismos por haber concebido pensamientos incorrectos y eran posteriormente criticados por los demás. Las reuniones tendían a verse dominadas por personas soberbias y mezquinas que utilizaban a los asistentes para descargar sus envidias y frustraciones; la gente de origen campesino solía utilizarles para atacar a quienes procedían de un pasado `burgués´. La idea era que la gente debía reformarse para parecerse más a los campesinos, porque la revolución comunista era esencialmente una revolución campesina. Este proceso estimulaba los sentimientos de culpabilidad de las personas ilustradas: habían vivido mejor que los campesinos, y ello era un hecho que debían subrayar en sus autocríticas.”
 
Mao crea la Guardia Roja...
Para despertar una violencia colectiva controlada entre los jóvenes era necesario disponer de víctimas. Los objetivos más evidentes de cualquier colegio eran los profesores, algunos de los cuales ya habían estado en el punto de mira de los equipos de trabajo y las autoridades académicas a lo largo de los últimos meses. Ahora, se abalanzaron sobre ellos los jóvenes rebeldes. Los profesores constituían mejor objetivo que los padres, a los que únicamente hubiera podido atacarse de un modo individual y aislado. Además, representaban en la cultura china una figura de autoridad más importante que la de los progenitores. Así, apenas hubo escuela china en la que los profesores no se vieran insultados y golpeados, a veces con consecuencias fatales. Algunos alumnos organizaron prisiones en las que sus maestros eran torturados. Sin embargo, aquello no bastaba por sí mismo para generar la clase de terror que perseguía Mao.”
 
La lealtad al Partido y Mao no libraba de las purgas...
Los malos tratos físicos no tardaron en alcanzar a mi madre. No provinieron de las personas que trabajaban a su cargo, sino principalmente de ex-presidiarios que trabajaban en los talleres callejeros de su Distrito Oriental: ladrones, violadores, contrabandistas de droga y proxenetas. A diferencia de los `criminales políticos´ -entonces objetivos de la Revolución Cultural- aquellos delincuentes comunes eran incitados a atacar a víctimas designadas. Personalmente, no tenían nada en contra de mi madre, pero les bastaba el hecho de que hubiera sido uno de los líderes superiores de su distrito. Aquellos ex presidiarios se mostraban especialmente activos durante las asambleas celebradas para denunciarla. Un día, regresó a casa con el rostro desencajado de dolor. Se le había ordenado que se arrodillara sobre trozos de cristal roto. Mi abuela se pasó la tarde sacando fragmentos de vidrio de sus rodillas con unas pinzas y una aguja. Al día siguiente, le fabricó un par de gruesas rodilleras, así como una riñonera acolchada, ya que la débil estructura de la cintura era la zona preferida por los asaltantes para dirigir sus golpes. Mi madre fue paseada por las calles en varias ocasiones con un grotesco gorro en la cabeza y un pesado cartel colgando del cuello en el que aparecía su nombre escrito junto a una gran cruz en señal de humillación y eliminación. Cada pocos pasos, ella y sus colegas eran forzados a arrodillarse y hacer el kowtow frente a la muchedumbre. Algunos gritaban que sus kowtows no habían sido lo bastante sonoros y exigían que se repitieran. En tales ocasiones, mi madre y sus colegas se veían obligados a golpearse la cabeza ruidosamente sobre el pavimento de piedra.”
 
Rehabilitación tras el terror revolucionario...
La razón de que Mao hubiera autorizado aquella rehabilitación en masa no era que por fin hubiera recobrado el sentido, sino que la muerte de Lin Biao y la inevitable purga de sus hombres le había hecho perder el poder con que controlaba al Ejército. Dado que había destituido y apartado virtualmente de sus funciones a todos los demás mariscales, opuestos a la Revolución Cultural, se había visto obligado a depender casi exclusivamente de Lin. Había situado a su esposa y parientes, así como a las estrellas de la Revolución Cultural, en los puestos más importantes del Ejército, pero se trataba de personas sin antecedentes militares y, por ello, no contaban con la lealtad de las fuerzas armadas. Tras la desaparición de Lin, Mao hubo de recurrir a los líderes previamente purgados que aún inspiraban fidelidad a los militares, entre ellos Deng Xiaoping, quien no tardaría en reaparecer. La primera concesión que tuvo que hacer Mao fue devolver a sus puestos a la mayoría de los funcionarios denunciados. El líder sabía también que su poder dependía del funcionamiento de la economía. Sus Comités revolucionarios eran irremediablemente incompetentes y se encontraban divididos por lo que no contaba con modo alguno de poner el país en marcha. No tuvo otra elección que recurrir de nuevo a los antiguos funcionarios que había hecho caer en desgracia.”
 
Un libro que nos lleva a recorrer la lucha de las mujeres, de los idealistas que consagraron su existencia al Partido para ser luego purgados sufriendo calvarios como los padres de la protagonista y la historia de una época marcada por la dictadura a todos los niveles de Mao que nos ayuda a comprender la dictadura de Corea del Norte, por poner un ejemplo, pero también una historia de fe en los ideales, en la lucha por la mejora social de una nación milenaria que fue traicionada por el mismo a quien veneraban y mantenían una fe inquebrantable. También para asumir que disfrutamos de sistemas democráticos que amparan la libertad individual a diferencia de los sistemas totalitarios, fascismo y comunismo, que parecen encontrar en estos tiempos de crisis global un caldo de cultivo y votantes que creen los paraísos que anuncian de llegar al poder. Lectura para mesilla de noche, vigilias hospitalarias y en general para quienes gustan de conocer los hechos, todo ello de la mano de tres generaciones de mujeres y sus vicisitudes personales que quedan sepultadas en los libros de Historia y condenadas a que nadie sepa de sus historias...
Una lectura apasionante.

miércoles, 3 de noviembre de 2021

 
Libro: Perdedores 
-Testimonios de alemanes y japoneses durante la Segunda Guerra Mundial-
Autor: Nigel Cawthorne
Editorial: Sello Editorial, S. L.
Traducción: Daniel Aldea Rossell
Edición: 1ª edición, abril 2011
 
Visitamos la II Guerra Mundial de la mano de diarios y testimonios que el autor recopila para mostrar la realidad de la derrota en la ciudadanía alemana y japonesa. La desilusión, la cruda realidad de los bombardeos, las batallas en la jungla, cobran una nueva dimensión al leer los pensamientos de personas que plasmaron los mismos en diarios, anotaciones y testimonios durante y al finalizar la contienda. Gente anónima que quedan solapados por las batallas y escenarios, olvidados salvo para los suyos y que de alguna forma no fueron conscientes de la magnitud de la derrota y que sirven para recordarnos que los conflictos bélicos, más allá de la propaganda, arrasan con vidas además de la destrucción y padecimientos que provocan...
 
Nigel Cawthorne es un prolífico escritor angloamericano con más de 90 títulos a su espalda. Es especialmente reconocido por sus obras de historia militar y por sus colaboraciones en The Guardian, The Daily Telegraph, Daily Mail y The New York Times, además de otros medios como la BBC.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de la edición, y sin más verborrea unas breves reseñas que os animen a su interesante y apasionada lectura:
 
Piloto de la Luftwaffe Fritz Mölders a bordo de un caza Messerschmitt Me 109 durante la invasión de Francia...
... A unos 5.000 metros pongo en fila a mi grupo, elijo rápidamente un objetivo y ¡nos lanzamos a por él! Dirijo el avión un poco más a la derecha; sobrevolamos Compiégne. Tras un rápido intercambio de fuego, fragmentos del caza enemigo vuelan a mi alrededor. Percibo un fuerte estallido en mi aparato -momentos de pánico- pero el motor sigue funcionando, por suerte. En mi costado, dos Me se encargan del adversario. El Leutnant Claus derriba a uno de ellos. ¿Dónde está el avión de reconocimiento? ¡Debemos deshacernos de él! Ahí abajo, cerca del suelo, un Bloch sigue con él. Desciendo en picado hacia el Bloch, pero voy demasiado deprisa, no puedo disparar; de repente estoy en su costado; veo al piloto con claridad; se mantiene pegado obstinadamente al avión de reconocimiento que debe proteger; lleva la cabina abierta y yo ladeo un poco mi aparato. Me mira horrorizado y ¡zuuum!, sale disparado a toda velocidad. Es lo que pretendía que hiciera. Porque ahora puedo descender directamente sobre el avión de reconocimiento. Pero el tipo es un piloto fantástico. Sobrevuela un pueblo a poca altura, por debajo de la torre de una iglesia y a lo largo de un valle fluvial; lo tengo brevemente en mi mira, presa segura, cargo, descendemos, pasamos entre dos álamos, ahora estoy sólo a 50 metros de él; subo el morro para evitar un cable telefónico y vuelvo a bajar para sobrevolar un prado a sólo un metro de altura; lo tengo a tiro. Lo pillo desprevenido, se precipita al suelo dejando una larga columna de fuego de treinta metros a su cola. No hará más fotografías.”
 
Soldados alemanes reponiendo fuerzas en París en 1943 mientras se reconstruye su regimiento tras la derrota en Stalingrado...
Los siguientes días nos dedicamos al turismo. Aunque estábamos en pies desde la mañana
hasta la noche, sólo pudimos ver los monumentos principales de París. Recorrimos la amplia avenida de los Campos Elíseos desde el Arco del Triunfo a la Plaza de la Concordia. De vez en cuando nos deteníamos para observar los escaparates. Era una lástima que no dispusiéramos de más dinero, pues aquellas tiendas ofrecían productos que ya escaseaban en Alemania. Cuando empezaban a dolernos los pies, descansábamos en uno de los muchos cafés y observábamos a los transeuntes mientras disfrutábamos de un café au lait acompañado de deliciosas petits fours. París seguía bullendo como si la guerra no existiera. Lamentablemente, el Louvre estaba cerrado... Existía una orden especial que prohibía a los grupos separarse por la noche. Al ser aficionado a la ópera, me hubiera gustado asistir a una representación, pero mis compañeros se decidieron por el Folies Bergére. Pese a ir prácticamente desnudas, la representación fue artística y poco vulgar. El cuerpo de la mujer no sólo existe para la lujuria del hombre... La última mañana en París fuimos a Montmartre, el barrio donde viven los artistas, visitamos algunas de sus exposiciones, comimos en uno de los restaurantes bohemios... Fue como estar de vacaciones, excepto que nuestras esposas no podían estar con nosotros.”
 
Interrogatorio a una partidaria nazi de 21 años que trabajaba en la fábrica Focke-Wulf en Bremen sobre la ocupación de Alemania tras la derrota nazi...
No tengo ningún problema con el gobierno de ocupación ni con los soldados. Ya no tengo bicicleta; me la robaron los polacos. Intenté pedir ayuda a unos cuantos soldados ingleses, y tuve la sensación de que, de haberme entendido, me la habrían proporcionado. Para cuando logré hacerles entender lo que deseaba de ellos, los polacos habían desaparecido... Tanto yo como el resto de la gente sólo creíamos lo que leíamos en los periódicos, etc. Creía que todos los hombres menores de 65 años serían trasladados a otros lugares para trabajar. Creía que todos los que nos quedáramos aquí tendríamos que hacer trabajos forzados y tendríamos estatus de esclavos, picando piedra, retirando escombros ey cosas así. Temía que nos trasladaran arbitrariamente de una ciudad a otra. Temía que no dispusiéramos de la comida suficiente para sobrevivir. Temía las violaciones y la violencia y el desorden general. También temía graves limitaciones de la movilidad. Esperaba que sólo nos dejaran salir de casa unas dos o tres horas al día. Por otro lado, esperaba que terminaran los bombardeos; aquello era un consuelo parcial.”
 
Juzo Mori, suboficial del Ejército del Aire destacado en el portaaviones Soryu durante la segunda oleada contra Pearl Harbor...
los objetivos asignados de los torpederos-bombarderos del Soryu eran los acorazados
estadounidenses que esperábamos encontrar fondeados en el muelle del Arsenal Naval de Oahu. Acometimos nuestro ataque a máxima velocidad y baja altura, y cuando me encontraba casi en la posición para soltar mi torpedo, me di cuenta dew que mi objetivo asignado no era un acorazado, sino un crucero. Volaba justo por detrás del teniente Nagai, y sobrevolamos la isla de Oahu antes de descender a posición de ataque. Pese al plan original de atacar a los acorazados enemigos, el teniente Nagai no modificó la trayectoria que nos llevaba directamente al crucero. Sin embargo yo no tenía muchas esperanzas de sobrevivir al ataque, pues esperábamos una intensa resistencia enemiga. Si debíamos morir, pensé, al menos quiero saber que hemos torpedeado a un acorazado. Dado que ya se habían producido las oleadas sobre Akagi y Kaga, el ataque de los aparatos del Soryu fue recibido con un intenso fuego antiaéreo procedente de la flota enemiga. Mi bombardero se estremeció y sacudió con los impactos de las ametralladoras y metralla enemigas. Pese a mi intención de desviarme del curso del crucero, ahora justo enfrente de mi aparato, para atacar al grupo de acorazados fondeados junto a Fort Island, recibí órdenes de volar en línea recta hacia la nube mortal de fuego antiaéreo. Debido a esto y a la topografía circundante, sobrevolé directamente los acorazados enemigos en Fort Island y después tracé un amplio giro hacia la izquierda. El fuego antiaéreo no afectó a la maniobra, por lo que fijé como mi nuevo objetivo un acorazado fondeado a cierta distancia del grupo principal que ya estaba siendo torpedeado por otros aparatos del Soryu. Aquel parecía ser el único acorazado que aún no había sufrido daños.”
 
Reflexiones del soldado japonés Kubota en su diario durante el cerco de Bataan en 1942...
22 de febrero: Han pasado dos meses desde el desembarco. Aún no hay señal de la bandera blanca ondeando en Bataan. Nuestras tácticas contra el enemigo se limitaban a luchar y avanzar. Hemos pagado un precio muy alto. Ahora los hemos cercado. Habrá menos sacrificios, pero la guerra se alargará irremediablemente. ¿Cuándo caerá Bataan? Seguramente para abril o mayo. Los soldados Shimizu y Ishikami han sido enviados de vuelta a la base. Nuestra rutina se ha normalizado aunque el intercambio de fuego continúa. Sólo el río fluye tranquilamente. Desconocemos lo que nos depara el mañana. Hoy estamos vivos, pero tal vez mañana no. Ni siquiera podemos controlar lo que nos ocurrirá en las siguientes horas. Cada vez que un proyectil hace estallar un árbol, las hojas y la metralla caen sobre nosotros y nos sentimos aliviados. Sin embargo, vivir bajo la amenaza de la artillería no resulta fácil. Ahora debemos responder a su provocación. Empezamos a disparar. El fuego aumenta de intensidad y, a través del humo y el polvo, vemos sufrir a nuestros camaradas... El enemigo empieza a bombardear en cuanto se pone el sol. Las enormes copas de estos árboles se astillan como cerillas y un proyectil nos sobrevuela con un sonido sibilante y estalla detrás de nuestra posición. El polvo y las piedras caen como una lluvia torrencial. Tras un instante de silencio, circula la noticia de que todo el mundo está bien y todos respiramos aliviados.”
 
Testimonio de un estudiante de instituto sobre el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima...
Jamás olvidaré aquel día. Tras terminar los saludos matinales en el patio de la escuela,
estábamos esperando en el aula a que empezara el trabajo de demolición. De repente, un amigo gritó: `¡Un B-29!´. Al mismo tiempo vio un fogonazo muy intenso. El edificio se derrumbó de golpe y quedamos atrapados entre los escombros. No sé cuánto tiempo pasé inconsciente. Cuando desperté, no podía moverme. Tenía cortes en la cara y en las manos que me dolían mucho. Había perdido los dientes de delante y tenía la camiseta empapada en sangre. Me arrastré como pude y asomé la cabeza por entre los escombros. La escuela había desaparecido. Se había desvanecido y ahora sólo quedaba un montón de escombros. Más allá de la escuela, hacia el centro de la ciudad, sólo se veían llamas. Tenía tanto miedo que no podía dejar de temblar. Avanzando lentamente, pude salir del edificio derruidos, y caminando en contra del viento para escapar de los numerosos incendios, me abrí paso entre las ruinas de la ciudad.”
 
Breves pinceladas de un mosaico de testimonios que van desde el optimismo y euforia de la victoria al pesimismo de la derrota y ver como inexorablemente todo un mundo se hace trizas. Ideal para lecturas reposada en vigilias nocturnas o en mesita de noche. Un recordatorio de los estragos de la guerra y voz de los derrotados que nunca se escucha sepultadas entre imágenes de noticiarios y las grandes crónicas con personajes históricos. Son testimonios de personas normales atrapadas en la vorágine de su tiempo y que conviene escuchar para recordarnos que la paz es un tesoro que debemos cuidar y velar entre todos, que el todos ya abarca a todas sin falta de añadirlo pese a las soflamas feministas de lenguaje inclusivo que se gasta la suegra últimamente...
 

martes, 26 de octubre de 2021

 

Libro: Imperiofobia y leyenda negra 
– Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español-
Autor: María Elvira Roca Barea
Editorial: Ediciones Siruela, S. A.
Edición: 4ª edición, junio de 2019
 

Apasionante lectura para el orbe hispano el título que os proponemos hoy y que versa sobre los motivos y circunstancias que han fomentado la leyenda negra sobre los imperios de turno, especialmente el caso de la leyenda negra española que con el auge del protestantismo dio lugar en el siglo XVI a identificar el Imperio español con Satanás y al mundo católico como símbolo de represión inquisitorial. La propaganda contra el Imperio español ha creado unos tópicos que perduran hoy en día y que incluso han sido asumidos por la propia Hispanidad, tenemos ejemplos en el populismo indigenista en Hispanoamérica o en los nacionalismos periféricos que siguen utilizando la leyenda negra. Con la revolución industrial y la expansión de la influencia estadounidense en el continente americano, España siguió siendo acusada de oscurantismo, catolicismo inquisitorial y que su Imperio en América es la causa de todos los males que azotan a las repúblicas hispanoamericanas. Un libro fascinante que nos muestra las circunstancias, los hechos y las motivaciones de que se considere los 300 años de Imperio español como algo dañino, empezando por llamar colonias y colonialismo español lo que eran territorios de la Corona española donde se fundaron universidades y la integración racial mientras que el colonialismo europeo procuraba eliminar a la población indígena y explotar los recursos, sin embargo el éxito de gestión del Imperio español que Francia, Inglaterra y Alemania trataron de imitar nunca fue efectivo pese a que perdura todo lo contrario para el gran público, para ello se compara la leyenda negra de otros imperios para demostrar y mostrar los porqué de que perdure la leyenda negra y la hispanofobia.

No hay datos de la autora en la contraportada, así que unos breves pasajes que os animen a su ilustrativa y apasionante lectura:
 
Imperio romano...
En la propaganda anti romana los historiadores saben de la existencia de tópicos reiterados que, organizados como modelos, fueron empleados no sólo por Mitrídates sino también en otros importantes núcleos del Mediterráneo Oriental como Judea, Armenia, Alejandría, las ciudades griegas continentales y del Asia Menor, etcétera. Aparecen reflejados en cartas y discursos como los que hemos visto, pero se manifiestan también de otro modo: en vaticinios y profecías que anuncian la destrucción del imperio, generalmente en medio de grandes catástrofes o por la venida de un salvador, rey o profeta. Los oráculos forman parte del modelo de la propaganda antiimperial. Los veremos de nuevo en el caso del Imperio español y es seguramente una de la más interesantes manifestaciones de este complejo combinado de admiración y envidia que el imperio despierta en la órbita de su influencia y que se manifiesta en las leyendas negras. Son los imperiales como semidioses y semidemonios, y las divinidades se ocupan preferentemente de enviar mensajes que anuncian a los oprimidos que aquella terrible hybris tendrá su castigo”
Rusia...
 
Algunos autores, como García Cárcel, consideran que la leyenda negra en realidad no existe sino que es el resultado de la tendencia de los españoles a perderse en los laberínticos senderos sobre su identidad. También los rusos mantienen con ellos mismos una relación conflictiva y no por ese motivo se han inventado la rusofobia. Los rusos como imperio se cuestionan a sí mismos desde el principio. En tiempos de Catalina II las ideas hostiles a la guerra y a la expansión territorial circulaban libremente y en abundancia. El hábito de la autoexposición y la manera torrencial en que los rusos tienden a mostrarse así mismos, lo mejor y lo peor de ellos, causa, principalmente entre los protestantes europeos, gran desasosiego. Es lógico; estos son educados en la idea d ella contención y en el principio de que la buena educación exige velar cuidadosamente el interior de cada cual. Para Anatoli Lieven resulta evidente que la rusofobia no procede sólo de la hostilidad hacia la Unión Soviética en los tiempos de la Guerra Fría. Hay por tanto , en el caso de los rusos ese componente de respetabilidad intelectual característico de los prejuicios antiimperiales en oposición a otras clases de prejuicios. Va ligado a la rusofobia desde la Ilustración. Este factor quedó diluido cuando en 1917 triunfó la revolución y Rusia pasó a ser la tierra prometida sin necesidad de llegar al más allá. Diluido pero no muerto.”
 
Aportación alemana a la leyenda negra española...
Para la oligarquía de la Frisia Oriental los españoles eran `Erzfeinde und Verhöner der löblichen Teutschen´ (archienemigos y vilipendiadores de la ilustre nación alemana). Otro panfleto dice imprimirse como `un recordatorio muy necesario en el que se ponen de manifiesto la tiranía, el carácter taimado, los usos y las prácticas de los españoles con el objeto de preservar el bien común, la libertad y la prosperidad de toda la cristiandad´. Durante las décadas de los treinta y los cuarenta del siglo XVI la virulencia propagandística va en aumento y, para cuando muere el emperador, los españoles son ya la personificación de Satanás: `se denunciaba el advenimiento del Anticristo y su séquito español en panfletos, libelos ilustrados, cantos de iglesia y sermones dominicales y se instaba a que los feligreses tomaran partido sin ambages en contra de los españoles´.”
 
Trato a los pueblos indígenas...
Nadie con un mínimo de cultura niega ya el papel pionero que tuvieron los legisladores y la maquinaria imperial española en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Hay que colocar en su contexto y en su tiempo las ideas revolucionarias expresadas primero por los dominicos, y luego por otras órdenes. La justicia exige que se mencione a los dominicos en primer lugar, esas bestias negras de la intolerancia y la barbarie, se gún la imagen habitual que de ellos ha transmitido el protestantismo primero, y más tarde, la Ilustración. Muchos intelectuales y hombres de gobierno, incluidos los propios reyes, asumieron sus ideas en España. Hasta entonces nadie se había planteado que los pueblos conquistados pudieran tener derechos o que los individuos de una civilización salvaje, considerada universalmente no cristiana e inferior, fuesen también seres humanos que merecían respeto. Y esto, que ha cambiado nuestra noción de lo humano a nivel planetario es, nos guste o no, un trabajo de la Iglesia romana. En general, las iglesias protestantes no sintieron por los indios interés ni cultural ni religioso, con algunas excepciones dignas de admiración.”
 
Hispanofobia en EEUU legitimando la guerra contra España en 1898...
Uno de los episodios más famosos que creó la prensa amarilla estadounidense es el de Clemencia Arango, que venía a actualizar el viejo tópico de la leyenda negra según el cual los españoles son moralmente depravados. Sucedió en 1897. Clemencia era una atractiva joven que fue detenida a bordo del barco estadounidense `Olivette´ acusada de llevar cartas a los rebeldes exiliados. Hearst y sus colegas crearon una fantástica historia de vejaciones, indecentes manoseos y todo lo imaginable en el registro a la joven, que fue llevada a cabo por varias matronas del servicio de policía. El titular `¿Protege nuestra bandera a las mujeres?´ iba acompañado de un dibujo donde se veía a una indefensa y desnuda Clemencia rodeada de policías españoles. Era pues un deber básico de la decencia intervenir en aquella guerra. Hay que decir en honor a la verdad que Clemencia Arango, nada más llegar a Nueva York, intentó por todos los medios deshacer lo que ella creía un equívoco y contó a todo el que quiso oírla que la policía española la había tratado con total corrección. Lo que sucede es que su voz no llegó nunca a la opinión pública. Ya lo dice el viejo lema: `No dejes que la verdad te estropee un buen titular´. Aparte de todo lo esperable en este contexto, la guerra tuvo una consecuencia inesperada: hizo emerger una contestación también estadounidense a la explosión de hispanofobia amarillista, la cual, andando el tiempo, daría lugar a una corriente de revisión histórica que todavía producirá muchos frutos y que se muestra en vertientes diversas. Afectan poco o nada a España, pero tiene mucha importancia para el porvenir de la cultura hispana.”
 
Apasionante e ilustrativa lectura para desentrañar las razones de la hispanofobia surgida a rebufo del protestantismo primero, la Ilustración posteriormente y que aún perdura en el mundo anglosajón, y en nacionalistas periféricos prófugos de la justicia española, que a base de leyenda negra acusaron al Imperio español de satánico y a la Iglesia católica de su ramera. Apropiada lectura para el orbe hispano donde el populismo político explota la leyenda negra y hacen el juego a quienes ven en el odio a lo hispano una fuerza para cortar el auge y riqueza cultural heredada de una historia imperial que ya hubieran querido para sí los naturales nativos exterminados y explotados de los distintos imperios posteriores donde ni británicos ni franceses llegaron a la altura y duración del Imperio español que dio lugar a la Hispanidad. Nada de dejar a la suegra, que cogería ideas para crear una leyenda negra de los sufridos usuarios de su sopa boba...
 

miércoles, 22 de septiembre de 2021

 

 
Libro: Crónicas de la América profunda
Autor: Joe Bageant
Editorial: Los libros del lince, s.l.
Traducción: Pablo Manzano Migliozzi
Edición: Mayo de 2008
 

Aún tenemos frescas en la memoria las imágenes del asalto al Congreso de los EEUU por una horda de furibundos y armados seguidores y votantes del advenedizo del Donald Trump al final de su mandato. Todavía nos preguntamos cómo alguien como Trump fue votado para presidente de la nación referente para las democracias del mundo y que obtuviera ochenta millones de votos en las últimas elecciones. Todavía estamos asombrados de ver a Donal Trump presidente fotografiarse con una Biblia ante una iglesia y apoyado por distintas congregaciones cristianas que daban gracias a Dios por tener a Donald Trump de presidente. Y todavía imaginamos a un grupo de palurdos bebedores de cerveza, amantes de las armas de fuego y trazas de tramperos como sus votantes. La propuesta de hoy es un libro donde el autor toma de referencia su localidad natal en tierras de Virginia y a sus vecinos cuando regresa tras una vida fuera de allí. Sin piedad, Joe Bageant nos muestra con el saber de quien forma parte pero pudo salir un fresco de la clase obrera blanca estadounidense atrapados en un círculo vicioso por las grandes fortunas del partido republicano, el Sistema, la televisión y el fundamentalismo cristiano expansionista que, al igual que el fundamentalismo musulmán, busca implantar un orden basado en un texto religioso tergiversado, la Biblia en este caso...

 

Joe Bageant, fallecido en 2011, trabajó treinta años de su vida como redactor de mesa en el Oeste hasta que un día decidió regresar al barrio pobre de Winchester (Virginia) donde había nacido y escribir una primera crónica contando las tristes vidas de sus vecinos, la gente que había ido con él al instituto. Mandó el texto por e-mail y, de la noche a la mañana, se convirtió en uno de los blogueros más leídos de su país. “Soy, indudablemente, un producto de internet”, dice, aunque aquella primera vez no sabía ni qué debía hacer para proponer a alguien que colgara un documento en una web. La publicación de su primer libro en Estados Unidos fue apoteósica: en dos semanas había agotado 30.000 ejemplares. La crítica y los escritores norteamericanos han saludado su obra con admiración.

Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, aunque el escritor falleció en 2011. Y sin más, unas breves reseñas que os animen a su apasionante lectura:

 

Obreros blancos y pobres...

El desarrollo intelectual y vital de esta gente, la de los currantes más jodidos, no sólo se ve entorpecido por la estrechez mental provinciana de la sociedad en la que han nacido. Son seres predestinados a convertirse en siervos y permanecer toda la vida así por la existencia de una red local de familias adineradas, gente de la banca y la construcción, abogados y empresarios, a los que les va muy bien por tener mano de obra barata, incondicional y obediente, capaz de pagar alquileres elevados y costosas facturas médicas. Esa élite social realiza una importante inversión en el cultivo de estas fuerzas de trabajo a base de no invertir en absoluto (¡a eso se le llama sacar dinero de la nada!) en educación y calidad de vida, salvo en las suyas propias. Lugares como Winchester son, tal como ellos dicen, `paraísos del inversor´. Lo cual se traduce en que son ciudades con impuestos bajos, pocas o nulas normativas locales, ningún movimiento sindical y una cámara de comercio dispuesta como una manada de putas a dar la bienvenida a cualquier nueva industria contaminante de ácido para baterías a cuyos empleados les esté prohibido la afiliación sindical. `¡La contaminación me la suda, tío! Vamos a vender unos terrenitos, amigo. ¡Vamos a trapichear con bienes raíces, que es lo que mola!´. Grandes constructores, agentes inmobiliarios, abogados..., todo el mundo se lleva su tajada del pastel, todos excepto los mediocres y gilipollas palurdos no sindicados, que serán contratados con sueldos míseros en esa fantástica nueva fábrica de humos contaminantes.”

 

El exterior, un mundo desconocido...

Para la mayoría de los trabajadores que viven aquí, el mundo exterior, es decir, todo lo que se encuentra más allá del Royal Lunch, de Rubbermaid o de Winchester, Virginia, es una fantasía, algo que carece de existencia real. Claro que hay quien decide viajar a Orlando, o a Branson, Misuri, o a la Pensilvania holandesa, pero si te pasas los días aletargado por un trabajo repetitivo y por las noches te espera la tarea de cambiar los neumáticos del coche, reparar la instalación eléctrica de tu casa, llevarle a tu anciana madre una carga de leña -como hizo Tom al día siguiente de nuestra conversación-, o recuperarte de dicho trabajo tumbándote en el sofá contemplando el recibo de los últimos gastos realizados con tus tarjetas de crédito, ¿de dónde vas a sacar el tiempo y los medios necesarios para pensar en las consecuencias del calentamiento global? Eres como un muerto viviente, así que un par de noches a la semana te dejas caer por el Royal Lunch y riegas con cerveza tu masa gris inerte. Recuerdo que hace algún tiempo vi a una multitud reunida en un bar que miraba atentamente y en absoluto silencio un canal de televisión donde salían unos afganos jugando al polo con una cabra decapitada. Si aquellos no eran muertos vivientes, a saber qué eran.”

 

Una casa en propiedad, que es una caravana en realidad...

En la mayor parte de los casos el comprador no puede escoger a su depredador. A quien entra en un establecimiento comercial, pongamos por caso la Earl, Fabricación y Venta de Casas Móviles, nadie le dejará salir por la misma puerta para que vaya a otro sitio a comparar ofertas. Y ésa es una de aquellas cosas que nunca fallan. Los vendedores tienen unas cuantas tácticas para desalentar la comparación de precios y productos para colocar el suyo. Por ejemplo, aunque la comprobación bancaria del crédito que tiene un comprador potencial le cuesta al vendedor unos pocos dólares, siempre le carga al cliente un importe de veinticinco dólares o más a cuenta de dicha comprobación o de `gastos de solicitud´. Me han dicho que en ocasiones los gastos de solicitud alcanzan los 150 dólares. Por lo general a esto hay que añadir un depósito de entre 300 y 400 dólares que uno debe pagar antes de que lo dejen salir, y así consiguen atar al cliente a esa `atractiva casa prefabricada multiespacio´. Los fabricantes y vendedores cuentan maravillas de lo mucho que han mejorado las casas modulares, y no dejan de resaltar lo bonitas que son y el hecho de que no tienen nada que ver con las caravanas, pero sin embargo siguen siendo cajas de madera laminada que se transportan sobre ruedas rumbo al terreno en el que finalmente van a ser montadas, como ocurre con cualquier caravana.”

 

Cristianismo fundamentalista...

La religión fundamentalista nos exige gratitud por todo lo que Dios nos ha concedido. De modo que esta gente está más que agradecida de ganar apenas tres dólares por encima del salario mínimo: `Al fin y al cabo, ¿no estamos mejor de lo que estaban nuestros padres?´. Quizá, si no fuera porque la mayoría de sus padres contaban con seguro médico y se las apañaban sin que hubieran de trabajar los dos miembros de la pareja. Pero, claro, ellos tienen más `cosas´ de las que llegaron a poseer sus padres. Así pagan por un par de zapatillas de marca para sus hijos ,más de los que sus padres pagaban por la comida de un mes. Como la cifra de las nóminas ha ido creciendo con los años, su casa está repleta de chismes, y con eso les basta para creer que nadan en la abundancia y que tienen el deber de sentirse agradecidos, pese a que alguna que otra vez no les queda más remedio que comprar la comida con tarjeta de crédito. Porque en la India la gente pasa hambre, ¿no? De acuerdo: a juzgar por los traseros descomunales que ocupan los bancos de la iglesia, aquí nadie pasa hambre. Dios provee Big Macs y bollería industrial para todos. Son un montón de cosas por las que tenemos que dar las gracias. Pero por encima de todo debemos estar agradecidos por formar parte de esta iglesia. Hay que reconocer que, a diferencia de las escuelas públicas o los centros cívicos, la iglesia fundamentalista es una de las estructuras sociales que todavía funcionan en América y donde todo el mundo es bienvenido, rico o pobre, bueno o malo. Si echan un vistazo a los fieles que acuden a todas estas iglesias verán que no son en absoluto malas personas, sólo trabajadores cuya vida interior fue aniquilada a golpes hacia finales del siglo XX. Forman parte del resurgimiento global del fundamentalismo que empezó a producirse cuando el materialismo se elevó triunfante después de la era de la Ilustración. (¡Pobre y querida Ilustración! ¡Qué poco duró! Sólo faltaron para liquidarla del todo dos guerras mundiales, Verdún, Dresde y Auschwitz, los gulags, las armas nucleares y ahora el inminente desastre ecológico.) Dos generaciones consecutivas de ciudadanos que se criaron en escuelas cristianas en medio de la hostilidad tenaz y el miedo avivados por la guerra fría. ¿Acaso debe sorprendernos que se vean tan seducidos por el anuncio del Apocalipsis? Todos y cada uno de ellos se asoman a la ventana en sus hogares y lo que ven coincide con lo que les enseñaron: se aproxima el fin del mundo.”

 

Asistencia médica...

No son miedos injustificados. Les diré que, al igual que la mayor parte de los hospitales regionales de esta clase en el corazón del país, el Winchester Medical Center es el mayor generador de bancarrotas de nuestra zona. En estados Unidos las facturas médicas son la principal causa de quiebra personal para la gente que carece de seguro de salud. La mitad de los no asegurados debe dinero a los hospitales, y en un momento u otro un tercio de ellos acaban siendo perseguidos por las agencias de cobros, que no dudan un segundo en demandarlos incluso por una suma de apenas cien dólares. En 2005, un estudio de la Universidad de Harvard reveló que el cincuenta por ciento de los expedientes de quiebra personal eran consecuencia total o parcial de los desembolsos para gastos médicos, y esto supone un incremento del 2.200 por ciento desde 1981. La deuda media de los individuos que tienen que pagar a los médicos de su propio bolsillo y que han terminado declarándose insolventes es de 12.000 dólares. En Estados Unidos cada treinta segundos alguien se declara en bancarrota como consecuencia de un problema de salud grave.”

 

Una visión de una parte de la sociedad de EEUU que eligió a alguien como Donald Trump para presidente y cuyas consecuencias globales nos afectan a todos. Un libro donde el tiempo ha dado la razón no a un visionario, a un miembro de la clase trabajadora blanca que pudo salir del círculo vicioso para ver mundo y darse cuenta de la explotación sin redención a la que está condenada la clase obrera blanca y pobre que lejos del glamour del consumismo son los nuevos siervos del sistema capitalista en EEUU y cuyos fundamentos encuentran ecos en los populismos de derechas de todo el mundo civilizado. Imprescindible para comprender y entender los derroteros políticos en EEUU que permitió a Donald Trump ser presidente y que les empujo a tomar al asalto el templo de la democracia convencidos de su patriotismo y estar bendecidos por Dios en sus acciones cuando en realidad son carne de cañón obrera y voto inducido por los mismos que les empujan a la servidumbre.
 

 

jueves, 9 de septiembre de 2021

 

Libro: La Inquisición española
-Una revisión histórica-

Autor: Henry Kamen

Editorial: Editorial Crítica S. A.
Traducción: María Morrás
Edición: 1999
 

Cuando en Europa, y en Occidente en general, se piensa en la Inquisición, nos viene a la mente España y los tópicos asociados a la leyenda negra que siguen vigentes, tópicos que se dan en todas las naciones europeas. Pero Inquisición es sinónimo de autos de fe, hogueras con brujas y salas de tortura sin escatimar en medios de crueldad y sufrir dolor. Es lo que uno se espera cuando se pilla un título sobre la Inquisición española y la propuesta de hoy es un estudio y análisis de la Inquisición española que comienza en los albores de la conquista de Granada y se prolonga por todo el imperio español hasta su derogación ya entrado el siglo XIX. El autor nos muestra con pruebas y datos la realidad de un estamento que evolucionó de la busca y captura de judaizantes y falsos conversos a combatir la herejía, sorprende que en realidad la Inquisición ejercía su poder en las urbes y cómo los distintos reinos de España aceptaron o rechazaron al Santo Oficio. Es un libro con rigor y que nos ilustra e ilumina sobre la Inquisición y su poder en España. Se echa en falta un estudio de la Inquisición en los virreinatos, que no colonias, en América que sin duda daría para otro volumen...

 
Henry Kamen es un prestigioso escritor e hispanista británico, miembro de la Royal Historical Society y profesor del Consejo superior de Investigaciones Científicas en Barcelona. Ha publicado un gran número de obras destinadas a la comprensión de la historia moderna española. `La Inquisición española´ es un estudio que consiguió el reconocimiento unánime del mundo académico y el favor del público, convirtiéndose en un clásico de la historiografía. Kamen ha trabajado y reformado el texto original en su afán ineludible por ofrecer una revisión avalada por años de investigación de la aún indescifrable, oscura y compleja Inquisición española.
Datos sacados de la contraportada actualizados al año de edición y en Internet podéis encontrar más información acerca del autor. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante e ilustrativa lectura:
 
La convivencia de tres culturas en los reinos de España en el siglo XV...
Las comunidades de cristianos, judíos y musulmanes nunca habían vivido en pie de igualdad; la llamada convivencia fue siempre una relación entre desiguales. Dentro de esa desigualdad, las minorías trataron de desempeñar sus papeles dentro del marco establecido tratando de evitar los conflictos. En la Murcia del siglo XV, los musulmanes eran una mano de obra indispensable tanto en el campo como en la ciudad, y como tal eran protegidos por las leyes municipales. Por su parte, los judíos contribuían a la economía local de manera esencial como artesanos y pequeños productores en las industrias de marroquinería, joyería y textil. También tenían importancia por su papel en el fisco y en la medicina. En teoría, ambas minorías tenían restringida la movilidad a áreas específicas de las ciudades en las que vivían; en la práctica, las leyes acerca de la separación raramente se llevaban a la práctica. En Valladolid, por esta misma época, los musulmanes aumentaron en número e importancia, escogían libremente su lugar de residencia y poseían casas, tierras y viñedos. Aunque no tenían los mismos derechos de los cristianos, los musulmanes de Valladolid no estaban marginados. La tolerancia de la coexistencia pavimentó el camino para la conversión masiva de 1502.”

El Reino de Aragón se opone a la Inquisición...

 

En el seno de la Corona de Aragón se dio una fuerte oposición a que se instaurara el tribunal castellano. Aunque Castilla y Aragón se habían unido con el matrimonio de los Reyes Católicos, permanecieron separados a nivel político y cada reino conservó su administración y sus libertades. En los reinos orientales, los fueros conferían la autoridad suprema no tanto a la persona del rey, como sucedía en Castilla, cuanto en el rey y las Cortes conjuntamente; cuando no había Cortes, sus representantes en la Diputación de cada uno de los reinos vigilaban el cumplimiento de las leyes. El resurgimiento de la Inquisición papal suponía una amenaza para los conversos, pero no era una innovación y suscitó pocas críticas. Asunto diferente fue cuando los inquisidores castellanos fueron nombrados en reinos donde los fueros estipulaban que los cargos más importantes debían ser desempeñados por los oriundos del país. Las clases privilegiadas conversas encontraron en ello un argumento constitucional en que basar su hostilidad.”

 

El Índice de libros prohibidos...

El primer Índice impreso que se utilizó en España, publicado bajo los auspicios del inquisidor general Valdés en septiembre de 1551, no era más que una reimpresión del Índice compilado por la Universidad de Lovaina en 1550, con un apéndice especialmente dedicado a los libros españoles. Se tomaron medidas para que el Índice fuera distribuido por los tribunales. Cada tribunal podía modificar su versión local, así que conocemos por lo menos cinco Índices publicados entre 1551 y 1552 por los tribunales de Toledo, Valladolid, Valencia, Granada y Sevilla. La obra de dieciséis autores, en especial la de los líderes de la Reforma, fue condenada en su totalidad; por lo demás, la Inquisición se conformó con prohibir otras 61 obras específicas, decretando también regulaciones sobre Biblias, libros en hebreo y árabe, y otras impresas sin autorización.”

 

Auto de fe...

Aunque el propósito de los autos eran impresionar a la gente, es posible que en el siglo XVII se convirtieran en una ocasión menos atrayente para el público; o al menos ésa es la impresión que se desprende de una representación pictórica del auto de fe de Sevilla del 13 de abril de 1660 en la que el público se muestra mayoritariamente indiferente a la ceremonia de doce horas que se desarrollaba ante sus ojos. En el siglo XVIII, la falta de víctimas y el coste creciente de las ceremonias públicas supuso la caída gradual en desuso de los autos de fe. Felipe V, de la recién entronizada Casa de Borbón, fue el primer monarca español que se negó a asistir a un auto de fe que fue celebrado en 1701 para festejar su ascensión al trono. El reinado de Felipe vio el final de la persecución en masa en España. En la segunda mitad del siglo, la Inquisición ya celebraba sólo autos privados. No nos adelantemos a atribuir esto a un aumento d ella tolerancia. La sencilla razón es que los heréticos habían sido purgados con tanto éxito que, al acabar con su existencia, el tribunal se privó a sí mismo de combustible para sus hogueras.”

 

Cristianos viejos y cristianos nuevos...

Los ecos de la aplicación de los criterios de limpieza de sangre se prolongan hasta el siglo XVIII. En 1751, el ministro José de Carvajal halló tan convincente el tratado de Agustín Salucio que ordenó que le hicieran una copia, y el conde de Floridablanca consideró injustas las condenas por impureza, porque `se castiga la más santa acción del hombre, que es su conversión a nuestra santa fe, con la misma pena que el mayor delito, que es apostatar de ella´. Pese a tales críticas, el concepto de limpieza de sangre sobrevivió a la abolición de la Inquisición. Un resultado menos notorio, pero no menos importante de la limpieza, fue la perpetuación del concepto del `honor´ en su peor sentido social. La pureza de sangre llegó a estar tan lejos de toda relación con el problema judío, que en 1788 encontramos al conde de Aranda, ministro de Carlos III, utilizando la frase `limpieza de sangre´ en el sentido de limpieza de toda mácula de oficios y comercios serviles, así que a finales del siglo comenzó a utilizarse el término sinónimo de `limpieza de oficios´. Oficialmente, la limpieza de sangre dejó de ser reconocida como necesaria por una Real orden del 31 de enero de 1835 dirigida a la Sociedad económica de Madrid, aunque hasta 1859 era todavía necesaria para entrar como cadete en los cuerpos de oficiales. El último acto oficial fue una ley del 16 de mayo de 1865 aboliendo las pruebas de limpieza para los matrimonios y para ciertos cargos gubernamentales. La supresión de las barreras legales no podía, evidentemente, borrar de un plumazo una actitud enraizada en una práctica secular. A comienzos del siglo XIX, Blanco White aún recordaba cómo en su pueblo, cerca de Sevilla, incluso los niños guardaban memoria del oprobio sufrido por tal o cual familia que había tenido algún encontronazo con la Inquisición varias generaciones atrás.”

 

Sefarad...

Pero la añoranza por Sefarad impregnó el pensamiento de los judíos de la Europa
occidental, estimulando el desarrollo de las ideas y la literatura. Paradójicamente, los conversos que vivían en el extranjero pensaban que eran diferentes a los otros, diferentes incluso a los otros judíos, precisamente porque procedían de Sefarad. El cultivo de las costumbres ibéricas se convirtió en un rasgo característico e las comunidades en el exilio. En Ansterdam había libertad de prensa a disposición de los que quisieran publicar, pero Sefarad seguía representando el hogar, y muchos eran profundamente conscientes de que sus raíces estaban allí. Entre ellos estaba el joven Spinoza, de origen español aunque pensamiento especulativo judío, un hecho que llevó al exilio a los personajes conversos más conocidos de este periodo. Isaac Cardoso (m. 1680), profesor en Madrid y Valladolid y médico de Felipe IV, dejó el país en 1648 y fue a vivir como judío a Venecia, donde publicó su Philosophia libera (1673), que era una exposición de filosofía atomista basada en Gassendi y que poco debía al judaísmo.” 

 

Leyenda negra...

En los Países Bajos se temía que los españoles intentaran introducir la Inquisición como un medio para sojuzgar el país. Durante las guerras religiosas en Francia, los hugonotes temieron que Enrique III en complicidad con Felipe II de España, proyectara establecer una Inquisición nacional. Guillermo de Orange y el conde de Egmont se sintieron tan inquietos por ello, que pidieron en 1561 al cardenal Granvela que desmintiera el informe. Felipe II aseguró a Granvela que el modelo español de Inquisición no podía ser trasladado a los Países Bajos o a Italia. Incluso en Inglaterra, donde ejerció cierta influencia como consorte de la reina María Tudor, no se dieron jamás pasos para introducir el tribunal. La verdad es que la mayoría de los países europeos ya tenían su propia maquinaria para dar cuenta de los herejes, y no necesitaban ayuda exterior. Además de esto, el tribunal español no era por naturaleza una institución principalmente antiprotestante, y habría necesitado una sustancial modificación para ser introducido en algunos estados europeos. Finalmente, la política exterior de Felipe II no era siempre antiprotestante, así que la imagen de una España como potencia rabiosamente católica es una tergiversación de la realidad de la política internacional del siglo XVI.”

 

Lectura recomendable para amantes de los entresijos de la historia y quienes desean conocer algo sobre la Inquisición española, ideal para lecturas vacacionales fuera de temporada, estancias hospitalarias y de mesita de noche. El acierto del autor es mostrar los hechos dentro de su contexto sin inclinarse a favor u en contra y es el lector quien saca sus propias conclusiones que derriban los tópicos de la leyenda negra surgida por la preponderancia de España en Europa durante el siglo XVI pero también ilumina sobre una institución que ya existía en otros reinos de Europa antes de su implantación en España. Cuidadín de regalar a la suegra que podría establecer un régimen inquisitorial en la sopa boba, cuidadín...

 

miércoles, 25 de agosto de 2021

 

Libro: Cumbres 
– seis reuniones que forjaron el siglo XX-
Autor: David Reynolds
Editorial: Editorial Ariel, S. A.
Traducción: Isabel Ferrer y Carlos Milla
Edición: 1ª edición, septiembre de 2008
 

Para entender el presente hay que comprender el pasado, y no se puede comprender el mundo del siglo XX que nos ha llevado hasta este siglo XXI sin entender el sentido de las cumbres entre líderes mundiales, que ahora son moneda corriente. El término fue acuñado por Churchill en plena efervescencia de las crónicas de alpinistas llegando al Everest y otras cumbres hasta entonces inalcanzables, pero las reuniones al máximo nivel entre líderes tuvieron su pistoletazo de salida en 1938 en la ciudad de Múnich con la reunión entre el británico Chamberlain y el alemán Hitler. El autor nos lleva de la mano para conocer la parte oculta de las cumbres entre líderes, cómo se preparan, cómo llegaban los protagonistas al encuentro, las relaciones entre los asesores, las aspiraciones y las formas de negociar...

 

David Reynolds es profesor de Historia Internacional en la Universidad de Cambridge. Ha
sido profesor visitante en las universidades de Harvard y Nihon en Tokio. Es autor o editor de una docena de libros sobre la historia del siglo XX. Galardonado con el premio Wolfson de Historia.

Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, pero en Internet podéis encontrar información más extensa del autor. Y sin más zarandajas, unas breves reseñas que os incite a su apasionante lectura:

 

Orígenes del término `cumbre´...

El término `cumbre´ fue acuñado por Winston Churchill. En un discurso pronunciado en Edimburgo el 14 de febrero de 1950, durante los días oscuros de la guerra fría, pidió `otra conversación con la Unión Soviética al más alto nivel´ y añadió que `no es fácil ver cómo podrían empeorar las cosas con un parlamento en la cumbre´. No se sabe con certeza qué indujo a Churchill a aplicar el término `cumbre´ a la diplomacia, pero por entonces la palabra aparecía a continuamente en la prensa británica con motivo de la reanudación, a finales de la década de 1940, de las expediciones para escalar el Everest, el pico más alto del mundo. Al repetir su llamamiento a `una conferencia al nivel más alto´ el 11 de mayo de 1953, Churchill pidió una voluntad de paz `en la cumbre de las naciones´. Pronunció este discurso en la Cámara de los Comunes mientras se acometía el octavo intento de escalar el Everest: la cumbre se coronó a finales de ese mismo mes.”

 

Antecedentes del siglo XIX...

El Congreso de Berlín se celebró, en gran medida, gracias a las vías de ferrocarril. Disraelí tardó cuatro días en viajar de Londres a Berlín, pero eso fue porque insistió en hacer paradas por las noches para conservar intactas sus energías; el viaje de vuelta, impulsado por el éxito, duró menos de tres. Los jefes de gobierno no fueron los únicos que aprovecharon la mejora en las comunicaciones. También se beneficiaron los monarcas, muchos de los cuales estaban, como es lógico, emparentados a través de la red de matrimonios tejida en torno a los hijos y nietos de la reina Victoria. El más célebre aficionado a la diplomacia dinástica fue Guillermo II de Alemania, quien, dos años después de ser nombrado káiser en 1888, había echado al veterano Bismark y afirmado: `Yo soy dueño y señor en la política alemana y mi país debe seguirme allí adonde vaya´. Y fue en todas direcciones, literal y metafóricamente, pues le encantaba viajar en tren y por mar para reunirse con sus parientes monárquicos, si bien carecía de una política coherente y tendía a los cambios de rumbo. Su diplomacia personal fue un auténtico quebradero de cabeza para sus ministros -uno de ellos, el conde Philipp zu Eulenburg, dijo con hastío que `una conversación entre dos príncipes sólo es propicia cuando se limitan a hablar del tiempo´-, que tenían que hacer verdaderos esfuerzos para lidiar con los vaivenes de ánimo de su káiser y compensar sus intervenciones.”

 

Munich 1938...

Como cumbre, la de Munich fue muy distinta de las de Berchtesgaden y Goedberg. Para empezar, también asistieron Daladier y Mussolini: el primer ministro francés, comedido e incómodo; el máximo dirigente italiano deleitándose en su papel de mediador. Éste se había pasado la cena en el tren nocturno procedente de Roma haciendo observaciones sociológicas despectivas acerca de los británicos, atribuyendo la pasión por la paz del país al desequilibrio en el número de hombres y mujeres después de la Gran Guerra. `Cuatro millones de mujeres con carencias sexuales... Incapaces de abrazar a un hombre, abrazan a toda la humanidad´. También en contraste con las demás cumbres, la organización en Munich fue desastrosa. Chamberlain llegó al aeropuerto a mediodía, acompañado del inevitable Wilson, además de Strang y Malkin. Los llevaron directamente al Führerbau -la sede del partido nazi, cerca de Königsplatz, en el noroeste de Munich- y allí se les comunicó que la reunión se iniciaría de inmediato. Chamberlain no había consultado con Daladier previamente, mientras que Hitler y Mussolini habían tenido ocasión de hablar largo y tendido. Ambos dictadores contaban asimismo con el apoyo de sus ministros de Asuntos Exteriores, mientras que, una vez más, Halifax se había quedado en casa. Los participantes no se sentaron en torno a una mesa, sino en sillas en un amplio círculo, con los británicos demasiado lejos de los franceses para coordinarse, aunque Chamberlain tampoco albergaba el menor deseo de hacerlo.”

 

Jruschov y sus tribulaciones sobre Kennedy...

Jruschov, aunque también deseaba una cumbre, veía las cosas de otra manera. `No entiendo a Kennedy -dijo a su hijo después de lo de Bahía Cochinos-. ¿Qué le pasa? ¿Es posible que sea tan indeciso?´. La incapacidad del presidente para volcar el poder norteamericano sobre Castro reforzó la creencia del líder soviético de que había llegado el momento de una reunión; la sorprendente debilitado de seguir adelante con una cumbre le dio aún más seguridad. Como Kennedy, Jruschov quería algo más que una charla en Viena, pero su agenda era muy distinta. Como dejaron claro las instrucciones a Bolshakov, el Kremlin veía improbable una prohibición de los ensayos nucleares y ésta no figuraba entre sus prioridades. Para los soviéticos, el tema más importante seguía siendo Berlín. Sin embargo, el 21 de mayo Bobby dijo a Bolshakov que el presidente `tratará este asunto con Jruschov en Viena, pero sólo para hablar de él y no para llegar a un acuerdo en este encuentro´. Los dos líderes se dirigían con paso vigoroso hacia la cumbre, pero seguían mapas muy distintos.”

 

Preparando el encuentro de Nixon y Mao...

Siguieron diecisiete horas de conversaciones con Zhou Enlai. Kissinger se encontró con un hombre inteligente, culto y encantador; duro a la hora de negociar, pero que, a diferencia de Gromiko, pensaba las cosas a lo grande. `No hubo las típicas tretas, el esfuerzo por anotarse puntos, la rigidez ni los intentos de intimidación propios de los rusos´, explicó Kissinger a Nixon más tarde. Zhou `habló con una claridad y una elocuencia casi naturales´, prácticamente sin emplear notas escritas. `Se sentía tan cómodo con los temas filosóficos, el análisis histórico o el sondeo táctico como con la conversación superficial. Su dominio de los datos, y en particular su conocimiento de la actualidad norteamericana, era notable´. En pocas palabras, afirmó Kissinger, deshaciéndose en elogios, Zhou Enlai `es, junto con Charles de Gaulle, el político extranjero más impresionante que he conocido´. En realidad, como sabemos ahora, Mao trataba a Zhou como su factótum diplomático a todas horas del día y la noche, obligándolo a veces a postrarse ante él de forma incluso más abyecta que Gromiko ante Jruschov. En 1972, Mao le negó a Zhou un tratamiento para un cáncer de vejiga por temor a que su primer ministro viviera más tiempo que él, y ni siquiera permitía que se le hiciera un diagnóstico completo. El político que deslumbro a Kissinger era, en realidad, el `esclavo sobornado´ de Mao.”

 

Llevar los acuerdos a la práctica...

El tercer aspecto de la puesta en práctica, lo que podríamos llamar la ejecución, es el más difícil: dejar al descubierto las grietas tapadas en la cumbre durante la precipitada búsqueda de un acuerdo. La violación de los acuerdos de Munich de 1938 por parte de Hitler en la primavera siguiente fue una de las principales razones por las que gran Bretaña ofreció garantías a Polonia y Europa se precipitó hacia la segunda guerra mundial; los acuerdos de Yalta se vinieron abajo en la primavera de 1945 cuando Churchill y Stalin se olieron la traición. Y la actitud de Beguin después de Camp David, que a juicio de Carter se dedicó a dar largas y engañar, emponzoñó su posterior relación. O de lo contrario, los líderes recurren al engaño en un intento de hacer que las realidades internas de su propia nación se adapten a lo acordado en la cumbre, como en el gobierno de Blair en 2002-2003. Los apretones de mano en la cima señalan un breve momento de convergencia entre los mandatarios. Respetar esas promesas después del descenso a la cruda realidad nacional a menudo resulta muy difícil o incluso políticamente imposible.”

 

Breves pinceladas de un libro que se devora con avidez y que nos muestra aspectos de las cumbres entre líderes mundiales desconocidos para el gran público y que nos muestra de forma inquietante cómo decisiones que afectan a las vidas de millones de personas y al devenir histórico son dependientes del trabajo de los subalternos previo a la cumbre, el estado de ánimo de los líderes o simplemente ignorar a los consejeros para dejarlo todo en manos del encanto personal. Ideal para amantes de la historia y sus entresijos, nostálgicos de la Guerra Fría y para jóvenes de la revolución digital que no creen que este maravilloso mundo que disfrutan ha estado pendiente de un hilo nuclear hasta 1989. Se puede regalar a la suegra y con el cuento de preparar una cumbre acerca de la sopa boba, sacar unos aurelios para gastos de organización...

 

miércoles, 10 de agosto de 2021

 

Libro: Las Zarinas -poderosas y depravadas-
Autor: Henri Troyat
Editorial: Ediciones B, S. A.
Traducción: Teresa Clavel
Edición: 1ª edición, marzo 2003
 

Si pensamos en el Antiguo Régimen y en Rusia, nos vienen a la memoria Pedro El Grande como Zar y Catalina La Grande como Zarina, pero en el intervalo entre ambos se sucedieron tres zarinas que quedan solapadas por su predecesora. El autor rescata del olvido a las susodichas en un delicioso estilo donde condensa a la vez que desgrana de forma amena, entretenida e ilustrativa, una época donde los monarcas tenían un poder absoluto que gobernaban sobre sus súbditos pero también eran humanos en sus debilidades, desde la comida hasta el sexo pasando por la crueldad. En ese sentido la mujer podía ser tan absolutista y depravada como sus homólogos masculinos coronados. Asistimos a las intrigas sucesorias, los cortesanos más intrigantes aún y remando siempre a favor de sus monarcas, amantes y lujuria de los sentidos que sólo el poder permite y la siempre fascinante historia de Rusia...

 
Nacido en Moscú en 1911, Henry Troyat (pseudónimo de Lev Tarassov) llegó con su familia a París en 1920, tras huir de la ciudad a causa de la Revolución. Miembro de la Academia Francesa y biógrafo de fama internacional, Henry Troyat es un autor ampliamente reconocido y galardonado (ha recibido los premios Max Barthou y Goncourt, entre otros). Entre sus obras destaca la biografía de Iván el Terrible. Su estilo vivaz, las anécdotas que sazonan su narración y la curiosidad que despierta en el lector hacen de sus biografías unas lecturas absorbentes y enriquecedoras. Troyat ha plasmado la vida de grandes figuras históricas, como Catalina la Grande, Dostoievski, Flaubert, Gorki y Tolstói.
Datos sacados de la contraportada y al año de edición, añadir que falleció en París en 2007 y es un autor que goza de gran popularidad en Francia. En Internet podéis encontrar abundante información y, sin más, unas breves reseñas que os animen a su apasionante y amena lectura:
 

Muere el zar Pedro I el Grande...

Cuando los médicos y a continuación los sacerdotes dan fe de la muerte de Pedro el Grande, un frío amanecer asoma sobre la ciudad dormida. Caen gruesos copos de nieve. Catalina, su viuda, se retuerce las manos y llora tan copiosamente ante los plenipotenciarios reunidos en torno al lecho fúnebre que el capitán Villelois, ayudante de campo de Pedro el Grande, escribirá en sus memorias: `Era inconcebible que pudiese haber tanta agua en el cerebro de una mujer. Infinidad de gente acudía al palacio para verla llorar y suspirar´. Finalmente se anuncia el fallecimiento del zar mediante ciento un cañonazos disparados desde la fortaleza de San Pedro y San Pablo. Las campanas de todas las iglesias tocan a difuntos. Ha llegado el momento de tomar una decisión. La nación entera está esperando que le comuniquen quién tendrá que adorar o temer en el futuro. Consciente de su responsabilidad ante la Historia, catalina se presenta a las ocho de la mañana en una gran sala del palacio donde están reunidos los senadores, los miembros del Santo Sínodo y los altos dignatarios de las cuatro primeras clases de la jerarquía, una especie de consejo de sabios llamado la Generalidad del Imperio.”

 

Buscando un marido para la zarevna Isabel...

Mientras en Ekaterinhof Isabel sueña con estos diferentes partidos cuyo rostro apenas conoce, en San Petersburgo, Ménshikov, como hombre práctico que es, estudia las ventajas de los novios disponibles en el mercado. Desde su punto de vista, la zarevna medio viuda representa una excelente moneda de cambio en las negociaciones diplomáticas en curso. Aún así, estas preocupaciones matrimoniales no le hacen perder de vista la educación de su pupilo imperial. Observando que, desde hace poco, Pedro parece menos extravagante que en el pasado, recomienda a Ósterman que refuerce su lucha contra la pereza natural de su alumno acostumbrándolo a unos horarios fijos, ya se trate d estudios o de solaz. El westfaliano e secundado en esta tarea por el príncipe Alexéi Grigórievich Dolgoruki, `gobernador adjunto´. Éste se presenta a menudo en palacio con su joven hijo, el príncipe Iván, un apuesto mozo de veinte años, elegante y afeminado, que divierte a Su Majestad con su inagotable parloteo.”

 

Ana Ivánovna...

`¡Queremos una zarina autócrata, no queremos al Alto Consejo secreto!´, grita uno de los oficiales, arrodillándose ante ella. Ana Ivánovna, actriz consumada, finge estar sorprendida. Parece descubrir de pronto que se han aprovechado de su buena fe. ¡Creyendo actuar por el bien de todos al renunciar a una parte de sus derechos, resulta que no ha hecho sino servir a los intereses de un puñado de ambiciosos y malvados! `¡Cómo! -exclama-. ¿la carta que firmé en Mitau no respondía a los deseos de toda la nación?´. De repente, los oficiales dan un paso al frente, como en una parada militar, y declaran al unísono: `¡No permitiremos que se le impongan leyes a nuestra soberana! Somos vuestros esclavos, pero no podemos tolerar que unos rebeldes se permitan dirigiros. ¡Decid una palabra y arrojaremos sus cabezas a vuestros pies!´. Ana Ivánovna se domina para no estallar de alegría. En un abrir y cerrar de ojos, su triunfo la resarce de todas las vejaciones pasadas. Creían que la habían engañado y es ella la que está haciendo morder el polvo a sus enemigos, los verjovniki. `Ya no me siento segura aquí -declara, fulminando con la mirada a los dignatarios desleales. A continuación, se vuelve hacia los oficiales y añade-: ¡Obedeced solamente a Simón Andréievich Saltikov!´.”

 

Catalina, antes de ser la Grande...

Si bien el gran duque la desdeña, otros hombres le hacen la corte bastante abiertamente. Incluso su mentor oficial, el virtuosísimo Choglokov, se ha ablandado y le dedica de vez en cuando un requiebro salaz. Sensible tiempo atrás al encanto de los Chernichov, Catalina soporta ahora con gusto el asedio de un nuevo miembro de la familia, llamado Zahar, que está a la altura de los precedentes. En todos los bailes, Zahar está allí devorándola con los ojos y esperando el momento de bailar con ella. Incluso se dice que intercambian notas amorosas. Isabel está ojo avizor. En pleno devaneo, Zahar Chernichov recibe la orden imperial de incorporarse inmediatamente a su regimiento, acantonado lejos de la capital. Pero Catalina no tiene mucho tiempo para lamentar su marcha, pues casi enseguida es felizmente sustituido por el seductor conde Sergéi Saltikov. Descendiente de una de las familias más antiguas del imperio y admitido entre los chambelanes de la pequeña corte granducal, el conde se ha casado con una dama de honor de la emperatriz y ha tenido de ella dos hijos. Pertenece, pues, a la raza de los `verdaderos machos´ y arde en deseos de demostrárselo a la gran duquesa, pero lo frena la prudencia.”

 

Breves pinceladas de un apasionante libro que se devora con avidez gracias al estilo y gracejo del autor. Porque ahora son los escándalos de productores de cine, televisión, los negocios y familiares de parientes ricos, pero en el Antiguo Régimen, mientras la plebe estaba sometida a la moral, los y las gobernantes se dedicaban a los placeres donde se entremezclaban la política y rivalidad de los grandes reinos europeos, las aventuras de alcoba y hasta la búsqueda de candidatos a engendrar un heredero ante la incapacidad del marido de turno. Ideal para lectura de playa, noches de calor para conciliar el sueño y se puede regalar a la suegra para luego sonsacarle sus secretos de alcoba, que no los dirá pero nos hará pasar unas risas mientras defiende furibundamente su castidad matrimonial...

 

martes, 20 de julio de 2021

 

Libro: Los talibán 
-El Islam, el petróleo y el nuevo `Gran Juego´ en Asia Central-
Autor: Ahmed Rashid
Editorial: Ediciones Península S. A.
Traducción: Jordi Fibla
Edición: Séptima edición, octubre de 2001

Las tropas estadounidenses y de sus aliados en la OTAN se retiran de Afganistán tras dos décadas fallidas en sus objetivos de recuperación del país mientras nos llegan noticias de que las fuerzas talibanes se lanzan a la reconquista del territorio tras la retirada militar. Cuando tras la retirada soviética los señores de la guerra y los talibanes se enfrentan, dejarán un legado de destrucción, muerte y fanatismo religioso, peones todos ellos de la lucha por la construcción de oleoductos, los intentos de Pakistán por ser juez y árbitro, las mafias del contrabando, el tráfico de narcóticos y la desintegración de un modo de vida y la llegada de jóvenes para engrosar las fuerzas talibanes. El libro, publicado casi a la vez de los atentados a las Torres Gemelas, es dos décadas después una guía imprescindible para adentrarse en la historia reciente de Afganistán, las distintas etnias que lo habitan, el ascenso del integrismo religioso al poder y la lucha entre las sombras de las repúblicas vecinas por los recursos naturales, la rivalidad religiosa y geopolítica entre Arabia Saudí e Irán o como se ha vuelto en contra de Pakistán el apoyo de sus servicios secretos y financiación de las distintas facciones que libran una guerra en suelo afgano, siendo la población y sobre todo las mujeres quienes sufren la intransigencia religiosa llevada al poder del gobierno de un país...

 

Ahmed Rashid cubre como corresponsal (2001) del Daily Telegraph y la Far Eastern Economic Review la zona de Asia Central, Paquistán y Afganistán. También interviene con regularidad en programas de las cadenas de televisión BBC y CNN y en otros medios de comunicación internacionales. Para el profesor Fred Halliday, de la London School of Economics, Los Talibán es `un análisis impresionante y muy ameno del movimiento talibán […] Es muy difícil que este texto llegue a ser superado: todo apunta a que será la principal obra de referencia sobre los talibán´.

Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición pero en Internet podéis encontrar más información sobre el autor. Sin más rollos, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:

 

Talibanes...

Las heridas de los talibán son un constante recordatorio de veinte años de guerra que han causado un millón y medio de muertos y devastado el país. La Unión Soviética invirtió en Afganistán unos cinco billones de dólares al año (en total cuarenta y cinco billones), a fin de someter a los muyahidín... y fracasó. Entre 1990 y 1992, Estados Unidos dedicó entre cuatro y cinco billones de dólares para ayudar a los muyahidín. Arabia Saudí aportó unos fondos similares a los norteamericanos, y junto con el apoyo de otros países europeos e islámicos, los muyahidín recibieron en total más de diez billones de dólares. Gran parte de esta ayuda llegó en forma de armamento letal moderno entregado a un sencillo pueblo agrícola que lo utilizó con unos resultados devastadores. Las heridas de guerra de los dirigentes talibán también reflejan el sangriento y brutal estilo bélico que se empleó en Kandahar y sus alrededores en la década de los ochenta. Los pashtunes durrani que habitan al sur de Kandahar recibieron mucha menos ayuda a través de la CIA y ayuda confidencial de Occidente que les armó, financió y proporcionó logística, tal como centros médicos para los muyahidín, en comparación con los pashtunes ghilzai al este del país y alrededor de Kabul. La ayuda fue distribuida por Interservices Intelligence (ISI) de Pakistán, un organismo que tendía a considerar Kandahar como un lugar atrasado y a los durranis con recelo. El resultado fue que el centro médico más cercano de que disponía un muyahidín kandahari se encontraba en Quetta, al otro lado de la frontera, en Paquistán, a dos días de incómodo viaje a camello. Incluso hoy escasean las unidades de primeros auxilios entre los talibán, hay muy pocos médicos y no hay cirujanos en la línea del frente. Prácticamente los únicos centros médicos del país son los hospitales del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)

 

Los talibán toman Kabul...

Veinticuatro horas después de la toma de Kabul, los talibán impusieron el sistema islámico
más estricto que existe en cualquier lugar del mundo. Se prohibió trabajar a todas las mujeres, aun cuando éstas ocupaban la cuarta parte del funcionariado de Kabul, todo el sistema educativo elemental y gran parte del sanitario. El cierre de escuelas y universidades femeninas afectó a más de 70.000 estudiantes, y se impuso un código indumentario estricto, según el cual las mujeres debían ir cubiertas de la cabeza a los pies y llevar velo. Se temía que 25.000 familias sostenidas por viudas de guerra que dependían del trabajo y las donaciones de la ONU se muriesen de hambre. A diario tenían lugar nuevas proclamas. El 28 de septiembre de 1996, Radio Kabul anunció que `a los ladrones se les amputarán manos y pies, los adúlteros serán lapidados y a quienes tomen licores se les castigará con latigazos´. Se prohibió la televisión, los vídeos, las antenas parabólicas y todos los juegos, incluidos el ajedrez, el fútbol y las cometas. Radio Kabul fue rebautizada como Radio Shariat, y eliminaron cualquier tipo de música de sus emisiones. Soldados talibán permanecían en las calles principales y detenían a todos los hombres sin barba. Al contrario que cuando capturaron Herat y otras ciudades, en Kabul había un gran contingente internacional de reporteros y cámaras de televisión, y por primera vez informaron ampliamente sobre las restricciones que imponían los talibán. Establecieron una shura de seis miembros para gobernar Kabul, en la que dominaban los pashtunes durrani y no incluía a un solo kabulí. Ningún miembro de la shura había vivido nunca en una gran ciudad, pero ahora gobernaban una ciudad vibrante, semi moderna y multiétnica, con una población de 1.200.000 habitantes, de la que los pashtunes eran sólo una pequeña minoría. Mientras la recién constituida policía religiosa talibán se dedicaba a imponer la sharia, trataban Kabul como una ciudad ocupada. No acababan de entender que el gobierno de una gran ciudad era distinto al de un pueblo. Parecía que lo único que se interponía en el camino hacia la victoria total de los talibán era Ahmad Shah Masud.”

 

Los niños...

La guerra afectaba a los niños mucho más que en cualquier otro conflicto civil del mundo. Todos los señores de la guerra habían utilizado soldados adolescentes, algunos de sólo doce años, y muchos de ellos eran huérfanos sin ninguna esperanza de tener familia, educación y trabajo, y cuya única salida era ingresar en el ejército. Los talibán, con sus vinculaciones a las madrasas paquistaníes, alentaban a miles de niños a alistarse y luchar. Unidades enteras estaban formadas por chiquillos, que cargaban las baterías artilleras, transportaban munición, vigilaban las instalaciones y luchaban. Es significativo que un gran esfuerzo internacional llevado a cabo en 1998 para limitar la edad mínima de los soldados a los dieciocho años, en lugar de quince, que era el límite de edad en vigor, tropezara con la resistencia de Estados Unidos, Paquistán, Irán y Afganistán. Según un informe publicado en 1999 por Amnistía Internacional, había en todo el mundo 300.000 niños alistados como soldados. La penosa situación de las mujeres y los niños empeoraría mucho más después de que los talibanes tomasen Kabul.”

 

El Gran Juego...

Existía un problema mayor. Hasta julio de 1997, cuando Strobe Talbott pronunció su discurso en Washington, Estados Unidos careció de un plan estratégico para acceder a la energía de Asia Central. Las compañías petroleras estadounidenses se enfrentaban a lo que no podían hacer, en lugar de lo factible, puesto que se les había prohibido tender oleoductos a través de Irán y Rusia. Finalmente, cuando Washington anunció su política de `un corredor de transporte´ desde el Caspio a Turquía (evitando Rusia e Irán), las compañías petroleras se mostraron reacias a secundar el proyecto, debido a los costes y la turbulencia en la región. El problema esencial que Estados Unidos no quería abordar era el logro de la paz, pues hasta que no cesaran las guerras civiles en Asia Central y el Caspio (Afganistán, Tayikistán, Georgia, Chechenia, Naborno-Karabaj, el problema kurdo) y se llegara a un consenso amplio con Irán y Rusia, construir gasoductos no sería seguro ni comercialmente factible, pues a cada paso Irán y Rusia los bloquearían o incluso sabotearían. Irán y Rusia estaban interesados en mantener la inestabilidad de la región, armando a la alianza antitalibán, de modo que los planes norteamericanos para construir un gasoducto nunca podrían tener éxito. Incluso hoy (1999) existe confusión en Estados Unidos sobre la cuestión crítica de si desean salvar las economías deprimidas de Asia Central, permitiéndoles exportar energía a la manera que esos países prefieran, o mantener a Irán y Rusia bloqueados en lo que respecta a los gasoductos.”

 

Paquistán...

Paquistán hizo varios intentos débiles de frenar al ATT, deteniendo la importación de bienes tales como aparatos electrónicos, pero el gobierno siempre retrocedía, pues los talibán se negaban a acatar las nuevas órdenes y la mafia presionaba a los ministros del gobierno. En Islamabad no había camarillas dispuestas a señalar el daño que se infligía a la economía paquistaní u obligar a los talibán a obedecer. El ISI era reacio a emplear la amenaza de retirar el apoyo a los talibán hasta que obedecieran. Para los perplejos inversores extranjeros y paquistaníes, el gobierno parecía dispuesto a debilitar la economía de su propio país en beneficio de los talibán, pues Islamabad permitía de facto una transferencia de ingresos del estado de Paquistán a los talibán. Era una forma de ayuda extraoficial que beneficiaba a los talibán y enriquecía en extremo a los paquistaníes involucrados. Éstos crearon la camarilla más poderosa para que continuara el apoyo de Paquistán a los talibán. La reacción violenta de Afganistán echó leña al fuego de la inestabilidad en Paquistán. En los años ochenta, las repercusiones de la invasión soviética de Afganistán había creado `la cultura de la heroína y el Kaláshnikov´, que socavó la política y la economía de Paquistán. Como escribió el historiador norteamericano Paul Kennedy, `diez años de participación activa en la guerra afgana ha cambiado hasta tal punto el perfil social de Paquistán que cualquier gobierno se enfrenta a graves problemas para gobernar con eficacia. Ahora la sociedad paquistaní está más fracturada, inundada de armamento complejo, embrutecida debido a la creciente violencia civil y abrumada por la expansión de los narcóticos.”
 
Libro que se devora con avidez y que sobrecoge al ver los pocos cambios de la situación tras dos décadas desde su publicación. Lectura para amantes de la historia que quieran tratar de comprender la tragedia de toda una región, cómo los talibanes lograron el poder y, en definitiva, tratar de comprender cómo nadie es capaz de contrarrestar el movimiento talibán y sus califatos de terror integrista musulmán. Ideal para estancias hospitalarias, vacacionales, lectura de noche y bajo la sombrilla en la tumbona. Cuidado con dejarlo a la suegra que puede tratar de imponer una sharia en la sopa boba, cuidadín.
 

martes, 6 de julio de 2021

 
Libro: Los verdugos voluntarios de Hitler 
-Los alemanes corrientes y el Holocausto-
Autor: Daniel Jonah Goldhagen
Editorial: Santillana, S. A. (Taurus)
Traducción: Jordi Fibla
Edición: 1997

Cuando se habla del exterminio de judíos por parte del régimen nazi, suele decirse que fue Hitler y su dictadura quien contaminó a la sociedad alemana el antisemitismo y que la mayoría de la población no sabía la eliminación del judío que se llevaba a cabo en los campos de exterminio, que las tropas que participaron en las matanzas se vieron obligadas por órdenes superiores y que además de a la población judía se trató de forma inhumana a otros colectivos como la etnia gitana, los rivales políticos y personas homosexuales y enfermas mentales, sin olvidad a los enemigos del régimen nazi. La propuesta de hoy es una visión diferente, donde el autor quiere demostrar analizando al alemán corriente que participó en el Holocausto, los perpretadores del mismo. Se nos muestra que el antisemitismo y el odio con rechazo al judío ya formaba parte de la cultura y la sociedad alemanas antes del ascenso de Hitler al poder y que una vez el Estado propiciaba el aislamiento social del judío hasta llegar a la política del exterminio, sólo fue un catalizador de un sentimiento que formaba parte de la cultura alemana que asimiló al judío como un parásito biológico que contaminaba al pueblo alemán y era además culpable de los males de Alemania como nación. Para ello se analizan los batallones policiales, los campos de trabajo y las marchas de la muerte buceando en las vidas de los alemanes corrientes que formaron parte de los tres sistemas de eliminación del pueblo judío mediante el exterminio.

 

Daniel Jonah Goldhagen es profesor ayudante (1997) de estudios gubernamentales y sociales en la Universidad de Harvard y asociado del Centro Minda de Gunzburg de Estudios Europeos de Harvard. Su tesis doctoral, que es la base de esta obra, fue galardonada en 1994 con el premio Gabriel A. Almond de la Asociación Norteamericana de Ciencia Política a la mejor tesis en el campo de la política comparada. Tras la publicación de su libro en Alemania, en 1997 Daniel Jonah Goldhagen recibió el prestigioso Premio de la Democracia.

Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición pero en Internet podéis encontrar más información y más reciente. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura...

 
Perpetradores...
Los perpetradores trabajaban en instituciones que les asignaban papeles y cometidos concretos, y sin embargo, tanto individual como colectivamente, disponían de libertad para optar por unas u otras acciones. La adopción de una perspectiva que lo reconozca así requiere que se disciernan, analicen e incorporen toda explicación o interpretación de conjunto las opciones elegidas por los ejecutores y, en especial, las pautas de tales acciones. Los datos ideales responderían a las siguientes preguntas:
¿Qué hicieron realmente los ejecutores?
¿Qué hicieron además de lo que era `necesario´?
¿Qué se negaron a hacer?
¿Qué habrían dejado de hacer?
¿De qué manera llevaron a cabo sus tareas?
¿Con qué facilidad se desarrollaron las operaciones en conjunto?
Al examinar la pauta de las acciones llevadas a cabo por los ejecutores a la luz de los requisitos del papel institucional y la estructura de los incentivos, es preciso explorar dos aspectos más allá del simple acto de matar. En primer lugar, los alemanes hicieron objeto a los judíos (y otras víctimas) de una amplia serie de acciones, aparte de asestarles el golpe mortal. A fin de explicar la matanza genocida, es importante comprender la gama de los malos tratos que infligieron a los judíos, lo cual comentaremos en seguida con más detalle. En segundo lugar, las acciones de los perpetradores cuando no se dedicaban a actividades genocidas también vierten luz sobre la matanza. Las percepciones que un análisis de sus actividades al margen del genocidio ofrece sobre su carácter general y su disposición para actuar, así como el medio psicológico social en el que vivían, podrían ser esenciales para comprender las pautas de sus acciones genocidas.”
 

El Volk...

En el siglo XIX la ideología del Volk [el pueblo] que hacía las veces de cemento nacional, un sustituto modesto pero potente de una organización política unida, fue afianzándose cada vez más. Con el `descubrimiento´ de las `razas´ germánica y judía a mediados de siglo, la misma conceptualización de la base del Volk como lingüística y nacional sufrió una transformación al adoptarse el fundamento esencialista y aparentemente científico de raza. En 1847 uno de los polemistas populistas y antisemitas más renombrados captó esta metamorfosis y explicó que la `sensación de vigor´ y `amor a la patria´ se basaban en el `espíritu cristiano germánico´ y `la unidad racial germánica´ (germanische Blutseinhei). Los judíos, de conformidad con la imagen de sangre que era el elixir del pensamiento racial alemán, constituían los `eternos purasangre de la extranjería´. El concepto de `raza´ proporcionó al antisemitismo moderno alemán la coherencia que aún no había alcanzado.”

 

Muerte para las vidas indignas de ser vividas, aparte de las vidas judías...

Es muy poco plausible sostener que Hitler y quienes llevaron a la práctica el llamado programa de eutanasia se dispusieran a matar, y por decenas de millares, a alemanes no judíos con enfermedades mentales, pro que no considerasen, y no digamos creyesen con una certeza similar a la religiosa, que los judíos, a los que concebían como mucho más malignos y peligrosos, deberían compartir ese destino. Con respecto a quienes los nazis marcaban para el sacrificio en el programa de `eutanasia´ (aparte del pequeño porcentaje de judíos entre las víctimas), aunque juzgaban que sus vidas eran `indignas de ser vividas´, los consideraban sin embargo mucho menos amenazantes para Alemania. Los disminuidos congénitos y los enfermos mentales hacían peligrar la salud de la nación de dos maneras: por su potencial para transmitir sus enfermedades a nuevas generaciones y, en segundo lugar, al consumir alimentos y otros recursos. Pero esto era un juego de niños comparado con la supuesta amenaza que planteaban los judíos, a quienes al contrario que a las víctimas del programa de `eutanasia´, se les consideraba voluntariamente malignos, poderosos, empeñados en destruir al pueblo alemán en su totalidad, y tal vez capaces de hacerlo. Hasta que los judíos fuesen destruidos, Alemania estaría afligida por esa plaga.”
 
Batallón policial 101...

La franqueza d ellos alemanes acerca de sus matanzas genocidas, que ponían así a la vista
de tantos otros alemanes, hombres y mujeres, que se encontraban en Polonia, es una indicación de la evidente aprobación por parte de los ejecutores de sus históricas acciones. Después de la guerra negaron en general que hubieran aprobado las matanzas o que se enorgullecieran de ellas, pero nada revela mejor la falsedad de tales negativas que las fotografías que tomaron los miembros de aquel batallón para recordar la época que pasaron en Polonia, de las cuales sólo un pequeño porcentaje ha salido a la luz. El gusto con que aquellos alemanes tomaban abundantes recordatorios fotográficos de sus hazañas, incluidas las operaciones de matanza, en las que aparecen con porte alegre y orgulloso, como hombres que se sienten totalmente cómodos con su entorno, su vocación y las imágenes que preservan, es una prueba convincente de que no se consideraban criminales, y no digamos responsables de uno de los crímenes más grandes del siglo. “

 

Campos de trabajo...

Otro campo de `trabajo´ cercano a Lublin ofrece un ejemplo de crueldad y acción sanguinaria y antieconómica que hace dudar todavía más de que los alemanes se guiaran por criterios productivos en su tratamiento de los judíos, salvo en aspectos terciarios, transitorios. El complejo del campo, que tenía diversos nombres en los documentos alemanes, entre ellos los de `Campo de trabajo de Lublin´ y `Flughafen Lublin´ (Aeropuerto de Lublin), aparece aquí con una de sus apelaciones, el `Flughafenlager´ (el aeropuerto del campo). Sus actividades económicas principales eran la clasificación del botín arrebatado a los judíos perecidos en la Aktion Reinhard y, más adelante, también la producción de cepillos. La planeada producción de armamento nunca se puso en marcha. Esta producción, aunque tenía cierta importancia económica, era un producto secundario de su actividad principal. Lo que producía el campo en cantidades prodigiosas era cadáveres, los de sus `trabajadores´.”
 
Las iglesias alemana protestante y católica no alzaron la voz...
Durante todo el periodo del dominio nazi, mientras el gobierno y el pueblo sometían a los judíos de Alemania y de los países conquistados a una persecución cada vez más severa que culminó en su aniquilación física, las iglesias alemanas protestante y católica, sus órganos de gobierno, sus obispos y la mayoría de sus teólogos contemplaron el sufrimiento que los alemanes infligian en silencio a los judíos. Ningún miembro de la jerarquía, como tampoco ninguna de sus instituciones eclesiásticas, expresaron de una manera explícita su solidaridad con los judíos ni manifestaron explícita y públicamente su condena o protesta contra la persecución. Sólo unos pocos pastores y sacerdotes del nivel más bajo expusieron, o más bien clamaron en solitario, solidarizándose con los judíos, al tiempo que reprochaban severamente a las autoridades eclesiásticas por su silencio. De todos los obispos protestantes de Alemania, sólo uno, el obispo de Wurm, en una carta confidencial a Hitler, protestó por la matanza de judíos. Los obispos restantes permanecieron casi tan impasibles en privado como lo estaban en público, y por lo menos uno (Martin Sasse de Turingia) publicó un panfleto, erizado de virulencia antisemita, en el que justificaba explícitamente los incendios de sinagogas y la violencia antijudía a gran escala.”